Según Lucas*
1 Puesto que muchos han emprendido la recopilación de una declaración de los hechos+ que entre nosotros están plenamente acreditados, 2 así como nos los entregaron los que desde [el] principio+ llegaron a ser testigos oculares+ y servidores del mensaje,*+ 3 yo también, porque he investigado todas las cosas desde el comienzo con exactitud, resolví escribírtelas en orden lógico,+ excelentísimo+ Teófilo,+ 4 para que conozcas plenamente la certeza de las cosas que se te han enseñado oralmente.+
5 Sucedió que en los días de Herodes,+ rey de Judea, hubo cierto sacerdote de nombre Zacarías,* de la división de Abías,*+ y este tenía una esposa que vino de las hijas de Aarón,+ y el nombre de ella era Elisabet. 6 Ambos eran justos+ delante de Dios porque andaban exentos de culpa+ de acuerdo con todos los mandamientos+ y requisitos legales+ de Jehová.*+ 7 Pero no tenían hijo, porque Elisabet era estéril,+ y ambos eran de edad avanzada.
8 Ahora bien, mientras él actuaba como sacerdote en la asignación de su división+ delante de Dios, 9 conforme a la práctica solemne del oficio sacerdotal le tocó su turno de ofrecer el incienso+ al entrar en el santuario* de Jehová;*+ 10 y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora en que se ofrecía el incienso.+ 11 A él se apareció el ángel de Jehová,* de pie al lado derecho del altar del incienso.+ 12 Mas Zacarías se perturbó al verlo, y cayó temor sobre él.+ 13 Sin embargo, el ángel le dijo: “No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido oído favorablemente,+ y tu esposa Elisabet llegará a ser para ti madre de un hijo, y has de ponerle por nombre Juan.*+ 14 Y tendrás gozo y gran alegría, y muchos se regocijarán+ por su nacimiento; 15 porque él será grande delante de Jehová.*+ Mas no debe beber en absoluto vino ni bebida alcohólica alguna,+ y estará lleno de espíritu* santo hasta desde la matriz de su madre;+ 16 y a muchos de los hijos de Israel los volverá a Jehová,*+ Dios de ellos. 17 También, irá delante de él con el espíritu y poder de Elías,*+ para volver los corazones+ de padres a hijos, y los desobedientes a la sabiduría práctica de los justos, para alistar para Jehová*+ un pueblo preparado”.+
18 Y Zacarías dijo al ángel: “¿Cómo he de estar seguro de esto? Porque yo he envejecido,+ y mi esposa es de edad avanzada”. 19 En respuesta, el ángel le dijo: “Yo soy Gabriel,*+ que estoy de pie cerca y delante de Dios, y fui enviado para hablar+ contigo y declararte las buenas nuevas* de estas cosas. 20 Pero, ¡mira!, estarás en silencio+ y no podrás hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, porque no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo señalado”. 21 Entretanto, el pueblo estaba aguardando a Zacarías,+ y se extrañaba de que se tardara tanto en el santuario. 22 Pero cuando él salió no podía hablarles, y percibieron que acababa de ver una vista sobrenatural+ en el santuario; y él les hacía señas, pero permanecía mudo. 23 Pues bien, cuando se cumplieron los días de su servicio público*+ él se fue a su casa.
24 Pero después de estos días Elisabet su esposa quedó encinta;+ y se mantuvo recluida por cinco meses, y dijo: 25 “Así es como Jehová* ha tratado conmigo en estos días en que me ha dado su atención para quitar mi oprobio entre los hombres”.+
26 En el sexto mes de ella* el ángel Gabriel+ fue enviado de parte de Dios a una ciudad de Galilea cuyo nombre era Nazaret, 27 a una virgen que estaba comprometida para casarse con un varón de nombre José, de la casa de David; y el nombre de la virgen+ era María.*+ 28 Y cuando entró delante de ella, dijo: “Buenos días,+ altamente favorecida, Jehová*+ está contigo”.+ 29 Pero ella se turbó profundamente por el dicho, y razonaba sobre qué suerte de saludo sería este. 30 De modo que el ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado favor+ con Dios; 31 y, ¡mira!, concebirás en tu matriz y darás a luz un hijo,+ y has de ponerle por nombre Jesús.*+ 32 Este será grande+ y será llamado Hijo del Altísimo;+ y Jehová* Dios le dará el trono+ de David su padre,+ 33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y de su reino no habrá fin”.+
34 Pero María dijo al ángel: “¿Cómo será esto, puesto que no estoy teniendo coito+ con varón alguno?”. 35 En respuesta, el ángel le dijo: “Espíritu santo+ vendrá sobre ti, y poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, también, lo que nace será llamado santo,+ Hijo de Dios.+ 36 Y, ¡mira!, tu parienta Elisabet también ha concebido ella misma un hijo, en su vejez, y este es el sexto mes para ella, la llamada estéril;+ 37 porque con Dios ninguna declaración* será una imposibilidad”.+ 38 Entonces dijo María: “¡Mira! ¡La esclava de Jehová!*+ Efectúese conmigo según tu declaración”. Con eso, el ángel se fue de ella.
39 De modo que María se levantó en aquellos días y fue apresuradamente a la serranía, a una ciudad de Judá, 40 y entró en casa de Zacarías y saludó a Elisabet. 41 Pues bien, al oír Elisabet el saludo de María, la criatura saltó en su matriz; y Elisabet se llenó de espíritu santo, 42 y clamó con fuerte voz y dijo: “¡Bendita eres tú entre las mujeres, y bendito+ es el fruto de tu matriz! 43 ¿Pues a qué se debe que tenga yo este [privilegio], de que venga a mí la madre de mi Señor?+ 44 Porque, ¡mira!, al entrar en mis oídos el sonido de tu saludo, la criatura que llevo en la matriz saltó con gran alegría.+ 45 Feliz también es la que creyó, porque tendrán ejecución completa+ las cosas que se le hablaron de parte de Jehová”.*+
46 Y María dijo: “Mi alma engrandece* a Jehová,*+ 47 y mi espíritu no puede menos que llenarse de gran gozo+ a causa de Dios mi Salvador;+ 48 porque él ha mirado la posición baja de su esclava.+ Pues, ¡mira!, desde ahora todas las generaciones me declararán feliz;+ 49 porque grandes obras me ha hecho el Poderoso, y santo es su nombre;+ 50 y por generaciones tras generaciones su misericordia está sobre los que le temen.+ 51 Poderosamente ha ejecutado con su brazo,+ ha esparcido a los que son altivos en la intención de su corazón.+ 52 Ha rebajado de tronos a hombres de poder,+ y ensalzado a los de condición humilde;+ 53 a los que tenían hambre los ha satisfecho plenamente con cosas buenas,+ y ha despedido sin nada a los que tenían riquezas.+ 54 Ha venido en socorro de Israel su siervo,+ para recordar la misericordia,+ 55 así como dijo a nuestros antepasados, a Abrahán y a su descendencia,* para siempre”.+ 56 Entonces María permaneció con ella como tres meses, y se volvió a su propia casa.
57 Luego llegó el tiempo debido para que Elisabet diera a luz, y dio a luz un hijo. 58 Y sus vecinos y sus parientes oyeron que Jehová* había engrandecido para con ella su misericordia,+ y empezaron a regocijarse+ con ella. 59 Y al octavo día vinieron para circuncidar al niñito,+ e iban a llamarlo por el nombre de su padre, Zacarías. 60 Pero su madre contestó y dijo: “¡No, por cierto!, sino que será llamado Juan”. 61 Ante eso, le dijeron: “Nadie hay entre tus parientes que se llame por ese nombre”. 62 Entonces se pusieron a preguntar por señas al padre cómo quería que se le llamara. 63 Y él pidió una tablilla y escribió: “Juan+ es su nombre”. Ante esto, todos se maravillaron. 64 Al instante a él se le abrió la boca+ y se le soltó la lengua, y empezó a hablar, bendiciendo a Dios. 65 Y cayó temor sobre todos los que vivían en la vecindad de ellos; y en toda la serranía de Judea se hablaba de todas estas cosas, 66 y cuantos oían tomaban nota de ello en su corazón,+ y decían: “¿Qué habrá de ser en realidad este niñito?”. Porque la mano+ de Jehová* ciertamente estaba con él.
67 Y Zacarías su padre se llenó de espíritu santo,+ y profetizó,+ diciendo: 68 “Bendito sea Jehová* el Dios de Israel,+ porque ha dirigido su atención y ejecutado liberación+ para con su pueblo.+ 69 Y nos ha levantado un cuerno+ de salvación* en la casa de David su siervo, 70 así como él, por medio de la boca de sus santos profetas de antiguo,+ ha hablado 71 de una salvación de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian;+ 72 para ejecutar la misericordia relacionada con nuestros antepasados y para recordar su santo pacto,+ 73 el juramento que juró a Abrahán nuestro antepasado,+ 74 de concedernos, después de haber sido librados de la mano de nuestros enemigos,+ el privilegio de rendirle servicio sagrado*+ sin temor, 75 con lealtad y justicia delante de él todos nuestros días.+ 76 Mas en cuanto a ti, niñito, serás llamado profeta del Altísimo, porque irás por adelantado ante Jehová* para alistarle sus caminos,+ 77 para dar conocimiento de salvación a su pueblo por el perdón de sus pecados,+ 78 debido a la tierna compasión de nuestro Dios. Con esta [compasión] nos visitará un amanecer+ desde lo alto,+ 79 para dar luz a los que están sentados en oscuridad y en sombra de muerte,+ para dirigir nuestros pies prósperamente en el camino de la paz”.
80 Y el niñito siguió creciendo+ y haciéndose fuerte en espíritu, y continuó en los desiertos áridos hasta el día de mostrarse abiertamente a Israel.
2 Ahora bien, en aquellos días salió un decreto+ de César* Augusto de que se inscribiera toda la tierra habitada* 2 (esta primera inscripción se efectuó cuando Quirinio era el gobernador de Siria); 3 y todos se pusieron a viajar para inscribirse,+ cada uno a su propia ciudad. 4 Por supuesto, José también subió desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén,+ por ser miembro de la casa y familia de David,+ 5 para inscribirse con María,+ quien le había sido dada en matrimonio según se había prometido,+ y a la sazón estaba en estado avanzado de gravidez.+ 6 Mientras estaban allí, a ella se le cumplieron los días para dar a luz. 7 Y dio a luz a su hijo, el primogénito,+ y lo envolvió con bandas de tela y lo acostó en un pesebre,+ porque no había sitio para ellos en el lugar de alojamiento.*
8 También había en aquella misma zona pastores que vivían a campo raso* y guardaban las vigilias de la noche sobre sus rebaños. 9 Y de repente el ángel de Jehová*+ estuvo de pie junto a ellos, y la gloria de Jehová*+ centelleó en derredor de ellos, y tuvieron gran temor. 10 Pero el ángel les dijo: “No teman, porque, ¡miren!, les declaro buenas nuevas de un gran gozo que todo el pueblo tendrá,+ 11 porque les ha nacido hoy un Salvador,+ que es* Cristo [el] Señor,*+ en la ciudad de David.+ 12 Y esto les servirá de señal: hallarán un nene envuelto en bandas de tela y acostado en un pesebre”. 13 Y de súbito se juntó con el ángel una multitud del ejército* celestial,+ alabando a Dios+ y diciendo: 14 “Gloria en las alturas+ a Dios, y sobre la tierra paz+ entre los hombres de buena voluntad”.*+
15 Así que, cuando los ángeles hubieron partido de ellos al cielo, los pastores empezaron a decirse unos a otros: “Vamos sin falta directamente a Belén, y veamos esta cosa que ha sucedido, que Jehová*+ nos ha dado a conocer”. 16 Y fueron apresuradamente y hallaron a María así como a José, y al nene acostado en el pesebre. 17 Cuando lo vieron, dieron a conocer el dicho que se les había hablado respecto a este niñito. 18 Y cuantos oyeron se maravillaron de las cosas que les dijeron los pastores, 19 pero María iba conservando todos estos dichos, sacando conclusiones en su corazón.+ 20 Entonces los pastores se volvieron, glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, así como estas se les habían dicho.
21 Ahora bien, cuando se cumplieron los ocho días+ para circuncidarlo,+ también se le puso por nombre Jesús,*+ el nombre puesto por el ángel antes que fuera concebido en la matriz.+
22 También, cuando se cumplieron los días para la purificación+ de ellos conforme a la ley de Moisés, lo llevaron a Jerusalén para presentarlo a Jehová,* 23 así como está escrito en la ley de Jehová:* “Todo varón que abre matriz tiene que ser llamado santo a Jehová”,*+ 24 y para ofrecer sacrificio, según lo que se dice en la ley de Jehová:* “Un par de tórtolas o dos pichones”.+
25 Y, ¡mira!, había en Jerusalén un hombre cuyo nombre era Simeón, y este hombre era justo y reverente, que esperaba la consolación de Israel,+ y había espíritu santo sobre él. 26 Además, se le había revelado divinamente por el espíritu santo que no vería la muerte antes que hubiera visto al Cristo+ de Jehová.* 27 Bajo el poder del espíritu+ él entró entonces en el templo; y al traer adentro los padres al niñito Jesús para hacer por él según la práctica usual de la ley,+ 28 él mismo lo recibió en los brazos y bendijo a Dios y dijo: 29 “Ahora, Señor Soberano,* estás dejando que tu esclavo vaya libre en paz,+ según tu declaración; 30 porque mis ojos han visto tu medio de salvar+ 31 que has alistado a la vista de todos los pueblos,+ 32 una luz+ para remover de las naciones+ el velo,*+ y una gloria de tu pueblo Israel”. 33 Y su padre y su madre continuaron admirándose de las cosas que se hablaban acerca de él. 34 También, Simeón los bendijo, pero dijo a María su madre: “¡Mira! Este es puesto para la caída+ y el volver a levantarse* de muchos en Israel,+ y para señal contra la cual se hable+ 35 (sí, a ti misma una espada larga te atravesará el alma),*+ para que los razonamientos de muchos corazones sean descubiertos”.+
36 Ahora bien, había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser (esta mujer era de edad avanzada, y había vivido con su esposo siete años desde su virginidad, 37 y para este tiempo era una viuda+ de ochenta y cuatro años de edad), la cual nunca faltaba del templo, rindiendo servicio sagrado* noche y día+ con ayunos y ruegos. 38 Y en aquella misma hora se acercó y empezó a dar gracias a Dios* y a hablar acerca [del niño]* a todos los que esperaban la liberación de Jerusalén.+
39 Entonces, cuando hubieron llevado a cabo todas las cosas según la ley+ de Jehová,* se volvieron a Galilea, a su propia ciudad de Nazaret.+ 40 Y el niñito continuó creciendo y haciéndose fuerte,+ lleno como estaba de sabiduría, y el favor de Dios+ continuó sobre él.
41 Ahora bien, sus padres acostumbraban ir de año en año a Jerusalén+ para la fiesta de la pascua. 42 Y cuando él cumplió doce años de edad, subieron según la costumbre+ de la fiesta 43 y completaron los días. Pero cuando regresaban, el muchachito Jesús permaneció atrás en Jerusalén, y sus padres no se dieron cuenta de ello. 44 Dando por supuesto que estaba en la compañía que viajaba junta, viajaron la distancia correspondiente a un día+ y entonces se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos. 45 Pero, al no hallarlo, se volvieron a Jerusalén, y lo buscaron diligentemente. 46 Pues bien, después de tres días lo hallaron en el templo,+ sentado en medio de los maestros, y escuchándoles e interrogándolos. 47 Pero todos los que le escuchaban quedaban asombrados de su entendimiento y de sus respuestas.+ 48 Pues, cuando ellos lo vieron quedaron atónitos, y su madre le dijo: “Hijo, ¿por qué nos trataste de este modo? Mira que tu padre y yo te hemos estado buscando con la mente angustiada”. 49 Pero él les dijo: “¿Por qué tuvieron que andar buscándome? ¿No sabían que tengo que estar en la [casa] de mi Padre?”.+ 50 Sin embargo, no comprendieron el dicho que les habló.+
51 Y él bajó con ellos y vino a Nazaret, y continuó sujeto+ a ellos. También, su madre guardaba cuidadosamente todos estos dichos* en su corazón.+ 52 Y Jesús siguió progresando en sabiduría+ y en desarrollo físico y en favor ante Dios y los hombres.+
3 En el año decimoquinto del reinado de Tiberio César,* cuando Poncio Pilato era gobernador de Judea, y Herodes*+ era gobernante de distrito* de Galilea, pero Filipo su hermano era gobernante de distrito del país de Iturea y de Traconítide, y Lisanias era gobernante de distrito de Abilene, 2 en los días del sacerdote principal Anás, y de Caifás,+ la declaración de Dios vino a Juan+ el hijo de Zacarías en el desierto.+
3 De modo que él entró en toda la comarca del Jordán, predicando bautismo [en símbolo] de arrepentimiento para perdón de pecados,+ 4 así como está escrito en el libro de las palabras de Isaías el profeta: “¡Escuchen! Alguien clama en el desierto: ‘Preparen el camino de Jehová,* hagan rectas sus veredas.+ 5 Todo barranco tiene que ser rellenado, y toda montaña y colina allanada, y las curvas tienen que convertirse en caminos rectos, y los lugares escarpados en caminos llanos;+ 6 y toda carne verá el medio de salvar de Dios’”.+
7 Por eso empezó a decir a las muchedumbres que salían para ser bautizadas por él: “Prole de víboras,+ ¿quién les ha intimado a huir de la ira venidera?+ 8 Por lo tanto, produzcan frutos propios del arrepentimiento.*+ Y no comiencen a decir dentro de sí: ‘Por padre tenemos a Abrahán’. Porque les digo que Dios tiene poder para levantar de estas piedras hijos a Abrahán. 9 De hecho, el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles; por lo tanto, todo árbol que no produce fruto excelente ha de ser cortado y echado al fuego”.+
10 Y las muchedumbres le preguntaban: “Entonces, ¿qué haremos?”.+ 11 En respuesta les decía: “El que tiene dos prendas de vestir interiores comparta con el que no tiene, y el que tiene comestibles haga lo mismo”.+ 12 Pero hasta recaudadores de impuestos vinieron a bautizarse, y le dijeron: “Maestro, ¿qué haremos?”.+ 13 Él les dijo: “No exijan nada en exceso del impuesto fijo”.+ 14 También, los que estaban en el servicio militar le preguntaban: “¿Qué haremos nosotros también?”. Y les dijo: “No acosen a nadie, ni acusen+ falsamente a nadie, y estén satisfechos con lo que se les suministra”.*+
15 Ahora bien, estando el pueblo en expectación, y todos razonando en sus corazones acerca de Juan: “¿Acaso será él el Cristo?”,+ 16 Juan contestó, y dijo a todos: “Yo, por mi parte, los bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, la correa de cuyas sandalias no soy digno de desatarle.+ Él los bautizará con espíritu santo y con fuego.+ 17 Su aventador está en su mano para limpiar por completo su era y para recoger+ el trigo en su granero, pero la paja+ la quemará con fuego+ que no se puede apagar”.
18 Por lo tanto, también dio muchas otras exhortaciones y continuó declarando buenas nuevas al pueblo. 19 Pero Herodes, el gobernante de distrito,* porque fue censurado por él respecto a Herodías, la esposa de su hermano, y respecto a todos los hechos inicuos que hizo Herodes,+ 20 añadió también esto a todos aquellos [hechos]: encerró a Juan en la prisión.+
21 Ahora bien, cuando todo el pueblo se bautizó, Jesús+ también fue bautizado* y, mientras oraba, el cielo+ se abrió 22 y el espíritu santo bajó sobre él en forma corporal como una paloma, y salió una voz del cielo: “Tú eres mi Hijo, el amado; yo te he aprobado”.+
23 Además, Jesús mismo, cuando comenzó [su obra],*+ era como de treinta+ años, siendo hijo,+ según se opinaba,*
de José,+
[hijo] de Helí,
24 [hijo] de Matat,
[hijo] de Leví,
[hijo] de Melquí,
[hijo] de Janaí,
[hijo] de José,
25 [hijo] de Matatías,
[hijo] de Amós,
[hijo] de Nahúm,
[hijo] de Eslí,
[hijo] de Nagai,
26 [hijo] de Maat,
[hijo] de Matatías,
[hijo] de Semeín,
[hijo] de Josec,
[hijo] de Jodá,
27 [hijo] de Joanán,
[hijo] de Resá,
[hijo] de Zorobabel,+
[hijo] de Nerí,
28 [hijo] de Melquí,
[hijo] de Adí,
[hijo] de Cosam,
[hijo] de Elmadam,
[hijo] de Er,
[hijo] de Eliezer,
[hijo] de Jorim,
[hijo] de Matat,
[hijo] de Leví,
30 [hijo] de Simeón,
[hijo] de Judas,
[hijo] de José,
[hijo] de Jonam,
[hijo] de Eliaquim,
31 [hijo] de Meleá,
[hijo] de Mená,
[hijo] de Matatá,
[hijo] de Natán,+
[hijo] de David,+
[hijo] de Boaz,+
[hijo] de Nahsón,+
[hijo] de Hezrón,+
[hijo] de Pérez,+
[hijo] de Judá,+
[hijo] de Isaac,+
[hijo] de Abrahán,+
[hijo] de Taré,+
[hijo] de Nacor,+
[hijo] de Reú,+
[hijo] de Péleg,+
[hijo] de Éber,+
[hijo] de Selah,+
[hijo] de Arpaksad,+
[hijo] de Sem,+
[hijo] de Noé,+
[hijo] de Lamec,+
[hijo] de Enoc,+
[hijo] de Jared,+
[hijo] de Mahalaleel,+
[hijo] de Cainán,+
[hijo] de Set,+
[hijo] de Adán,+
[hijo] de Dios.
