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  • La actividad ministerial de los testigos de Jehová

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  • La actividad ministerial de los testigos de Jehová
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1957
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1957
w57 1/5 págs. 282-287

La actividad ministerial de los testigos de Jehová

Informe tomado del “Yearbook” para 1957 (en inglés)

COLOMBIA

Se ha logrado mucho progreso durante el año pasado. Hubo un aumento de once por ciento en cuanto a publicadores y se alcanzó un nuevo número máximo de 719 publicadores en junio de 1956. Se han logrado muchas cosas buenas durante los últimos doce meses. Se estableció otra congregación en Barranquilla, y el total llegó a cinco allí. A través del país de Colombia se organizaron otras cinco congregaciones nuevas y diez hermanos más fueron agregados a la lista de precursores especiales. Ahora hay un hermano local sirviendo como siervo de circuito y 206 personas se bautizaron durante el año. Sobresaliente fué la compra de una nueva sucursal y hogar misional que los hermanos obtuvieron. Esto les ha hecho alegre el corazón y sin duda se podrá efectuar gran expansión desde este nuevo despacho central. A veces se presentan obstáculos grandes, pero los hermanos nunca se desaniman, porque saben que Jehová, quien está con ellos, es mucho más fuerte que toda la hueste que está en contra de ellos. Nuestros hermanos de Colombia son un pueblo feliz junto con todos los testigos de Jehová de todas partes del mundo. Algunas de las experiencias interesantes que el siervo de sucursal incluyó en su informe se dan a continuación:

“A pesar de los numerosos artículos que se publicaron durante el año pasado en los diarios y revistas de los EE. UU. respecto a la persecución de protestantes, la clausura de iglesias, etc., los periódicos colombianos siguen negando vehementemente tales informes. Circulares gubernamentales redactadas en 1954, que prohiben toda actividad de casa en casa para ganar prosélitos a menos que la efectúe la religión católica, recientemente se han hecho cumplir más estrictamente. Los testigos de Jehová experimentan dificultades al llevar a cabo su obra aquí bajo estas circunstancias; no obstante, lo hacen y la buena obra prospera.

“Dos precursores especiales que trabajaban felizmente en su nuevo territorio lleno de ovejas después de tres meses se hallaron de repente en dificultad. ¿Por qué? Algunos profesores de escuela que eran ‘buenos católicos’ mentirosamente le dijeron al sacerdote que estos ‘protestantes’ hablaban en contra del papa y de la religión católica y que estaban corrompiendo a la generación joven. El sacerdote se quejó al alcalde militar, el cual envió a la policía tras ellos, y pronto los precursores se hallaron detrás de rejas, sentenciados a cumplir veinticinco días cada uno por rehusar pagar una multa. Mientras tanto los precursores aprovecharon la oportunidad de predicar a todos los que estaban a su alcance. Una tarde un ladrón notorio escuchó cuidadosamente las buenas nuevas durante tres horas y declaró que tales buenas nuevas eran para él como una melodía. Él llegó a ser un leal defensor del hermano y lo protegió de los presos más toscos. Muchos amigos de buena voluntad de afuera vinieron al rescate de los precursores y satisficieron bien sus necesidades en cuanto a alimento y cosas materiales. Después de establecer un nuevo record de once días en la cárcel, los precursores fueron puestos en libertad. Se quedaron en su asignación, pero han tenido que dedicarse casi exclusivamente a revisitas y estudios bíblicos; también han hecho arreglos para que muchos de los interesados vengan a la casa de ellos para recibir estudios particulares. Ahora las personas de esa localidad que están interesadas en la obra manifiestan más preocupación en cuanto a prepararse para servicio futuro.

