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  • Sigamos satisfaciendo nuestras “necesidades espirituales”

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  • Sigamos satisfaciendo nuestras “necesidades espirituales”
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová (estudio) 2026
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová (estudio) 2026
w26 enero págs. 2-7

2-8 DE MARZO DE 2026

CANCIÓN 97 Nuestra vida depende de la Palabra de Dios

Sigamos satisfaciendo nuestras “necesidades espirituales”

TEXTO DEL AÑO 2026: “Felices los que reconocen sus necesidades espirituales” (MAT. 5:3).

TEMA

Qué hacer para seguir beneficiándonos del alimento, la ropa y la protección espirituales que Jehová nos da.

1. ¿Con qué necesidades básicas nos creó Jehová? (Mateo 5:3).

JEHOVÁ creó a los seres humanos con ciertas necesidades básicas. Por ejemplo, todos necesitamos comida, ropa y cobijo. Estas cosas son tan importantes que si llegaran a faltarnos, aunque fuera por poco tiempo, la vida se complicaría. Pero Jehová también nos hizo con necesidades espirituales (lea Mateo 5:3). Si queremos ser verdaderamente felices, tenemos que reconocer que las tenemos y nunca dejar de satisfacerlas.

2. ¿Qué ejemplo nos ayuda a entender lo que significa reconocer nuestras necesidades espirituales?

2 ¿Qué quiso decir Jesús cuando habló de “los que reconocen sus necesidades espirituales”? En griego, esa expresión transmite literalmente la idea de ser mendigos del espíritu. Para entenderlo mejor, imaginemos a un hombre muy pobre, vestido de harapos y sentado en una esquina, expuesto al calor del día y al frío de la noche. Está demacrado y débil porque no tiene comida. Y debido a su mal aspecto la gente lo evita. El mendigo sabe muy bien que necesita ayuda para mejorar su situación en la vida. Lo mismo pasa con los mendigos del espíritu, es decir, con quienes reconocen sus necesidades espirituales. Están muy al tanto de lo desesperada que es su situación y de que necesitan ayuda para mejorarla. Por eso están deseosos de aprovechar la gran cantidad de regalos espirituales que Jehová les da a quienes lo aman.

3. ¿Qué veremos en este artículo?

3 En este artículo primero hablaremos de la mujer fenicia que le rogó a Jesús que la ayudara. Veremos que ella demostró tres cualidades que son imprescindibles para quienes reconocen sus necesidades espirituales. Luego analizaremos el ejemplo de tres hombres muy espirituales: los apóstoles Pedro y Pablo, y el rey David.

UN EJEMPLO DE HUMILDAD, PERSISTENCIA Y FE

4. ¿Qué quería la mujer fenicia que Jesús hiciera por ella?

4 En una ocasión, una mujer fenicia fue adonde estaba Jesús porque su hija estaba “cruelmente poseída por un demonio” (Mat. 15:21-28). Se le acercó y se arrodilló suplicándole ayuda. Esta mujer demostró cualidades sobresalientes. Veamos algunas de ellas.

5. ¿Qué cualidades demostró la mujer fenicia, y qué hizo Jesús? (Vea también la imagen).

5 La mujer fenicia demostró verdadera humildad. ¿Cómo lo sabemos? Ella no se ofendió cuando Jesús la comparó a un perrito, una mascota que posiblemente era habitual en las familias no judías. ¿Cómo habríamos reaccionado nosotros? ¿Nos habríamos sentido insultados y nos habríamos dado la vuelta sin pedirle ayuda? La mujer fenicia no lo hizo. Ella fue humilde. Además, demostró persistencia, pues le rogó a Jesús una y otra vez que la ayudara. ¿Por qué insistió tanto? Porque tenía fe en él. De hecho, Jesús vio que la mujer tenía una fe tan grande que decidió hacer algo sorprendente. Aunque le había dicho que se le envió para ayudar solo “a las ovejas perdidas de la nación de Israel”, expulsó al demonio que atormentaba a su hija.

Una mujer fenicia está de rodillas pidiéndole a Jesús que la ayude, mientras él está sentado en una mesa comiendo con tres de sus discípulos.

La mujer fenicia demostró humildad, persistencia y fe, y así obtuvo la ayuda que necesitaba. (Vea el párrafo 5).


6. ¿Qué aprendemos del relato de la mujer fenicia?