4 Ahora bien, Jesús, lleno de espíritu santo, se apartó del Jordán, y el espíritu* lo condujo por aquí y por allá en el desierto+ 2 por cuarenta días,+ mientras lo tentaba+ el Diablo. Además, no comió nada en aquellos días, y por eso, cuando estos hubieron concluido, tuvo hambre. 3 Entonces el Diablo le dijo: “Si eres hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan”. 4 Pero Jesús le respondió: “Está escrito: ‘No de pan solamente debe vivir el hombre’”.*+
5 De modo que lo llevó hacia arriba y le mostró todos los reinos de la tierra habitada en un instante de tiempo; 6 y el Diablo le dijo: “Te daré toda esta autoridad*+ y la gloria de ellos, porque a mí me ha sido entregada, y a quien yo quiera se la doy.+ 7 Por eso, si tú haces un acto+ de adoración delante de mí, todo será tuyo”. 8 Respondiendo, Jesús le dijo: “Está escrito: ‘Es a Jehová* tu Dios+ a quien tienes que adorar, y es solo a él a quien tienes que rendir servicio sagrado’”.*+
9 Entonces lo condujo a Jerusalén y lo apostó sobre el almenaje+ del templo y le dijo: “Si eres hijo de Dios, échate abajo desde aquí;+ 10 porque está escrito: ‘A sus ángeles dará encargo acerca de ti, que te conserven’,+ 11 y: ‘Te llevarán en sus manos, para que nunca des con tu pie contra una piedra’”.+ 12 Respondiendo, Jesús le dijo: “Dicho está: ‘No debes poner a prueba a Jehová* tu Dios’”.+ 13 De modo que el Diablo, habiendo concluido toda la tentación, se retiró de él hasta otro tiempo conveniente.+
14 Entonces Jesús volvió en el poder del espíritu a Galilea.+ Y su fama se extendió por toda la comarca.+ 15 También, enseñaba en las sinagogas de ellos, y era honrado por todos.+
16 Y vino a Nazaret,+ donde había sido criado; y, según su costumbre en día de sábado, entró en la sinagoga,+ y se puso de pie para leer. 17 De modo que se le dio el rollo del profeta Isaías, y abrió el rollo y halló el lugar donde estaba escrito: 18 “El espíritu de Jehová*+ está sobre mí, porque él me ungió* para declarar buenas nuevas a los pobres, me envió para predicar una liberación a los cautivos y un recobro de vista a los ciegos, para despachar a los quebrantados con una liberación,+ 19 para predicar el año acepto de Jehová”.*+ 20 Con eso enrolló el rollo, se lo devolvió al servidor, y se sentó; y los ojos de todos [los que estaban] en la sinagoga se fijaron atentamente en él. 21 Entonces comenzó a decirles: “Hoy se cumple esta escritura que acaban de oír”.*+
22 Y todos daban testimonio favorable acerca de él y se maravillaban de las palabras llenas de gracia+ que procedían de su boca, y decían: “Este es hijo de José, ¿verdad?”.+ 23 Entonces les dijo: “Sin duda me aplicarán esta ilustración:* ‘Médico,+ cúrate a ti mismo; las cosas+ que oímos que sucedieron en Capernaum,+ hazlas también aquí en tu propio territorio’”.+ 24 Pero dijo: “En verdad les digo que ningún profeta es acepto en su propio territorio. 25 Por ejemplo, les digo en verdad: Había muchas viudas en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, de modo que vino una gran hambre sobre toda la tierra;+ 26 sin embargo, Elías no fue enviado a ninguna de aquellas [mujeres], sino únicamente a Sarepta*+ en la tierra de Sidón, a una viuda. 27 También, había muchos leprosos en Israel en tiempo de Eliseo el profeta; sin embargo, ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el hombre de Siria”.+ 28 Entonces todos los que oyeron estas cosas en la sinagoga se llenaron de cólera;+ 29 y se levantaron y lo sacaron apresuradamente de la ciudad, y lo llevaron hasta la cumbre de la montaña* sobre la cual había sido edificada la ciudad de ellos, para despeñarlo.+ 30 Mas él pasó por en medio de ellos y siguió su camino.+
31 Y bajó a Capernaum,+ ciudad de Galilea. Y les enseñaba en día de sábado; 32 y estaban atónitos de su modo de enseñar,+ porque su habla tenía autoridad.+ 33 Ahora bien, en la sinagoga había un hombre con un espíritu,+ un demonio inmundo,* y este gritó con voz fuerte: 34 “¡Ah! ¿Qué tenemos que ver contigo,*+ Jesús, nazareno?+ ¿Viniste a destruirnos? Sé+ exactamente quién eres: el Santo de Dios”.+ 35 Pero Jesús lo reprendió, y dijo: “Calla, y sal de él”. Entonces, después de derribar al hombre en medio de ellos, el demonio salió de él sin hacerle daño.+ 36 Ante esto, todos quedaron pasmados, y conversaban unos con otros, y decían: “¿Qué clase de habla es esta, porque con autoridad y poder ordena a los espíritus inmundos, y salen?”.+ 37 De modo que las noticias respecto a él salían a todo rincón de la comarca.+
38 Después de levantarse y salir de la sinagoga, él entró en casa de Simón. Ahora bien, la suegra de Simón estaba angustiada con una fiebre alta, y le hicieron petición a favor de ella.+ 39 De modo que se puso cerca de ella y reprendió la fiebre,+ y esta la dejó. Al instante ella se levantó y se puso a ministrarles.+
40 Pero cuando estaba poniéndose el sol, todos los que tenían enfermos de diversas dolencias los trajeron a él. Poniendo las manos sobre cada uno de ellos, él los curaba.+ 41 Salían también demonios de muchos,+ clamando y diciendo: “Tú eres el Hijo+ de Dios”. Pero él, reprendiéndolos, no les permitía hablar,+ porque sabían que él+ era el Cristo.+
42 Sin embargo, cuando se hizo de día, salió y prosiguió a un lugar solitario.+ Pero las muchedumbres andaban buscándolo y llegaron hasta donde estaba, y trataron de detenerlo para que no se fuera de ellos. 43 Pero él les dijo: “También a otras ciudades tengo que declarar las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto fui enviado”.+ 44 Por consiguiente, iba predicando en las sinagogas de Judea.+
5 En cierta ocasión, cuando la muchedumbre se agolpaba sobre él y escuchaba la palabra de Dios, él estaba de pie junto al lago de Genesaret.+ 2 Y vio dos barcas atracadas al borde del lago, pero los pescadores habían salido de ellas y estaban lavando sus redes.+ 3 Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, le pidió que se apartara un poco de la tierra. Entonces se sentó, y desde la barca+ se puso a enseñar a las muchedumbres. 4 Cuando cesó de hablar, dijo a Simón: “Rema hasta donde está profundo, y echen sus redes+ para la pesca”. 5 Pero respondiendo Simón, dijo: “Instructor, toda la noche nos afanamos y no sacamos nada,+ pero porque tú lo dices bajaré las redes”. 6 Pues bien, cuando hicieron esto, encerraron una gran multitud de peces. En realidad, se les rompían las redes. 7 De modo que hicieron señas a sus socios [que estaban] en la otra barca para que vinieran y les prestaran ayuda;+ y ellos vinieron, y llenaron ambas barcas, de manera que estas se hundían. 8 Viendo esto, Simón Pedro+ cayó a las rodillas de Jesús, y dijo: “Apártate de mí, porque soy varón pecador, Señor”.*+ 9 Pues, ante la redada de peces que habían pescado, quedaron pasmados él y todos los que con él estaban, 10 y así mismo Santiago y Juan, hijos de Zebedeo,+ que eran partícipes con Simón. Pero Jesús dijo a Simón: “Deja de tener miedo. De ahora en adelante estarás pescando vivos a hombres”.+ 11 De modo que volvieron a traer las barcas a tierra, y abandonaron todo y le siguieron.+
12 En otra ocasión, mientras él estaba en una de las ciudades, ¡mira!, ¡un varón lleno de lepra! Cuando alcanzó a ver a Jesús, este cayó sobre su rostro y le rogó, diciendo: “Señor, si tan solo quieres, puedes limpiarme”.+ 13 Entonces, extendiendo la mano, él lo tocó, y dijo: “Quiero. Sé limpio”. Y al instante desapareció de aquel la lepra.+ 14 Y él dio al hombre órdenes de no decirlo a nadie:+ “Mas vete y muéstrate al sacerdote,+ y haz una ofrenda+ relacionada con tu limpieza, así como prescribió Moisés, para testimonio* a ellos”.+ 15 Pero su fama se extendía cada vez más, y se juntaban grandes muchedumbres para escucharle y para ser curados de sus enfermedades.+ 16 Sin embargo, él continuaba en retiro en los desiertos áridos, y orando.+
17 En el transcurso de uno de los días, estaba enseñando, y estaban sentados allí fariseos y maestros de la ley que habían venido de toda aldea de Galilea y de Judea y de Jerusalén; y el poder de Jehová* estaba allí para que él hiciera curaciones.+ 18 Y, ¡mira!, unos varones que llevaban en una cama a un hombre paralítico, y buscaban la manera de introducirlo y ponerlo delante de él.+ 19 Por eso, al no hallar la manera de introducirlo a causa de la muchedumbre, subieron al techo, y por las tejas lo bajaron con la camita en medio de los que estaban enfrente de Jesús.+ 20 Y cuando él vio la fe de ellos, dijo: “Hombre, tus pecados te son perdonados”.+ 21 Por lo tanto, los escribas y los fariseos comenzaron a razonar, diciendo: “¿Quién es este que habla blasfemias?+ ¿Quién puede perdonar pecados sino Dios solo?”.+ 22 Pero Jesús, discerniendo lo que razonaban, les dijo en respuesta: “¿Qué razonan en sus corazones?+ 23 ¿Qué es más fácil?, ¿decir: ‘Tus pecados te son perdonados’, o decir: ‘Levántate y anda’?+ 24 Pero para que sepan que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados... —dijo al paralítico—: Te digo: Levántate y toma tu camita y ponte en camino a tu casa”.+ 25 Y al instante este se levantó delante de ellos, tomó aquello en que antes se había acostado, y se fue a su casa, glorificando a Dios.+ 26 Entonces un éxtasis+ se apoderó de todos sin excepción, y se pusieron a glorificar a Dios, y se llenaron de temor, y decían: “¡Cosas extrañas hemos visto hoy!”.+
27 Ahora bien, después de estas cosas él salió y vio a un recaudador de impuestos de nombre Leví sentado en la oficina de los impuestos, y le dijo: “Sé mi seguidor”.+ 28 Y dejándolo todo+ atrás, él se levantó y se puso a seguirlo. 29 También, Leví le hizo un gran banquete de recepción en su casa; y había una gran muchedumbre de recaudadores de impuestos y otros que estaban con ellos reclinados a la mesa.+ 30 Por esto los fariseos y sus escribas se pusieron a murmurar, y decían a los discípulos de él: “¿Por qué comen y beben ustedes con recaudadores de impuestos y pecadores?”.+ 31 Respondiendo, Jesús les dijo: “Los que están sanos no necesitan médico,+ pero los que se hallan mal sí.+ 32 No he venido a llamar a justos, sino a pecadores a arrepentimiento”.+
33 Ellos le dijeron: “Los discípulos de Juan ayunan frecuentemente, y hacen ruegos, y así mismo los de los fariseos; pero los tuyos comen y beben”.+ 34 Jesús les dijo: “Ustedes no pueden hacer ayunar a los amigos del novio* mientras el novio está con ellos, ¿verdad?+ 35 Sin embargo, vendrán días en que el novio+ sí les será quitado;+ entonces ayunarán en aquellos días”.+
36 Además, siguiendo, les dio una ilustración: “Nadie corta un remiendo de una nueva prenda de vestir exterior y lo cose en una vieja prenda de vestir exterior; pero si lo hace, entonces el remiendo nuevo se arranca, y, además, el remiendo de la prenda nueva no hace juego con la vieja.+ 37 Por otra parte, nadie pone vino nuevo en odres viejos; pero si lo hace, entonces el vino nuevo revienta los odres,+ y se vierte, y los odres se echan a perder.+ 38 Pero el vino nuevo tiene que ponerse en odres nuevos. 39 Nadie que haya bebido vino añejo quiere el nuevo; porque dice: ‘El añejo+ es exquisito’”.*
6 Ahora bien, un sábado sucedió que él iba pasando por los sembrados de grano, y sus discípulos arrancaban+ y comían las espigas, tras frotarlas con las manos.+ 2 Por esto, algunos de los fariseos dijeron: “¿Por qué hacen ustedes lo que no es lícito+ en día de sábado?”.+ 3 Pero Jesús, respondiendo, les dijo: “¿Nunca han leído ustedes lo que hizo David+ cuando él y los hombres que estaban con él tuvieron hambre?+ 4 ¿Que entró en la casa de Dios y recibió los panes de la presentación*+ y comió y dio parte a los hombres que estaban con él, lo que no es lícito a nadie comer, sino solo a los sacerdotes?”.+ 5 Y pasó a decirles: “Señor del sábado es lo que el Hijo del hombre es”.+
6 En el transcurso de otro sábado+ entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Y estaba allí un hombre cuya mano derecha estaba seca.+ 7 Los escribas y fariseos entonces estuvieron observándolo+ detenidamente para ver si curaría en día de sábado, a fin de hallar alguna manera de acusarlo.+ 8 Él, sin embargo, conocía sus razonamientos;+ no obstante, dijo al hombre de la mano seca: “Levántate y ponte de pie en medio”. Y él se levantó y quedó de pie.+ 9 Entonces Jesús les dijo: “Les pregunto: ¿Es lícito en el sábado hacer bien,+ o hacer daño?, ¿salvar un alma,* o destruirla?”.+ 10 Y después de mirar alrededor a todos ellos, dijo al hombre:* “Extiende la mano”. Él lo hizo, y la mano le fue restaurada.+ 11 Pero ellos se llenaron de insensatez, y se pusieron a hablar unos con otros en cuanto a qué podrían hacerle a Jesús.+
12 En el transcurso de aquellos días él salió a la montaña a orar,+ y pasó toda la noche en oración a Dios.+ 13 Pero cuando se hizo de día llamó a sí a sus discípulos y escogió doce de entre ellos, a los cuales también dio el nombre de “apóstoles”:+ 14 Simón, a quien también dio el nombre de Pedro,+ y Andrés su hermano, y Santiago y Juan,+ y Felipe+ y Bartolomé, 15 y Mateo y Tomás,+ y Santiago [hijo] de Alfeo, y Simón que es llamado “el celoso”,*+ 16 y Judas [hijo] de Santiago, y Judas Iscariote, que se volvió traidor.+
17 Y bajó con ellos y se apostó en un lugar llano, y había una gran muchedumbre de sus discípulos, y una gran multitud del pueblo+ de toda Judea y de Jerusalén y del país marítimo de Tiro y Sidón, que vinieron a oírle y a ser sanados de sus enfermedades.+ 18 Hasta aquellos a quienes perturbaban espíritus inmundos eran curados. 19 Y toda la muchedumbre procuraba tocarlo,+ porque de él salía poder+ y sanaba a todos.
20 Y él alzó los ojos sobre sus discípulos y se puso a decir:+
“Felices* son ustedes, los pobres,+ porque de ustedes es el reino de Dios.
21 ”Felices son ustedes los que tienen hambre+ ahora, porque serán saciados.+
”Felices son ustedes los que lloran ahora, porque reirán.+
22 ”Felices son ustedes cuando los hombres los odien,+ y cuando los excluyan y los vituperen y desechen+ su nombre como inicuo por causa del Hijo del hombre. 23 Regocíjense en aquel día y salten, porque, ¡miren!, su galardón es grande en el cielo, porque esas son las mismas cosas que hacían los antepasados de ellos a los profetas.+
24 ”Mas ¡ay de ustedes los ricos,+ porque ya disfrutan de su consolación completa!+
25 ”¡Ay de ustedes los que están saciados ahora, porque padecerán hambre!+
”¡Ay, ustedes que ríen ahora, porque se lamentarán y llorarán!+
26 ”¡Ay, cuando todos los hombres hablen bien de ustedes, porque cosas como estas son las que los antepasados de ellos hicieron a los falsos profetas!+
27 ”Pero les digo a ustedes los que escuchan: Continúen amando a sus enemigos,+ haciendo bien+ a los que los odian, 28 bendiciendo a los que los maldicen, orando por los que los insultan.+ 29 Al que te hiera en una mejilla,+ ofrécele también la otra; y al que te quite+ tu prenda de vestir exterior, no le retengas siquiera la prenda de vestir interior. 30 Da a todo el que te pida,+ y al que te quite lo tuyo, no [lo] pidas de vuelta.
31 ”También, así como quieren* que los hombres les hagan a ustedes, háganles* de igual manera a ellos.+
32 ”Y si ustedes aman a los que los aman, ¿de qué mérito les es? Porque hasta los pecadores aman a los que los aman.+ 33 Y si hacen bien a los que les hacen bien, ¿de qué mérito, realmente, les es a ustedes? Hasta los pecadores hacen lo mismo.+ 34 También, si prestan [sin interés]+ a aquellos de quienes esperan recibir, ¿de qué mérito les es? Hasta los pecadores prestan [sin interés] a los pecadores para que se les devuelva otro tanto.+ 35 Al contrario, continúen amando a sus enemigos y haciendo bien y prestando+ [sin interés], sin esperar que se les devuelva nada; y su galardón será grande, y serán hijos del Altísimo,+ porque él es bondadoso+ para con los ingratos e inicuos. 36 Continúen haciéndose misericordiosos, así como su Padre es misericordioso.+
37 ”Además, dejen de juzgar, y de ninguna manera serán juzgados;+ y dejen de condenar, y de ninguna manera serán condenados. Sigan poniendo en libertad, y se les pondrá en libertad.+ 38 Practiquen el dar, y se les dará.+ Derramarán en sus regazos* una medida excelente, apretada, remecida y rebosante. Porque con la medida con que ustedes miden, se les medirá en cambio”.+
39 Entonces les habló también una ilustración: “Un ciego no puede guiar a un ciego, ¿verdad? Ambos caerán en un hoyo, ¿no es cierto?+ 40 El alumno no es superior a su maestro, pero todo el que esté perfectamente instruido será como su maestro.+ 41 ¿Por qué, entonces, miras la paja que está en el ojo de tu hermano, pero no observas la viga que está en tu propio ojo?+ 42 ¿Cómo puedes decir a tu hermano: ‘Hermano, permíteme extraer la paja que está en tu ojo’, mientras que tú mismo no miras la viga en ese ojo tuyo?+ ¡Hipócrita! Primero extrae la viga de tu propio ojo,+ y entonces verás claramente cómo extraer la paja que está en el ojo de tu hermano.+
43 ”Porque no hay árbol excelente que produzca fruto podrido; de nuevo, no hay árbol podrido que produzca fruto excelente.+ 44 Porque cada árbol es conocido por su propio fruto.+ Por ejemplo, no se recogen higos de espinos, ni de la zarza se cortan uvas.+ 45 El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón produce lo bueno;+ pero el hombre inicuo produce lo que es inicuo de su [tesoro] inicuo; porque de la abundancia del corazón habla su boca.+
46 ”Entonces, ¿por qué me llaman ‘¡Señor! ¡Señor!’, pero no hacen las cosas que digo?+ 47 Todo el que viene a mí y oye mis palabras y las hace, les mostraré a quién es semejante:+ 48 Es semejante a un hombre que, al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la masa rocosa. Por consiguiente, cuando sobrevino una inundación,+ el río rompió contra aquella casa, pero no tuvo la fuerza para sacudirla, porque estaba bien edificada.+ 49 Por otra parte, el que oye, y no hace,+ es semejante a un hombre que edificó una casa sobre tierra sin fundamento. El río rompió contra esta, y esta inmediatamente se desplomó, y la ruina+ de aquella casa vino a ser grande”.+
7 Cuando él hubo acabado todos sus dichos a oídos del pueblo, entró en Capernaum.+ 2 Ahora bien, el esclavo de cierto oficial del ejército,* a quien este apreciaba mucho, se hallaba mal y estaba a punto de morir.+ 3 Habiendo oído acerca de Jesús, envió a él algunos ancianos de los judíos a pedirle que viniera a sacar de peligro a su esclavo. 4 Entonces los que vinieron a Jesús se pusieron a suplicarle solícitamente,* diciendo: “Es digno de que le otorgues esto, 5 porque ama a nuestra nación,+ y él mismo nos edificó la sinagoga”. 6 De modo que Jesús partió con ellos. Pero no estando él lejos de la casa, el oficial del ejército ya había enviado unos amigos a decirle: “Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres debajo de mi techo.+ 7 Por esto no me consideré digno de ir a ti. Mas di tú la palabra, y sea sanado mi sirviente. 8 Porque yo también soy hombre puesto bajo autoridad, que tengo soldados bajo mí, y digo a este: ‘¡Vete!’, y se va, y a otro: ‘¡Ven!’, y viene, y a mi esclavo: ‘¡Haz esto!’, y lo hace”.+ 9 Pues bien, al oír estas cosas Jesús se maravilló de él, y se volvió a la muchedumbre que le seguía y dijo: “Les digo: Ni siquiera en Israel he hallado fe tan grande”.+ 10 Y los que habían sido enviados, al volver a la casa, hallaron al esclavo en buena salud.+
11 Poco después de esto* viajó a una ciudad llamada Naín, y sus discípulos y una gran muchedumbre viajaban con él. 12 Al acercarse él a la puerta de la ciudad, pues ¡mira!, sacaban a un muerto,+ el hijo unigénito*+ de su madre. Además, ella era viuda. También estaba con ella una muchedumbre bastante numerosa de la ciudad. 13 Y cuando el Señor* alcanzó a verla, se enterneció+ por ella, y le dijo: “Deja de llorar”.+ 14 En seguida se acercó y tocó el féretro, y los que lo llevaban se detuvieron, y él dijo: “Joven, yo te digo: ¡Levántate!”.*+ 15 Y el muerto se incorporó y comenzó a hablar, y él lo dio a su madre.+ 16 Entonces el temor+ se apoderó de todos, y se pusieron a glorificar a Dios, diciendo: “Un gran profeta+ ha sido levantado entre nosotros”, y: “Dios ha dirigido su atención a su pueblo”.+ 17 Y estas noticias respecto a él se extendieron por toda Judea y por toda la comarca.
18 Ahora bien, los discípulos de Juan le informaron acerca de todas estas cosas.+ 19 Entonces Juan mandó llamar a ciertos dos de sus discípulos y los envió al Señor* a decir: “¿Eres tú Aquel Que Viene, o hemos de esperar a uno diferente?”.*+ 20 Cuando llegaron a él, los varones dijeron: “Juan el Bautista nos despachó a ti a decir: ‘¿Eres tú Aquel Que Viene, o hemos de esperar a otro?’”.* 21 En aquella hora él curó a muchos de enfermedades+ y de penosas dolencias y de espíritus inicuos, y concedió a muchos ciegos el favor de ver. 22 Por lo tanto, en respuesta dijo a los [dos]: “Vayan,+ informen a Juan lo que vieron y oyeron: los ciegos+ reciben la vista, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos son levantados, a los pobres se anuncian+ las buenas nuevas.+ 23 Y feliz es el que no haya tropezado a causa de mí”.+
24 Cuando los mensajeros de Juan se hubieron ido, él comenzó a decir a las muchedumbres respecto a Juan: “¿Qué salieron a contemplar en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento?+ 25 Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿A un hombre vestido de suaves prendas exteriores?+ ¡Si los que visten con esplendor y existen en lujo están en casas reales!+ 26 Verdaderamente, pues, ¿qué salieron a ver? ¿A un profeta?+ Sí, les digo, y mucho más que profeta.+ 27 Este es aquel acerca de quien está escrito: ‘¡Mira! Envío a mi mensajero delante de tu rostro,+ que preparará tu camino delante de ti’.+ 28 Les digo a ustedes: Entre los nacidos de mujer ninguno hay mayor+ que Juan; pero el que sea de los menores en el reino de Dios es mayor que él”.+ 29 (Y todo el pueblo y los recaudadores de impuestos, al oír [esto],* declararon justo a Dios,+ pues habían sido bautizados con el bautismo* de Juan.+ 30 Pero los fariseos y los versados en la Ley habían desatendido el consejo+ de Dios a ellos, pues no habían sido bautizados por él.)
