CONCLUSIÓN
“No tendré miedo”
1. ¿Qué más se puede decir sobre el valor?
DESPUÉS de leer este libro, ¿hay algo más que se pueda decir sobre el valor? Pues sí. Primero veremos que en la Biblia hay muchos otros ejemplos de valor que no están incluidos en esta publicación. Y después hablaremos de algo que hace falta para ser valientes de verdad.
2. ¿Qué otros siervos fieles de Dios nos dejaron un gran ejemplo de valor?
2 Además de los personajes bíblicos sobre los que ya hemos hablado, ¿se le ocurren otros amigos de Dios que fueran valientes? Quizás piense en algunos profetas muy conocidos de las Escrituras Hebreas, como Isaías, Jeremías, Ezequiel, Jonás o Malaquías. Cuando el apóstol Pablo escribió el capítulo 11 de Hebreos, probablemente estaba pensando en siervos de Dios como ellos. Él dijo que algunos “sufrieron la prueba de burlas y latigazos, e incluso más que eso, de cadenas y prisiones”. Otros estuvieron “pasando necesidad, sufriendo dificultades y siendo maltratados”. De hecho, algunos hasta fueron asesinados (Heb. 11:36, 37). Aun así, siempre sirvieron a Jehová con valor.
3, 4. ¿Qué hicieron dos mujeres para ayudar al rey David en una época muy difícil?
3 La Biblia también habla de muchas otras personas valientes, aunque no siempre dice sus nombres. Piense en dos mujeres que vivieron en la época del rey David. Ellas lo ayudaron cuando David tuvo que huir de Jerusalén porque su hijo Absalón, un hombre vanidoso y malvado, intentó derrocarlo. David le había pedido a un sacerdote valiente llamado Sadoc que regresara a la ciudad y se quedara allí para conseguir información sobre los planes de Absalón. Sadoc quería contarle algo a David. ¿Cómo lo haría? Una sierva, de la que no sabemos su nombre, arriesgó su propia vida para darles ese mensaje a dos siervos fieles de David. Pero, cuando ellos iban de camino a avisar a David, un joven los descubrió y los delató ante Absalón. Menos mal que tuvieron una buena idea: esconderse en un pozo. La esposa del dueño de aquel pozo, de la que tampoco sabemos su nombre, enseguida lo tapó con una tela y lo cubrió de grano. Y, cuando los hombres de Absalón vinieron a buscar a los mensajeros de David, ella los mandó en otra dirección. El valor de estas dos mujeres contribuyó a proteger al rey que Dios había elegido (2 Sam. 15:23-37; 17:8-22).
Una sierva y la esposa del dueño de un pozo fueron valientes y ayudaron al rey David cuando su vida estaba en peligro.
4 Está claro: la Biblia está llena de hombres y mujeres valientes. De algunos sabemos sus nombres y de otros no. Unos eran ricos, y otros pobres. Y, aunque algunos tenían grandes responsabilidades, otros eran personas comunes y corrientes. Pero todos sin excepción tuvieron el valor de ponerse de parte de Jehová. ¡Cuánto aprendemos de ellos!
Por qué es tan importante orar
5-7. ¿De dónde sacó Pablo el valor necesario para seguir predicando a pesar de la oposición?
5 ¿Y nosotros? ¿Qué podemos hacer para ser igual de valientes que los personajes que destaca la Biblia? No es que todos ellos fueran valientes por naturaleza. Si se mantuvieron leales a Jehová, no fue gracias a sus propias fuerzas o capacidades. Les hizo falta algo más. ¿De qué se trata?
6 Recuerde el caso del apóstol Pablo. Cuando él y Silas estaban en Filipos, un grupo de personas violentas los atacaron, les desgarraron la ropa, los golpearon vez tras vez con varas, los metieron en una oscura prisión y les sujetaron los pies en un cepo (Hech. 16:12, 19-24). Es cierto que después los liberaron. Pero ¿qué pasó con Pablo? ¿Se quedó con miedo de volver a predicar? Eso habría sido lo normal. Pero Jehová le había dado a Pablo otra misión: tenía que ir a la ciudad de Tesalónica. ¿De dónde sacó el valor y las fuerzas que necesitaba?
7 Él mismo escribió después: “Como saben, sufrimos y fuimos maltratados en Filipos, pero por medio de nuestro Dios cobramos valor para hablarles de las buenas noticias de Dios a pesar de una fuerte oposición” (1 Tes. 2:2). Entonces, ¿qué le ayudó a tener valor? Él no tenía ningún superpoder; más bien, sabía que para ser valiente necesitaba a Jehová. Así que humildemente le pidió a Jehová el valor que necesitaba, y él le contestó su oración.
