Ayudemos a otros a servir a Jehová de toda alma
1 Jehová requiere, con toda razón, que cada uno de nosotros le sirva de toda alma. (Mar. 12:30; Col. 3:23.) Aunque tenemos diferentes habilidades, cada uno quiere dar lo mejor de sí en Su servicio. (Mat. 13:23.)
2 ¿Podemos brindar más ayuda a nuestros hijos a este respecto? ¿Hay maneras de dar mayor estímulo a las personas con quienes estudiamos la Biblia? ¿Hay algunos en la congregación que pudieran mejorar la calidad o cantidad de su servicio si les damos sugerencias prácticas?
CÓMO AYUDAR
3 Hay muchas personas que asisten regularmente a todas las reuniones de congregación. Algunas hasta han llenado los requisitos para participar en el servicio del campo. Esto es digno de encomio. Sin embargo, no todas han decidido dedicarse y bautizarse. ¿Podemos ayudarlas en esto? ¿Hemos conversado sinceramente con ellas? Puede que sea útil repasar juntos, de manera franca y bondadosa, el artículo “¿Qué impide que yo sea bautizado?”, de La Atalaya del 15 de febrero de 1982, páginas 27-31.
4 También hay algunos que se han bautizado, pero no se hacen disponibles para recibir privilegios dentro de sus capacidades y circunstancias. Algunos quizás sean publicadores regulares que de vez en cuando sirven de precursores auxiliares. ¿Pudieran ellos hacer los ajustes necesarios para participar regularmente en esa obra? ¿Es posible que algunos que sirven con regularidad de precursores auxiliares lleguen a ser precursores regulares? A veces, unas palabras de estímulo, junto con sugerencias prácticas por parte de uno de los padres, un anciano o alguien que ya sea precursor regular, impulsarán a tales personas a servir al mayor grado que sus capacidades y circunstancias se lo permitan. (2 Tim. 4:2.)
DÉ ESTÍMULO
5 Otros quizás llenen los requisitos para ser nombrados siervos ministeriales o ancianos después de responder al estímulo necesario y ‘procurar alcanzar’ dichos privilegios. (1 Tim. 3:1.) Por medio de sacar provecho de la ayuda práctica que se ofrece en la Escuela del Ministerio Teocrático, algunos pueden llegar a ser oradores públicos eficientes. A algunos ancianos y siervos ministeriales solteros se les ha ayudado a hacer los ajustes necesarios a fin de llenar los requisitos para la Escuela de Entrenamiento Ministerial. ¿Puede usted pensar en otros privilegios para los cuales algunos de su familia o de la congregación podrían calificar si recibieran ayuda? ¿Cómo puede ayudarles?
6 Debemos rendir a Jehová el mejor servicio que podamos. (Rev. 4:11.) Queremos hacer su voluntad de toda alma y ayudar a otros a hacer lo mismo. (Efe. 6:6.) Los que responden a la ayuda y el estímulo que se les da para que sirvan a Jehová de toda alma pueden estar seguros de que Él les dará “el debido galardón”. (Col. 3:24.)