31 “¿A quién, por lo tanto, compararé a los hombres de esta generación, y a quién son semejantes?+ 32 Son semejantes a los niñitos sentados en una plaza de mercado y que se dan voces unos a otros, y dicen: ‘Les tocamos la flauta, pero no danzaron; plañimos, pero no lloraron’.+ 33 Correspondientemente, Juan el Bautista ha venido sin comer pan ni beber vino, pero ustedes dicen: ‘Tiene demonio’.+ 34 El Hijo del hombre ha venido comiendo y bebiendo, pero ustedes dicen: ‘¡Miren! ¡Un hombre glotón y dado a beber vino, amigo de recaudadores de impuestos y pecadores!’.+ 35 De todos modos, la sabiduría+ queda probada justa por todos sus hijos”.+
36 Ahora bien, uno de los fariseos seguía invitándolo a comer con él. Por consiguiente, él entró en la casa+ del fariseo y se reclinó a la mesa. 37 Y ¡mira!, una mujer que era conocida en la ciudad como pecadora se enteró de que él estaba reclinado a la mesa en casa del fariseo, y trajo una cajita de alabastro+ llena de aceite perfumado 38 y, tomando una posición detrás, junto a sus pies, lloró y comenzó a mojarle los pies con sus lágrimas, y se los enjugaba con los cabellos de su cabeza. También, le besaba los pies tiernamente y se los untaba con el aceite perfumado. 39 Al ver esto, el fariseo que lo había invitado dijo dentro de sí: “Este hombre, si fuera profeta,+ conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora”.+ 40 Pero, respondiendo, Jesús le dijo: “Simón, tengo algo que decirte”. Él dijo: “Maestro, ¡dilo!”.
41 “Dos hombres eran deudores a cierto prestamista; el uno le debía quinientos denarios,*+ pero el otro cincuenta. 42 Cuando no tuvieron con qué pagar, él sin reserva perdonó+ a ambos. Por lo tanto, ¿cuál de ellos le amará más?” 43 Contestando, Simón dijo: “Supongo que será aquel a quien sin reserva le perdonó más”. Él le dijo: “Juzgaste correctamente”. 44 Con eso, se volvió a la mujer y dijo a Simón: “¿Contemplas a esta mujer? Entré en tu casa; no me diste agua+ para los pies. Pero esta mujer me ha mojado los pies con sus lágrimas y los ha enjugado con sus cabellos. 45 No me diste beso;+ pero esta mujer, desde la hora que entré, no ha dejado de besarme los pies tiernamente. 46 No me untaste la cabeza con aceite;+ pero esta mujer me ha untado los pies con aceite perfumado. 47 En virtud de esto, te digo, los pecados de ella, por muchos que sean, son perdonados,+ porque amó mucho; mas al que se le perdona poco, poco ama”. 48 Entonces le dijo a ella: “Tus pecados son perdonados”.+ 49 Ante esto, los que estaban reclinados a la mesa con él comenzaron a decir dentro de sí: “¿Quién es este hombre que hasta perdona pecados?”.+ 50 Pero él dijo a la mujer: “Tu fe te ha salvado;+ vete en paz”.+
8 Poco después iba viajando de ciudad en ciudad y de aldea en aldea, predicando* y declarando las buenas nuevas del reino de Dios.+ Y con él iban los doce, 2 y ciertas mujeres+ que habían sido curadas de espíritus inicuos y de enfermedades, María la llamada Magdalena, de quien habían salido siete demonios,+ 3 y Juana+ la esposa de Cuza, el intendente de Herodes, y Susana y muchas otras mujeres, que les ministraban de sus bienes.
4 Ahora bien, cuando se hubo reunido una gran muchedumbre junto con los que acudían a él de ciudad tras ciudad, habló por medio de una ilustración:+ 5 “Un sembrador salió a sembrar su semilla. Pues bien, al ir sembrando, parte de ella cayó a lo largo del camino y fue hollada, y las aves del cielo se la comieron.+ 6 Otra parte cayó sobre la masa rocosa, y, después de brotar, se secó por no tener humedad.+ 7 Otra parte cayó entre los espinos, y los espinos que crecieron con ella la ahogaron.+ 8 Otra parte cayó sobre la tierra buena, y, después de brotar, produjo fruto de a ciento por uno”.+ Al decir estas cosas, procedió a clamar: “El que tiene oídos para escuchar, escuche”.+
9 Pero sus discípulos se pusieron a preguntarle qué pudiera significar esta ilustración.+ 10 Él dijo: “A ustedes se les concede entender los secretos sagrados del reino de Dios, pero para los demás está en ilustraciones,+ para que, aunque estén mirando, miren en vano y, aunque estén oyendo, no capten el significado.+ 11 Bueno, la ilustración+ significa esto: La semilla es la palabra de Dios.+ 12 Los de a lo largo del camino son los que han oído,+ entonces viene el Diablo+ y quita la palabra de su corazón para que no crean y sean salvos.+ 13 Los de sobre la masa rocosa son los que, cuando la oyen, reciben la palabra con gozo, pero estos no tienen raíz; creen por un tiempo, pero en tiempo de prueba se apartan.+ 14 En cuanto a lo que cayó sobre los espinos, estos son los que han oído, pero, por ser arrebatados por las inquietudes y las riquezas y los placeres+ de esta vida, son completamente ahogados y no llevan nada a perfección.+ 15 En cuanto a lo que está en la tierra excelente, estos son los que, después de oír la palabra con un corazón excelente y bueno,+ la retienen y llevan fruto con aguante.+
16 ”Nadie, después de encender una lámpara, la cubre con una vasija o la pone debajo de la cama, sino que la pone en el candelero, para que los que entren vean la luz.+ 17 Porque nada hay escondido+ que no llegue a manifestarse, ni nada cuidadosamente ocultado que nunca llegue a saberse y nunca salga al descubierto.+ 18 Por lo tanto, presten atención a cómo escuchan; porque al que tiene, se le dará más,+ pero al que no tiene, aun lo que se imagina tener le será quitado”.+
19 Entonces vinieron hacia él su madre y sus hermanos,+ pero no podían llegar a él a causa de la muchedumbre.+ 20 Sin embargo, se le informó: “Tu madre y tus hermanos están de pie fuera, y quieren verte”.+ 21 En respuesta, les dijo: “Mi madre y mis hermanos son estos que oyen la palabra de Dios y la hacen”.+
22 En el transcurso de uno de los días, él y sus discípulos entraron en una barca, y él les dijo: “Pasemos al otro lado del lago”. De modo que se hicieron a la vela.+ 23 Pero, mientras navegaban, él se durmió. Ahora bien, una violenta tempestad de viento descendió sobre el lago, e iban llenándose de [agua] y estaban en peligro.+ 24 Por fin fueron a él y lo despertaron, diciendo: “¡Instructor, Instructor, estamos a punto de perecer!”.+ Despertándose, él reprendió+ al viento y al furor del agua, y estos se apaciguaron, y sobrevino una calma. 25 Entonces les dijo: “¿Dónde está su fe?”. Pero ellos, sobrecogidos de temor, se maravillaban, y se decían unos a otros: “¿Quién, realmente, es este, porque ordena hasta a los vientos y al agua, y le obedecen?”.+
26 Y arribaron al país de los gerasenos,* que está en el lado opuesto a Galilea.+ 27 Pero al salir él a tierra se encontró con él cierto varón de la ciudad, [uno] que tenía demonios. Y hacía mucho tiempo que no se ponía ropa, y no se quedaba en casa, sino entre las tumbas.+ 28 Al ver a Jesús, dio un grito y cayó delante de él, y en voz fuerte dijo: “¿Qué tengo que ver contigo,*+ Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes”.+ 29 (Porque él había estado ordenando al espíritu inmundo que saliera del hombre. Pues hacía mucho tiempo que lo tenía firmemente asido,+ y repetidas veces lo sujetaban con cadenas y grilletes, custodiado, pero él reventaba las ataduras y era impelido por el demonio a los lugares solitarios.) 30 Jesús le preguntó: “¿Cuál es tu nombre?”. Él dijo: “Legión”, porque muchos demonios habían entrado en él.+ 31 Y le suplicaban+ que no les ordenara irse al abismo.*+ 32 Pues bien, había una piara de cerdos+ bastante numerosa paciendo allí en la montaña; de modo que le suplicaron que les permitiera entrar en ellos.+ Y les dio permiso. 33 Entonces los demonios salieron del hombre y entraron en los cerdos, y la piara se precipitó por el despeñadero en el lago, y se ahogó.+ 34 Pero al ver los porquerizos lo que había sucedido, huyeron y lo informaron a la ciudad y a la región rural.+
35 Entonces salió la gente a ver lo que había sucedido, y vinieron a Jesús, y hallaron al hombre de quien habían salido los demonios, vestido y en su cabal juicio, sentado a los pies de Jesús; y se llenaron de temor.+ 36 Los que lo habían visto les informaron cómo se le había devuelto la salud* al endemoniado.+ 37 Entonces toda la multitud de la comarca de los gerasenos* le pidió que se fuera de ellos, porque estaban poseídos de gran temor.+ Entonces él subió a la barca y se apartó. 38 Sin embargo, el varón de quien habían salido los demonios le rogaba [que lo dejara] continuar con él; pero él despidió al hombre, diciendo:+ 39 “Vuélvete a tu casa, y sigue contando qué cosas ha hecho Dios por ti”.+ Por consiguiente, este se fue, proclamando por todas partes de la ciudad qué cosas había hecho Jesús por él.+
40 Al volver Jesús, la muchedumbre lo recibió amablemente, porque todos estaban esperándolo.+ 41 Pero, ¡mira!, vino un varón, por nombre Jairo, y este varón era un presidente de la sinagoga. Y cayó a los pies de Jesús y se puso a suplicarle que entrara en su casa,+ 42 porque tenía una hija unigénita,* como de doce años, y esta se estaba muriendo.+
Mientras [Jesús] iba, las muchedumbres lo apretaban.+ 43 Y una mujer, que padecía flujo de sangre+ hacía doce años, y que no había podido conseguir que nadie la curara,+ 44 se acercó por detrás y le tocó el fleco*+ de la prenda de vestir exterior,+ y al instante el flujo de su sangre cesó.+ 45 De modo que Jesús dijo: “¿Quién es el que me ha tocado?”.+ Cuando todos lo negaban, Pedro dijo: “Instructor, las muchedumbres te cercan y te oprimen estrechamente”.+ 46 Sin embargo, Jesús dijo: “Alguien me ha tocado, porque percibí que ha salido poder+ de mí”.+ 47 Viendo que no había pasado inadvertida, la mujer vino temblando y cayó delante de él y reveló ante todo el pueblo por qué razón lo había tocado, y cómo había sido sanada al instante.+ 48 Pero él le dijo: “Hija, tu fe te ha devuelto la salud;*+ vete en paz”.+
49 Mientras él todavía estaba hablando, vino cierto representante del presidente de la sinagoga, y dijo: “Ha muerto tu hija; no molestes ya al maestro”.+ 50 Al oír esto, Jesús le contestó: “No temas, solo muestra fe,+ y ella será salva”. 51 Cuando llegó a la casa, no dejó que nadie entrara con él sino Pedro y Juan y Santiago y el padre y la madre de la muchacha.+ 52 Pero toda la gente estaba llorando y golpeándose en desconsuelo por ella. De modo que él dijo: “Dejen de llorar,+ porque no murió, sino que duerme”.+ 53 Ante esto, empezaron a reírse de él desdeñosamente, porque sabían que ella había muerto.+ 54 Mas él la tomó de la mano y llamó, diciendo: “Muchacha, ¡levántate!”.*+ 55 Y el espíritu+ de ella* volvió, y ella se levantó+ al instante, y él ordenó que se le diera algo de comer.+ 56 Pues bien, sus padres quedaron fuera de sí; pero él les dio instrucciones de que no dijeran a nadie lo que había acontecido.+
9 Entonces convocó a los doce y les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para curar enfermedades.+ 2 Y los envió a predicar el reino de Dios y a hacer curaciones, 3 y les dijo: “No lleven nada para el viaje, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero en plata; tampoco tengan dos prendas de vestir interiores.+ 4 Pero dondequiera que entren en una casa, quédense allí y partan de allí.+ 5 Y dondequiera que no los reciban, al salir de aquella ciudad,+ sacúdanse el polvo de los pies para testimonio contra ellos”.+ 6 Partiendo entonces, ellos recorrieron el territorio de aldea en aldea, declarando las buenas nuevas y ejecutando curaciones por todas partes.+
7 Ahora bien, Herodes el gobernante de distrito* oyó todas las cosas que acontecían, y estaba muy perplejo porque algunos decían que Juan había sido levantado de entre los muertos,+ 8 pero otros que Elías había aparecido, pero otros que uno de los antiguos profetas se había levantado. 9 Herodes dijo: “A Juan yo lo decapité.+ ¿Quién, pues, es este de quien oigo tales cosas?”. De modo que procuraba+ verlo.
10 Y cuando los apóstoles volvieron, le refirieron qué cosas habían hecho.+ Entonces los tomó consigo y se retiró a un sitio privado+ en una ciudad llamada Betsaida. 11 Pero las muchedumbres, al saberlo, lo siguieron. Y él los recibió amablemente y se puso a hablarles del reino de Dios,+ y sanó a los que tenían necesidad de curación.+ 12 Luego el día comenzó a declinar. Entonces se acercaron los doce y le dijeron: “Despide a la muchedumbre, para que vayan a las aldeas y a la región rural de alrededor y consigan alojamiento y hallen provisiones, porque aquí estamos en un lugar solitario”.+ 13 Pero él les dijo: “Denles ustedes algo de comer”.+ Ellos dijeron: “No tenemos nada más que cinco panes y dos pescados,+ a no ser que vayamos nosotros mismos a comprar víveres para toda esta gente”.+ 14 Eran, de hecho, como cinco mil varones.+ Pero él dijo a sus discípulos: “Háganlos reclinarse como en las comidas, en grupos como de cincuenta cada uno”.+ 15 Y lo hicieron así, e hicieron que todos se reclinaran. 16 Entonces, tomando los cinco panes y los dos pescados, él miró al cielo, los bendijo y los partió, e iba dándolos a los discípulos para que ellos los pusieran delante de la muchedumbre.+ 17 De modo que todos comieron y quedaron satisfechos, y se recogió el sobrante que tuvieron, doce cestas de trozos.+
18 Más tarde, mientras oraba solo, los discípulos vinieron a él juntos,* y él los interrogó, diciendo: “¿Quién dicen las muchedumbres que soy?”.+ 19 Respondiendo, ellos dijeron: “Juan el Bautista;* pero otros, Elías,* y otros, que uno de los antiguos profetas se ha levantado”.+ 20 Entonces les dijo: “Pero ustedes, ¿quién dicen que soy?”. Pedro dijo en respuesta:+ “El Cristo+ de Dios”. 21 Entonces, en un discurso riguroso, les instruyó que no anduvieran diciendo esto a nadie,+ 22 pero dijo: “El Hijo del hombre tiene que pasar por muchos sufrimientos y ser rechazado por los ancianos y los sacerdotes principales y los escribas, y ser muerto,+ y al tercer día ser levantado”.+
23 Siguiendo entonces, dijo a todos: “Si alguien quiere venir en pos de mí, repúdiese a sí mismo+ y tome su madero de tormento* día tras día y sígame de continuo.+ 24 Porque el que quiera salvar su alma* la perderá; pero el que pierda su alma por causa de mí es el que la salvará.+ 25 Realmente, ¿de qué provecho le es al hombre el que gane el mundo entero pero se pierda a sí mismo o sufra daño?+ 26 Porque el que se avergüence de mí y de mis palabras, de este se avergonzará el Hijo del hombre cuando llegue en su gloria y en la del Padre y de los santos ángeles.+ 27 Pero les digo verdaderamente: Hay algunos de los que están en pie aquí que de ningún modo gustarán la muerte hasta que primero vean el reino de Dios”.+
28 En efecto, unos ocho días después de estas palabras, tomó consigo a Pedro y a Juan y a Santiago y subió a la montaña a orar.+ 29 Y, mientras oraba, la apariencia+ de su rostro se hizo diferente, y su vestidura se volvió lustrosamente blanca.*+ 30 También, ¡mira!, dos varones conversaban con él, los cuales eran Moisés y Elías.+ 31 Estos aparecieron con gloria y se pusieron a hablar de la partida* de él que él estaba destinado a cumplir en Jerusalén.+ 32 Pues bien, Pedro y los que estaban con él estaban cargados de sueño; mas cuando despertaron completamente, vieron la gloria de él+ y a los dos varones que estaban de pie con él. 33 Y mientras estos iban siendo separados de él, Pedro dijo a Jesús: “Instructor, es excelente que estemos aquí; por eso, erijamos tres tiendas: una para ti y una para Moisés y una para Elías”, pues no se daba cuenta de lo que decía.+ 34 Pero mientras decía estas cosas se formó una nube, y los cubría con su sombra. Al entrar ellos en la nube, se llenaron de temor.+ 35 Y de la nube salió una voz,+ y dijo: “Este es mi Hijo, el que ha sido escogido.+ Escúchenle”.+ 36 Y al ocurrir la voz, se halló a Jesús solo.+ Pero ellos callaron y no informaron a nadie en aquellos días ninguna de las cosas que habían visto.+
37 Al día siguiente, cuando bajaron de la montaña, una gran muchedumbre vino al encuentro de él.+ 38 Y ¡mira!, un varón clamó de entre la muchedumbre, y dijo: “Maestro, te ruego que mires a mi hijo, porque es mi unigénito,*+ 39 y, ¡mira!, un espíritu+ lo toma, y de repente clama, y lo convulsiona con espumarajos, y apenas se retira de él después de magullarlo. 40 Y rogué a tus discípulos que lo expulsaran, pero no pudieron”.+ 41 Respondiendo, Jesús dijo: “Oh generación falta de fe y aviesa,+ ¿hasta cuándo tengo que continuar con ustedes y soportarlos? Conduce a tu hijo acá”.+ 42 Pero al mismo tiempo que él se acercaba, el demonio lo arrojó al suelo y lo convulsionó violentamente. Sin embargo, Jesús reprendió al espíritu inmundo y sanó al muchacho y se lo entregó a su padre.+ 43 Pues bien, todos empezaron a quedar atónitos ante el poder majestuoso*+ de Dios.
Ahora bien, mientras todos se maravillaban de todas las cosas que él hacía, él dijo a sus discípulos: 44 “Alojen estas palabras en sus oídos, porque el Hijo del hombre está destinado a ser entregado en manos de los hombres”.+ 45 Pero ellos continuaron sin entender este dicho. De hecho, les fue ocultado para que no lo penetraran, y tenían miedo de interrogarle acerca de este dicho.+
46 Entonces entró entre ellos un razonamiento sobre quién de ellos sería* el mayor.+ 47 Jesús, conociendo el razonamiento de sus corazones, tomó a un niñito, lo puso a su lado,+ 48 y les dijo: “Cualquiera que reciba a este niñito sobre la base de mi nombre, a mí me recibe [también], y cualquiera que me recibe a mí, recibe [también] al que me envió.+ Porque el que se porta como uno de los menores+ entre todos ustedes es el que es* grande”.+
49 Respondiendo, Juan dijo: “Instructor, vimos a cierto hombre que expulsaba demonios+ por el uso de tu nombre y tratamos de impedírselo,+ porque no sigue* con nosotros”.+ 50 Pero Jesús le dijo: “No traten de impedír[selo], porque el que no está contra ustedes está a favor de ustedes”.+
51 Como ya se cumplían los días en que había de ser tomado arriba,*+ afirmó su rostro para ir a Jerusalén. 52 De modo que envió mensajeros delante de sí. Y ellos fueron por su camino y entraron en una aldea de samaritanos,+ para hacerle preparativos; 53 mas estos no lo recibieron, porque él tenía el rostro fijo para ir a Jerusalén.+ 54 Cuando los discípulos Santiago y Juan+ vieron esto, dijeron: “Señor,* ¿quieres que digamos que baje fuego+ del cielo y los aniquile?”. 55 Pero él se volvió y los reprendió. 56 De modo que fueron a una aldea diferente.
57 Ahora bien, mientras iban por el camino, alguien le dijo: “Te seguiré a cualquier lugar adonde partas”.+ 58 Y Jesús le dijo: “Las zorras tienen cuevas y las aves del cielo tienen donde posarse, pero el Hijo del hombre no tiene donde recostar la cabeza”.+ 59 Luego dijo a otro: “Sé mi seguidor”. El hombre dijo: “Permíteme primero ir y enterrar a mi padre”.+ 60 Pero él le dijo: “Deja que los muertos+ entierren a sus muertos, mas vete tú y declara por todas partes el reino de Dios”.+ 61 Y uno más dijo: “Te seguiré, Señor; pero primero permíteme despedirme+ de los de mi casa”. 62 Jesús le dijo: “Nadie que ha puesto la mano en el arado+ y mira a las cosas [que deja] atrás+ es muy apto para el reino de Dios”.
10 Después de estas cosas el Señor designó a otros setenta*+ y los envió de dos en dos+ delante de sí a toda ciudad y lugar adonde él mismo iba a ir. 2 Entonces empezó a decirles: “La mies,+ en realidad, es mucha, pero los obreros+ son pocos. Por lo tanto, rueguen+ al Amo de la mies que envíe obreros+ a su mies. 3 Vayan. ¡Miren! Los envío como a corderos+ en medio de lobos. 4 No lleven bolsa, ni alforja,+ ni sandalias, y no abracen+ a nadie en saludo por el camino. 5 Dondequiera que entren en una casa, digan primero: ‘Tenga paz esta casa’.+ 6 Y si hay allí un amigo* de la paz, la paz de ustedes descansará sobre él.*+ Pero si no lo hay, se volverá a ustedes.+ 7 De modo que quédense en aquella casa,+ comiendo y bebiendo las cosas que les suministren,+ porque el obrero es digno de su salario.+ No anden transfiriéndose de casa en casa.+
8 ”También, dondequiera que entren en una ciudad y los reciban, coman las cosas que pongan delante de ustedes, 9 y curen+ a los enfermos en ella, y sigan diciéndoles: ‘El reino+ de Dios se ha acercado a ustedes’. 10 Pero dondequiera que entren en una ciudad y no los reciban,+ salgan a sus caminos anchos y digan: 11 ‘Hasta el polvo de su ciudad que se nos pegó a los pies nos lo limpiamos contra ustedes.+ No obstante, tengan presente esto, que el reino de Dios se ha acercado’. 12 Les digo que a Sodoma le será más soportable+ en aquel día que a aquella ciudad.
13 ”¡Ay de ti, Corazín!+ ¡Ay de ti, Betsaida!,+ porque si las obras poderosas que se han efectuado en ustedes se hubieran efectuado en Tiro y en Sidón, hace mucho que se habrían arrepentido, sentadas en saco y cenizas.+ 14 Por consiguiente, a Tiro y a Sidón les será más soportable en el juicio que a ustedes.+ 15 Y tú, Capernaum, ¿acaso tú serás ensalzada hasta el cielo?+ ¡Hasta el Hades*+ descenderás!
16 ”El que les escucha+ a ustedes me escucha a mí [también]. Y el que los desatiende a ustedes me desatiende a mí [también]. Además, el que me desatiende a mí desatiende+ [también] al que me envió”.
