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◼ Publicaciones que se ofrecerán en diciembre: El hombre más grande de todos los tiempos. Otras opciones serían La Biblia... ¿la Palabra de Dios, o palabra del hombre?, Mi libro de historias bíblicas y Usted puede vivir para siempre en el paraíso en la Tierra. Enero: el libro Conocimiento o cualquier otro libro editado antes de 1991 que tengan en existencia. Si no disponen de estos, traten de conseguir algunos en congregaciones cercanas. Si la congregación no cuenta con ninguno de estos libros, se podrá ofrecer el folleto ¡Manténgase alerta! Febrero: Acerquémonos a Jehová. Si esta publicación no está disponible, puede ofrecerse el libro Adoremos a Dios. Marzo: el libro ¿Qué enseña realmente la Biblia? Pongan todo su empeño en comenzar estudios bíblicos.
◼ El superintendente presidente, o alguien asignado por él, intervendrá las cuentas de la congregación de los meses de septiembre, octubre y noviembre. Una vez hecho esto, se hará un anuncio a la congregación junto con el siguiente informe de cuentas (véase Instrucciones para la contabilidad de la congregación [S-27]).
◼ Pronto recibirán las invitaciones para la Conmemoración de 2007 en el idioma de la congregación. Si desean tenerlas en otros idiomas que se hablen en el territorio, deben pedirlas cuanto antes con el formulario Solicitud de publicaciones (S-14). En el Anuncio para todas las congregaciones que se envía mensualmente aparecerá una lista de los idiomas en los que pueden obtenerse. Soliciten solo los idiomas que necesitan para su territorio.
◼ La Conmemoración de 2008 tendrá lugar el sábado 22 de marzo después de la puesta del Sol. Anunciamos la fecha con antelación para que las congregaciones que comparten el Salón del Reino y necesiten otro local puedan reservarlo o alquilarlo. En tales casos, los ancianos deben llegar a un acuerdo con la administración para que no haya perturbaciones causadas por otras actividades en el edificio. Dada la importancia de la Conmemoración, el cuerpo de ancianos debe seleccionar a uno de los ancianos más capacitados para que pronuncie el discurso, en vez de simplemente turnarse o utilizar al mismo hermano todos los años. Si hay un anciano ungido capacitado para dar el discurso, él deberá ser el orador.