“En diez años la sucursal se había trasladado muchas veces y de nuevo se hizo necesario trasladarla, puesto que se había vendido la casa. Parecía imposible hallar una casa apropiada para arrendarla ni una que fuera más o menos permanente. Entonces, después de una búsqueda diligente, se halló nuestra ‘casa del ensueño,’ pero se vendía, no se arrendaba. Eso parecía estar más allá de nuestro alcance; sin embargo, armados de esperanza y optimismo, estábamos determinados a hacer un esfuerzo. Un comité de congregación presentó el asunto a las congregaciones locales el domingo siguiente y se recibió con aprobación entusiasta, prometiendo los hermanos que apoyarían financieramente el esfuerzo si la Sociedad se interesaba en comprar la propiedad. La Sociedad aprobó. Los hermanos hicieron su parte y la casa vino a ser nuestra prontamente. Pero eso no fué todo, de ningún modo. La familia que vivía en la casa, buenos amigos de los sacerdotes locales, no quiso mudarse. Durante 132 días después de la compra tuvimos que sufrir—viéndola gozar de nuestro nuevo hogar. Cuando se nos agotaba ya la paciencia y el aguante ellos se mudaron—se resolvió esa situación. Luego vino la transformación, construcción y reparación por toda la casa. Se alquiló a un contratista, los hermanos ofrecieron sus servicios gratuitamente y un ejército de veinte trabajadores siguió adelante hasta que todo estuvo completo de arriba a abajo y el nuevo edificio cobró la apariencia teocrática. Nos instalamos el 18 de agosto y el día siguiente fué el día de inauguración que se había esperado por largo tiempo. Se invitó a todas las unidades locales y asistieron de buena gana. El gozo fué grande y profundas las esperanzas mientras de antemano pensábamos en la asamblea que había de celebrarse aquí la semana subsiguiente. Puesto que nos parecía a nosotros que esto era un cumplimiento local de la promesa de Jehová de abrir los cielos y derramar bendiciones sobre Su pueblo, y puesto que deseábamos mostrar gratitud sincera por esta gran provisión de Jehová, se adoptó una resolución y se envió a la Sociedad.

“Ahora nos sentimos firmes, permanentes y equipados, ya que el nuevo edificio hospeda la sucursal de la Sociedad y a los misioneros locales y tiene amplio espacio para un excelente Salón del Reino y lugar para asambleas locales.”

COSTA RICA

Sin importar dónde estén los testigos de Jehová a través de la tierra, Jehová derrama su bendición, una bendición mayor que la que puede contener persona alguna. Las experiencias de los hermanos en Costa Rica han sido abundantes. Hubo un pequeño aumento en el número de ministros activos. Este no fué lo suficientemente grande para alcanzar un número máximo nuevo; sin embargo, no retrocedieron. Algunos que habían emprendido la obra de predicar no se apegaron a ella, sino que volvieron al modo de vivir del viejo mundo, pero otras personas han venido a ocupar su lugar. Esto muestra la responsabilidad que tienen los testigos de Jehová de cuidar de los que se han apartado del viejo mundo y que han entrado en la organización. Hay que ayudarlos en todo respecto. Tenemos que ver que progresen a la madurez y no podemos dejar que los que se han apartado del modo de vivir del viejo mundo y entrado en la sociedad del nuevo mundo reincidan y pierdan su interés en la verdad. Los aumentos debieran mantenerse, pero Costa Rica ha sufrido algunas pérdidas. En Costa Rica hay un alto porcentaje de gente que sabe leer y escribir en comparación con otros países latinoamericanos, pero hay mucho fanatismo religioso. Los líderes religiosos han dado a su gente la instrucción de poner letreros en sus ventanas diciendo que no quieren que se les venga a hablar acerca de religión. No obstante, los testigos de Jehová tienen que pasar por alto estos avisos porque es de Jehová Dios la comisión que tienen de predicar las buenas nuevas y consolar a todos los que lloran, y, por lo tanto, la obra sigue adelante. Los representantes de la religión falsa quisieran cerrar el paso al reino del cielo a la humanidad; porque no entran ellos, ni tampoco permiten que otros entren. Mientras que estos religiosos quieren mantener ciega a la gente, los testigos quieren abrirles los ojos. El siervo de sucursal nos relata algunas experiencias muy interesantes y se citan a continuación para que otros disfruten de ellas.

“Al principio del año de servicio se estaba construyendo un nuevo hogar de sucursal y Salón del Reino cerca del centro de la ciudad capital, San José. El Salón del Reino que se usaba en aquel entonces era demasiado pequeño y ya no servía adecuadamente para la actividad creciente del Reino. El nuevo edificio es una estructura moderna de ladrillos y hormigón de dos pisos, con un amplio Salón del Reino en el segundo piso y la oficina sucursal y el hogar misional en el primer piso. Vino noticia desde la oficina del presidente de la Sociedad de que si el edificio estaba listo para el fin de enero el presidente mismo estaría en Costa Rica para la dedicación. Se le pidió con ahinco al contratista que acelerara su trabajo, y hermanos locales se presentaron para ayudar con la pintura y obra de carpintería. Después de trabajar ellos día y noche durante varias semanas se ocupó el edificio sólo dos días antes de la fecha fijada para la dedicación. Entonces, en la noche del viernes 27 de enero, el hermano Knorr dedicó el edificio a ser usado en el servicio de Jehová Dios. Poco después de eso la película ‘La Sociedad del Nuevo Mundo en Acción’ se exhibió durante cinco noches consecutivas y muchas personas pudieron apreciar la belleza y comodidad del nuevo edificio. Entonces, al tiempo de concluirse una asamblea nacional, se invitó a los publicadores de todas partes del país a inspeccionar la propiedad. Los hermanos aprecian profundamente esta provisión maravillosa que Jehová Dios ha hecho por medio de su organización visible. Recientemente asistieron 550 personas a una asamblea de circuito en el Salón del Reino.