6 Para satisfacer nuestras necesidades espirituales tenemos que ser como la mujer fenicia. Debemos ser humildes y persistentes y tener una fe fuerte. Únicamente si somos humildes le pediremos con insistencia a Dios que nos ayude. También es importante que tengamos una fe fuerte en Jesucristo y confiemos en quienes está usando para dirigir a sus discípulos (Mat. 24:45-47). Jehová y su Hijo se sienten felices de cubrir las necesidades espirituales de quienes demuestran estas cualidades (compare con Santiago 1:5-7). Veamos ahora cómo nos da Jehová alimento, ropa y cobijo en sentido espiritual, y qué tenemos que hacer para beneficiarnos de su ayuda. Para ello, analizaremos el ejemplo de Pedro, Pablo y David.

SEAMOS COMO PEDRO: ESTEMOS SIEMPRE BIEN ALIMENTADOS ESPIRITUALMENTE

7. ¿Qué tarea recibió Pedro, pero qué más tenía que hacer? (Hebreos 5:14-6:1).

7 Pensemos en el ejemplo del apóstol Pedro. Él fue uno de los primeros judíos en reconocer que Jesús era el Mesías. Sabía que Jehová lo estaba usando para alimentar a su pueblo con “palabras de vida eterna” (Juan 6:66-68). Antes de subir al cielo, Jesús le dijo a Pedro: “Alimenta a mis ovejitas” (Juan 21:17). El apóstol cumplió fielmente con esa tarea, y Jehová incluso lo usó para escribir dos cartas que llegaron a formar parte de la Biblia. Pero Pedro también necesitaba alimentarse espiritualmente. Por ejemplo, estudió las cartas que el apóstol Pablo había escrito por inspiración. Pedro admitió que en ellas había “cosas difíciles de entender” (2 Ped. 3:15, 16). Sin embargo, persistió y tuvo fe en que Jehová lo ayudaría a digerir —es decir, a entender y aplicar— el “alimento sólido” que Pablo había escrito en sus cartas (lea Hebreos 5:14-6:1).

8. ¿Qué hizo Pedro cuando recibió nuevas instrucciones de parte de Jehová?

8 Pedro demostró que tenía fe en Jehová, pues obedeció sus instrucciones. Pensemos en la visión que recibió en la ciudad de Jope. El representante de Dios le dijo que matara y comiera unos animales que, según la Ley mosaica, eran impuros. ¡Hacer eso era impensable para cualquier judío! Por lo que Pedro respondió: “De ninguna manera, Señor. Nunca he comido nada contaminado o impuro”. Pero luego recibió esta instrucción: “Deja de llamar contaminadas a las cosas que Dios ha purificado” (Hech. 10:9-15). Después de recibir la visión, llegaron tres hombres y le dijeron que su amo, Cornelio, quería que fuera a su casa a hablar con él. Antes de esa visión, Pedro jamás hubiera puesto un pie en la casa de Cornelio, pues no era judío, y los judíos pensaban que la gente de otras naciones era impura (Hech. 10:28, 29). ¿Cambió el apóstol su manera de ver las cosas? Sí, pues entendió que Jehová estaba dando una nueva iluminación espiritual, y la aceptó de inmediato (Prov. 4:18). Les predicó a Cornelio y a todos los que estaban en su casa, y tuvo la alegría de verlos aceptar la verdad, recibir espíritu santo y bautizarse (Hech. 10:44-48).

9. ¿Qué dos beneficios obtenemos al desarrollar un fuerte deseo por el alimento espiritual sólido?

9 Al igual que Pedro, debemos alimentarnos de las enseñanzas básicas de la Palabra de Dios, que son como leche. También es importante desarrollar un fuerte deseo por el alimento espiritual sólido, verdades que a lo mejor son más difíciles de entender. Claro, se necesita tiempo y esfuerzo para entender las verdades más profundas de la Biblia. Pero sin duda vale la pena, pues obtenemos muchos beneficios. Pensemos en dos de ellos. Por un lado, aprendemos cosas sobre Jehová que nos motivan a quererlo y respetarlo más. Por otro, nos sentimos más impulsados a hablarles a otros de lo maravilloso que es nuestro Padre celestial (Rom. 11:33; Apoc. 4:11). Y hay una lección adicional que sacamos del ejemplo de Pedro: cuando la organización cambia su manera de entender una verdad bíblica, tenemos que aceptar ese cambio sin demora. Esa es la única manera de seguir estando bien alimentados espiritualmente y de seguir siendo útiles para Jehová.