17 Entonces los setenta* volvieron con gozo, y dijeron: “Señor,* hasta los demonios quedan sujetos+ a nosotros por el uso de tu nombre”. 18 Ante aquello, él les dijo: “Contemplaba yo a Satanás ya caído+ como un relámpago del cielo. 19 ¡Miren! Yo les he dado la autoridad para hollar bajo los pies serpientes+ y escorpiones,+ y sobre todo el poder del enemigo,+ y nada les hará ningún daño. 20 Sin embargo, no se regocijen a causa de esto, de que los espíritus queden sujetos a ustedes, sino regocíjense porque sus nombres+ hayan sido inscritos en los cielos”. 21 En aquella misma hora se llenó de gran gozo+ en el espíritu santo, y dijo: “Te alabo públicamente, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido cuidadosamente estas cosas de los sabios+ e intelectuales y las has revelado a los pequeñuelos. Sí, oh Padre, porque el hacerlo así vino a ser la manera aprobada por ti. 22 Todas las cosas me han sido entregadas+ por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre;+ y nadie [conoce] quién es el Padre sino el Hijo,+ y aquel a quien el Hijo esté dispuesto a revelarlo”.
23 Con eso se volvió a los discípulos, aparte, y dijo: “Felices son los ojos que contemplan las cosas que ustedes contemplan.+ 24 Porque les digo: Muchos profetas y reyes desearon ver+ las cosas que ustedes contemplan, pero no las vieron; y oír las cosas que ustedes oyen, pero no las oyeron”.
25 Entonces, ¡mira!, cierto hombre versado en la Ley+ se levantó, para probarlo, y dijo: “Maestro, ¿qué he de hacer para heredar la vida eterna?”.+ 26 Él le dijo: “¿Qué está escrito en la Ley?+ ¿Cómo lees?”. 27 Contestando, este dijo: “‘Tienes que amar a Jehová* tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma* y con todas tus fuerzas y con toda tu mente’,+ y, ‘a tu prójimo como a ti mismo’”.+ 28 Él le dijo: “Contestaste correctamente; ‘sigue haciendo esto y conseguirás la vida’”.+
29 Pero, queriendo probar que era justo, el hombre dijo a Jesús: “¿Quién, verdaderamente, es mi prójimo?”.+ 30 Respondiendo, Jesús dijo: “Cierto hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó entre salteadores, que lo despojaron y también le descargaron golpes, y se fueron, dejándolo medio muerto. 31 Ahora bien, por casualidad, cierto sacerdote bajaba por aquel camino, pero, cuando lo vio, pasó por el otro lado.+ 32 Así mismo, un levita también, cuando bajó al lugar y lo vio, pasó por el otro lado.+ 33 Pero cierto samaritano+ que viajaba por el camino llegó a donde estaba y, al verlo, se enterneció. 34 De modo que se le acercó y le vendó sus heridas, y vertió en ellas aceite y vino.+ Luego lo montó sobre su propia bestia y lo llevó a un mesón y lo cuidó. 35 Y al día siguiente sacó dos denarios,* se los dio al mesonero, y dijo: ‘Cuídalo, y lo que gastes además de esto, te lo pagaré cuando vuelva acá’. 36 ¿Quién de estos tres te parece haberse hecho prójimo+ del que cayó entre los salteadores?”. 37 Él dijo: “El que actuó misericordiosamente+ para con él”. Entonces Jesús le dijo: “Ve y haz+ tú lo mismo”.
38 Ahora bien, mientras seguían su camino, él entró en cierta aldea. Aquí cierta mujer, de nombre Marta,+ lo recibió en la casa como huésped. 39 Esta también tenía una hermana llamada María, quien, sin embargo, se sentó a los pies+ del Señor y se quedó escuchando su palabra. 40 Marta, por otra parte, estaba distraída+ atendiendo a muchos quehaceres. De modo que se acercó y dijo: “Señor,* ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para atender las cosas?+ Dile, por lo tanto, que me ayude”. 41 En contestación, el Señor le dijo: “Marta, Marta, estás inquieta+ y turbada en cuanto a muchas cosas.+ 42 Son pocas, sin embargo, las cosas+ que se necesitan, o solo una.* Por su parte, María escogió la buena porción,+ y no le será quitada”.
11 Ahora bien, aconteció que estando él en cierto lugar orando, cuando cesó, cierto discípulo suyo le dijo: “Señor, enséñanos a orar,+ así como Juan también enseñó a sus discípulos”.+
2 Entonces él les dijo: “Cuando oren,+ digan: ‘Padre, santificado sea* tu nombre.+ Venga tu reino.+ 3 Danos nuestro pan+ para el día según la necesidad del día. 4 Y perdónanos nuestros pecados,+ porque nosotros mismos también perdonamos a todo el que nos debe;+ y no nos metas en tentación’”.+
5 Además, les dijo: “¿Quién de ustedes tendrá un amigo e irá a él a medianoche y le dirá: ‘Amigo, préstame tres panes, 6 porque un amigo mío acaba de venir a mí de viaje y no tengo qué poner delante de él’? 7 Y aquel, desde dentro, en respuesta dice: ‘Deja de causarme molestia.+ La puerta ya está asegurada con cerradura, y mis niñitos están conmigo en la cama; no puedo levantarme y darte nada’. 8 Les digo: Aunque no se levante a darle algo por ser su amigo, ciertamente por causa de su persistencia+ atrevida se levantará y le dará cuantas cosas necesite. 9 Por consiguiente, les digo: Sigan pidiendo,+ y se les dará; sigan buscando,+ y hallarán; sigan tocando, y se les abrirá. 10 Porque todo el que pide recibe,+ y todo el que busca halla, y a todo el que toca se le abrirá. 11 Realmente, ¿qué padre hay entre ustedes que, si su hijo+ pide un pescado, le dará acaso una serpiente en vez de un pescado? 12 ¿O si también pide un huevo, le dará un escorpión? 13 Por lo tanto, si ustedes, aunque son inicuos, saben dar buenos regalos a sus hijos,+ ¡con cuánta más razón dará el Padre en el cielo espíritu santo+ a los que le piden!”.
14 Más tarde estaba expulsando a un demonio mudo.+ Después que el demonio salió, el mudo habló. Y las muchedumbres se maravillaron. 15 Pero algunos de ellos dijeron: “Expulsa los demonios por medio de Beelzebub* el gobernante de los demonios”.+ 16 Sin embargo, otros, para tentarlo, buscaban de él una señal+ procedente del cielo. 17 Conociendo sus pensamientos,+ les dijo: “Todo reino dividido contra sí mismo viene a parar en desolación; y una casa [dividida] contra sí misma, cae.+ 18 Por eso, si Satanás también está dividido contra sí mismo, ¿cómo podrá estar en pie su reino?+ Porque ustedes dicen que por medio de Beelzebub yo expulso los demonios. 19 Si es por medio de Beelzebub como yo expulso los demonios, ¿por medio de quién los expulsan los hijos de ustedes?+ A causa de esto, ellos serán jueces de ustedes. 20 Pero si es por medio del dedo de Dios+ como yo expulso los demonios, el reino de Dios verdaderamente los ha alcanzado.+ 21 Cuando un hombre fuerte,+ bien armado, guarda su palacio, sus bienes continúan en paz. 22 Mas cuando alguien más fuerte+ que él arremete contra él y lo vence,+ le quita todo su armamento en que confiaba, y reparte las cosas de que lo ha despojado. 23 El que no está de mi parte, contra mí está, y el que no recoge conmigo, desparrama.+
24 ”Cuando un espíritu inmundo sale de un hombre, pasa por lugares resecos en busca de un lugar de descanso, y, al no hallarlo, dice: ‘Me volveré a mi casa de la cual me mudé’.+ 25 Y al llegar, la halla barrida* y adornada. 26 Entonces va por su camino y toma siete+ espíritus diferentes,* más inicuos que él mismo, y, después de entrar, moran allí; y las circunstancias finales de ese hombre resultan peores que las primeras”.+
27 Ahora bien, mientras él decía estas cosas cierta mujer de entre la muchedumbre levantó la voz y le dijo: “¡Feliz es la matriz+ que te llevó y los pechos que mamaste!”. 28 Pero él dijo: “No; más bien: ¡Felices son los que oyen la palabra de Dios y la guardan!”.+
29 Cuando las muchedumbres estaban apiñándose, comenzó a decir: “Esta generación es una generación inicua; busca una señal.+ Pero no se le dará ninguna señal sino la señal de Jonás.+ 30 Porque así como Jonás+ llegó a ser señal para los ninivitas, de la misma manera lo será también el Hijo del hombre para esta generación. 31 La reina+ del Sur será levantada en el juicio con los varones de esta generación y los condenará; porque ella vino desde los fines* de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, pero, ¡miren!, algo más+ que Salomón está aquí. 32 Los varones de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se arrepintieron por lo que Jonás predicó;+ pero, ¡miren!, algo más+ que Jonás está aquí. 33 Después de encender una lámpara, no la pone uno en un escondrijo ni debajo de la cesta de medir, sino sobre el candelero,+ para que los que entren contemplen la luz. 34 La lámpara del cuerpo es tu ojo. Cuando tu ojo es sencillo,* todo tu cuerpo también está brillante;+ pero cuando es inicuo,* tu cuerpo también está oscuro. 35 Está alerta, por lo tanto. Tal vez la luz que hay en ti sea oscuridad.+ 36 Por lo tanto, si todo tu cuerpo está brillante sin absolutamente ninguna parte oscura, todo estará tan brillante+ como cuando una lámpara te alumbra con sus rayos”.
37 Cuando hubo hablado esto, un fariseo solicitó que comiera+ con él. De modo que él entró y se reclinó a la mesa. 38 Sin embargo, el fariseo se sorprendió al ver que primero no se lavó*+ antes de la comida. 39 Pero el Señor le dijo: “Ahora bien, ustedes los fariseos limpian el exterior de la copa y el plato, pero el interior+ de ustedes está lleno de saqueo e iniquidad.+ 40 ¡Irrazonables! El que hizo lo exterior+ hizo también lo interior, ¿no es verdad? 41 Sin embargo, den como dádivas de misericordia+ las cosas que están dentro, y ¡miren!, todas las [otras] cosas son limpias respecto a ustedes.* 42 Mas ¡ay de ustedes, fariseos, porque dan el décimo+ de la hierbabuena y de la ruda y de toda [otra] legumbre, pero pasan por alto la justicia* y el amor de Dios! Tenían la obligación de hacer estas cosas, pero de no omitir aquellas otras.+ 43 ¡Ay de ustedes, fariseos, porque aman los asientos delanteros en las sinagogas y los saludos en las plazas de mercado!*+ 44 ¡Ay de ustedes, porque son como aquellas tumbas conmemorativas que no están expuestas a la vista, de modo que los hombres andan sobre ellas y no [lo] saben!”.+
45 Respondiendo, uno de aquellos versados+ en la Ley le dijo: “Maestro, al decir estas cosas nos insultas también a nosotros”. 46 Entonces él dijo: “¡Ay, también, de ustedes los que están versados en la Ley, porque cargan a los hombres con cargas difíciles de llevar, pero ustedes mismos no tocan las cargas ni con uno de sus dedos!+
47 ”¡Ay de ustedes, porque edifican las tumbas conmemorativas de los profetas, pero los antepasados de ustedes los mataron!+ 48 Ciertamente ustedes son testigos de los hechos de sus antepasados, y sin embargo ellos cuentan con el consentimiento de ustedes;+ porque estos mataron+ a los profetas,* pero ustedes edifican [sus tumbas]. 49 Por este motivo la sabiduría+ de Dios también dijo: ‘Yo enviaré a ellos profetas y apóstoles, y a algunos de ellos matarán y perseguirán, 50 para que la sangre de todos los profetas+ vertida desde la fundación* del mundo sea demandada de esta generación,+ 51 desde la sangre de Abel+ hasta la sangre de Zacarías,+ que fue muerto entre el altar y la casa’.+ Sí, les digo, será demandada de esta generación.
52 ”¡Ay de ustedes que están versados en la Ley, porque quitaron la llave del conocimiento;+ ustedes mismos no entraron, y a los que estaban entrando los estorbaron!”.+
53 Así que, cuando salió de allí, los escribas y los fariseos comenzaron a apremiarlo terriblemente, y a importunarle con preguntas acerca de otras cosas, 54 acechándolo,+ para sorprender+ algo de su boca.
12 Entretanto, cuando los de la muchedumbre se hubieron reunido en tantos millares* que se pisaban unos a otros, él comenzó por decir primero a sus discípulos: “Guárdense de la levadura+ de los fariseos, que es la hipocresía.+ 2 Pero nada hay cuidadosamente ocultado que no haya de revelarse, ni secreto que no llegue a saberse.+ 3 Por lo tanto, las cosas que ustedes digan en la oscuridad se oirán en la luz,* y lo que susurren* en cuartos privados se predicará desde las azoteas.+ 4 Además, les digo, amigos míos:+ No teman a los que matan el cuerpo y después de esto no pueden hacer nada más.+ 5 Pero yo les indicaré a quién temer: Teman a aquel+ que después de matar tiene autoridad para echar en el Gehena.*+ Sí, les digo, teman+ a Este. 6 Se venden cinco gorriones por dos monedas de poco valor,* ¿no es verdad? Sin embargo, ni uno de ellos está olvidado delante de Dios.+ 7 Pero hasta los cabellos+ de la cabeza de ustedes están todos contados. No tengan temor; ustedes valen más que muchos gorriones.+
8 ”Yo les digo, pues: Todo el que confiese+ unión conmigo delante de los hombres, el Hijo del hombre también confesará unión con él delante de los ángeles de Dios.+ 9 Mas el que me repudie+ delante de los hombres será repudiado delante de los ángeles de Dios.+ 10 Y a todo el que diga una palabra contra el Hijo del hombre, le será perdonado; pero al que blasfeme contra el espíritu santo no le será perdonado.+ 11 Pero cuando los lleven ante asambleas públicas* y ante funcionarios de gobierno y autoridades, no se inquieten acerca de cómo o qué* hablarán en defensa, o de qué dirán;+ 12 porque el espíritu santo+ les enseñará en aquella misma hora las cosas que deben decir”.+
13 Entonces uno de la muchedumbre le dijo: “Maestro, di a mi hermano que divida conmigo la herencia”. 14 Él le dijo: “Hombre, ¿quién me nombró juez+ o repartidor* sobre ustedes?”. 15 Entonces les dijo: “Mantengan abiertos los ojos y guárdense de toda suerte de codicia,+ porque hasta cuando uno tiene en abundancia, su vida no resulta de las cosas que posee”.+ 16 Con eso les habló una ilustración, y dijo: “El terreno de cierto hombre rico produjo bien. 17 Por consiguiente, él razonaba dentro de sí, diciendo: ‘¿Qué haré, ya que no tengo dónde recoger mis cosechas?’. 18 De modo que dijo: ‘Haré esto:+ demoleré mis graneros y edificaré otros mayores, y allí recogeré todo mi grano y todas mis cosas buenas;+ 19 y diré+ a mi alma: “Alma, tienes muchas cosas buenas almacenadas para muchos años; pásalo tranquila, come, bebe, goza”’.+ 20 Pero Dios le dijo: ‘Irrazonable, esta noche exigen de ti tu alma.*+ Entonces, ¿quién ha de tener las cosas que almacenaste?’.+ 21 Así pasa con el hombre que atesora para sí, pero no es rico para con Dios”.+
22 Entonces dijo a sus discípulos: “Por esta razón les digo: Dejen de inquietarse respecto a su alma, en cuanto a qué comerán, o respecto a su cuerpo, en cuanto a qué se pondrán.+ 23 Porque el alma vale más que el alimento, y el cuerpo que la ropa. 24 Reparen en los cuervos,+ que ni siembran ni siegan, y no tienen ni troje ni granero, y sin embargo Dios los alimenta. ¿Cuánto más valen ustedes que las aves?+ 25 ¿Quién de ustedes, por medio de inquietarse, puede añadir un codo a la duración de su vida?+ 26 Pues, si no pueden hacer la cosa mínima, ¿por qué inquietarse+ por las demás cosas? 27 Reparen en los lirios, cómo crecen;+ no se afanan, ni hilan; pero les digo: Ni siquiera Salomón en toda su gloria se vistió como uno de estos.+ 28 Pues, si Dios viste así a la vegetación del campo que hoy existe y mañana se echa en el horno, ¡con cuánta más razón los vestirá a ustedes, hombres de poca fe!+ 29 Por eso, dejen de andar buscando qué podrán comer y qué podrán beber, y dejen de estar en ansiedad y suspenso;+ 30 porque todas estas son las cosas en pos de las cuales van con empeño las naciones del mundo, pero el Padre de ustedes sabe que ustedes necesitan estas cosas.+ 31 Sin embargo, busquen continuamente el reino de él, y estas cosas les serán añadidas.+
32 ”No teman,+ rebaño pequeño,+ porque su Padre ha aprobado darles el reino.+ 33 Vendan+ las cosas que les pertenecen y den dádivas de misericordia.+ Háganse bolsas que no se gastan, tesoro en los cielos+ que nunca falla, donde ladrón no se acerca ni polilla consume. 34 Porque donde esté el tesoro de ustedes, allí también estará su corazón.+
35 ”Estén ceñidos sus lomos+ y encendidas sus lámparas,+ 36 y sean ustedes mismos como hombres que esperan a su amo+ cuando vuelve* de las bodas,*+ para que, al llegar él y tocar,+ le abran al instante. 37 ¡Felices son aquellos esclavos a quienes el amo al llegar halle vigilando!+ Verdaderamente les digo: Él se ceñirá+ y hará que se reclinen a la mesa, y vendrá a su lado y les servirá.+ 38 Y si llega en la segunda vigilia,* sí, o en la tercera,* y los halla así, ¡felices son ellos!+ 39 Mas sepan esto: que si el amo de casa hubiera sabido a qué hora vendría el ladrón, hubiera seguido vigilando y no hubiera dejado que forzaran su casa.+ 40 Ustedes también, manténganse listos, porque a una hora que menos piensen viene el Hijo del hombre”.+
41 Entonces dijo Pedro: “Señor,* ¿nos dices esta ilustración a nosotros, o también a todos?”. 42 Y el Señor dijo: “¿Quién es verdaderamente el mayordomo* fiel,+ el discreto,+ a quien su amo nombrará sobre su servidumbre para que siga dándoles su medida de víveres a su debido tiempo?+ 43 ¡Feliz es aquel esclavo, si al llegar su amo lo halla haciéndolo así!+ 44 Les digo en verdad: Lo nombrará sobre todos sus bienes.+ 45 Mas si aquel esclavo dijera alguna vez en su corazón: ‘Mi amo tarda en venir’,+ y comenzara a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y beber y emborracharse,+ 46 vendrá el amo de aquel esclavo en un día en que este no [lo] espera y a una hora que no sabe,+ y lo castigará con la mayor severidad* y le asignará una parte con los infieles.+ 47 Entonces aquel esclavo que entendió la voluntad de su amo, pero que no se alistó, ni hizo conforme a la voluntad de él, será golpeado con muchos golpes.+ 48 Pero el que no entendió+ y por eso hizo cosas que merecen golpes será golpeado con pocos.+ De hecho, a todo aquel a quien se dio mucho, mucho se le exigirá;+ y al que pusieron a cargo de mucho, le exigirán más de lo acostumbrado.+
49 ”Vine a prender un fuego+ en la tierra, y ¿qué más hay que pueda desear si ya se ha encendido? 50 En verdad, tengo un bautismo con que ser bautizado, ¡y cuán angustiado me siento hasta que quede terminado!+ 51 ¿Se imaginan ustedes que vine a dar paz en la tierra? No, les digo por cierto, sino más bien división.+ 52 Porque de ahora en adelante habrá cinco en una casa divididos, tres contra dos y dos contra tres.+ 53 Estarán divididos padre contra hijo e hijo contra padre, madre contra hija e hija contra [su] madre, suegra contra su nuera y nuera contra [su] suegra”.+
54 Siguiendo entonces, dijo también a las muchedumbres: “Cuando ven levantarse una nube en las partes occidentales, en seguida dicen: ‘Viene una tempestad’, y así sucede.+ 55 Y cuando ven que sopla el viento del sur, dicen: ‘Habrá una ola de calor’, y ocurre. 56 Hipócritas, saben examinar la apariencia externa de la tierra y del cielo, ¿pero cómo es que no saben examinar este tiempo en particular?+ 57 ¿Por qué no juzgan también por ustedes mismos lo que es justo?+ 58 Por ejemplo, cuando vas con tu adversario en juicio al gobernante, esfuérzate, mientras estás en el camino, por desembarazarte de la disputa con él, para que nunca te lleve ante el juez, y el juez te entregue al oficial del tribunal, y el oficial del tribunal te eche en prisión.+ 59 Te digo: De seguro no saldrás de allí hasta que hayas pagado la última moneda pequeña de ínfimo valor”.*+
13 En aquel mismo tiempo estaban presentes algunos que le informaron acerca de los galileos+ cuya sangre Pilato había mezclado con los sacrificios de ellos. 2 Y en respuesta les dijo él: “¿Se imaginan ustedes que porque estos galileos han sufrido estas cosas eso prueba que ellos eran peores pecadores+ que todos los demás galileos? 3 No, les digo en verdad; más bien, a menos que ustedes se arrepientan, todos ustedes igualmente serán destruidos.+ 4 O aquellos dieciocho sobre quienes cayó la torre de Siloam,* matándolos, ¿se imaginan ustedes que con eso se probó que fueran mayores deudores que todos los demás hombres que habitaban en Jerusalén? 5 No, les digo en verdad; más bien, a menos que ustedes se arrepientan, todos ustedes serán destruidos de la misma manera”.+
6 Entonces pasó a decirles esta ilustración: “Cierto hombre tenía una higuera plantada en su viña,+ y vino buscando fruto en ella,+ pero no lo halló.+ 7 Luego dijo al viñador: ‘Mira que ya van tres años+ que he venido buscando fruto en esta higuera, pero no lo he hallado. ¡Córtala!+ ¿Por qué, realmente, debe hacer que la tierra permanezca inútil?’. 8 En respuesta él le dijo: ‘Amo, déjala+ también este año, hasta que cave alrededor de ella y le eche estiércol; 9 y si entonces produce fruto en el futuro, [bien está]; pero si no, la cortarás’”.*+
10 Ahora bien, estaba enseñando en una de las sinagogas en día de sábado. 11 Y, ¡mira!, una mujer que tenía un espíritu+ de debilidad desde hacía dieciocho años, y estaba encorvada y no podía levantarse de manera alguna. 12 Al verla, Jesús se dirigió a ella y le dijo: “Mujer, se te pone en libertad+ de tu debilidad”. 13 Y puso las manos sobre ella; y al instante ella se enderezó,+ y se puso a glorificar a Dios. 14 Pero, en respuesta, el presidente de la sinagoga, indignado porque Jesús había hecho la curación en sábado, empezó a decir a la muchedumbre: “Seis días hay en que se debe hacer trabajo;+ en estos, por lo tanto, vengan y sean curados, y no en día de sábado”.+ 15 Sin embargo, el Señor* le contestó y dijo: “Hipócritas,+ ¿no desata del pesebre cada uno de ustedes en día de sábado su toro o su asno y lo lleva a beber?+ 16 ¿No era propio, pues, que esta mujer que es hija de Abrahán,+ y a quien Satanás tuvo atada, ¡fíjense!, dieciocho años, fuera desatada de esta ligadura en día de sábado?”. 17 Pues bien, cuando él dijo estas cosas, todos sus opositores empezaron a avergonzarse,+ pero toda la muchedumbre empezó a regocijarse de todas las cosas gloriosas que él había hecho.+
18 Por lo tanto, siguió diciéndoles: “¿A qué es semejante el reino de Dios, y a qué lo compararé?+ 19 Es semejante a un grano de mostaza que un hombre tomó y puso en su huerto, y este creció y se hizo árbol, y las aves del cielo+ se albergaron en sus ramas”.+
20 Y de nuevo dijo: “¿A qué compararé el reino de Dios? 21 Es semejante a la levadura, que una mujer tomó y escondió en* tres medidas grandes* de harina hasta que toda la masa quedó fermentada”.+
22 Y pasó de ciudad en ciudad y de aldea en aldea, enseñando y continuando su viaje hacia Jerusalén.+ 23 Entonces le dijo cierto hombre: “Señor, ¿son pocos los que se salvan?”.+ Él les dijo: 24 “Esfuércense+ vigorosamente* por entrar por la puerta angosta,+ porque muchos, les digo, tratarán de entrar, pero no podrán,+ 25 una vez que el amo de casa se haya levantado y [haya] asegurado la puerta con cerradura, y ustedes comiencen a quedar de pie afuera y a tocar a la puerta, diciendo: ‘Señor, ábrenos’.+ Pero en respuesta él les dirá: ‘No sé de dónde son’.+ 26 Entonces ustedes comenzarán a decir: ‘Comimos y bebimos delante de ti, y enseñaste en nuestros caminos anchos’.+ 27 Pero él hablará y les dirá: ‘No sé de dónde son. ¡Apártense de mí, todos ustedes los obradores de lo injusto!’.+ 28 Allí es donde será [su] llanto y el crujir de [sus] dientes,+ cuando vean a Abrahán y a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios,+ pero a ustedes echados fuera. 29 Además, vendrá gente de partes orientales y occidentales, y del norte y del sur,+ y se reclinarán a la mesa en el reino de Dios.+ 30 Y, ¡miren!, hay aquellos últimos que serán primeros, y hay aquellos primeros que serán últimos”.+
31 En aquella misma hora ciertos fariseos se acercaron, y le dijeron: “Sal y vete de aquí, porque Herodes* quiere matarte”. 32 Y él les dijo: “Vayan y digan a esa zorra:+ ‘¡Mira! Echo fuera demonios y llevo a cabo curaciones hoy y mañana, y al tercer día terminaré’.*+ 33 No obstante, tengo que seguir mi camino hoy y mañana y el día siguiente, porque no es admisible que un profeta sea destruido fuera de Jerusalén.+ 34 Jerusalén, Jerusalén, la que mata+ a los profetas y apedrea+ a los que son enviados a ella... ¡cuántas veces quise reunir a tus hijos de la manera como la gallina reúne su pollada debajo de las alas,+ pero ustedes no [lo] quisieron!+ 35 ¡Miren! Su casa+ se les deja abandonada a ustedes. Les digo: No me verán de ningún modo hasta que digan: ‘¡Bendito es el que viene en el nombre de Jehová!’”.*+
14 Y en una ocasión cuando entró en la casa de cierto gobernante de los fariseos en día de sábado para tomar una comida,+ lo estaban observando detenidamente.+ 2 Y, ¡mira!, estaba delante de él cierto hombre que tenía hidropesía. 3 De modo que, tomando la palabra, Jesús habló a los que estaban versados en la Ley y a los fariseos, y dijo: “¿Es lícito curar en sábado, o no?”.+ 4 Mas ellos guardaron silencio. Con eso, él se asió [del hombre], lo sanó y [lo] despachó. 5 Y les dijo: “¿Quién de ustedes, si su hijo o su toro cae en un pozo,+ no lo saca inmediatamente en día de sábado?”.+ 6 Y no pudieron contestar respecto a estas cosas.+
7 Entonces pasó a decir a los invitados una ilustración, puesto que reparó en cómo escogían para sí los lugares más prominentes, y les dijo:+ 8 “Cuando alguien te invita a un banquete de bodas, no te recuestes en el lugar más prominente.+ Puede que alguien más distinguido que tú haya sido invitado por él en ese tiempo, 9 y que venga el que los invitó a ti y a él y te diga: ‘Deja que este tenga el lugar’. Y entonces tendrás que irte con vergüenza a ocupar el lugar más bajo.+ 10 Pero cuando se te invita, ve y reclínate en el lugar más bajo,+ para que cuando venga el que te haya invitado te diga: ‘Amigo, sube más arriba’. Entonces tendrás honra delante de todos los demás convidados contigo.+ 11 Porque todo el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado”.+
12 En seguida prosiguió a decir también al que lo había invitado: “Cuando des una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos. Quizás alguna vez ellos también te inviten a ti en cambio, y esto llegue a ser tu pago correspondiente. 13 Pero cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos;+ 14 y serás feliz, porque ellos no tienen con qué pagártelo. Pues se te pagará en la resurrección+ de los justos”.