“La película de la Sociedad siguió usándose con gran éxito durante todo el año. Un siervo de circuito consiguió que se le dejara usar un teatro de una pequeña villa y anunció para esa noche la proyección de la película. Sin embargo, al único policía de la villa no le gustaron los testigos de Jehová y dijo que no podían presentar la película. Después de reforzar su “valor” en una taberna local fué al teatro justamente antes de la hora que se había anunciado para la película y amenazó con su pistola al siervo de circuito y al dueño del teatro. Varios vecinos ya se habían reunido y no quisieron ser privados de la oportunidad de ver la película, de manera que desarmaron al policía borracho, lo encerraron en una pieza hasta que recobrara la sobriedad, y gozaron cabalmente de la película. Otra noche el siervo de circuito no tuvo tiempo para volver a arrollar la película después de una proyección, de manera que la tarde siguiente fué a una casa que tenía electricidad para arrollar de nuevo la película. Un grupo de personas se reunió y pidió que se le mostrara la película. Cuando se sacó la cuenta se habían reunido ochenta y siete personas para esta presentación inesperada.

“La obra de los testigos de Jehová en Costa Rica se ha esparcido por todo el país. Hay muchas congregaciones rurales que tienen que viajar largas distancias a pie o a caballo para predicar las buenas nuevas del Reino. Un siervo de circuito tuvo que viajar varias horas a caballo y luego hacer un viaje de dieciocho horas en una canoa para llegar a una congregación. El día siguiente partió con algunos hermanos para trabajar parte del territorio ‘aislado’ que pertenecía a esta congregación aislada. Por seis días caminaron a través de terreno selvático, vadeando riachuelos, pantanos y ríos, durmiendo dondequiera que estuviesen al anochecer, predicando en los hogares apartados, en las pequeñas villas, pronunciando discursos públicos donde les fué posible, y dejando más de cien piezas de literatura bíblica con la gente. Se requiere verdadera fe para predicar bajo tales circunstancias, y estos hermanos la tienen.

“En una villa uno de los hombres más prominentes comenzó a estudiar con los testigos de Jehová porque éstos hablaron sobre la Biblia con él a la puerta. Esto molestó grandemente a algunos de los miembros más fanáticos de la iglesia y ellos mandaron a buscar a un sacerdote para que viniera y pusiera fin al estudio, porque este hombre era uno de sus principales sostenedores financieros. Cuando llegó el sacerdote el hombre le preguntó por qué se le había seleccionado a él para esta atención especial, y añadió que había muchos otros que estaban estudiando con los testigos de Jehová y sin embargo a éstos no se les había visitado. Quiso saber si se debía a que él por casualidad poseía unas cuantas cabezas de ganado más que los demás. El sacerdote se enfureció tanto que pronunció una maldición sobre el hombre. Pero acordándose del Salmo 109:28 el hombre de buena voluntad quedó tranquilo. Ahora algunos de los vecinos dicen que si la maldición no se cumple ellos también van a hacerse testigos de Jehová.”

CUBA

En algunos países se le hace difícil a la gente rehacer su vida, especialmente si ha sido entrenada bajo la organización católica, en la cual se permite cualquier cosa. Es muy común en países latinoamericanos hallar a la gente viviendo en fornicación y adulterio, y la Iglesia católica romana siempre se ha hecho de la vista gorda ante esto. Pero en la sociedad del nuevo mundo no podemos tolerar la vida inmunda, y cuando se descubre se expulsa a las personas implicadas. Por supuesto, en Cuba todos los testigos de Jehová han salido de la misma organización católica, y muy a menudo traen consigo sus ideas sucias y no ven la importancia de vivir en conformidad con la Palabra de Dios, la cual dice que no se permite que se cometa fornicación o adulterio. Durante el año 122 personas fueron expulsadas por vivir inmundamente. Esto muestra que los siervos de las congregaciones están tratando de mantener recta y limpia la organización y por medio de ejemplo mostrar a los otros hermanos que si ellos quieren alcanzar la vida en el nuevo mundo es preciso que hagan senderos rectos para sus pies. En Cuba ha habido un decrecimiento en la organización en cuanto al número de publicadores regulares. Ahora tienen 9,342, y esto es unos 300 menos que en el año anterior. Sobre los superintendentes, los siervos de congregación, los siervos de circuito y de distrito y los que están en la sucursal recae la responsabilidad de siempre poner el ejemplo correcto, para que los que se han puesto de parte de Jehová permanezcan en su organización y consigan la vida. Estos ayudarán a las otras ovejas a progresar a la madurez y rehacer su mente. Sinceramente esperamos que nuestros hermanos de Cuba hagan durante el año de servicio de 1957 los adelantos que son tan comunes a la organización de Jehová. El siervo de sucursal da unas experiencias muy interesantes y se informan aquí.

