Glorifiquemos a Dios mediante la buena conducta
1 Cuando nos sorprende una fuerte tormenta, sin duda nos alivia encontrar un refugio. Si resulta acogedor y seguro, y además se halla habitado por gente hospitalaria, nos alegramos de estar allí. La obra de predicar el Reino dirige a las personas a un refugio similar que nos protege del sistema de Satanás. ¿Puede contribuir nuestra conducta diaria a que los demás se den cuenta de lo atractivo y seguro que es ese lugar? Sí, pues Jesús dijo que los hombres ‘verían nuestras obras excelentes y darían gloria a nuestro Padre que está en los cielos’ (Mat. 5:16).
2 ¿Cómo podemos comportarnos de modo que nuestras obras atraigan a otras personas hacia Jehová y su organización? Permitiendo que las palabras de Jesús recogidas en Lucas 6:31 y 10:27 moldeen nuestra vida diaria. Si lo hacemos, nos sentiremos impelidos a mostrar interés amoroso por el prójimo, lo que nos distinguirá de este mundo frío e indiferente.
3 Una hermana que viajaba en un trasbordador en alta mar observó que una joven se encontraba tan mareada que no podía atender a su hija pequeña, de modo que se ofreció para cuidársela. Cuando la chica le preguntó a la hermana cómo podía demostrarle su agradecimiento, esta le contestó: “Escuche a los testigos de Jehová la próxima vez que llamen a su puerta”. Así lo hizo la joven, y ahora, tanto ella como su esposo son Testigos. Gracias a la buena conducta de la hermana, ambos cónyuges respondieron favorablemente al mensaje del Reino.
4 Entra en juego todo aspecto de la vida. Nuestro comportamiento en el vecindario, el lugar de empleo o la escuela, así como en los momentos de esparcimiento, influye en lo que opina la gente de nosotros y de nuestra religión. Por lo tanto, debemos preguntarnos: “¿Qué piensan los demás de mí y de mi familia? ¿Creen los vecinos que nuestra casa y nuestro patio están limpios y bien cuidados? ¿Nos consideran puntuales y diligentes los compañeros de trabajo o de escuela? ¿Tienen otras personas la impresión de que nuestra apariencia es modesta y respetuosa?”. Nuestra buena conducta contribuye a que la adoración de Jehová resulte más atrayente.
5 Pedro advirtió a los cristianos que serían objeto de burla (1 Ped. 4:4). Debemos asegurarnos de que nuestro comportamiento no sea la causa de comentarios negativos (1 Ped. 2:12). Si nuestra conducta diaria glorifica al Dios al que adoramos, entonces seremos como una lámpara que desde lo alto dirige a las personas al refugio seguro que ofrece Jehová (Mat. 5:14-16).