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Seamos valientes al andar con Dios
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53 PABLO

“Ahora les pido que tengan valor”

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CUANDO Saulo de Tarso se hizo cristiano, Jesús reveló todo lo que tendría que sufrir por predicar y enseñar las buenas noticias. ¡Y vaya que sufrió! Saulo, que llegó a ser conocido como el apóstol Pablo, escribió su segunda carta a los corintios unos 20 años después de que se hiciera cristiano. Y, para cuando escribió esa carta, él había recibido “incontables golpes” y había estado “a punto de morir muchas veces”. De hecho, había sobrevivido a tres naufragios. En uno de ellos, pasó una noche y un día en altamar. Sin embargo, se enfrentaría a otro naufragio, y de ese hablaremos aquí.

Pablo llevaba dos años recluido en una prisión romana en Cesarea. Resulta que cierto gobernante corrupto no quería liberarlo si no recibía dinero a cambio. Cuando ese gobernante fue sustituido, Pablo usó su derecho de apelar a César, la máxima autoridad de Roma. Así que se llevaron a Pablo en un barco y ese fue el inicio de un trayecto de más de 3.000 kilómetros (unas 2.000 millas). Pero no estuvo solo en este viaje tan pesado hasta Roma. Lo acompañaron Lucas —que era “el médico amado” y su compañero de predicación— y un cristiano llamado Aristarco (Col. 4:14).

Primero llegaron a Mira, en Asia Menor. Allí, el oficial del ejército romano que estaba al mando, Julio, puso a los presos en otro barco. Todos subieron a una embarcación egipcia que llevaba grano a Italia. Durante el viaje, se desató un viento tan fuerte que les impedía avanzar. En su relato, Lucas dijo dos veces que el barco navegaba “con dificultad”. Pararon en Bellos Puertos para esperar a que se pasara el temporal. Pablo sabía que seguir navegando en esas condiciones era demasiado peligroso, así que pensó que lo mejor era quedarse allí todo el invierno.

¿Se atrevería a decirlo? Con valor, advirtió que si seguían navegando sufrirían “daños y graves pérdidas”. Pero Julio no le hizo caso; prefirió escuchar a los que llevaban el barco. ¡Qué pronto se arrepentiría de haber tomado esa decisión! Y es que, según cuenta Lucas, “un viento muy fuerte” se desató y el barco fue “arrastrado con violencia”. Este viento se convirtió rápidamente en una espantosa tempestad. Veían cómo pasaban las horas, los días..., y la tormenta seguía sacudiéndolos violentamente. Para aligerar el barco, tiraron cuerdas pesadas y otras cosas al mar. ¡Y estuvieron sin comer varios días! Después de dos semanas en esta situación, es normal que Lucas dijera: “Toda esperanza de salvarnos comenzó a desaparecer”.

Pablo, que iba preso, ayudó a los que viajaban con él a sobrevivir a una gran tormenta

Se veía venir la tragedia. Pero Pablo les dijo con voz firme: “Ahora les pido que tengan valor”. Y predijo: “Ninguno de ustedes perderá la vida. Solo se perderá el barco”. Aun así, unos marineros quisieron huir en un bote; pero Pablo advirtió que muchos morirían si ellos se iban. Así que los soldados soltaron el bote vacío al mar.

Pablo y otros hombres van a bordo de un barco que está siendo sacudido por una terrible tormenta. Pablo les dice con firmeza a unos marineros muy asustados que no se suban a un bote para escapar.

Antes del amanecer, cuando todavía estaba oscuro, los animó a comer todo lo que quisieran sin tener que preocuparse. Les aseguró: “Ninguno de ustedes perderá ni un solo pelo de su cabeza”. Pablo hizo una oración delante de todos antes de comer para darle gracias a Dios. Y, cuando quedaron satisfechos, echaron al mar el trigo que quedaba en el barco. Pablo les contagió su valentía y todos cobraron valor. De hecho, Lucas señala: “Todos se animaron”. Al amanecer, el barco chocó contra un banco de arena y las olas lo empezaron a hacer pedazos. Aun así, “todos llegaron a tierra sanos y salvos”, tal como había dicho Pablo. ¡Qué alivio!

Pablo y todos los que van en el barco saltan al mar mientras el barco se hace pedazos. Nadan para llegar a la isla de Malta, que está muy cerca.

