2 TESALONICENSES
Notas de estudio. Capítulo 1
Segunda a los Tesalonicenses. Al parecer, el título de este libro, como en otros casos, no formaba parte del texto original. Al consultar manuscritos antiguos, se ve que los títulos se añadieron más tarde, sin duda para que se pudieran identificar los libros claramente. Ver la nota de estudio del título de 1 Corintios.
Silvano. Ver la nota de estudio de 2Co 1:19.
a la congregación de los tesalonicenses. Al igual que la primera carta de Pablo a los tesalonicenses, esta carta va dirigida “a la congregación” en general. En esto se diferencia de las cartas a Timoteo y Tito, que Pablo dirige a cada uno de estos superintendentes. Y también es distinta de la carta a los filipenses, que menciona específicamente a los superintendentes y siervos ministeriales de esa congregación (Flp 1:1).
está creciendo muchísimo. Al comienzo de su primera carta a los tesalonicenses, Pablo menciona la fe y el amor que demostraban (1Te 1:3 y la nota de estudio). En este versículo los felicita por el extraordinario crecimiento que estas cualidades estaban teniendo entre ellos. Aquí emplea el verbo hyperauxánō. Este verbo está compuesto por un verbo simple, que se suele usar al hablar del crecimiento de las plantas (Mt 6:28; Lu 13:19), y por el prefijo hypér (que significa ‘sobre’ o ‘más allá de’). Pablo le añade este prefijo para darle más intensidad (comparar con Ef 3:20, “infinitamente más”). Por eso, el verbo hyperauxánō podría traducirse aquí literalmente como “sobrecrece” (El Nuevo Testamento Interlineal Griego-Español, Hernández-Ardura).
dificultades. O “tribulaciones”. Ver la nota de estudio de 2Co 1:4.
la revelación. O “el descubrimiento”, “la retirada del velo”. Aquí se usa el término griego apokálypsis en la expresión “la revelación del Señor Jesús”. Él será revelado como Rey y Juez, con autoridad tanto para recompensar como para castigar. Recompensará a sus seguidores fieles, que han pasado sufrimientos, y ejecutará venganza contra las personas irreverentes.
entre llamas de fuego. En este versículo, el término “fuego” tiene un sentido figurado, como suele suceder en las Escrituras. En tiempos bíblicos, el fuego era el medio de destrucción más eficaz que se conocía (Dt 13:16; Jos 6:24). Jesús usó a veces la palabra “fuego” para representar la destrucción total de los malvados (Mt 13:40-42, 49, 50; comparar con Is 66:15, 24; Mt 25:41).
venganza. Es decir, la venganza y el juicio de Dios. Pablo dice que “es justo que Dios pague con tribulación a los que están causándoles sufrimientos” a los cristianos (2Te 1:6). El término griego que se traduce como “venganza” (ekdíkēsis) transmite la idea literal de ‘lo que viene procedente de justicia’. Esto da a entender que se trata de una acción mediante la que se hace justicia. También se ha traducido como “justicia” o “hacer justicia” (Lu 18:7, 8; 21:22 y la nota de estudio). La Biblia indica que Dios es el responsable final de la “venganza” que traerá verdadera justicia (Dt 32:35, 43; Sl 94:1; Ro 12:19; Heb 10:30). Para llevar a cabo la venganza que se menciona en este versículo, Dios ha nombrado ejecutor principal al Señor Jesucristo.
los que no conocen a Dios. Aquí Pablo está hablando de quienes deciden conscientemente no cultivar una amistad con Jehová. En cambio, los que “conocen a Dios” no se limitan a reconocer que Dios existe; no tienen simplemente un conocimiento superficial acerca de él. Más bien, toman medidas para hacerse amigos íntimos suyos. Conocen lo que le agrada y lo que le desagrada. Lo aman y viven de acuerdo con sus normas (1Jn 2:3, 4; 4:8). Cuando alguien de verdad conoce a Dios, “este lo conoce” a él. En otras palabras, Dios le concede el honor de tener su aprobación (1Co 8:3). Ver las notas de estudio de Jn 17:3; Gál 4:9.
las buenas noticias acerca de nuestro Señor Jesús. O “las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús”. Esta expresión incluye todo lo que enseñó Jesús, según aparece en la Palabra de Dios. Estas buenas noticias son la base sobre la que se juzgará a toda la humanidad. Los que aceptan y obedecen las buenas noticias recibirán la salvación, y “los que no obedecen las buenas noticias” traerán sobre ellos su propia destrucción.
destrucción eterna. La Biblia indica que algunas personas sufrirán destrucción eterna. Por ejemplo, Jesús dijo que todo el que blasfema contra el espíritu santo es “culpable de pecado eterno” y no será perdonado jamás, “ni en este sistema ni en el que va a venir” (Mr 3:28, 29; Mt 12:32). Todo indica que entre estas personas está incluido Judas, a quien Jesús llamó “el hijo de la destrucción” (Jn 17:12 y la nota de estudio). Judas traicionó deliberadamente al Hijo de Dios, y por eso se ganó la condena de destrucción eterna. En este versículo, Pablo muestra que todos los que, por su propia decisión, “no conocen a Dios y [...] no obedecen las buenas noticias acerca de nuestro Señor Jesús” sufrirán “destrucción eterna” (2Te 1:8).
siendo así eliminados de delante del Señor. Lit. “de[l] rostro del Señor”. Aunque las palabras de 2Te 1:9 tal vez sean una alusión a Is 2:10, 19, 21, no son una cita directa de las Escrituras Hebreas. Aquí, el “Señor” puede referirse tanto a Jehová Dios como a Jesús. En casos como este, el Comité de Traducción de la Biblia del Nuevo Mundo decidió mantener la palabra “Señor”. Así se mantuvo dentro de los límites de un traductor. Ver apén. C1. Comparar con la nota de estudio de Ro 10:12.