Una invitación directa

1. ¿Cuándo empezará la campaña de invitación a la asamblea regional?

¹ Si preparáramos una comida especial para nuestros amigos o parientes en la que invirtiéramos mucho esfuerzo y recursos, los invitaríamos con entusiasmo. De manera parecida, se ha invertido un gran esfuerzo en preparar el banquete espiritual que se servirá en la próxima asamblea regional. Tres semanas antes de que comience nuestra asamblea, Jehová nos concederá el honor de invitar a otras personas a asistir. ¿Qué nos ayudará a hacerlo con entusiasmo?

2. ¿Qué nos motivará a participar de lleno en la campaña?

² Nos sentiremos motivados a participar de lleno en la campaña si reflexionamos con agradecimiento en cuánto nos beneficia de manera personal el banquete espiritual que Jehová suministra en las asambleas (Is. 65:13, 14). También deberíamos recordar que esta campaña produce buenos resultados (vea el recuadro “Da resultados”). Puede que algunas de las personas que invitemos asistan a la asamblea, pero otras no. Sin importar cuántos vengan, nuestros esfuerzos durante la campaña darán gloria a Jehová y serán un reflejo de su generosidad (Sal. 145:3, 7; Rev. 22:17).

3. ¿Cómo distribuiremos las invitaciones?

³ Cada cuerpo de ancianos tendrá que decidir cómo distribuir la mayor cantidad de invitaciones, y si se dejarán en los hogares donde no haya nadie o se ofrecerán en la predicación pública dentro del territorio de la congregación. Los fines de semana se ofrecerán las revistas junto con la invitación cuando sea oportuno. Después de que concluya la campaña, nos sentiremos felices de saber que participamos con entusiasmo en ella y de que invitamos a tantas personas como pudimos a unirse a nosotros en el banquete espiritual preparado por Jehová.

Da resultados

Hace algunos años, una hermana que participaba en la campaña de invitación a la asamblea regional no estaba convencida de que el esfuerzo valiera la pena. Se preguntaba: “¿Irá la gente a la asamblea gracias a la invitación?”. El sábado por la mañana, en la asamblea, vio a un miembro de la religión sij. Como estaba sentado cerca de ella, la hermana decidió presentarse. Resulta que el señor había ido a la asamblea porque había recibido una invitación. Tenía varias preguntas, que ella le respondió con gusto. El hombre le comentó a la hermana que le estaba gustando mucho la asamblea y que le había impresionado la vestimenta y el comportamiento de los asambleístas. Ese mismo día, la hermana empezó a conversar con una pareja que tenía al lado. Ellos también habían recibido la invitación y habían ido hasta allí en autobús. Les gustó tanto el programa que pensaron en volver el domingo. En ese momento, la hermana se dio cuenta de lo importantes que son nuestras campañas.
Hace poco, un matrimonio de precursores regulares se presentó a una pareja mayor que ellos en una asamblea regional. El señor y la señora les dijeron a los hermanos que era la primera vez que asistían a un evento así. Los precursores les preguntaron: “¿Quién los invitó?”, a lo que ellos dijeron: “Un día, cuando llegamos a casa, vimos que alguien nos había dejado la invitación por debajo de la puerta”. La leyeron y rellenaron el cupón de la parte de atrás de la invitación. En la asamblea, algunos de los hermanos compartieron su almuerzo con ellos. A la pareja le gustó tanto el programa que decidieron ir también al día siguiente. Se hicieron planes para visitarlos y seguir cultivando su interés por la verdad.