15 Al oír estas cosas, cierta persona de entre los convidados con él le dijo: “Feliz es el que coma pan* en el reino de Dios”.+
16 [Jesús]* le dijo: “Cierto hombre daba una gran cena, e invitó a muchos.+ 17 Y a la hora de la cena envió a su esclavo a decir a los invitados: ‘Vengan,+ porque las cosas ya están listas’. 18 Pero todos a una comenzaron a rogar que se les excusara.+ El primero le dijo: ‘Compré un campo y tengo que salir a verlo; te pido: Excúsame’.*+ 19 Y otro dijo: ‘Compré cinco yuntas de bueyes y voy a examinarlas; te pido: Excúsame’.+ 20 Uno más dijo: ‘Acabo de casarme+ con una esposa, y por eso no puedo ir’. 21 De modo que el esclavo vino al amo y le informó estas cosas. Entonces el amo de casa se airó, y dijo a su esclavo: ‘Sal pronto a los caminos anchos y a las callejuelas de la ciudad, y trae acá a los pobres y a los lisiados y a los ciegos y a los cojos’.+ 22 Andando el tiempo, el esclavo dijo: ‘Amo, se ha hecho lo que ordenaste, y todavía hay lugar’. 23 Y el amo dijo al esclavo: ‘Sal a los caminos+ y a los lugares cercados, y oblígalos a entrar, para que se llene mi casa.+ 24 Porque les digo a ustedes: Ninguno de aquellos varones que fueron invitados gustará mi cena’”.+
25 Ahora bien, grandes muchedumbres viajaban con él, y él se volvió y les dijo: 26 “Si alguien viene a mí y no odia a su padre y madre y esposa e hijos y hermanos y hermanas, sí, y hasta su propia alma,*+ no puede ser mi discípulo.+ 27 El que no lleva su madero de tormento* y viene en pos de mí no puede ser mi discípulo.+ 28 Por ejemplo, ¿quién de ustedes que quiere edificar una torre no se sienta primero y calcula los gastos,+ a ver si tiene lo suficiente para completarla? 29 De otra manera, pudiera poner el fundamento, pero no poder terminarla, y todos los que miraran pudieran comenzar a burlarse de él, 30 diciendo: ‘Este hombre comenzó a edificar, pero no pudo terminar’. 31 ¿O qué rey, al marchar al encuentro de otro rey en guerra, no se sienta primero y delibera si puede con diez mil soldados hacer frente al que viene contra él con veinte mil?+ 32 En realidad, si no puede hacerlo, entonces, mientras aquel todavía está lejos él envía un cuerpo de embajadores y pide paz.+ 33 Por consiguiente, puedes estar seguro: ninguno de ustedes que no se despida de todos sus bienes+ puede ser mi discípulo.
34 ”La sal, de seguro, es excelente. Pero si hasta la sal pierde su fuerza, ¿con qué será sazonada?+ 35 Ni para la tierra, ni para el estiércol es apropiada. La echan fuera. El que tiene oídos para escuchar, escuche”.+
15 Ahora bien, todos los recaudadores de impuestos+ y los pecadores+ seguían acercándose a él para oírle. 2 Por consiguiente, tanto los fariseos como los escribas seguían murmurando, diciendo: “Este hombre recibe con gusto a pecadores, y come con ellos”.+ 3 Entonces él les habló esta ilustración, y dijo: 4 “¿Qué hombre de ustedes que tiene cien ovejas, al perder una de ellas, no deja las noventa y nueve atrás en el desierto y va en busca de la perdida hasta que la halla?+ 5 Y cuando la ha hallado, la pone sobre sus hombros y se regocija.+ 6 Y cuando llega a casa convoca a sus amigos y a sus vecinos, y les dice: ‘Regocíjense conmigo, porque he hallado mi oveja que estaba perdida’.+ 7 Les digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente+ que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de arrepentimiento.+
8 ”¿O qué mujer que tiene diez monedas de dracma,* si pierde una moneda de dracma, no enciende una lámpara y barre su casa y busca cuidadosamente hasta que la halla? 9 Y cuando la ha hallado, convoca a sus amigas y vecinas, y dice: ‘Regocíjense conmigo, porque he hallado la moneda de dracma que perdí’. 10 Así, les digo, surge gozo entre los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente”.+
11 Entonces dijo: “Cierto hombre tenía dos hijos.+ 12 Y el más joven de ellos dijo a su padre: ‘Padre, dame la parte que me corresponde de la hacienda’.+ Entonces él les dividió su medio de vivir.+ 13 Más tarde, no muchos días después, el hijo más joven recogió todas las cosas y viajó al extranjero a un país distante, y allí malgastó su hacienda viviendo una vida disoluta.+ 14 Cuando lo hubo gastado todo, ocurrió un hambre severa por todo aquel país, y él comenzó a padecer necesidad. 15 Hasta fue y se acogió a uno de los ciudadanos de aquel país, y este lo envió a sus campos a guardar cerdos.+ 16 Y deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, y nadie le daba [nada].+
17 ”Cuando recobró el juicio, dijo: ‘¡Cuántos asalariados de mi padre tienen pan en abundancia, mientras yo aquí perezco de hambre! 18 Me levantaré y haré el viaje+ a donde mi padre, y le diré: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.*+ 19 Ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo. Hazme como uno de tus asalariados”’. 20 De modo que se levantó y fue a donde su padre. Mientras él estaba todavía lejos, su padre alcanzó a verlo, y se enterneció, y corrió y se le echó sobre el cuello y lo besó tiernamente. 21 Entonces el hijo le dijo: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.*+ Ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo. Hazme como uno de tus asalariados’.*+ 22 Pero el padre dijo a sus esclavos: ‘¡Pronto!, saquen una ropa larga, la mejor, y vístanlo+ con ella, y pónganle un anillo+ en la mano y sandalias en los pies. 23 Y traigan el torillo cebado,+ degüéllenlo,* y comamos y gocemos, 24 porque este hijo mío estaba muerto y volvió a vivir;+ estaba perdido y fue hallado’. Y comenzaron a gozar.
25 ”Pues bien, su hijo mayor+ estaba en el campo; y a medida que venía y se acercaba a la casa oyó un concierto de música y danzas. 26 De modo que llamó a sí a uno de los sirvientes e inquirió qué significaban estas cosas. 27 Él le dijo: ‘Tu hermano+ ha venido, y tu padre+ degolló el torillo cebado, porque lo recobró en buena salud’. 28 Pero él se airó, y no quiso entrar. Entonces su padre salió y se puso a suplicarle.+ 29 En respuesta, él dijo a su padre: ‘Hace ya tantos años que he trabajado para ti como un esclavo, y ni una sola vez transgredí tu mandamiento, y, no obstante, a mí ni una sola vez me diste un cabrito para que gozara con mis amigos.+ 30 Pero tan pronto como llegó este hijo tuyo+ que se comió tu medio de vivir con las rameras,+ le degollaste el torillo cebado’.+ 31 Entonces él le dijo: ‘Hijo, tú siempre has estado conmigo, y todas las cosas que son mías son tuyas;+ 32 pero simplemente teníamos que gozar y tener regocijo, porque este hermano tuyo estaba muerto y llegó a vivir, y estaba perdido y fue hallado’”.+
16 Entonces pasó a decir también a los discípulos: “Cierto hombre era rico y tenía un mayordomo,*+ y este fue acusado ante él de manejar sus bienes en forma despilfarradora.+ 2 De modo que él lo llamó y le dijo: ‘¿Qué es esto que oigo de ti? Entrega la cuenta+ de tu mayordomía, porque ya no puedes tener a tu cargo la casa’. 3 Entonces el mayordomo dijo dentro de sí: ‘¿Qué he de hacer, ya que mi amo+ va a quitarme la mayordomía? No tengo las fuerzas para cavar, me da vergüenza mendigar. 4 ¡Ah!, sé lo que haré, para que, cuando sea depuesto de la mayordomía, haya quienes me reciban en sus hogares’.+ 5 Y llamando a sí a cada uno de los deudores de su amo, pasó a decir al primero: ‘¿Cuánto debes a mi amo?’. 6 Él dijo: ‘Cien medidas de bato* de aceite de oliva’. Le dijo: ‘Toma otra vez tu acuerdo escrito y siéntate y escribe pronto cincuenta’. 7 Luego dijo a otro: ‘Y tú, ¿cuánto debes?’. Dijo él: ‘Cien medidas de coro* de trigo’. Le dijo: ‘Toma otra vez tu acuerdo escrito y escribe ochenta’. 8 Y su amo alabó al mayordomo, aunque era injusto, porque obró con sabiduría práctica;+ porque los hijos de este sistema de cosas,* en su trato con los de su propia generación, son más sabios, de manera práctica, que los hijos de la luz.+
9 ”También, les digo a ustedes: Háganse amigos+ por medio de las riquezas injustas,*+ para que, cuando las tales fallen, se los reciba en los lugares de habitación eternos.*+ 10 La persona fiel en lo mínimo es fiel también en lo mucho, y la persona injusta en lo mínimo es injusta también en lo mucho.+ 11 Por lo tanto, si ustedes no han demostrado ser fieles en lo que tiene que ver con las riquezas injustas, ¿quién les encomendará lo que es verdadero?+ 12 Y si no han demostrado ser fieles en lo que tiene que ver con lo ajeno,+ ¿quién les dará lo que es para ustedes mismos?* 13 Ningún sirviente de casa puede ser esclavo de dos amos; porque, u odiará al uno y amará al otro, o se adherirá al uno y despreciará al otro. No pueden ser esclavos de Dios y de las Riquezas”.*+
14 Ahora bien, los fariseos, que eran amantes del dinero, escuchaban todas estas cosas, y le hacían gestos de desprecio.+ 15 Por consiguiente, él les dijo: “Ustedes son aquellos que se declaran a sí mismos justos delante de los hombres,+ pero Dios conoce sus corazones;+ porque lo que entre los hombres es encumbrado, cosa repugnante es a la vista de Dios.+
16 ”La Ley y los Profetas eran hasta Juan.+ Desde entonces se declara el reino de Dios como buenas nuevas,* y toda clase de persona se adelanta con ardor hacia él.+ 17 En realidad, más fácil es que pasen el cielo y la tierra+ que el que quede sin cumplirse+ una pizca+ de una letra de la Ley.
18 ”Todo el que se divorcia de su esposa y se casa con otra comete adulterio,* y el que se casa con una mujer divorciada* de un esposo comete adulterio.+
19 ”Pero cierto hombre+ era rico, y se ataviaba de púrpura y lino, y gozaba de día en día con magnificencia.+ 20 Pero a su puerta solían colocar a cierto mendigo,* de nombre Lázaro,* lleno de úlceras 21 y deseoso de saciarse de las cosas que caían de la mesa del rico. Sí; además, los perros venían y le lamían las úlceras. 22 Pues bien, con el pasar del tiempo el mendigo murió,+ y fue llevado por los ángeles a [la posición del] seno*+ de Abrahán.+
”También, el rico murió+ y fue sepultado. 23 Y en el Hades* él* alzó los ojos, mientras existía en tormentos,+ y vio de lejos a Abrahán y a Lázaro en [la posición del] seno con él. 24 De modo que llamó y dijo: ‘Padre Abrahán,+ ten misericordia de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua,+ porque estoy en angustia en este fuego llameante’.+ 25 Pero Abrahán dijo: ‘Hijo, acuérdate de que recibiste de lleno tus cosas buenas en tu vida, pero Lázaro correspondientemente las cosas perjudiciales. Ahora, sin embargo, él tiene consuelo aquí, pero tú estás en angustia.+ 26 Y además de todas estas cosas, se ha fijado una gran sima+ entre nosotros y ustedes,+ de modo que los que quieran pasar de aquí a ustedes no pueden, ni se puede cruzar de allá a nosotros’.+ 27 Entonces dijo: ‘En tal caso te pido, padre, que lo envíes a la casa de mi padre, 28 porque tengo cinco hermanos, para que les dé un testimonio cabal, a fin de que no entren ellos también en este lugar de tormento’. 29 Pero Abrahán dijo: ‘Tienen a Moisés+ y a los Profetas;+ que escuchen a estos’.+ 30 Entonces él dijo: ‘No, por cierto, padre Abrahán, pero si alguien va a ellos de entre los muertos se arrepentirán’. 31 Pero él le dijo: ‘Si no escuchan a Moisés+ y a los Profetas, tampoco se dejarán persuadir si alguien se levanta de entre los muertos’”.
17 Entonces dijo a sus discípulos: “Es inevitable que vengan causas de tropiezo.+ Sin embargo, ¡ay de aquel por medio de quien vienen!+ 2 Más ventajoso le sería que le suspendieran del cuello una piedra de molino y lo arrojaran al mar+ que el que él hiciera tropezar a uno de estos pequeños.+ 3 Presten atención a ustedes mismos. Si tu hermano comete un pecado, dale una reprensión;+ y si se arrepiente, perdónalo.+ 4 Aun si siete veces al día peca contra ti y siete veces vuelve a ti, diciendo: ‘Me arrepiento’, tienes que perdonarlo”.+
5 Ahora bien, los apóstoles dijeron al Señor:* “Danos más fe”.+ 6 Entonces el Señor dijo: “Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, dirían a este moral:* ‘¡Sé desarraigado y plantado en el mar!’, y les obedecería.+
7 ”¿Quién hay de ustedes que tenga un esclavo arando, o cuidando el rebaño, que diga a este cuando vuelva del campo: ‘Ven acá en seguida y reclínate a la mesa’? 8 Por el contrario, ¿no le dirá: ‘Prepárame algo para que cene, y ponte un delantal y sírveme hasta que yo haya acabado de comer y beber, y después tú puedes comer y beber’? 9 Él no se sentirá agradecido al esclavo porque este haya hecho las cosas asignadas, ¿verdad? 10 Así también ustedes, cuando hayan hecho todas las cosas que se les hayan asignado, digan: ‘Somos esclavos que no servimos para nada.+ Lo que hemos hecho es lo que deberíamos haber hecho’”.
11 Y mientras iba a Jerusalén pasaba por en medio de Samaria y Galilea.+ 12 Y en el momento en que entraba en cierta aldea lo encontraron diez varones leprosos,+ pero se pusieron de pie a lo lejos. 13 Y levantaron la voz y dijeron: “¡Jesús, Instructor, ten misericordia+ de nosotros!”. 14 Y cuando él alcanzó a verlos, les dijo: “Vayan y muéstrense a los sacerdotes”.+ Entonces, mientras se iban, se efectuó su limpieza.+ 15 Uno de ellos, cuando vio que había sido sanado, volvió atrás, glorificando+ a Dios en alta voz. 16 Y cayó sobre su rostro a los pies [de Jesús],*+ y le dio gracias; además, era samaritano.+ 17 En respuesta Jesús dijo: “Los diez fueron limpiados, ¿no es verdad? Entonces, ¿dónde están los otros nueve? 18 ¿No se halló ninguno que volviera atrás a dar gloria a Dios, sino este hombre de otra nación?”. 19 Y le dijo: “Levántate y ponte en camino; tu fe te ha devuelto la salud”.*+
20 Pero cuando los fariseos le preguntaron cuándo vendría el reino de Dios,+ les contestó y dijo: “El reino de Dios no viene de modo que sea llamativamente observable, 21 ni dirán: ‘¡Miren acá!’, o, ‘¡Allá!’.+ Porque, ¡miren!, el reino de Dios está en medio de ustedes”.*+
22 Entonces dijo a los discípulos: “Vendrán días en que desearán ver uno de los días del Hijo del hombre, mas no [lo] verán.+ 23 Y les dirán: ‘¡Miren allá!’, o, ‘¡Miren acá!’.+ No salgan ni corran tras [ellos].+ 24 Porque así como el relámpago,+ por su relampagueo, resplandece desde una parte debajo del cielo hasta otra parte debajo del cielo, así será el Hijo del hombre.+ 25 Primero, sin embargo, tiene que pasar por muchos sufrimientos y ser rechazado por esta generación.+ 26 Además, así como ocurrió en los días de Noé,+ así será también en los días del Hijo del hombre:+ 27 comían, bebían, los hombres se casaban, las mujeres se daban en matrimonio, hasta aquel día en que Noé entró en el arca, y llegó el diluvio* y los destruyó a todos.+ 28 De igual modo, así como ocurrió en los días de Lot:+ comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban. 29 Pero el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre y los destruyó a todos.+ 30 De la misma manera será en aquel día en que el Hijo del hombre ha de ser revelado.+
31 ”En aquel día, el que esté en la azotea, pero cuyas cosas movibles estén dentro de la casa, no baje a recogerlas; e, igualmente, el que esté en el campo no vuelva a las cosas atrás. 32 Acuérdense de la esposa de Lot.+ 33 Cualquiera que procure mantener segura su alma* para sí mismo la perderá, pero cualquiera que la pierda la conservará viva.+ 34 Les digo: En aquella noche estarán dos [hombres] en una cama; uno será llevado, pero el otro será abandonado.+ 35 Habrá dos [mujeres] moliendo en el mismo molino; una será llevada, pero la otra será abandonada”.+ 36* —— 37 Así que, en respuesta, le dijeron: “¿A dónde, Señor?”.* Él les dijo: “Donde esté el cuerpo,+ allí también se reunirán las águilas”.+
18 Entonces pasó a decirles una ilustración respecto a lo necesario que les era orar siempre y no desistir,+ 2 diciendo: “En cierta ciudad había cierto juez que no le tenía temor a Dios ni tenía respeto a hombre. 3 Pues bien, había en aquella ciudad una viuda, y ella seguía yendo+ a él, y decía: ‘Ve que se me rinda justicia de mi adversario en juicio’. 4 Pues, por algún tiempo él no quiso, pero después dijo dentro de sí: ‘Aunque no temo a Dios ni respeto a hombre, 5 de todos modos, porque esta viuda me causa molestia+ de continuo, veré que se le rinda justicia, para que no siga viniendo y aporreándome*+ hasta acabar conmigo’”. 6 Entonces dijo el Señor: “¡Oigan lo que dijo el juez, aunque era injusto! 7 De seguro, entonces, ¿no hará Dios que se haga justicia+ a sus escogidos que claman a él día y noche, aun cuando es sufrido+ para con ellos? 8 Les digo: Él hará que se les haga justicia rápidamente.+ Sin embargo, cuando llegue el Hijo del hombre, ¿verdaderamente hallará la fe* sobre la tierra?”.
