Cuando muere un hijo

◼ La muerte de un niño siempre representa un gran trauma, especialmente para los padres. Una madre cuyo hijo de 16 años pereció calcinado en un trágico accidente se lamentó diciendo: “Dios no nos permite morir en lugar de nuestros hijos, ni tampoco con ellos”.

Sin embargo, esta mujer no carecía de esperanza, pues explicó: “Dios nos ha dicho la verdad acerca de la muerte, y ese conocimiento impide que mi esposo y yo nos amarguemos o que perdamos el juicio”. Además, reconoció: “Dios no tuvo la culpa de lo que le pasó a nuestro hijo, y se propone resucitar a los muertos en una Tierra paradisíaca. En nuestra imaginación podemos ver a nuestro hijo vivo, sano y feliz entre sus familiares y amigos”.

Pero incluso las personas que confían en la promesa divina de la resurrección necesitan consuelo, y eso fue lo que numerosas amistades brindaron a esta madre. Muy agradecida, ella señala: “Muchos de los puntos bíblicos que nos recordaron y de los actos de bondad de que fuimos objeto se mencionan en el folleto Cuando muere un ser querido. Animamos a todos nuestros conocidos a que lo leyeran, para que comprendieran mejor nuestros sentimientos y el dolor que seguiríamos experimentando”.

Seguramente, usted o alguno de sus conocidos también obtendrá consuelo al leer el folleto Cuando muere un ser querido. Para solicitarlo, no tiene más que llenar el cupón adjunto y enviarlo a la dirección indicada o a la que corresponda de las que aparecen en la página 5 de esta revista.

□ Deseo recibir, sin compromiso alguno, el folleto Cuando muere un ser querido.

□ Deseo que me informen sobre sus cursos bíblicos gratuitos a domicilio.