Anunciando la alabanza de Jehová en las islas
“LAS islas mismas seguirán esperando su ley. Atribuyan ellos gloria a Jehová, y en las islas anuncien aun su alabanza.” (Isa. 42:4, 12) Exactamente cuánto han esperado “las islas” la ley de Jehová se me hizo patente durante mi reciente visita a las islas Madera y Azores. Serví allí de superintendente de circuito de los testigos de Jehová, y mi esposa me acompañó. En nuestro itinerario había un total de ocho islas, una de las cuales tendría su primera visita de los testigos de Jehová. ¿Quisiera acompañarnos mientras mentalmente nosotros volvemos a vivir algunas de las experiencias de este memorable viaje?
MADERA... LA PRIMERA PARADA
Después de hora y media de haber salido de Lisboa, Portugal, nuestro avión de reacción se inclina sobre la isla de Madera y podemos obtener una vista imponente del litoral escarpado con sus empinados acantilados que sobresalen del mar. El viaje de veinticinco kilómetros en vehículo motorizado desde el aeropuerto hasta Funchal, la ciudad principal, revela que ésta es una isla de caña de azúcar, plátanos, densa vegetación, abundante flora y laderas de montañas con nítidas terrazas dedicadas al cultivo de vides. La presencia de muchos árboles nos ayuda a entender el significado del nombre de la isla, Madera. Rodeados de este marco es que pasamos las siguientes cinco semanas.
Nuestra actividad empieza con la visita a las tres congregaciones de Funchal, una ciudad de unos 45.000 habitantes. Desde la revolución portuguesa del 25 de abril de 1974 se han visto grandes cambios en esta isla anteriormente dominada por el catolicismo. Nuestros compañeros Testigos nos dicen que el campo es casi enteramente nuevo ahora para la testificación. Muchos se han dado cuenta de que los líderes eclesiásticos se codeaban con el régimen dictatorial antiguo. En contraste señalado con la asistencia a las iglesias, que ha disminuido considerablemente, ¡qué alentador es ver el nuevo Salón del Reino (dedicado en junio de 1975) lleno a capacidad! Ya hay planes para ensancharlo. El rápido aumento en los testigos de Jehová aquí en los últimos años se puede ver al hacer esta comparación: Se necesitaron diecinueve años para alcanzar los primeros cien trabajadores activos en el campo, pero en los cuatro años después de eso la cantidad subió a más del doble. La cantidad máxima más reciente fue de 274 Testigos activos.
Nuestra última semana en la isla de Madera culmina en una “asamblea de circuito.” Los funcionarios municipales han ofrecido gratuitamente el Teatro Municipal. Nos emocionamos el domingo por la concurrencia de 448 personas. La administración del teatro expresa asombro por la excelente instrucción bíblica que se ofrece. Un empleado del teatro declara: “Los sacerdotes deberían haber asistido a la reunión de ustedes para que vieran cómo enseñar la Biblia a sus parroquianos,” y solicita un estudio bíblico semanal en su propio hogar.
ISLA DE SAN MIGUEL, EN LAS AZORES
La mañana siguiente nuestro avión despega hacia el archipiélago de las Azores, en el océano Atlántico del Norte. Este grupo de nueve islas es de origen volcánico (como la isla de Madera). El clima es templado, y hay poco cambio en las estaciones. La cría de ganado y el cultivo de frutas son industrias importantes, y las islas producen excelente queso y una extensa variedad de frutas. Los tiempos de cambio de este mundo moderno no han afectado considerablemente la vida de los 280.000 habitantes de este archipiélago.
Nuestra primera visita a la isla de San Miguel se la hacemos a tres Testigos “precursores especiales” que trabajan en la población de Ribeira Grande. Inmediatamente vemos la influencia que ejerce la Iglesia Católica. La mayor parte de la gente desconfía mucho de cualquiera que se presenta hablando acerca de la Biblia. Así, cuando vamos de casa en casa muchos amos de casa se burlan de nuestra actividad y gritan que nos vayamos de la población. Entonces, en una puerta se presenta una dama de apariencia digna, y pregunta quiénes somos. “Testigos de Jehová,” respondemos. “Entonces sírvanse pasar,” dice mientras nos invita cortésmente con la mano. Nos dice que en el pasado no ha tratado bien a los testigos de Jehová, y entonces agrega: “Aunque soy católica practicante, simplemente ya no sé dónde está la verdad. El otro día le hice varias preguntas al cura, ¡y no me pudo contestar satisfactoriamente ni una sola!”