9 Pero habló esta ilustración también a algunos que confiaban en sí mismos como justos,+ y que consideraban como nada a los demás:+ 10 “Dos hombres subieron al templo a orar, el uno fariseo y el otro recaudador de impuestos. 11 El fariseo se puso de pie+ y oraba+ para sí estas cosas: ‘Oh Dios, te doy gracias de que no soy como los demás hombres, dados a extorsión, injustos, adúlteros, ni siquiera como este recaudador de impuestos.+ 12 Ayuno dos veces a la semana, doy el décimo de todas las cosas que adquiero’.+ 13 Pero el recaudador de impuestos, estando de pie a la distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos hacia el cielo, sino que se golpeaba el pecho,+ y decía: ‘Oh Dios, sé benévolo para conmigo, [que soy] pecador’.+ 14 Les digo: Este hombre bajó a su casa probado más justo+ que aquel; porque todo el que se ensalza será humillado, pero el que se humilla será ensalzado”.+
15 Entonces la gente empezó a traerle también sus criaturas* para que las tocara; pero los discípulos, al ver esto, empezaron a corregirla.+ 16 Sin embargo, Jesús llamó a sí a las [criaturas], y dijo: “Dejen que los niñitos vengan a mí, y no traten de detenerlos. Porque el reino de Dios pertenece a los que son así.+ 17 En verdad les digo: El que no reciba el reino de Dios como un niñito, de ninguna manera entrará en él”.+
18 Y cierto gobernante le interrogó, y dijo: “Buen Maestro, ¿qué he de hacer para heredar la vida eterna?”.+ 19 Jesús le dijo: “¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino uno solo, Dios.+ 20 Conoces los mandamientos:+ ‘No cometas adulterio,+ No asesines,+ No hurtes,+ No des testimonio falso,+ Honra a tu padre y a tu madre’”.+ 21 Entonces él dijo: “Todos estos los he guardado desde la juventud”.+ 22 Al oír aquello, Jesús le dijo: “Todavía hay una cosa que falta en cuanto a ti: Vende todas las cosas que tienes y distribuye entre los pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven, sé mi seguidor”.+ 23 Cuando oyó esto, él se contristó profundamente, porque era muy rico.+
24 Jesús le miró y dijo: “¡Cuán difícil les será a los que tienen dinero abrirse camino al reino de Dios!+ 25 Más fácil es, de hecho, que un camello pase por el ojo de una aguja de coser que el que un rico entre en el reino de Dios”.+ 26 Los que oyeron esto dijeron: “¿Quién, acaso, puede ser salvo?”. 27 Él dijo: “Las cosas que son imposibles para los hombres son posibles para Dios”.+ 28 Pero Pedro dijo: “¡Mira! Nosotros hemos dejado nuestras propias cosas y te hemos seguido”.+ 29 Él les dijo: “En verdad les digo: Nadie hay que haya dejado casa, o esposa, o hermanos, o padres, o hijos, por causa del reino de Dios,+ 30 que no reciba de algún modo muchas veces más en este período, y en el sistema de cosas* venidero la vida eterna”.+
31 Entonces tomó aparte a los doce y les dijo: “¡Miren! Subimos a Jerusalén, y se completarán todas las cosas que por medio de los profetas+ se han escrito acerca del Hijo del hombre.+ 32 Por ejemplo, lo entregarán a [hombres de] las naciones y se burlarán+ de él y lo tratarán insolentemente+ y escupirán+ contra él; 33 y después de azotarlo+ lo matarán,+ pero al tercer día él se levantará”.+ 34 Sin embargo, ellos no captaron el significado de ninguna de estas cosas; sino que esta expresión quedó escondida de ellos, y no sabían las cosas que se habían dicho.+
35 Ahora bien, al acercarse él a Jericó, cierto ciego estaba sentado al lado del camino, mendigando.+ 36 Puesto que este oyó a la muchedumbre que iba pasando, se puso a inquirir lo que significaba esto. 37 Le informaron: “¡Jesús el Nazareno va pasando!”.+ 38 Con eso, clamó, y dijo: “¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!”.+ 39 Y los que iban delante empezaron a decirle rigurosamente que se callara, pero mucho más gritaba él: “Hijo de David, ten misericordia de mí”.+ 40 Entonces Jesús se detuvo y mandó que condujeran el [hombre] hasta él.+ Después que él se hubo acercado, [Jesús]* le preguntó: 41 “¿Qué quieres que te haga?”.+ Él dijo: “Señor,* que recobre la vista”.+ 42 De modo que Jesús le dijo: “Recobra tu vista; tu fe te ha devuelto la salud”.*+ 43 Y al instante recobró la vista,+ y se puso a seguirle, glorificando a Dios.+ También, todo el pueblo, al ver [esto], dio alabanza a Dios.
19 Y él entró en Jericó+ e iba pasando. 2 Ahora bien, allí había un varón que se llamaba por nombre Zaqueo; y era principal recaudador de impuestos, y era rico. 3 Pues bien, este buscaba la manera de ver+ quién era este Jesús, pero a causa de la muchedumbre no podía, porque era pequeño de estatura. 4 De modo que corrió adelante a una posición al frente y se subió a una higuera moral* para verlo, porque él estaba a punto de pasar por allí. 5 Pues bien, cuando Jesús llegó al lugar, miró hacia arriba y le dijo: “Zaqueo, date prisa y baja, porque hoy tengo que quedarme en tu casa”. 6 Con eso, él se dio prisa y bajó, y lo recibió con regocijo como huésped. 7 Pero cuando vieron [esto], todos se pusieron a murmurar,+ diciendo: “Entró a alojarse con un varón que es pecador”. 8 Mas Zaqueo se puso de pie y dijo al Señor:* “¡Mira! La mitad de mis bienes, Señor, la doy a los pobres, y todo cuanto extorsioné de persona alguna por acusación falsa,+ le devuelvo el cuádruplo”.+ 9 Entonces Jesús le dijo: “Este día ha venido la salvación a esta casa, porque él también es hijo de Abrahán.+ 10 Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido”.+
11 Mientras ellos escuchaban estas cosas, habló también una ilustración, porque estaba cerca de Jerusalén y ellos se imaginaban que el reino de Dios iba a exhibirse instantáneamente.+ 12 Por lo tanto dijo: “Cierto hombre de noble nacimiento viajó a una tierra distante para conseguir para sí poder real* y volver.+ 13 Llamando a diez esclavos suyos, les dio diez minas* y les dijo: ‘Negocien hasta que venga’.+ 14 Pero sus ciudadanos lo odiaban,+ y enviaron tras él un cuerpo de embajadores a decir: ‘No queremos que este llegue a ser rey sobre nosotros’.+
15 ”Con el tiempo, cuando volvió después de haber conseguido el poder real,* mandó llamar a sí a estos esclavos a quienes había dado el dinero en plata, para averiguar lo que habían ganado por la actividad de negociar.+ 16 Entonces se presentó el primero, y dijo: ‘Señor,* tu mina ganó diez minas’.+ 17 De modo que le dijo: ‘¡Bien hecho, buen esclavo! Porque has probado ser fiel en un asunto muy pequeño, ten autoridad sobre diez ciudades’.+ 18 Luego vino el segundo, y dijo: ‘Tu mina, Señor, produjo cinco minas’.+ 19 Le dijo también a este: ‘Tú, también, ten a tu cargo cinco ciudades’.+ 20 Pero vino uno diferente,* y dijo: ‘Señor, aquí está tu mina, que tuve guardada en un paño. 21 Pues mira, yo te temía, porque eres hombre severo; recoges lo que no depositaste y siegas lo que no sembraste’.+ 22 Él le dijo: ‘De tu propia boca+ te juzgo, esclavo inicuo. ¿Sabías de veras que yo soy hombre severo, que recojo lo que no deposité y siego lo que no sembré?+ 23 Entonces, ¿por qué no pusiste mi dinero en plata en el banco? Así, al llegar yo, lo hubiera cobrado con interés’.+
24 ”Con eso, dijo a los que estaban de pie allí: ‘Quítenle la mina y dénsela al que tiene las diez minas’.+ 25 Pero ellos le dijeron: ‘¡Señor, él tiene diez minas!’... 26 ‘Les digo: A todo el que tiene, más se le dará; pero al que no tiene, hasta lo que tiene le será quitado.+ 27 Además, a estos enemigos míos que no querían que yo llegara a ser rey sobre ellos, tráiganlos acá y degüéllenlos delante de mí’”.+
28 Entonces, después de haber dicho estas cosas, empezó a seguir adelante, subiendo a Jerusalén.+ 29 Y cuando se acercó a Betfagué y Betania, a la montaña llamada el monte de los Olivos,+ envió a dos de los discípulos,+ 30 y dijo: “Vayan a la aldea que está a su vista, y después de entrar en ella hallarán un pollino atado, sobre el cual nadie de la humanidad jamás se ha sentado. Desátenlo y tráiganlo.+ 31 Pero si alguien les pregunta: ‘¿Por qué están desatándolo?’, tienen que hablar así: ‘El Señor lo necesita’”.+ 32 De modo que los enviados partieron, y lo hallaron así como él les había dicho.+ 33 Pero al desatar el pollino, sus dueños les dijeron: “¿Por qué están desatando el pollino?”.+ 34 Ellos dijeron: “El Señor lo necesita”.+ 35 Y lo condujeron a Jesús, y echaron sus prendas de vestir exteriores sobre el pollino y pusieron encima a Jesús.+
36 A medida que él iba avanzando,+ ellos tendían sus prendas de vestir exteriores por el camino.+ 37 Tan pronto como se acercó al camino que baja del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos comenzó a regocijarse y a alabar a Dios en voz alta respecto a todas las obras poderosas que habían visto,+ 38 y decían: “¡Bendito es El que viene como Rey en el nombre de Jehová!*+ ¡Paz en el cielo, y gloria en los lugares más altos!”.*+ 39 Sin embargo, algunos de los fariseos de entre la muchedumbre le dijeron: “Maestro, reprende a tus discípulos”.+ 40 Pero en respuesta él dijo: “Les digo: Si estos permanecieran callados, las piedras+ clamarían”.
41 Y cuando llegó a estar cerca, miró la ciudad y lloró sobre ella,+ 42 diciendo: “Si tú, aun tú, hubieras discernido+ en este día las cosas que tienen que ver con la paz..., pero ahora han sido escondidas de tus ojos.+ 43 Porque vendrán días sobre ti en que tus enemigos edificarán en derredor de ti una fortificación+ de estacas puntiagudas+ y te rodearán+ y te afligirán+ de todos lados, 44 y te arrojarán al suelo, a ti y a tus hijos dentro de ti,+ y no dejarán en ti piedra sobre piedra,+ porque no discerniste el tiempo en que se te inspeccionaba”.+
45 Y entró en el templo y comenzó a echar fuera a los que vendían,+ 46 diciéndoles: “Está escrito: ‘Y mi casa será casa de oración’,+ pero ustedes la hicieron cueva de salteadores”.+
47 Además, enseñaba diariamente en el templo. Pero los sacerdotes principales y los escribas y los de más importancia del pueblo procuraban destruirlo;+ 48 y sin embargo no hallaban lo que les sería eficaz hacer, porque todo el pueblo, sin excepción, seguía colgándose de él para oírle.+
20 En uno de aquellos días, mientras él enseñaba al pueblo en el templo y declaraba las buenas nuevas, se acercaron los sacerdotes principales y los escribas con los ancianos,+ 2 y tomaron la palabra, y le dijeron: “Dinos con qué autoridad haces estas cosas, o quién es el que te dio esta autoridad”.+ 3 Respondiendo, él les dijo: “Yo también les haré una pregunta, y díganme ustedes:+ 4 El bautismo* de Juan, ¿era del cielo, o de los hombres?”.+ 5 Entonces ellos sacaron conclusiones entre sí, diciendo: “Si decimos: ‘Del cielo’, dirá: ‘¿Por qué no le creyeron?’.+ 6 Pero si decimos: ‘De los hombres’, todo el pueblo, sin excepción, nos apedreará,+ porque están persuadidos de que Juan+ era profeta”.+ 7 De modo que respondieron que no sabían de dónde. 8 Y Jesús les dijo: “Tampoco les digo yo con qué autoridad hago estas cosas”.+
9 Entonces comenzó a decir al pueblo esta ilustración: “Un hombre plantó una viña+ y la arrendó a cultivadores, y viajó al extranjero por un tiempo bastante largo.+ 10 Pero a su debido tiempo envió un esclavo+ a los cultivadores,+ para que le dieran parte del fruto de la viña.+ Los cultivadores, sin embargo, lo despidieron sin nada,+ después de golpearlo severamente. 11 Pero él lo repitió y envió un esclavo diferente. A aquel también lo golpearon severamente y lo deshonraron y lo despidieron sin nada.+ 12 Aún volvió a enviarles un tercero;+ a este también lo hirieron y lo echaron fuera. 13 Entonces el dueño de la viña dijo: ‘¿Qué haré? Enviaré a mi hijo el amado.+ Probablemente a este lo respeten’. 14 Cuando los cultivadores alcanzaron a verlo, se pusieron a razonar unos con otros, diciendo: ‘Este es el heredero; matémoslo, para que la herencia llegue a ser nuestra’.+ 15 Con eso, lo echaron fuera+ de la viña y lo mataron.+ Entonces, ¿qué les hará el dueño de la viña?+ 16 Vendrá y destruirá a estos cultivadores y dará la viña a otros”.+
Al oír [esto], ellos dijeron: “¡Jamás suceda eso!”. 17 Pero él los miró, y dijo: “Entonces, ¿qué significa esto que está escrito: ‘La piedra que los edificadores rechazaron,+ esta ha llegado a ser la principal piedra angular’?+ 18 Todo el que caiga sobre esa piedra será hecho añicos.+ En cuanto a cualquiera sobre quien ella caiga,+ lo pulverizará”.+
19 Los escribas y los sacerdotes principales entonces procuraron echar las manos sobre él en aquella misma hora, pero temieron al pueblo; pues percibieron que él, al hablar esta ilustración, estaba pensando en ellos.+ 20 Y, después de observarlo detenidamente, enviaron hombres a quienes habían contratado secretamente para que se fingieran justos, a fin de sorprenderlo+ en su habla, para así entregarlo al gobierno y a la autoridad del gobernador.+ 21 Y le interrogaron, diciendo: “Maestro, sabemos que hablas y enseñas correctamente y no muestras parcialidad, sino que enseñas el camino de Dios de acuerdo con la verdad:+ 22 ¿Nos es lícito pagar impuesto a César,* o no?”.+ 23 Pero él echó de ver su astucia, y les dijo:+ 24 “Muéstrenme un denario.* ¿De quién es la imagen e inscripción que tiene?”. Ellos dijeron: “De César”.+ 25 Él les dijo: “Sin falta, entonces, paguen a César las cosas de César,+ pero a Dios las cosas de Dios”.+ 26 Pues bien, no pudieron sorprenderlo en este dicho delante del pueblo, pero, asombrados de su respuesta, no dijeron nada.+
27 Sin embargo, algunos de los saduceos, los que dicen que no hay resurrección, se acercaron+ y le interrogaron, 28 diciendo: “Maestro, Moisés+ nos escribió: ‘Si el hermano de algún hombre muere mientras tiene esposa, pero esta ha quedado sin hijos, su hermano+ debe tomar la esposa y levantar prole de ella a su hermano’.+ 29 Pues bien, hubo siete hermanos; y el primero tomó esposa y murió sin hijos.+ 30 Lo mismo el segundo, 31 y el tercero la tomó. Igualmente los siete; no dejaron hijos, sino que murieron.+ 32 Por último, la mujer también murió.+ 33 Por consiguiente, en la resurrección,* ¿de cuál de ellos llega a ser esposa? Porque los siete la tuvieron por esposa”.+
34 Jesús les dijo: “Los hijos de este sistema de cosas* se casan+ y se dan en matrimonio, 35 pero los que han sido considerados dignos+ de ganar aquel sistema de cosas+ y la resurrección de entre los muertos+ ni se casan ni se dan en matrimonio. 36 De hecho, tampoco pueden ya morir,+ porque son como los ángeles, y son hijos de Dios por ser hijos de la resurrección.+ 37 Pero el que los muertos son levantados, hasta Moisés lo expuso, en el relato acerca de la zarza,+ cuando llama a Jehová* ‘el Dios de Abrahán* y Dios de Isaac y Dios de Jacob’.+ 38 Él no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos ellos viven”.*+ 39 En respuesta, algunos de los escribas dijeron: “Maestro, hablaste bien”. 40 Porque ya no tenían ánimo para hacerle ni una sola pregunta.
41 A su vez, él les dijo: “¿Cómo sucede que dicen que el Cristo es hijo de David?+ 42 Porque David mismo dice en el libro de los Salmos: ‘Jehová* dijo a mi Señor: “Siéntate a mi diestra 43 hasta que coloque a tus enemigos como banquillo para tus pies”’.+ 44 David, pues, lo llama ‘Señor’; entonces, ¿cómo es él su hijo?”.
45 Luego, mientras todo el pueblo escuchaba, dijo a los discípulos:+ 46 “Cuídense de los escribas que desean andar por todos lados en ropas largas, y a quienes les gustan los saludos en las plazas de mercado* y los asientos delanteros en las sinagogas y lugares muy prominentes en las cenas,+ 47 y que devoran las casas de las viudas+ y por pretexto hacen largas oraciones. Estos recibirán juicio más pesado”.+
21 Ahora bien, al levantar la vista, vio a los ricos que echaban sus dádivas en las arcas de la tesorería.*+ 2 Entonces vio a cierta viuda necesitada echar allí dos monedas pequeñas de ínfimo valor,*+ 3 y dijo: “En verdad les digo: Esta viuda, aunque pobre, echó más que todos ellos.+ 4 Porque todos estos echaron dádivas* de lo que les sobra, mas esta echó, de su indigencia, todo el medio de vivir que tenía”.+
5 Más tarde, cuando algunos hablaban respecto al templo, cómo estaba adornado de piedras hermosas y cosas dedicadas,+ 6 él dijo: “En cuanto a estas cosas que contemplan, vendrán los días en que no se dejará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada”.+ 7 Entonces le interrogaron, diciendo: “Maestro, ¿cuándo realmente serán estas cosas, y qué será la señal cuando estas cosas estén destinadas a suceder?”.+ 8 Dijo: “Cuidado que no los extravíen;+ porque muchos vendrán sobre la base de mi nombre, y dirán: ‘Yo soy ese’, y: ‘El debido tiempo se ha acercado’.+ No vayan en pos de ellos. 9 Además, cuando oigan de guerras y desórdenes, no se aterroricen.+ Porque estas cosas tienen que suceder primero, pero el fin* no [sucede] inmediatamente”.
10 Entonces pasó a decirles: “Se levantará* nación contra nación,+ y reino contra reino;+ 11 y habrá grandes terremotos, y en un lugar tras otro pestes y escaseces de alimento;+ y habrá escenas espantosas, y del cielo grandes señales.+
12 ”Pero antes de todas estas cosas les echarán mano a ustedes y los perseguirán,+ entregándolos a las sinagogas y prisiones, y serán llevados ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre.+ 13 Resultará para ustedes en testimonio.*+ 14 Por lo tanto, resuélvanlo en sus corazones que no ensayarán de antemano cómo hacer su defensa,+ 15 porque yo les daré boca* y sabiduría, que todos sus opositores juntos no podrán resistir ni disputar.+ 16 Además, serán entregados hasta por padres+ y hermanos y parientes y amigos, y a algunos de ustedes los harán morir;+ 17 y serán objeto de odio de parte de toda la gente por causa de mi nombre.+ 18 Y, con todo, no perecerá ni un cabello+ de su cabeza. 19 Mediante el aguante de parte de ustedes adquirirán sus almas.*+
20 ”Además, cuando vean a Jerusalén cercada+ de ejércitos acampados, entonces sepan que la desolación de ella se ha acercado.+ 21 Entonces los que estén en Judea echen a huir a las montañas, y los que estén en medio de [Jerusalén] retírense, y los que estén en los lugares rurales no entren en ella;+ 22 porque estos son días para hacer justicia,* para que se cumplan todas las cosas que están escritas.+ 23 ¡Ay de las mujeres que estén encintas y de las que den de mamar en aquellos días!+ Porque habrá gran necesidad sobre la tierra* e ira sobre este pueblo; 24 y caerán a filo de espada y serán llevados cautivos a todas las naciones;+ y Jerusalén será hollada por las naciones,* hasta que se cumplan* los tiempos señalados+ de las naciones.
25 ”También, habrá señales en el sol+ y en la luna y en las estrellas, y sobre la tierra angustia de naciones, por no conocer la salida a causa del bramido del mar+ y [de su] agitación,+ 26 mientras que los hombres desmayan por el temor+ y la expectación de las cosas que vienen sobre la tierra habitada;*+ porque los poderes* de los cielos serán sacudidos.+ 27 Y entonces verán al Hijo del hombre+ viniendo* en una nube con poder y gran gloria.+ 28 Pero al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca”.
29 Con eso les habló una ilustración: “Noten la higuera y todos los demás árboles:+ 30 Cuando ya echan brotes, ustedes, al observarlo, saben para sí que ya se acerca el verano.+ 31 Así también ustedes, cuando vean suceder estas cosas, sepan que el reino de Dios está cerca.+ 32 En verdad les digo: Esta generación* no pasará de ningún modo sin que todas las cosas sucedan.+ 33 El cielo y la tierra pasarán,+ pero mis palabras de ningún modo pasarán.+
34 ”Mas presten atención a sí mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con exceso y beber con exceso,+ y por las inquietudes+ de la vida,* y de repente esté aquel día sobre ustedes instantáneamente+ 35 como un lazo.+ Porque vendrá sobre todos los que moran sobre la haz de toda la tierra.+ 36 Manténganse despiertos,+ pues, en todo tiempo haciendo ruego+ para que logren escapar de todas estas cosas que están destinadas a suceder, y estar en pie delante del Hijo del hombre”.+
37 De modo que de día enseñaba en el templo,+ pero de noche salía y se alojaba en la montaña llamada el monte de los Olivos.+ 38 Y todo el pueblo,+ temprano en el día, acudía a él en el templo para oírle.