“Este año hemos dado énfasis al trabajo en territorio aislado, con excelentes resultados. Un siervo de circuito dirigió la actividad de un grupo de publicadores en una región montañosa en territorio aislado. Él informa: ‘Partimos a pie. Al llegar a un pueblito montañés comenzamos a trabajar de casa en casa. Imagínese el gozo que sentimos al encontrar a un hombre que se consideraba testigo de Jehová y estaba testificando a sus vecinos a su propia manera. Lo alentamos y lo ayudamos a participar en el servicio. Nuestro grupo pasó dos días y dos noches en las montañas y dejó más de 200 piezas de literatura, incluyendo cinco suscripciones.’

“A propósito de obstáculos, cuando el siervo de circuito llegó al lugar donde había de pronunciar la conferencia pública estaba tan agotado de haber caminado laboriosamente por el barro y la lluvia que tuvo que pronunciar su conferencia sentado y habiéndose quitado los zapatos. Este mismo hermano nos cuenta que tuvo que nadar a través de un río crecido para cumplir con un compromiso de pronunciar una conferencia. Enterada de estas cosas, la gente de buena voluntad aprecia la seriedad con que tratamos nuestro ministerio. Lluvias, barro y transporte inadecuado son obstáculos que todos los publicadores, especialmente los hermanos viajeros, tienen que afrontar.

“También hay otros obstáculos que se vencen por medio de la ayuda de Jehová. Durante abril de 1956 se estaba celebrando una asamblea de circuito en la ciudad porteña de Matanzas. El Diablo estaba determinado a estropear el éxito de esa asamblea. El sábado una revolución sangrienta estalló a unas cuantas manzanas del salón de la asamblea y resultó en la muerte de muchas personas, aunque ningún hermano fué afectado por ello. Luego una turba de unos cincuenta fanáticos aporreó al siervo de congregación en frente del salón. Muchos suponían que las autoridades gubernamentales clausurarían la asamblea inmediatamente, pero no se perdió ni una sola sesión. La asamblea se celebró con buen éxito y más tarde el líder de la turba recibió noticia de que tenía que comparecer ante la corte local para juicio por su acción diabólica.

“Durante el año se produjo otro incidente que dió un buen testimonio en los llamados círculos superiores. Una hermana había trabajado más de veinte años en el Banco Real del Canadá, sucursal de la Habana. Como secretaria del presidente de la sucursal era una de las traductoras más eficientes. Su renuncia de un puesto tan seguro monetariamente para emprender la obra de precursora cayó como una tremenda sorpresa a los oficiales del banco. No obstante, hizo que aumentara el respeto que le tenían a la obra y sinceridad de los testigos de Jehová. En una reunión de despedida en honor del servicio de esta hermana al banco, un empleado leyó el siguiente mensaje a los muchos que estaban presentes: ‘De vez en cuando nos reunimos para despedirnos de trabajadores compañeros que se jubilan. Pero esta vez se trata de algo diferente y, que sepamos, el caso es único en la historia de este banco en Cuba. Precisamente en este tiempo oímos hablar de empleados que dejan sus puestos para llenar mejores colocaciones con mayor remuneración, para gozar de más comodidades y satisfacción material. Pero en el caso de nuestra querida compañera, lo contrario es el caso: ella deja atrás lo que para ella es dilecto, lo que hasta ahora ha sido y podría seguir siendo una fuente de satisfacción material. Pero el anhelo de su corazón está fijo en algo mucho más alto. Ella ha encontrado satisfacción espiritual completa por medio de responder a la llamada de nuestro Señor cuando él clama: “La mies es mucha, mas los obreros son pocos,” diciendo ella: “Aquí estoy yo; envíame a mí.” Nosotros decimos: “Ema, que Dios te bendiga en tus esfuerzos, Jehová es tu Pastor. Él te acompañará y nada te faltará.”’ Seguramente ninguna seguridad monetaria puede igualar las bendiciones que se derraman desde el trono de Dios.

“Las tres asambleas de distrito que celebramos en julio resultaron en una concurrencia espléndida de más de 6,500 el domingo. El sábado por la noche más de 4,800 personas expresaron entusiásticamente que estaban de acuerdo en mandar la petición especial a Rusia a favor de nuestros hermanos allá.”

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