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  • La búsqueda de seguridad
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1990
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1990
w90 15/6 págs. 3-4

La búsqueda de seguridad

SEGURIDAD. Los líderes del mundo negocian con el fin de obtenerla. Los líderes religiosos oran por ella. Sin embargo, para el hombre de término medio parece una ilusión. Por ejemplo, considere el caso de Ron, que iba hacia su empleo en la ciudad más grande de Sudáfrica, Johannesburgo.

“Me rodearon cinco hombres; me amenazaron con un cuchillo por la garganta y con otro por la espalda. Me registraron los bolsillos en unos segundos. Me sentí completamente indefenso. La gente que pasaba fingía que no veía nada.” Ron no resistió, y salió ileso.

Muchas personas caminan con temor por las calles de las ciudades grandes. Se preguntan: ‘¿Cómo puedo evitar que me asalten?’. Se apresuran a hacer sus compras para regresar a la seguridad del hogar. Pero ¿cuán seguro es el hogar? El libro Total Home Security (Completa seguridad en el hogar) dice: “Cada año aumenta la probabilidad de que alguien invada la santidad de su hogar, le robe algunas de sus posesiones, o todas, y desaparezca sin dejar rastro”.

El resultado de esto es que algunos dueños de casa colocan letreros con advertencias a los intrusos sobre los perros peligrosos que tienen o el guardián armado que vigila. En muchos vecindarios los amos de casa se unen para combatir el delito. “Tan solo en Gran Bretaña unas 750.000 familias están organizadas en más de 60.000 programas de este tipo”, dice la publicación Security Focus (Enfoque: la seguridad). Y un agente de seguros inglés dijo que “en vista del aumento de la delincuencia, es anticuado el que los vecinos no se lleven bien”.

Los que participan en la vigilancia de los vecindarios se cuidan unos a otros e informan a la policía de toda actividad sospechosa que notana. Pero en un boletín se explicó lo siguiente a una persona cuya casa fue saqueada: “Lo triste es que el programa no garantiza que no hayan de volver a robarle a uno. Ningún programa de seguridad puede afirmar eso hoy. [...] Uno todavía tiene que asegurarse de cerrar las puertas con llave, tener alarma antirrobo y adoptar medidas de seguridad razonables”.

Aunque los programas para vigilar vecindarios han tenido algún éxito, es discutible que realmente reduzcan la delincuencia. “Las supuestas reducciones de la delincuencia en un área pequeña son ‘triunfos’ solo si se evita el ‘traslado’ del delito o el crimen a áreas vecinas”, explicaron Shapland y Vagg en la publicación Policing by the Public (Vigilancia civil). Por ejemplo, en algunas ciudades hay sectores en que los grupos que vigilan han informado gran éxito, a la vez que el crimen ha aumentado vertiginosamente en otras partes donde es difícil organizar programas de vigilancia.

“Hay zonas en que la vigilancia de vecindarios no es tan eficaz”, confiesa la secretaria de un programa que cuenta con más de 20.000 miembros en todo un país. Se refería a zonas extensas, “a las afueras de los pueblos, donde los vecinos no viven cerca unos de otros y el patrullar no da buenos resultados”. Por ejemplo, en los Estados Unidos un matrimonio se trasladó de una ciudad a una propiedad de 20 hectáreas (50 acres) cerca de un pueblecito. En pocos años los ladrones invadieron su hogar dos veces. La esposa expresó lo que piensan muchos en las zonas rurales: “Trato de comportarme normalmente, pero tengo miedo. [...] Nunca estoy segura”. En los países plagados de conflictos políticos los habitantes de las zonas rurales afrontan otras formas de violencia; muchas veces se les obliga a apoyar algún partido de los que están en contienda.

No es extraño que muchos anhelen ‘los buenos tiempos de antes’. “A principios de este siglo —declara el libro The Growth of Crime (Incremento en el delito)—, por lo general se creía [...] que habría menos [crimen].” Pero en vez de eso, ¿qué ha ocurrido? Los autores, sir Leon Radzinowicz y Joan King, explican: “En los primeros veinte años de este siglo, hasta durante la primera guerra mundial, el delito se mantuvo en un nivel bastante estable, pues aumentaba al mismo paso que la población. Durante la depresión económica posbélica se pudo observar la tendencia continua a aumentar. Durante los años de tremendo desorden económico, desempleo y otra gran guerra, el [delito] aumentó inexorablemente [...] Lo primero que se nota al considerar la delincuencia en la esfera mundial es que se ha difundido y ha aumentado persistentemente por todas partes”.

Aunque muchos se sorprendan de oír esto, este “aumento del desafuero” ya se había predicho. Las principales calamidades que han azotado a la humanidad desde el comienzo de la primera guerra mundial en 1914 se predijeron desde mucho tiempo atrás en la Biblia. Jesús predijo que el inicuo sistema de cosas humano se acercaba a su fin: “Se levantará nación contra nación y reino contra reino, y habrá escaseces de alimento y terremotos en un lugar tras otro. Y por el aumento del desafuero se enfriará el amor de la mayor parte”. (Mateo 24:3, 7, 12; véase también Lucas 21:10, 11.)

“Al comenzar a suceder estas cosas —añadió Jesús—, levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca.” Por eso usted tiene razón para mirar al futuro con optimismo. Dentro de poco la búsqueda de seguridad mundial por el hombre recibirá la respuesta anhelada. (Lucas 21:28-32.)

[Nota a pie de página]

a Cuando se insta a los cristianos a hacerse miembros de patrullas de protección, ellos se complacen en guiarse por los principios registrados en Isaías 2:2-4 y Juan 17:16. (Véase La Atalaya del 1 de noviembre de 1983, páginas 23-25.)

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