¿Adónde habían llegado? A la isla de Malta. Enseguida, Pablo y sus acompañantes se pusieron a predicar. Pablo incluso hizo milagros allí gracias al poder de Dios, y la reacción de la gente de la isla fue muy buena.

Pablo nunca dejó de ser valiente. Unos meses más tarde, en primavera, Pablo finalmente llegó a Roma. Aunque estuvo bajo arresto domiciliario durante dos años y un guardia lo vigilaba, siguió predicando y escribió varias cartas por inspiración. Una vez libre, continuó predicando, pero unos años más tarde lo volvieron a encarcelar en Roma. Fue la última vez que estuvo preso, pues todo parece indicar que allí lo ejecutaron. Pablo fue fiel y valiente hasta el final. Ni siquiera le tuvo miedo a la muerte. Él la llamó “el último enemigo”, y sabía que Jehová acabaría con ella (1 Cor. 15:26). Pablo iba a recibir la recompensa que tanto tiempo llevaba esperando. Cuando llegara el momento escogido por Dios, tendría vida inmortal en el cielo y sería rey y sacerdote al lado de Cristo Jesús.

Lea el relato bíblico

  • Hechos 9:16; 24:24-27; 25:11; 27:1-44; 28:1-10, 16, 30, 31

  • 2 Corintios 11:23-27

  • 2 Timoteo 1:16, 17; 4:6-8

¿Qué diría?

¿De qué maneras demostró valor Pablo durante esta etapa de su vida?

Investigue un poco más

  1. 1. Al parecer, ¿por qué prefería Saulo que lo llamaran Pablo, que era su nombre romano? (w08 1/3 12 párrs. 4, 5).

  2. 2. A los nueve años que pasaron desde que Pablo regresó a Tarso hasta que se mudó a Antioquía se les llama “años desconocidos”. ¿Qué dificultades es posible que afrontara durante ese periodo? (w00 15/7 26, 27, recuadro).

  3. 3. ¿Por qué recomendó Pablo que se retrasara el viaje a Italia? (Hech. 27:9, 10; wp17.5 9 párrs. 3, 4). A

    Imagen A: Barco mercante del primer siglo similar al que se usó cuando Pablo salió de Mira.

  4. 4. ¿Por qué la gente de Malta dijo de Pablo: “Este hombre debe ser un asesino”? (Hech. 28:4; w15 1/10 9 párrs. 5, 6).

Piense en las lecciones

  • Pablo le dijo a la gente del barco que Dios se encargaría de que ninguno de ellos perdiera “ni un solo pelo de su cabeza” (Hech. 27:22, 34). ¿Qué nos enseña esto sobre Jehová y sobre la forma en que debemos ver la predicación?

  • Después de la oración de Pablo, los que estaban con él en el barco “se animaron” y cobraron valor (Hech. 27:35, 36). ¿En qué situaciones podrían nuestras oraciones tener un efecto parecido en otros? B

    Serie de imágenes: Un hermano y dos hermanas orando; cada uno ora a favor de otros. Las escenas de esta serie se repiten después. Un hermano ora al lado de otro hermano que está lleno de heridas y moretones en la cama de un hospital. Una mamá arrodillada ora con sus dos niños antes de enviarlos a la escuela. Una hermana joven orando en su escritorio. En su táblet se ve un artículo de jw.org sobre hermanas y hermanos presos por sus creencias.

    Imagen B

  • ¿De qué maneras puede usted imitar el valor que Pablo demostró en este relato?

Vea el cuadro completo

  • ¿Qué me enseña este relato sobre Jehová?

  • ¿Cómo se relaciona este relato con el propósito de Jehová y el tema principal de la Biblia?

  • Después de estudiar este relato, ¿cómo se siente al pensar en que Dios eligió a Pablo para gobernar con Cristo en el cielo, y por qué?

Para saber más

Aprenda más sobre lo importante que era viajar en barco en el primer siglo y vea cómo usaron los cristianos este medio de transporte para predicar.

“En peligros en el mar” (w99 15/3 29-31)

¿Cómo han imitado los ancianos fieles el aguante y el espíritu de sacrificio de Pablo?

Imitemos a los que heredan las promesas por ser pacientes. Pablo (3:22)

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