Saca su Biblia y entablamos una conversación interesante, pero interrumpen unos vecinos que entran denodadamente en su casa. Estas personas están visiblemente preocupadas al ver que ella les presta atención a los testigos de Jehová. Nosotros quedamos sorprendidos cuando esta dama que teme a Dios les dice bondadosamente a sus vecinos que está aprendiendo muchas cosas interesantes acerca de Dios. Explica que no hay razón para que ellos estén tan predispuestos contra la Palabra de Dios, la Santa Biblia, y que, en lo que toca a ella, está resuelta a aprender más. Uno por uno, los vecinos empiezan a salir. ¡Qué gozo el haber iniciado un estudio bíblico de casa con esta señora de características de oveja que verdaderamente tiene hambre y sed de justicia!
Poco después de salir de la casa de ella, pasamos por donde está un señor lisiado sentado en una banca. Nos llama varias veces, pero no le prestamos atención, pues creemos que se está burlando de nosotros como los demás lo han hecho. Sin embargo, el hombre persiste en gritar que hablemos con él, de modo que al fin regresamos. “¿Qué hacen aquí?” pregunta. Al explicarle el mensaje del Reino vemos que los ojos de este señor revelan verdadero interés. ¡Qué agradable sorpresa tenemos el domingo cuando le extendemos la bienvenida a este señor entre las cuarenta y dos personas que se presentaron para escuchar el discurso público! ¡Anduvo dos kilómetros con muletas para asistir!
Nuestra visita siguiente es a Povoação, en el lado sur de la isla, a unos cuarenta kilómetros de distancia. ¡Qué agradable viaje, al pasar por donde hay fuentes de aguas termales que burbujean con agua hirviente que sale de grietas ocultas de la tierra, y al ver las plantas de té y los apacibles riachuelos de las montañas en los cuales abundan las truchas y percas! Cuando llegamos, los Testigos “precursores especiales” del lugar nos dicen que el sacerdote local se ha perturbado mucho por el interés que han manifestado algunas personas en los estudios bíblicos que conducimos con ellas. De modo que les prohíbe a sus parroquianos que estudien la Biblia con los Testigos, y les dice que nosotros no creemos en Dios ni en la Virgen María.
En la calle principal, entro en una peluquería y empiezo a hablar con el dueño. Él presta atención cuidadosa, y pronto todos los que están en la peluquería ponen atención también. Hay un lugar donde hay taxis enfrente de la peluquería y poco después todos los taxistas entran para escuchar. Después algunos señores del café que está al otro lado de la calle vienen a unirse a la muchedumbre que sigue aumentando. Con tan excelente oportunidad, decido improvisar y terminó dando un “discurso público” por aproximadamente una hora.
A esto sigue una animada consideración de asuntos bíblicos, pues muchos de los presentes hacen preguntas acerca de la Biblia. Cada vez que alguien entra en la peluquería y empieza a hablar, los demás le dicen: “¡Silencio! Estamos escuchando una interesante explicación acerca de la Biblia. Si usted no quiere escuchar, entonces puede salir, porque nosotros deseamos oír lo que se está diciendo.” Satisfechos al fin con las respuestas bíblicas que se les dan, varios hacen comentarios como éstos: “¡Esto no es lo que el sacerdote nos ha estado diciendo!”; “¡Nos ha estado engañando!” y “¡No ha estado predicando la verdad!”
Más tarde se nos dice que un grupo de por lo menos treinta de los que estuvieron presentes en la consideración de asuntos bíblicos en la peluquería fueron a ver al sacerdote y se quejaron de que él no les había dicho la verdad en cuanto a los testigos de Jehová. Aunque hay amenazas de que unos alborotosos fanáticos nos ataquen, la actividad de la semana es coronada con éxito inesperado. El domingo cincuenta y dos personas acuden para ver la presentación con diapositivas intitulada “Una mirada de cerca a las iglesias.”
Nuestra visita a esta isla termina con una asamblea de circuito y la asistencia mayor es de 240, y seis personas se bautizan. ¡Qué maravillosa culminación para un mes de actividad especial en la isla de San Miguel!
A LAS ISLAS TERCEIRA Y PICO
La isla Terceira obtiene su nombre del hecho que fue la tercera isla descubierta en este archipiélago, pues su nombre significa “Tercera.” Hay aquí una floreciente industria pesquera. Hay dos congregaciones aquí, una en la ciudad principal de Angra do Heroismo y la otra en Praia da Vitória. El promedio de asistencia semanal a las reuniones para las dos congregaciones es de más de 200 personas, ¡y cómo disfrutan todas estas personas de esas reuniones! Una Testigo que tiene un esposo incrédulo y es madre de seis hijos camina con regularidad doce kilómetros para asistir a las reuniones. Ha servido de “precursora auxiliar” varias veces y durante nuestra visita distribuye 180 revistas en la actividad de tienda en tienda.