SEAMOS COMO PABLO: ESTEMOS SIEMPRE BIEN VESTIDOS ESPIRITUALMENTE

10. ¿Qué implica estar bien vestidos espiritualmente? (Colosenses 3:8-10).

10 Jehová también nos da ropa espiritual que debemos ponernos para agradarle. ¿A qué ropa nos referimos? El apóstol Pablo dio este consejo: “Quítense la vieja personalidad”. Y luego dijo: “Vístanse con la nueva personalidad” (lea Colosenses 3:8-10). “Ponernos” las cualidades de la nueva personalidad requiere un esfuerzo constante. Pensemos en el propio Pablo. Desde muy joven, puso todo su empeño en agradar a Dios (Gál. 1:14; Filip. 3:4, 5). Sin embargo, como le faltaba conocimiento exacto del propósito de Dios, era muy pobre espiritualmente. Por ejemplo, no conocía las enseñanzas de Cristo. Y, si a su ignorancia espiritual le sumamos su orgullo, el resultado era un hombre “insolente”, que andaba vestido con una personalidad desagradable (1 Tim. 1:13).

11. ¿Contra qué defecto de su vieja personalidad luchó Pablo?

11 Antes de ser cristiano, Pablo era, por decirlo así, de mecha corta. De hecho, la Biblia dice que estaba tan furioso con los seguidores de Jesús que seguía amenazándolos y “deseaba asesinarlos” (Hech. 9:1). Después de hacerse cristiano, sin duda se esforzó al máximo por quitarse de encima esa parte de su vieja personalidad (Efes. 4:22, 31). Aun así, cuando en cierta ocasión tuvo un desacuerdo con Bernabé, se produjo entre ellos “un fuerte estallido de ira” (Hech. 15:37-39). Eso fue un paso atrás en su lucha por controlar su carácter, pero no se dio por vencido. Al contrario, continuó peleando con todas sus fuerzas contra sus imperfecciones para conservar la aprobación de Dios (1 Cor. 9:27).

12. ¿Cómo logró Pablo quitarse su vieja personalidad?

12 ¿Cómo logró Pablo quitarse su vieja personalidad y ponerse la nueva? Pues no confiando en sus propias fuerzas (Filip. 4:13). Al igual que Pedro, dependía “de la fuerza que Dios da” (1 Ped. 4:11). Aun así, a veces cometía errores y se desanimaba. En esos momentos, pensaba en todas las cosas buenas que su Padre celestial había hecho por él, y así recobraba las fuerzas para seguir en su lucha (Rom. 7:21-25).

13. ¿De qué manera podemos imitar a Pablo?

13 Ya sea que llevemos poco o mucho tiempo sirviendo a Jehová, todos podemos imitar a Pablo. ¿De qué manera? Haciendo un esfuerzo continuo por quitarnos la vieja personalidad y ponernos la nueva, la ropa espiritual que Jehová nos da. Si damos un paso atrás en nuestra lucha por controlar, por ejemplo, nuestro carácter o nuestra lengua, no pensemos que somos un caso perdido. Al contrario, sigamos poniendo todo nuestro empeño en transformar nuestra manera de pensar y actuar (Rom. 12:1, 2; Efes. 4:24). Eso sí, hay una cosa muy importante que no debemos olvidar: la nueva personalidad no es como una prenda de ropa que podamos ajustar a nuestro gusto o medida; más bien, somos nosotros los que tenemos que cambiar nuestra forma de ser para adaptarnos a lo que Dios espera de nosotros.

SEAMOS COMO DAVID: BUSQUEMOS SIEMPRE EL COBIJO DE JEHOVÁ

14, 15. ¿Cómo protege Jehová a su pueblo hoy en día? (Salmo 27:5; vea también la imagen).

14 No basta con el alimento y la ropa espirituales para ser verdaderamente felices. También hace falta tener cobijo o protección espiritual. Veamos en detalle en qué consiste y qué tenemos que hacer para seguir beneficiándonos de este regalo de Jehová.