22 Ahora bien, se acercaba la fiesta de las tortas no fermentadas, la llamada Pascua.+ 2 Y los sacerdotes principales y los escribas buscaban de qué manera les sería eficaz deshacerse de él,+ porque temían al pueblo.+ 3 Pero Satanás entró en Judas, el que se llamaba Iscariote, que se contaba entre los doce;+ 4 y él se fue y habló con los sacerdotes principales y los capitanes [del templo] acerca de la manera eficaz de traicionarlo a ellos.+ 5 Pues bien, estos se regocijaron y convinieron en darle dinero en plata.+ 6 De modo que él consintió, y se puso a buscar una buena oportunidad para traicionarlo a ellos sin que estuviera presente una muchedumbre.+
7 Entonces llegó el día de las tortas no fermentadas, en que hay que sacrificar la [víctima de la] pascua;+ 8 y él despachó a Pedro y a Juan, y dijo: “Vayan y preparen la pascua+ para que la comamos”. 9 Ellos le dijeron: “¿Dónde quieres que [la] preparemos?”. 10 Él les dijo:+ “¡Miren! Al entrar en la ciudad los encontrará un hombre que lleva una vasija de barro con agua. Síganlo hasta dentro de la casa en que entre.+ 11 Y tienen que decir al dueño de la casa: ‘El Maestro te dice: “¿Dónde está el cuarto para convidados en que pueda comer la pascua con mis discípulos?”’.+ 12 Y ese les mostrará un cuarto grande, arriba, amueblado. Prepáren[la] allí”.+ 13 De modo que ellos partieron y lo hallaron así como él les había dicho, y prepararon la pascua.+
14 Al fin, cuando llegó la hora, él se reclinó a la mesa, y los apóstoles con él.+ 15 Y les dijo: “En gran manera he deseado comer con ustedes esta pascua antes que sufra; 16 porque les digo: No volveré a comerla hasta que quede cumplida en el reino de Dios”.+ 17 Y, aceptando una copa,+ dio gracias y dijo: “Tomen esta y pásenla del uno al otro entre ustedes; 18 porque les digo: De ahora en adelante no volveré a beber del producto de la vid hasta que llegue el reino de Dios”.+
19 También, tomó un pan,+ dio gracias, lo partió, y se lo dio a ellos, diciendo: “Esto significa* mi cuerpo+ que ha de ser dado a favor de ustedes.+ Sigan haciendo esto en memoria de mí”.+ 20 También, la copa+ de la misma manera después que hubieron cenado, diciendo él: “Esta copa significa el nuevo pacto+ en virtud de mi sangre,+ que ha de ser derramada a favor de ustedes.*+
21 ”Pero, ¡miren!, la mano del que me traiciona+ está conmigo en la mesa.+ 22 Porque el Hijo del hombre se va conforme a lo que está designado;+ no obstante, ¡ay de aquel hombre por medio de quien es traicionado!”.+ 23 De modo que comenzaron a tratar entre sí la cuestión de quién de ellos realmente sería el que estaba a punto de hacer esto.+
24 Sin embargo, también se suscitó entre ellos una disputa acalorada sobre quién de ellos parecía ser el mayor.+ 25 Pero él les dijo: “Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y a los que tienen autoridad sobre ellas se les llama Benefactores.+ 26 Ustedes, sin embargo, no han de ser así.+ Antes, el que sea mayor entre ustedes hágase como el más joven,+ y el que actúe como principal, como el que ministra.*+ 27 Porque, ¿cuál es mayor?: ¿el que se reclina a la mesa, o el que ministra? ¿No es el que se reclina a la mesa? Mas yo estoy en medio de ustedes como el que ministra.+
28 ”Sin embargo, ustedes son los que con constancia han continuado+ conmigo en mis pruebas;+ 29 y yo hago un pacto con ustedes, así como mi Padre ha hecho un pacto+ conmigo, para un reino,+ 30 para que coman+ y beban a mi mesa en mi reino,+ y se sienten sobre tronos+ para juzgar a las doce tribus de Israel.
31 ”Simón, Simón, ¡mira! Satanás+ ha demandado tenerlos para zarandearlos como a trigo.+ 32 Mas yo he hecho ruego+ a favor de ti para que tu fe no desfallezca; y tú, una vez que hayas vuelto, fortalece+ a tus hermanos”. 33 Entonces le dijo él: “Señor,* estoy listo para ir contigo a la prisión así como a la muerte”.+ 34 Pero él dijo: “Te digo, Pedro: No cantará hoy el gallo hasta que tres veces hayas negado conocerme”.+
35 También les dijo: “Cuando los envié+ sin bolsa y sin alforja y sin sandalias, no les faltó nada, ¿verdad?”. Ellos dijeron: “¡No!”.* 36 Entonces les dijo: “Mas ahora, el que tiene bolsa, tómela, así mismo también la alforja; y el que no tiene espada venda su prenda de vestir exterior y compre una. 37 Porque les digo que esto que está escrito tiene que realizarse en mí, a saber: ‘Y fue contado con los desaforados’.+ Porque lo que tiene que ver conmigo está realizándose”.+ 38 Entonces ellos dijeron: “Señor,* ¡mira!, aquí hay dos espadas”. Él les dijo: “Basta”.
39 Al salir, se fue como de costumbre al monte de los Olivos; y le siguieron también los discípulos.+ 40 Una vez que llegaron al lugar, les dijo: “Ocúpense en orar, para que no entren en tentación”.+ 41 Y él mismo se apartó de ellos como a un tiro de piedra, y dobló las rodillas y se puso a orar, 42 diciendo: “Padre, si deseas, remueve de mí esta copa. Sin embargo, que no se efectúe mi voluntad,+ sino la tuya”.+ 43 Entonces se le apareció un ángel del cielo y lo fortaleció.+ 44 Mas él, entrando en agonía, continuó orando más encarecidamente;+ y su sudor se hizo como gotas de sangre que caían al suelo.*+ 45 Y levantándose de orar, fue a los discípulos y los halló adormitados de desconsuelo;+ 46 y les dijo: “¿Por qué duermen? Levántense y ocúpense en orar, para que no entren en tentación”.+
47 Mientras él todavía hablaba, ¡mira!, una muchedumbre, y el que se llamaba Judas, uno de los doce, iba delante de ellos;+ y se acercó a Jesús para besarlo.+ 48 Pero Jesús le dijo: “Judas, ¿con un beso traicionas al Hijo del hombre?”.+ 49 Cuando los que estaban en derredor de él vieron lo que iba a acontecer, dijeron: “Señor, ¿herimos con la espada?”.+ 50 Uno de ellos sí hirió al esclavo del sumo sacerdote y le quitó la oreja derecha.+ 51 Pero, respondiendo, Jesús dijo: “Hasta esto dejen que llegue”. Y tocó la oreja y lo sanó.+ 52 Entonces Jesús dijo a los sacerdotes principales y a los capitanes del templo y a los ancianos que habían venido allí por él: “¿Salieron con espadas y garrotes como contra un salteador?+ 53 Mientras estaba con ustedes día tras día en el templo+ no extendieron las manos contra mí.+ Pero esta es su hora+ y la autoridad+ de la oscuridad”.+
54 Entonces lo arrestaron y se lo llevaron+ y lo introdujeron en la casa del sumo sacerdote;+ pero Pedro seguía de lejos.+ 55 Cuando encendieron fuego en medio del patio y se sentaron juntos, Pedro estaba sentado entre ellos.+ 56 Pero cierta sirvienta lo vio sentado a la brillante lumbre y lo miró detenidamente y dijo: “Este hombre también estaba con él”.+ 57 Pero él lo negó,*+ diciendo: “No lo conozco, mujer”.+ 58 Y poco tiempo después otra persona, al verlo, dijo: “Tú también eres uno de ellos”. Pero Pedro dijo: “Hombre, no lo soy”.+ 59 Y después que pasó como una hora, otro se puso a insistir enérgicamente: “¡Por cierto este también estaba con él; porque, de hecho, es galileo!”.+ 60 Pero Pedro dijo: “Hombre, no sé lo que dices”. Y al instante, mientras él todavía estaba hablando, cantó un gallo.+ 61 Y el Señor se volvió y miró a Pedro, y Pedro recordó lo que el Señor había expresado cuando le dijo: “Antes que el gallo cante hoy, me repudiarás tres veces”.+ 62 Y salió fuera y lloró amargamente.+
63 Ahora bien, los varones que lo custodiaban* se pusieron a burlarse+ de él, y le+ pegaban;+ 64 y después de cubrirlo, preguntaban y decían: “Profetiza. ¿Quién es el que te hirió?”.+ 65 Y seguían diciendo otras muchas cosas en blasfemia+ contra él.
66 Al fin, cuando se hizo de día, se reunió la asamblea de los ancianos del pueblo, tanto los sacerdotes principales como los escribas,+ y estos lo llevaron dentro de la sala de su Sanedrín,* y dijeron:+ 67 “Si eres el Cristo,+ dínoslo”. Pero él les dijo: “Aunque se lo dijera, de ningún modo lo creerían.+ 68 Además, si los interrogara, de ningún modo contestarían.+ 69 Sin embargo, desde ahora en adelante el Hijo del hombre+ estará sentado a la poderosa diestra*+ de Dios”.+ 70 Con esto, todos dijeron: “¿Eres tú, por lo tanto, el Hijo de Dios?”. Él les dijo: “Ustedes mismos dicen+ que lo soy”. 71 Ellos dijeron: “¿Por qué necesitamos más testimonio?+ Pues nosotros mismos [lo] hemos oído de su propia boca”.+
23 De modo que la multitud de ellos se levantó, toda, y lo condujeron a Pilato.+ 2 Entonces comenzaron a acusarlo,+ y dijeron: “A este hombre lo hallamos subvirtiendo+ a nuestra nación, y prohibiendo pagar impuestos+ a César,* y diciendo que él mismo es Cristo, un rey”.+ 3 Entonces Pilato le hizo la pregunta: “¿Eres tú el rey de los judíos?”. En respuesta a él, dijo: “Tú mismo [lo] dices”.+ 4 Entonces Pilato dijo a los principales sacerdotes y a las muchedumbres: “No hallo ningún delito en este hombre”.+ 5 Pero ellos empezaron a insistir, diciendo: “Alborota al pueblo enseñando por toda Judea, sí, comenzando desde Galilea hasta aquí”. 6 Al oír aquello, Pilato preguntó si el hombre era galileo, 7 y, después de averiguar que era de la jurisdicción de Herodes,*+ lo envió a Herodes, quien también estaba en Jerusalén en aquellos días.
8 Cuando Herodes vio a Jesús se regocijó mucho, pues hacía bastante tiempo que quería verlo,+ por haber oído+ acerca de él, y esperaba ver alguna señal ejecutada por él. 9 Entonces empezó a interrogarlo con muchas palabras; pero él no le contestó nada.+ 10 Sin embargo, los sacerdotes principales y los escribas siguieron poniéndose de pie y acusándolo con vehemencia.+ 11 Entonces Herodes, junto con los soldados de su guardia, lo desacreditó,+ y, burlándose+ de él, lo vistió con una prenda de vestir vistosa,* y lo devolvió a Pilato.+ 12 Entonces Herodes y Pilato se hicieron amigos uno del otro en aquel mismo día; porque antes de aquello habían continuado enemistados entre sí.
13 Luego Pilato convocó a los sacerdotes principales y a los gobernantes y al pueblo, 14 y les dijo: “Ustedes me trajeron a este hombre como amotinador del pueblo, y, ¡miren!, lo examiné delante de ustedes, pero no hallé en este hombre base alguna+ para las acusaciones que hacen contra él. 15 De hecho, ni Herodes tampoco, porque nos lo devolvió; y, ¡miren!, nada que merezca la muerte+ ha sido cometido por él. 16 Por tanto, lo castigaré+ y lo pondré en libertad”. 17* —— 18 Pero todos ellos, sí, la multitud entera, clamaron, diciendo: “¡Quita a este,+ pero ponnos en libertad a Barrabás!”.+ 19 ([Un hombre] que había sido echado en la prisión por cierta sedición que había ocurrido en la ciudad, y por asesinato.) 20 De nuevo Pilato les dirigió la palabra, porque quería poner en libertad a Jesús.+ 21 Entonces ellos se pusieron a vociferar, diciendo: “¡Al madero! ¡Al madero con él!”.*+ 22 Por tercera vez les dijo: “Pues, ¿qué mal ha hecho este [hombre]? Yo no he hallado en él nada que merezca la muerte; por lo tanto lo castigaré y lo pondré en libertad”.+ 23 Con esto, ellos se pusieron a instar a grandes voces, y a demandar que fuera fijado en un madero; y sus voces empezaron a salir triunfantes.+ 24 De modo que Pilato dio sentencia de que se satisficiera la demanda de ellos:+ 25 puso en libertad+ al que había sido echado en la prisión por sedición y asesinato, y a quien ellos demandaban, pero a Jesús lo entregó a la voluntad de ellos.+
26 Ahora bien, al llevárselo de allí, echaron mano de Simón, cierto natural de Cirene, que venía del campo, y le pusieron encima el madero de tormento para que lo cargara detrás de Jesús.+ 27 Pero le seguía una gran multitud del pueblo y de mujeres que se golpeaban en desconsuelo y le plañían. 28 Jesús se volvió a las mujeres y dijo: “Hijas de Jerusalén, dejen de llorar por mí. Al contrario, lloren por ustedes mismas y por sus hijos;+ 29 porque, ¡miren!, vienen días en que se dirá: ‘¡Felices son las estériles, y las matrices que no dieron a luz y los pechos que no dieron de mamar!’.+ 30 Entonces comenzarán a decir a las montañas: ‘¡Caigan sobre nosotros!’, y a las colinas: ‘¡Cúbrannos!’.+ 31 Porque si hacen estas cosas cuando el árbol está húmedo, ¿qué ocurrirá cuando esté marchito?”.+
32 Pero también conducían a otros dos hombres, malhechores, para ser ejecutados con él.+ 33 Y cuando llegaron al lugar llamado Cráneo,*+ allí los fijaron en maderos a él y a los malhechores, uno a su derecha y uno a su izquierda.+ 34 [[Pero Jesús decía: “Padre, perdónalos,+ porque no saben lo que hacen”.]]* Además, para repartir sus prendas de vestir, echaron suertes.+ 35 Y el pueblo estaba de pie mirando.+ Mas los gobernantes hacían gestos de desprecio, y decían: “A otros salvó; sálvese+ a sí mismo, si este es el Cristo de Dios, el Escogido”.+ 36 Hasta los soldados se burlaban+ de él, acercándose y ofreciéndole vino agrio+ 37 y diciendo: “Si tú eres el rey de los judíos, sálvate”. 38 Había también una inscripción sobre él:* “Este es el rey de los judíos”.*+
39 Pero uno de los malhechores que estaban colgados le decía afrentosamente:+ “Tú eres el Cristo, ¿no es verdad? Sálvate a ti mismo y a nosotros”. 40 En respuesta, el otro le reprendió, y dijo: “¿No temes tú a Dios de ninguna manera, ahora que estás en el mismo juicio?+ 41 Y nosotros, en verdad, justamente, porque estamos recibiendo de lleno lo que merecemos por las cosas que hicimos; pero este no ha hecho nada indebido”.+ 42 Y pasó a decir: “Jesús, acuérdate de mí cuando entres en tu reino”.+ 43 Y él le dijo: “Verdaderamente te digo hoy:* Estarás conmigo+ en el Paraíso”.*+
44 Ahora bien, era ya como la hora sexta, y sin embargo una oscuridad cayó sobre toda la tierra hasta la hora nona,*+ 45 porque falló la luz del sol; entonces la cortina+ del santuario* se rasgó por en medio.+ 46 Y Jesús llamó con voz fuerte y dijo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”.+ Cuando hubo dicho esto, expiró.+ 47 Debido a que vio lo que sucedió, el oficial del ejército* se puso a glorificar a Dios, y dijo: “Verdaderamente este hombre era justo”.+ 48 Y todas las muchedumbres que estaban reunidas allí para este espectáculo, cuando contemplaron las cosas que habían sucedido, empezaron a regresar golpeándose el pecho. 49 Además, todos los que lo conocían estaban de pie a lo lejos.+ También, mujeres, que juntas le habían seguido desde Galilea, estaban de pie contemplando estas cosas.+
50 Y, ¡mira!, un varón de nombre José, que era miembro del Consejo,* varón bueno y justo+ 51 —este no había votado en apoyo del designio y acción de ellos+—, era de Arimatea, ciudad de los de Judea,* y esperaba el reino de Dios;+ 52 este fue a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús.+ 53 Y lo bajó+ y lo envolvió en lino fino, y lo puso en una tumba+ cortada en la roca, en la cual nadie había yacido aún.+ 54 Ahora bien, era el día de la Preparación,+ y la luz vespertina del sábado+ se aproximaba.* 55 Pero las mujeres, que habían venido con él desde Galilea, fueron siguiendo de cerca y miraron la tumba conmemorativa+ y cómo fue puesto su cuerpo;+ 56 y se volvieron para preparar especias y aceites perfumados.+ Pero, por supuesto, descansaron el sábado,+ según el mandamiento.
24 El primer día de la semana, sin embargo, fueron muy de mañana a la tumba, llevando las especias que habían preparado.+ 2 Pero hallaron removida la piedra de la tumba conmemorativa,+ 3 y cuando entraron no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.*+ 4 Mientras estaban perplejas sobre esto, ¡mira!, se pusieron junto a ellas dos varones en ropa fulgurante.+ 5 Como ellas se atemorizaron y tenían los rostros inclinados hacia el suelo, los [hombres] les dijeron: “¿Por qué buscan al Vivo entre los muertos? 6 [[No está aquí, sino que ha sido levantado.]]*+ Recuerden cómo les habló mientras todavía estaba en Galilea,+ 7 diciendo que el Hijo del hombre tenía que ser entregado en manos de hombres pecadores y ser fijado en un madero* y, sin embargo, levantarse al tercer día”.+ 8 De modo que ellas se acordaron de sus dichos,+ 9 y regresaron de la tumba conmemorativa* e informaron todas estas cosas a los once y a todos los demás.+ 10 Eran María la Magdalena, y Juana,+ y María la [madre] de Santiago. También, las demás mujeres+ [que estaban] con ellas decían estas cosas a los apóstoles. 11 Sin embargo, a ellos estos dichos les parecieron como tonterías, y no quisieron creer+ a las [mujeres].
12 [[Mas Pedro se levantó y corrió a la tumba conmemorativa, y, agachándose, contempló las vendas solas. De modo que se fue, admirándose de lo que había ocurrido.]]*
13 Pero, ¡mira!, aquel mismo día dos de ellos iban caminando a una aldea que dista unos once kilómetros* de Jerusalén, Emaús por nombre, 14 y estaban conversando el uno con el otro de todas estas cosas+ que habían sucedido.
15 Ahora bien, mientras iban conversando y hablando, Jesús mismo se acercó+ y se puso a andar con ellos; 16 pero se impidió que los ojos de ellos lo reconocieran.+ 17 Él les dijo: “¿Qué asuntos son estos que consideran entre ustedes mientras van andando?”. Y ellos se detuvieron con rostros tristes. 18 En respuesta, el que tenía por nombre Cleopas le dijo: “¿Moras tú solo como forastero en Jerusalén y por eso no sabes las cosas que han ocurrido en ella en estos días?”. 19 Y él les dijo: “¿Qué cosas?”. Ellos le dijeron: “Las cosas respecto a Jesús el Nazareno,+ que vino a ser profeta+ poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo; 20 y cómo lo entregaron nuestros sacerdotes principales y gobernantes a sentencia de muerte y lo fijaron en un madero.+ 21 Pero nosotros esperábamos que este fuera el que estaba destinado a librar a Israel;+ sí, y además de todas estas cosas, este es ya el tercer día desde que han ocurrido estas cosas. 22 Por otra parte, ciertas mujeres+ de entre nosotros también nos han pasmado, porque muy de mañana habían estado en la tumba conmemorativa, 23 pero no hallaron el cuerpo de él, y vinieron diciendo que también habían visto una vista sobrenatural de ángeles, los cuales dijeron que él está vivo. 24 Además de eso, algunos de los que estaban con nosotros se fueron a la tumba conmemorativa;+ y hallaron que así era, exactamente como las mujeres habían dicho, pero a él no lo vieron”.
25 De modo que él les dijo: “¡Oh insensatos y lentos de corazón para creer en todas las cosas que hablaron los profetas!+ 26 ¿No era necesario que el Cristo sufriera+ estas cosas y entrara en su gloria?”.+ 27 Y comenzando desde Moisés+ y todos los Profetas+ les interpretó cosas referentes a él en todas las Escrituras.
28 Por fin se acercaron a la aldea adonde iban, y él hizo como que iba más lejos. 29 Pero ellos fueron muy insistentes con él, y dijeron: “Quédate con nosotros, porque casi anochece y el día ya ha declinado”. Ante aquello, él entró a quedarse con ellos. 30 Y estando reclinado con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y empezó a dárselo.+ 31 Con esto, a ellos se les abrieron los ojos completamente y lo reconocieron; y él desapareció de ante ellos.+ 32 Y ellos se dijeron el uno al otro: “¿No nos ardía* el corazón cuando él venía hablándonos por el camino, cuando nos estaba abriendo por completo las Escrituras?”. 33 Y en aquella misma hora se levantaron y volvieron a Jerusalén, y hallaron congregados a los once y a los que estaban con ellos, 34 que decían: “¡Es un hecho que el Señor* ha sido levantado y se ha aparecido a Simón!”.+ 35 Entonces ellos mismos contaron lo [que había sucedido] en el camino, y cómo se les dio a conocer en el [acto de] partir el pan.+
36 Mientras estaban hablando de estas cosas, él mismo se puso de pie en medio de ellos [[y les dijo: “Tengan paz”.]]* 37 Pero porque estaban aterrados, y se habían atemorizado,+ se imaginaban que contemplaban un espíritu. 38 Por eso les dijo: “¿Por qué están perturbados, y por qué se suscitan dudas en su corazón? 39 Vean mis manos y mis pies, que soy yo mismo; pálpenme+ y vean, porque un espíritu no tiene carne y huesos+ así como contemplan que yo tengo”. 40 [[Y al decir esto les mostró las manos y los pies.]]* 41 Pero mientras todavía no creían+ de puro gozo, y seguían admirados, les dijo: “¿Tienen ahí algo de comer?”.+ 42 Y le dieron un pedazo de pescado asado;*+ 43 y lo tomó y lo comió+ delante de los ojos de ellos.
44 En seguida les dijo: “Estas son mis palabras que les hablé mientras todavía estaba con ustedes,+ que todas las cosas escritas en la ley de Moisés y en los Profetas+ y en los Salmos+ acerca de mí tenían que cumplirse”. 45 Entonces les abrió la mente por completo para que captaran el significado de las Escrituras,+ 46 y les dijo: “De esta manera está escrito que el Cristo sufriría y se levantaría de entre los muertos al tercer día,+ 47 y sobre la base de su nombre se predicaría arrepentimiento para perdón de pecados+ en todas las naciones+... comenzando desde Jerusalén,+ 48 ustedes han de ser testigos+ de estas cosas. 49 Y, ¡miren!, envío sobre ustedes lo que está prometido por mi Padre. Ustedes, sin embargo, permanezcan en la ciudad hasta que lleguen a estar revestidos de poder desde lo alto”.+
50 Mas los condujo fuera, hasta Betania, y alzó las manos y los bendijo.+ 51 Mientras los bendecía, fue separado de ellos y comenzó a ser llevado arriba al cielo.*+ 52 Y ellos le rindieron homenaje y* regresaron a Jerusalén con gran gozo.+ 53 Y estaban de continuo en el templo bendiciendo a Dios.+
“Lucas.” Gr.: Lou·kán; lat.: Lú·cam.
Lit.: “de la palabra”. Gr.: tou ló·gou; J18,22: “la palabra de Jehová”.
