El participar en el ministerio cada semana resulta en mayor gozo
1 “No podemos dejar de hablar de las cosas que hemos visto y oído.” (Hech. 4:20.) Esta declaración de los apóstoles Pedro y Juan manifestó que la predicación de las buenas nuevas era una parte esencial de su vida. Respecto a todos los apóstoles, el relato bíblico nos dice que “todos los días en el templo, y de casa en casa, continuaban sin cesar enseñando y declarando las buenas nuevas acerca del Cristo, Jesús”. (Hech. 5:42.)
2 Esta constancia en declarar las buenas nuevas también era un rasgo característico del apóstol Pablo, quien “todos los sábados pronunciaba un discurso en la sinagoga y persuadía a judíos y a griegos”. (Hech. 18:4.) Aun cuando estuvo preso y bajo vigilancia en su propia casa, él con regularidad predicaba y enseñaba las buenas nuevas del Reino. (Hech. 28:30, 31.)
3 El compartir regularmente las buenas nuevas resultó en muchas bendiciones y gozos para nuestros hermanos del primer siglo. Algunos a quienes se les consideraba iletrados y del vulgo adquirieron intrepidez y habilidad para hablar a medida que imitaban a Jesús. (Hech. 4:13.) ¡Qué gozo deben haber sentido al saber que su enseñanza resultó en salvación para muchas personas de corazón sincero!
APROVECHE LAS SALIDAS SEMANALES AL SERVICIO
4 El tener un horario para predicar con regularidad cada semana puede ayudarle a disfrutar de tales bendiciones. Nuestro calendario señala al primer domingo así como al segundo y cuarto sábados de cada mes como días especiales para el ministerio del campo. ¿Sigue usted este horario? Si lo hace y añade un fin de semana más, usted disfrutaría de participar semanalmente en el servicio del campo. Muchos han hecho ajustes a fin de participar en el servicio por lo menos cada fin de semana. Las congregaciones generalmente organizan salidas al servicio del campo todos los sábados y domingos. Muchas de ellas también tienen salidas para predicar entre semana.
5 Si usted no participa con regularidad en el ministerio durante el primer domingo y el segundo y cuarto sábados del mes, ¿por qué no se esfuerza por alcanzar esa meta a medida que procura participar en el ministerio cada semana? Su conductor del estudio de libro le suministrará con gusto la ayuda que usted necesite para hacer un horario práctico que se ajuste a sus circunstancias personales. Recuerde, las buenas nuevas “tienen que predicarse” en todas las naciones. (Mar. 13:10.) Por eso, ¿por qué no considera con oración las sugerencias presentadas aquí a fin de que usted también pueda participar cada semana en esta obra importante?
BENDICIONES DE LAS QUE USTED PUEDE DISFRUTAR
6 Tal vez usted no pueda compartir las buenas nuevas al grado que lo hacen los precursores. Sin embargo, si lo hace regularmente cada semana, su ministerio será más eficaz y su gozo aumentará proporcionalmente. Cuando Jesús envió a los 70, estos “volvieron con gozo”, y relataron sus experiencias. (Luc. 10:17.) Hasta en circunstancias difíciles, la participación regular en la obra de predicar aumentará su gozo.
7 Se anima a todos a apartar tiempo para compartir las buenas nuevas con otras personas cada semana. A medida que lo haga, sus aptitudes como maestro mejorarán y su gozo aumentará, todo para la gloria y honra de Jehová.