15 El rey David sabía que podía contar con la protección de Jehová, que podía refugiarse en él (lea Salmo 27:5). Ahora bien, ¿cómo protege Jehová a su pueblo hoy en día? Asegurándose de que nada ni nadie logre acabar con la fe de sus siervos. Promete que ningún arma que se fabrique contra nosotros dará resultado (Sal. 34:7; Is. 54:17). Aunque Satanás, los demonios y quienes nos persiguen son poderosos, no pueden hacernos ningún daño irreparable. Incluso si nos quitan la vida, Jehová nos la devolverá (1 Cor. 15:55-57; Apoc. 21:3, 4). Además de protegernos de cosas externas, nuestro Padre nos ayuda a lidiar con nuestras preocupaciones para que podamos seguir sirviéndole (Prov. 12:25; Mat. 6:27-29). También, como nos quiere mucho, nos da una gran familia de hermanos espirituales que nos apoyan y pastores que nos cuidan (Is. 32:1, 2). Y en nuestras reuniones aprendemos otras maneras de beneficiarnos del cobijo que nos brinda Jehová (Heb. 10:24, 25).

Una hermana levanta la mano durante el Estudio de “La Atalaya”. Otros hermanos y hermanas también levantan la mano.

Una hermana busca la protección de Jehová asistiendo a una reunión con sus hermanos. (Vea los párrafos 14 y 15).


16. ¿De qué maneras protegió Jehová a David?

16 Cuando David obedeció a Jehová, este lo ayudó a tomar buenas decisiones que lo protegieron de las consecuencias que sufren quienes no respetan las normas de Dios (compare con Proverbios 5:1, 2). Claro, cuando David fue desobediente, Jehová no lo protegió de las consecuencias de sus acciones (2 Sam. 12:9, 10). ¿Y qué pasó cuando David sufrió por culpa de otros? Se refugió en la oración, y Jehová lo protegió dándole consuelo y asegurándole que lo quería mucho y que cuidaría de él (Sal. 23:1-6).

17. ¿Cómo podemos imitar a David?

17 Imitamos a David recurriendo a Jehová cuando tenemos que tomar decisiones. También somos conscientes de que, si tomamos malas decisiones, Jehová no nos protegerá de las consecuencias negativas que tal vez suframos (Gál. 6:7, 8). Y, cuando afrontamos dificultades por culpa de otros, nos refugiamos en la oración con la confianza de que Jehová protegerá nuestros corazones y nuestras mentes (Filip. 4:6, 7).

NO DEJEMOS DE SATISFACER NUESTRAS NECESIDADES ESPIRITUALES

18. ¿Qué reto afrontamos, y cómo podemos seguir satisfaciendo nuestras necesidades espirituales? (Vea también las imágenes).

18 El texto del año 2026 dice: “Felices los que reconocen sus necesidades espirituales”. Y ahora más que nunca es importante que pongamos en práctica esas palabras. Vivimos rodeados de personas que son infelices porque se niegan a aceptar que tienen necesidades espirituales o tratan de llenar ese vacío adorando a Dios a su manera o recurriendo a filosofías humanas. Por nada del mundo queremos que se nos pegue esa actitud. Así que no dejemos de satisfacer nuestras necesidades espirituales: sigamos alimentándonos de la Palabra de Dios, poniéndonos la nueva personalidad y buscando el cobijo espiritual que Jehová nos da.

Imágenes: La hermana de la imagen anterior continúa satisfaciendo sus necesidades espirituales. 1. Estudia un artículo de “La Atalaya”. 2. Va a casa de un matrimonio a llevarles comida. El esposo está sentado en una butaca con la cabeza vendada y tiene en el brazo una vía intravenosa para recibir medicamentos. 3. Dos ancianos están haciéndole a la hermana una visita de pastoreo.

Tenemos que seguir satisfaciendo nuestra necesidad de alimento, ropa y cobijo espirituales. (Vea el párrafo 18).a

¿QUÉ PODEMOS HACER PARA APROVECHAR LOS SIGUIENTES REGALOS DE JEHOVÁ?

  • El alimento espiritual

  • La ropa espiritual

  • El cobijo espiritual

CANCIÓN 162 Mi necesidad espiritual

a DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN: La hermana de la imagen anterior se alimenta espiritualmente estudiando La Atalaya, demuestra que lleva puesta la nueva personalidad siendo amable y busca la ayuda de los ancianos, quienes la pastorean con cariño.

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