“Zacarías” (que significa: “Jah Ha Recordado”), J7-18,21,22; אAB: “Zacharías”.
“Abías” (que significa: “Mi Padre Es Jah”), J7-18,21,22; אAB: “Abía”.
Véase Ap. 1D.
O: “la habitación (morada) divina”. Gr.: na·ón; lat.: tém·plum; J17,18,22(heb.): heh·kjál, “palacio; templo”.
Véase Ap. 1D.
Véase Ap. 1D.
Véase Mt 3:1, n: “Juan”.
Véase Ap. 1D.
“Espíritu.” Gr.: pnéu·ma·tos; lat.: Spí·ri·tu; J22(heb.): rú·aj.
Véase Ap. 1D.
Que significa: “Mi Dios Es Jehová”. J17,18,22(heb.): ’E·li·yá·hu.
Véase Ap. 1D.
Que significa: “Uno Físicamente Capacitado de Dios”. Gr.: Ga·bri·él; J17,18(heb.): Ghav·ri·’él.
O: “declararte el evangelio (las buenas noticias)”. Gr.: eu·ag·gue·lí·sa·sthai; lat.: e·van·ge·li·zá·re.
“Servicio público.” Gr.: lei·tour·guí·as; J17,18(heb.): ‛avo·dha·thóh, “su servicio sagrado [como sacerdote]”. Compárese con Heb 8:6; Heb 9:6.
Véase Ap. 1D.
Lit.: “el mes el sexto”.
Gr.: Ma·ri·ám; lat.: Ma·rí·a; J17,18,22(heb.): Mir·yám.
Véase Ap. 1D.
Véase Mt 1:21, n.
Véase Ap. 1D.
O: “ninguna cosa; ningún dicho”. Gr.: rhé·ma.
Véase Ap. 1D.
Véase Ap. 1D.
“Mi alma engrandece.” Lat.: Ma·gní·fi·cat á·ni·ma mé·a.
Véase Ap. 1D.
O: “prole; simiente”.
Véase Ap. 1D.
Véase Ap. 1D.
Véase Ap. 1D.
“Cuerno de salvación.” O: “un poderoso salvador”. Gr.: ké·ras so·te·rí·as; lat.: cór·nu sa·lú·tis; J17,18,22(heb.): qé·ren yeschu·‛áh.
O: “rendirle adoración”. Gr.: la·tréu- ein; J17,18,22(heb.): le‛ov·dhóh, “servirle (adorarle)”. Véase Éx 3:12, n.
Véase Ap. 1D.
O: “del Emperador”. Lat.: Caé·sa·re.
Lit.: “la habitada”. Gr.: ten oi·kou·mé·nen, fem. sing., con referencia a la tierra.
O: “cuarto para convidados”. Véase Mr 14:14.
O: “que moraban en los campos”.
Véase Ap. 1D.
Véase Ap. 1D.
O: “ha de ser”.
“Cristo [el] Señor.” Gr.: Kjri·stós ký·ri·os. Esta expresión pudiera ser una traducción gr. del heb. ma·schí·aj Yeho·wáh: “el Cristo de Jehová”, como en J5-8,10. Véase 2:26.
O: “la hueste”. Lat.: mi·lí·ti·ae.
O léase: “hombres a quienes él aprueba”. Gr.: an·thró·pois eu·do·kí·as.
Véase Ap. 1D.
Véase Mt 1:21, n.
Véase Ap. 1D.
Véase Ap. 1D.
Véase Ap. 1D.
Véase Ap. 1D.
Véase Ap. 1D.
“Señor Soberano”, אAB; gr.: dé·spo·ta; J7,8,10,13,16,17,22(heb.): ’Adho·nái; J9,18: “Jehová”.
O: “una luz para una revelación a las naciones”.
O: “la resurrección”. Gr.: a·ná·sta·sin. Véase Mt 22:23, n.
O: “la vida”. Gr.: psy·kjén. Véase Ap. 4A.
O: “rindiendo adoración”. Gr.: la·tréu·ou·sa; J22(heb.): be‛ov·dháh, “al servir (adorar) ella”. Véase Éx 3:12, n.
“Dios”, אAB; VgSyp,s: “el Señor”; J5,7-17,28: “Jehová”.
Lit.: “acerca de ello”.
Véase Ap. 1D.
O: “estas cosas”. Gr.: rhé·ma·ta. Véase 1:37, n.
O: “el emperador”. Gr.: Kái·sa·ros; lat.: Caé·sa·ris.
Es decir, Herodes Antipas, hijo de Herodes el Grande.
“Gobernante de distrito.” Lit.: “tetrarca”; un príncipe territorial representante del emperador romano. Lat.: te·trár·cha.
Véase Ap. 1D.
Lit.: “cambio de mente”. Gr.: me·ta·nói·as.
O: “con su salario”. Lat.: sti·pén·di·is.
Véase v. 1, n: “Distrito”.
O: “fue sumergido; fue zambullido”. Gr.: ba·pti·sthén·tos.
O: “comenzó [a enseñar]”.
O: “como constaba por ley”.
Lit.: “Salatiel”.
“Jesús”, אABVgSysJ18,22; SypJ17,21: “José(s)”.
“Jobel”, א*BSys.
“Sala”, א*BSys.
“Aminadab”, AVgSyp; B: “Admein”.
O: “la fuerza activa”. Gr.: pnéu·ma·ti; lat.: Spí·ri·tu; J17,18,22(heb.): ha·rú·aj, “la fuerza activa”. Véase Gé 1:2, n: “Activa”.
Según אB; ADItVgSyh,p añaden: “sino de toda palabra de Dios”; J7,8,10,13-15,17 añaden: “sino de todo lo que procede de la boca de Jehová”.
“Esta autoridad.” Gr.: ten e·xou·sí·an táu·ten.
Véase Ap. 1D.
“Tienes que rendir servicio sagrado.” Gr.: la·tréu·seis; J17,18,22(heb.): ta·‛avódh. Véase Éx 3:12, n.
Véase Ap. 1D.
Véase Ap. 1D.
“Él me ungió”, אAB; J7,8,10,13-15: “Jehová me ungió”.
Véase Ap. 1D.
Lit.: “esta escritura en sus oídos”.
O: “parábola”.
“Sarepta”, nombre gr. para la ciudad de Zarefat.
O: “colina”.
O: “con un inmundo espíritu demoníaco”. Posiblemente: “con una expresión inspirada de un demonio inmundo”. Véase Rev 16:14.
“¿Qué tenemos que ver contigo[...]?” Modismo; pregunta de repulsa que indica objeción. Véase Ap. 7B.
O: “Amo”.
“Testimonio.” Gr.: mar·tý·ri·on; lat.: te·sti·mó·ni·um.
Véase Ap. 1D.
Lit.: “los hijos de la cámara nupcial”.
“Exquisito”, אBSyp; ACVg: “más exquisito”.
O: “el pan de la proposición”.
O: “una vida”. Gr.: psy·kjén; J17,18,22(heb.): né·fesch. Véase Ap. 4A.
Lit.: “a él”.
“Celoso.” O: “Celote; Entusiasta”. Gr.: Ze·lo·tén.
“Felices.” Gr.: Ma·ká·ri·oi; lat.: be·á·ti, traducido frecuentemente al español como “bienaventurados”.
Lit.: “están dispuestos”.
Lit.: “estén haciendo”.
O: “su seno”.
O: “de cierto centurión”. Lat.: cen·tu·ri·ó·nis. Un centurión era el jefe de 100 soldados.
O: “con prisa”.
“Poco después de esto”, P75אcAB; א*CD: “Al día siguiente”.
O: “único”. Gr.: mo·no·gue·nés. Véase 8:42, n.
O: “Amo”.
O: “¡Despierta!”.
O: “Amo”.
“Uno diferente”, אB; AD: “otro”.
“Otro”, P75AB; אD: “uno diferente”.
O: “al oír[le]”.
O: “la sumersión (inmersión); la zambullida”. Gr.: bá·pti·sma.
Un denario era una moneda romana de plata que pesaba 3,85 g (0,124 oz. t.).
O: “anunciando; pregonando”. Gr.: ke·rýs·son; lat.: praé·di·cans.
“Gerasenos”, P75BDItVg; א: “gergesenos”; ASyp,s: “gadarenos”.
Modismo; pregunta de repulsa que indica objeción. Véase Ap. 7B.
O: “a la profundidad”. Véase Ro 10:7.
O: “se había salvado”.
Véase v. 26, n.
O: “única”. Gr.: mo·no·gue·nés. Véase Jue 11:34, n: “Hija”.
O: “el borde; la borla”.
O: “te ha salvado”.
O: “¡despierta!”.
O: “el aliento (la fuerza vital) de ella”. Gr.: to pnéu·ma au·tés; J17,18,22(heb.): ru·jáh.
O: “el tetrarca”. Véanse 3:1 y nn.
O: “los discípulos estuvieron con él”. B*: “los discípulos se le presentaron”.
O: “el Sumergidor; el Zambullidor”. Gr.: ton Ba·pti·stén.
Que significa: “Mi Dios Es Jehová”. J17,18,22(heb.): ’E·li·yá·hu.
Véase Ap. 5C.
O: “vida”. Gr.: psy·kjén; J17,18,22(heb.): naf·schóh (de né·fesch). Véase Ap. 4A.
O: “brillante”.
“Partida.” Gr.: é·xo·don, como en 2Pe 1:15.
O: “único”. Gr.: mo·no·gue·nés.
“Poder majestuoso.” O: “majestad”. Gr.: me·ga·lei·ó·te·ti; lat.: ma·gni·tú·di·ne; J17,22(heb.): guedhul·láth.
O: “era”.
O: “ha de ser”.
O: “va”.
O: “para su ascensión”.
O: “Amo”.
“Setenta”, אACWSyp; P75BDVgSyc,sArm: “setenta y dos”.
Lit.: “hijo”.
O: “ella”.
“Hades”, אABJ21; J7-18,22: “Seol”.
“Setenta”, אACWSyp; P45,75BDVgArm: “setenta y dos”.
O: “Amo”.
Véase Ap. 1D.
O: “vida”. Véase Ap. 4A.
Véase Ap. 8A.
O: “Amo”.
Según אcBCc; P45,75AC*WVgSyc: “Una cosa, sin embargo, es necesaria”.
O: “sea tenido por sagrado; sea tratado como santo”. Gr.: ha·gui·a·sthé·to; lat.: sanc·ti·fi·cé·tur; J17,18(heb.): yith·qad·dásch.
“Beelzebub”, VgSyc,p,s; P45,75ACDW(gr.): Be·el·ze·bóul; אB(gr.): Be·e·ze·bóul. Véase Mt 12:24, n.
“Barrida”, אAD; B: “desocupada, barrida”.
O: “y toma otros siete espíritus”.
Véase Mt 12:42, n.
O: “es sincero; está todo en una sola dirección; está enfocado; es generoso”.
O: “malo; envidioso”.
Lit.: “primero no fue sumergido (bautizado)”.
O: “para ustedes”.
O: “el juicio”. Gr.: ten krí·sin; lat.: iu·dí·ci·um; J17,18,22(heb.): ham·misch·pát.
O: “los lugares de reunión (asamblea)”. Gr.: a·go·ráis.
Lit.: “los mataron”.
Lit.: “un echar [simiente]”. Gr.: ka·ta·bo·lés.
Lit.: “de las miríadas”.
O: “en público; fuera de lo privado”.
Lit.: “hablaron hacia el oído”.
Véase Ap. 4C.
Lit.: “por dos asariones”. Un asarion era la decimosexta parte de un denario. Véase Ap. 8A.
Lit.: “sinagogas”.
“Cómo o qué”, אABVg; DItSyc,p: “cómo”; Sys: “qué”.
O: “partidor”.
O: “vida”. Gr.: psy·kjén; J17,18,22(heb.): naf·schekjá (de né·fesch).
O: “se separa; parte”. Véase Ap. 5D.
O: “del banquete de bodas”.
Desde aproximadamente las 9 de la noche hasta la medianoche. Véanse Mr 13:35, nn.
Desde la medianoche hasta aproximadamente las 3 de la mañana.
O: “Amo”.
O: “encargado de la casa”. Gr.: oi·ko·nó·mos; lat.: di·spen·sá·tor; J17(heb.): has·so·kjén, “el mayordomo”. Véanse Gé 24:2, n; Ef 1:10, n: “Administración”.
O: “lo cortará en dos”.
Lit.: “el último leptón”. Véase Ap. 8A.
“Siloam”, אAB; J17,18,22: “Siloé”.
O: “la tienes que cortar”.
O: “Amo”.
O: “mezcló con”.
Lit.: “medidas de sea”. Gr.: sá·ta. Una medida de sea equivalía a 7,33 L (6,66 qt. á.).
Lit.: “Estén luchando”.
Es decir, Herodes Antipas, hijo de Herodes el Grande. Véase 3:1.
Lit.: “estoy siendo perfeccionado”.
Véase Ap. 1D.
O: “esté en el banquete”.
Lit.: “Él”.
O: “Por favor, que se me excuse”.
O: “vida”. Véase Ap. 4A.
Véase Ap. 5C.
Un dracma era una moneda gr. de plata que pesaba 3,40 g (0,109 oz. t.).
O: “a tu vista”; como en 1Sa 20:1 en LXX.
Véase v. 18, n.
“Hazme como uno de tus asalariados”, אBDSyh; P75AWVgSyp,s omiten esta oración.
O: “sacrifíquenlo”.
O: “un encargado de la casa”. Gr.: oi·ko·nó·mon; J22(heb.): soh·kjen-bá·yith.
Un bato equivalía a 22 L (5,81 gal.).
Un coro equivalía a 220 L (200 qt. á.).
O léase: “orden de cosas”. Gr.: ai·ó·nos; lat.: saé·cu·li; J17,18,22(heb.): ha·‛oh·lám, “el orden de cosas”.
Lit.: “mammón de la injusticia”. Gr.: ma·mo·ná tes a·di·kí·as.
Lit.: “tiendas eternas”.
O: “lo que es de ustedes”, P75אADWVgSyh,p,s; B: “lo que es nuestro”.
Lit.: “a mammón”. Gr.: ma·mo·nái; lat.: ma·mó·nae; J17,18,22(heb.): ham·ma·móhn, “el mammón”.
“Se declara [...] como buenas nuevas (buenas noticias).” Gr.: eu·ag·gue·lí·ze·tai; lat.: e·van·ge·li·zá·tur; J22(heb.): mith·bas·sé·reth.
Véase Mt 5:32, n: “Adulterio”.
Lit.: “soltada (aflojada)”.
O: “pobre”.
“Lázaro”, אAB; J18,22(heb.): ’El·‛a·zár, “Eleazar”, que significa: “Dios Ha Ayudado”.
“[La posición del] seno”, como al reclinarse uno enfrente de otra persona en el mismo lecho en una comida.
“Hades”, אAB; J6-8,10-18,22: “Seol”; lat.: in·fér·no. Véase Ap. 4B.
“Y fue sepultado. Y en el Hades él”, AB; א*: “y fue sepultado en el Hades él”; Vg(lat.): “y él fue sepultado in in·fér·no. Pero él”.
O: “Amo”.
O: “esta morera negra”.
Lit.: “de él”.
O: “te ha salvado”.
O: “está entre ustedes”.
O: “el cataclismo”. Gr.: ka·ta·kly·smós; lat.: di·lú·vi·um; J17,18,22(heb.): ham·mab·búl, “el diluvio”.
O: “vida”. Gr.: psy·kjén; J17,18,22(heb.): naf·schóh (de né·fesch).
P75אABW omiten este v.; DVgSyc,h,p,s: “Dos hombres estarán en el campo; uno será llevado, y el otro será abandonado”. (Compárese con Mt 24:40.)
O: “Amo”.
O: “constriñéndome”. De una palabra que significa: “golpear bajo el ojo”.
O: “hallará esta fe”.
O: “hijos”.
O léase: “orden de cosas”. Gr.: ai·ó·ni; lat.: saé·cu·lo; J22(heb.): ba·‛oh·lám, “en el orden de cosas”.
Lit.: “él”.
O: “Amo”.
O: “te ha salvado”.
O: “un sicómoro”.
O: “Amo”.
O: “conseguir para sí un reino”.
Una mina gr. pesaba 340 g (10,9 oz. t.); no era una moneda, y difería de la mina heb.
O: “reino”. Gr.: ba·si·léi·an; lat.: ré·gno.
O: “Amo”.
O léase: “otro”. Sys: “el último”.
Véase Ap. 1D.
O: “arriba en las alturas”.
O: “La sumersión (inmersión); La zambullida”. Gr.: bá·pti·sma.
O: “al emperador”. Gr.: Kái·sa·ri; lat.: Caé·sa·ri.
Una moneda romana de plata que pesaba 3,85 g (0,124 oz. t.).
“Resurrección.” Gr.: a·na·stá·sei, “levantarse; ponerse de pie” (de a·ná, “arriba”, y stá·sis, “parar”); lat.: re·sur·rec·ti·ó·ne.
O léase: “orden de cosas”. Gr.: ai·ó·nos; lat.: saé·cu·li; J17,18,22(heb.): ha·‛oh·lám, “el orden de cosas”.
Véase Ap. 1D.
O: “cuando dice: ‘Jehová el Dios de Abrahán’”.
O: “porque, desde su punto de vista, todos ellos viven”.
Véase Ap. 1D.
Véase 11:43, n.
O: “en la tesorería sagrada”.
Lit.: “dos leptones”. Véase Ap. 8A.
O: “contribuyeron para las dádivas”.
O: “fin consumado; fin completado”. Gr.: té·los.
O: “Será agitada; Será despertada”.
“Testimonio.” Gr.: mar·tý·ri·on; lat.: te·sti·mó·ni·um.
O: “habla contundente”.
O: “sus vidas [futuras]”. Gr.: psy·kjás hy·món; J17(heb.): naf·scho·theh·kjém. Véase Mt 10:28.
Lit.: “días de venganza”.
O: “el país”.
“Naciones.” Gr.: e·thnón; lat.: gén·ti·bus, “gentiles”; J17(heb.): ghoh·yím.
“Se cumplan y se hayan de cumplir”, B.
Lit.: “la habitada”. Gr.: tei oi·kou·mé·nei, dativo, fem. sing., refiriéndose a la tierra; lat.: u·ni·vér·so ór·bi, “el círculo entero”, es decir, de la tierra. Véanse Isa 13:11, n: “Productiva”; Na 1:5, n.
O: “las fuerzas; las huestes”.
“Viniendo.” Gr.: er·kjó·me·non.
“Generación.” Gr.: gue·ne·á; difiere de gué·nos, “raza”, como en 1Pe 2:9.
O: “inquietudes en cuanto al sustento”.
O: “es”, en el sentido de significar, dar a entender, representar. Véase Mt 26:26, n.
“Que ha de ser dado [...] derramada a favor de ustedes”, P75אABWVgSyh,pArm; DIt omiten estas palabras de los vv. 19, 20.
O: “sirve”.
O: “Amo”.
Lit.: “¡Para nada!”.
O: “Amo”.
Los vv. 43, 44 aparecen en א*DVgSyc,h,hi,pArm; P75אcABWSys los omiten.
“Él lo negó a él”, AD*VgSyh.
“Lo custodiaban”, אBDItVg; ASyp: “custodiaban a Jesús”.
O: “dentro de su Sanedrín”.
O: “a la diestra del poder”.
O: “al emperador”. Gr.: Kái·sa·ri; lat.: Caé·sa·ri.
Es decir, Herodes Antipas, hijo de Herodes el Grande. Véase 3:1.
O: “espléndida”.
P75AB omiten el v. 17; אWVgSyp: “Ahora bien, él tenía la obligación de ponerles en libertad a un hombre de fiesta en fiesta”. (DSyc,s añaden estas palabras después del v. 19; compárese con Mt 27:15; Mr 15:6.)
O: “¡Fíjenlo en un madero (poste)!”. Véase Ap. 5C.
“Cráneo.” Gr.: Kra·ní·on; lat.: Cal·vá·ri·ae; J17,18(heb.): Gul·gol·tá’. Véase Mt 27:33.
אCVgSyc,p insertan las palabras entre corchetes; P75BD*WSys las omiten.
Según P75BSyc,s; DVgSyp añaden: “(escrita) en letras griegas y latinas y hebreas”, para concordar con Jn 19:20.
Lit.: “El rey de los judíos este”. Gr.: Ho ba·si·léus ton I·ou·dái·on hóu·tos; lat.: hic est rex Iu·dae·ó·rum; J22(heb.): zé·hu’ mé·lekj hai·Yehu·dhím.
“Hoy.” Aunque WH pone una coma en el texto gr. antes de la palabra para “hoy”, las comas no se usaban en los mss unciales gr. En armonía con el contexto, omitimos la coma delante de “hoy”. Syc(siglo V E.C.) vierte este texto así: “Amén, te digo hoy que conmigo estarás en el Jardín de Edén”. (F. C. Burkitt, The Curetonian Version of the Four Gospels, tomo I, Cambridge, 1904.)
“En el Paraíso”, אABVgJ11,13,16; gr.: en toi pa·ra·déi·soi; J17,18,22(heb.): beghan-‛É·dhen, “en el jardín de Edén”. Véase Gé 2:8, 10, 15, 16 en LXX.
La “hora nona” sería aproximadamente las 3 de la tarde. La “hora sexta” sería aproximadamente las 12 de la mañana, al contar desde la salida del sol.
O: “la habitación (morada) divina”. Gr.: tou na·óu; lat.: tém·pli; J17,18,22(heb.): ha·heh·kjál.
O: “centurión”; jefe de 100 soldados.
O: “un consejero; un senador”. Gr.: bou·leu·tés.
O: “los judíos”. Gr.: I·ou·dái·on.
O: “y el sábado se acercaba”.
“Del Señor Jesús”, P75אABCWVgSyhArm; DItmss omiten esta frase.
“No está aquí, sino que ha sido levantado”, P75אABVgSyArm; DItmss omiten esta oración.
Véase Ap. 5C.
“De la tumba conmemorativa”, P75אABWVgSy; DItmssArm omiten esta frase.
Según P75אABWVgSy; DItmss omiten las palabras entre corchetes.
O: “siete millas [romanas] y media”. Lit.: “sesenta estadios”. Gr.: sta·dí·ous he·xé·kon·ta; lat.: sta·di·ó·rum se·xa·gín·ta; unas 7 mi. inglesas. Compárese con Mt 5:41, n; véase Ap. 8A.
“Nos ardía”, אAB; D: “teníamos velado”; Syp,s: “teníamos pesado”; Itms l: “teníamos embotado”; Itms c: “teníamos cegado”.
O: “Amo”.
“Y les dijo: ‘Tengan paz’”, P75אAB; DIt omiten estas palabras.
Según P75אABWVgSyh,hi,pArm (compárese con Jn 20:20); DItSyc,s omiten el v. 40.
VgSyc,p y los mss ENXΔΘ (siglo VI a X) añaden: “y un panal”; P75אABDSys omiten esta frase.
“Y comenzó a ser llevado arriba al cielo”, P75אcABCWVgSypArm; א*DSys omiten esta frase.
“Le rindieron homenaje y”, P75א- ABCWSyh,p; DItmssSys omiten esta frase. Compárese con Heb 1:6.