No tenemos vuelo directo a nuestra siguiente isla. Por eso, después de aterrizar en Horta, en la isla Fayal, se nos hace necesario tomar un barquito para llegar a Madalena, en la isla Pico. ¡El viaje por barco solo dura media hora, pero es inolvidable! Para no decir más, el océano está encrespado. Por un momento estamos navegando sobre la cresta de una ola y al siguiente momento nos encontramos en el mismísimo seno de la ola, con la vista anonadada por lo que vemos arriba. El desembarcar es un verdadero desafío. Tenemos que sincronizar con exactitud nuestros movimientos. Al descender el barco en una ola y ponerse al nivel con el muelle... ¡entonces tenemos que saltar!
La isla Pico es bastante singular. Una llanura de inclinación moderada se eleva desde la costa y se hace cada vez más empinada, hasta formar con su curva un cono con forma de campana que se eleva unos 2.350 metros sobre el nivel del mar. Aquí la vida es primitiva. Muchos hogares carecen de electricidad. Con trabajo asiduo la gente arrebata su alimento de la tierra y obtiene peces del mar. Nunca se les pone llave a las puertas y todo el mundo es muy amigable.
Hay dos congregaciones pequeñas en esta isla. Algunos de los Testigos caminan con regularidad diez kilómetros para llegar a las reuniones, y después regresan a casa por senderos no alumbrados. Cuando es tiempo de lluvias, llegan completamente empapados, pero están acostumbrados a ello, de modo que esto no les impide disfrutar de una reunión excelente.
Aquí también visitamos la población de Lajes, que es territorio aislado. Cargados con Biblias, libros y revistas, salimos a las cinco de la mañana en el único autobús que efectúa el viaje diariamente. Nuestro trabajo empieza tan pronto descendemos del autobús. Quedamos intensamente conmovidos cuando oímos este ruego de algunos amos de casa: “Por favor no se vayan hoy. Nos gustaría que se quedaran más tiempo y nos ayudaran a aprender estas cosas maravillosas acerca de Dios.” Esa tarde varias personas vienen a buscarnos porque no estuvieron en casa por la mañana cuando estuvimos visitando la zona donde viven. ¡Oh, cuánto desean la misma literatura bíblica que sus vecinos han obtenido de nosotros! ¡En un solo día distribuimos 240 ejemplares de literatura!
Adaptamos el programa de una asamblea de circuito a las circunstancias locales en la isla Pico, y las cincuenta y siete personas que asisten se resuelven a continuar proclamando fielmente las buenas nuevas durante el tiempo que queda de este “día de salvación.”—2 Cor. 6:2.
LAS ISLAS FLORES Y FAYAL
Nos enteramos de que solo hay servicio aéreo una vez cada quince días a la isla Flores, pero nos alegra saber que un barco sale inmediatamente para el puerto de Santa Cruz. Flores es una islita de abundante vegetación y varias cascadas encantadoras. En vez de haber muros de piedra dividiendo las granjas, ¡hay muros de hortensias! ¡Con razón la isla se llama Flores!
¿Cómo se estableció una congregación en este lugar lejano? Un matrimonio celoso aprendió la verdad en los Estados Unidos de América y tuvo correspondencia con parientes suyos en esta isla natal suya. En 1975 el matrimonio volvió a la isla expresamente para ayudar a sus amigos a aprender acerca de la provisión de Dios para un nuevo orden. ¡Y cómo han sido bendecidos! Ya hay ocho nuevos Testigos que predican activamente las buenas nuevas a los 5.500 habitantes de la isla. Un promedio de veinte personas asisten a las reuniones que celebran en su pequeño Salón del Reino.
En nuestro viaje de regreso volvemos a la isla de Fayal, donde ahora disfrutamos de una corta visita a los Testigos “precursores especiales” que apenas recientemente empezaron a trabajar en esta nueva asignación. Aquí hay excelentes expectativas de predicar el Reino y hacer discípulos, pues ya se están conduciendo, en total, dieciséis estudios bíblicos de casa.
ISLA DE SAN JORGE... TERRITORIO VIRGEN
Ahora nos aguarda un privilegio especial. Vamos a unirnos a un matrimonio de “precursores especiales” de Angra do Heroismo y viajar juntos por barco para inaugurar el servicio del Reino en la isla de San Jorge. Esta es una nueva asignación para el matrimonio. Compartiremos su gozo al dar comienzo a la obra allí.