8. Igual que Pablo, ¿qué tenemos que hacer para ser más valientes?
8 Usted puede hacer lo mismo que Pablo. Recuerde que para ser valiente tampoco necesita tener un superpoder. Si le ora a Jehová y le suplica que le dé el valor que necesita, puede estar seguro de que él le contestará su oración (Hech. 4:29).
9. ¿Qué buenas razones tenemos para pedirle a nuestro Padre que nos dé más fe?
9 Además, hay una cualidad muy relacionada con el valor que también podemos pedirle a Jehová: la fe. Esta cualidad es parte del fruto del espíritu santo de Jehová (Gál. 5:22, 23). También forma parte de la armadura espiritual que todos los cristianos debemos llevar (Efes. 6:16). La fe cristiana es tan poderosa que la Biblia dice que “ha vencido al mundo” (1 Juan 5:4). La fe en Jehová es el mejor fundamento para que crezca nuestro valor. Si estamos totalmente seguros de que Jehová nos ayudará en los momentos difíciles, seremos cada vez más valientes. Así que tenemos buenas razones para pedirle a Jehová lo mismo que querían los apóstoles. Supliquémosle a nuestro Padre vez tras vez: “Danos más fe” (Luc. 17:5).
“¡Sean valientes!”
10, 11. ¿Por qué destacó Pablo la importancia del valor en su carta a los hebreos?
10 Jesús había profetizado que Jerusalén sería destruida. Unos años antes de que eso pasara, Pablo les escribió a los cristianos hebreos que estaban en Jerusalén y sus alrededores. ¿Por qué? Quería ayudarles a estar preparados para los tiempos difíciles que vendrían (Luc. 19:41-44; 21:20-24). ¿Y cómo lo hizo? Les recordó una promesa de Jehová que les ayudaría a ser valientes. Como vimos en la introducción de este libro, Jehová promete: “Nunca te dejaré y jamás te abandonaré”. Estas palabras tan cariñosas podían tener un efecto muy poderoso en ellos. Pablo continuó: “Así que podemos decir llenos de confianza: ‘Jehová es mi ayudante. No tendré miedo. ¿Qué puede hacerme el hombre?’” (Heb. 13:5, 6).
11 La Biblia no dice exactamente lo que pasó cuando Jerusalén fue destruida en el año 70 de nuestra era. Pero sí podemos estar seguros de que aquellas palabras inspiradas de Pablo calaron hondo en los cristianos fieles. Gracias a ellas, reunieron el valor para obedecer a tiempo el mandato de Jesús: “Huyan a las montañas” (Luc. 21:20, 21).
12. a) ¿Qué ideas puede recordar para ser valiente en los momentos difíciles? b) ¿Cómo han mostrado valor algunos hermanos de tiempos modernos, y qué está decidido a hacer usted? (Vea el recuadro “Seamos valientes como ellos”).
12 Jehová también puede darle a usted valor siempre que lo necesite, tanto ahora como en el futuro (Ezeq. 38:1, 2, 10-12; Mat. 24:21). Nunca olvide que Jehová mismo ha prometido protegerlo (Ezeq. 38:19-23; 2 Tes. 3:3). Jehová nunca abandona a quienes lo aman y ponen su fe en él. Recuerde que las palabras que Jehová le dijo a Josué son también para usted: “Sé valiente y muy fuerte” (Jos. 1:7, 9, 18). Y también recuerde que Jesús les dijo a sus discípulos: “¡Sean valientes!”. Además, él nunca falla y, tal como prometió, hará que usted reciba el espíritu santo de Jehová. Gracias a ese espíritu, su valor aumentará y podrá afrontar cualquier dificultad que venga (Juan 14:26; 15:26, 27; 16:33). Usted puede decir lleno de confianza: “No tendré miedo”.
Sin importar cuáles sean nuestras circunstancias, Jehová promete darnos su espíritu santo para que seamos más valientes y podamos afrontar cualquier desafío.
13. ¿Qué lo motiva a usted a seguir siendo valiente?
13 Ahora imagínese en el Paraíso. Hay paz en todas partes, y todos los que estaban en la memoria de Jehová han vuelto a vivir. Por fin puede conocer en persona a muchos hombres y mujeres que hemos visto en este libro, y a muchos otros amigos de Dios que también fueron valientes. ¡Qué emoción! En el mundo de Satanás, ellos pasaron por muchos problemas o hasta perdieron la vida por ser fieles a Dios. Pero ya están en el nuevo mundo, ¿y verdad que no se les ve arrepentidos de haber sido leales y valientes? ¿Y qué hay de usted? Usted está con ellos trabajando para que toda la Tierra sea un paraíso. Todo el mundo es tan feliz... ¿Usted cree que, en un ambiente así, se arrepentirá de haber sido valiente ahora, en este mundo difícil? ¡Claro que no! Así que ¡no se rinda, sea valiente hasta el final! Pasarán miles..., millones de años, y siempre se alegrará de haber tomado esa decisión.