Los estaba observando

DOS adolescentes fueron a desayunar a un restaurante de una pequeña ciudad de Ohio (EE.UU.). Como de costumbre, antes de comer, inclinaron la cabeza para orar en silencio.

Al cabo de un rato, una mujer que los estaba observando se les acercó, tomó la cuenta y les dijo: “En un mundo donde escuchamos cosas tan malas de nuestra juventud, resulta reconfortante ver a dos jóvenes tomarse el tiempo para dar gracias a Dios por el alimento. Quiero pagarles el desayuno”.

Los muchachos, atónitos, se quedaron sin palabras; “gracias” fue lo único que alcanzaron a decir. Después se dieron cuenta de que no podían dejar que la señora creyera que estaban orando a un Dios cualquiera. Uno de ellos la abordó, le volvió a dar las gracias y le aclaró que eran testigos de Jehová.

Los Testigos acostumbran a estudiar la Biblia en familia. Los padres de aquellos chicos lo habían hecho. Uno de los libros que las familias habían utilizado con tal fin era El conocimiento que lleva a vida eterna. Entre sus diecinueve capítulos figura uno que aborda el tema de la oración, el cual se titula “La manera de acercarse a Dios”.

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