Nuestro barco sale a las once de la noche, pero nadie puede dormir, pues las aguas están tempestuosas. Aprovechando la oportunidad, distribuimos tratados gratis a todos los que van a bordo. A la hora del desayuno, nos sorprendemos cuando un sacerdote católico se nos une a la mesa. Pronto entablamos una conversación animada acerca de la Trinidad y la inmortalidad del alma. La consideración de este asunto atrae la atención de otros pasajeros y pronto hay un auditorio bastante grande que escucha a medida que nosotros mostramos punto por punto lo que enseña la Biblia. Súbitamente el sacerdote se pone de pie, se disculpa diciendo que tiene que obtener algún descanso y desaparece rápidamente.
En nuestro destino, el primer día de servicio del Reino es verdaderamente productivo. Nosotros cuatro distribuimos un total de 343 libros y otras publicaciones bíblicas. Lo mejor de todo es que iniciamos varios estudios bíblicos de casa. Hay una experiencia insólita cuando un señor que se interesa en la verdad acepta con gusto el libro La verdad que lleva a vida eterna. Después de leer varias páginas, corre a hablar a sus vecinos acerca del excelente mensaje que contiene el libro, y los anima a asegurarse de obtener un ejemplar. Poco tiempo después se presenta nuevamente y solicita cuatro ejemplares del libro para sus amigos. Parece que tan pronto como se ha ido regresa, y esta vez pide cinco ejemplares más para otros amigos suyos. Esto sucede varias veces por la tarde, y nos parece que el primer día de servicio del Reino en esta isla verdaderamente ha empezado de manera excelente, pues ya tenemos un ayudador deseoso en la distribución de la verdad de la Palabra de Dios.
La intensidad con que ‘están clamando las islas por ayuda’ se nos vuelve a revelar cuando visitamos a la gente de la población de Velas. Acabando de presentarme en una puerta, el señor de la casa dice: “¡He esperado su visita por mucho tiempo! Leo diariamente mi Biblia y sencillamente sabía que un día los discípulos de Jesucristo llamarían a mi puerta, porque la Biblia dice que ellos harían esa obra en estos últimos días.” No hay que decir que disfrutamos de una excelente visita, y que inicié un estudio bíblico de casa. Bondadosamente el señor de la casa me ofrece almuerzo, pero yo he traído esto conmigo. Después, por la tarde, nos encontramos de nuevo, y esta vez el hombre carga una enorme bolsa de naranjas. Me dice: “No pudo aceptar mi ofrecimiento de almorzar, así que sírvase aceptar esta bolsa de naranjas como regalo. Nuestro Señor dijo que sus discípulos no tendrían que llevar consigo bolsa o alforja, pues son dignos de su salario.” ¡Cómo nos maravillamos ante tal aprecio genuino del servicio en el cual participamos!
ÚLTIMA PARADA... LA ISLA DE SANTA MARÍA
Un joven Testigo bautizado había sido trasladado de Portugal para que trabajara para su patrono en esta isla. Con celo aprovechó la oportunidad de dar a conocer los propósitos de Jehová entre la población. Cuando llegamos aquí, ¿lo encontramos sintiéndose solo y abandonado? Al contrario, está rebosando del deseo de contarnos una experiencia tras otra. Conduce dieciocho estudios bíblicos de casa durante los fines de semana y por las noches, y en muchos meses dedica de 90 a 100 horas al servicio del Reino, mientras que al mismo tiempo conserva un trabajo de jornada completa. Nuestra visita es para todos un magnífico “intercambio de estímulo.” (Rom. 1:12) Verdaderamente, su ejemplo es fortalecedor de la fe para nosotros.
Es difícil creer que nuestro viaje ha terminado. Hemos visto directamente la maravillosa obra que Jehová está efectuando en estos “últimos días.” Atesoramos el ejemplo que están poniendo los quince Testigos “precursores especiales” que sirven de verdaderos misioneros en las islas Azores. Un total de 267 publicadores y precursores han estado conduciendo hasta 271 estudios bíblicos de casa en estas islas. ¡Cuánto nos alegra haber podido seguir el ejemplo de Pablo y Bernabé al ‘visitar a los hermanos para ver cómo están’ en todas estas islas donde “la palabra de Jehová” se está publicando tan celosamente ahora! (Hech. 15:36)—Contribuido.
[Mapa de la página 393]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
AZORES
Flores
San Jorge
Fayal
Terceira
Pico
San Miguel
Santa María
OCÉANO ATLÁNTICO
MADERA
PORTUGAL