La violencia no es la solución

Cada vez hay más personas que creen que la violencia es la solución a los conflictos o a cualquier otro problema. Pero esa manera de pensar no tiene nada que ver con las enseñanzas de Jesucristo ni con su manera de vivir. Fíjese en algunas de las cosas que él dijo e hizo.

Lo que Jesús dijo

En su famoso Sermón del Monte (o Sermón de la Montaña), Jesús dijo que la ira, la agresividad y la violencia no son la solución a los desacuerdos. Vea algunos ejemplos.

• “Hagan por los demás todo lo que les gustaría que hicieran por ustedes” (Mateo 7:12; Lucas 6:31). Esta norma de conducta, que a menudo se llama la Regla de Oro,a nos anima a tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros. A nadie le gusta que lo traten de forma violenta. Entonces, ¿verdad que deberíamos ser respetuosos y amables con todas las personas, aunque no siempre estemos de acuerdo con ellas?

• “Al que te dé una bofetada en la mejilla derecha, ofrécele también la otra mejilla” (Mateo 5:38, 39; Lucas 6:29). Jesús no estaba diciendo que tenemos que ponérselo fácil a otros para que nos maltraten. Más bien, estaba corrigiendo la idea equivocada —que al parecer enseñaban algunos líderes religiosos— de que vengarse estaba bien. Jesús les enseñó a sus seguidores a mantener la calma cuando los provocaran en vez de vengarse.b

• “Amen a sus enemigos” (Mateo 5:43, 44; Lucas 6:27). Jesús enseñó que debemos tratar bien a los que nos tratan de manera injusta o incluso nos odian. Por supuesto, eso no quería decir que debamos estar de acuerdo con las cosas malas que hacen.c Sin embargo, si tratamos bien a quienes nos odian, puede que les ablandemos el corazón y logremos que ellos nos traten de la misma forma.

Lo que Jesús hizo y hará en el futuro

Jesucristo enseñó que la violencia no es la solución, y vivió de acuerdo a esa enseñanza. Por ejemplo, la noche que lo arrestaron, uno de sus seguidores intentó pelear para defenderlo. Pero Jesús le dijo: “Guarda tu espada, porque todos los que usan la espada morirán a espada” (Mateo 26:52). Jesús también demostró que amaba a sus enemigos. Perdonó a los que lo maltrataron y hasta le oró a Dios por ellos (Lucas 23:33, 34; 1 Pedro 2:23).

La Biblia llama a Jesús el Príncipe de Paz y promete que él pronto acabará para siempre con todo tipo de violencia (Isaías 9:6, 7). Si desea aprender más sobre las cosas maravillosas que ocurrirán en el futuro, lea el artículo “Un mundo sin guerras y sin conflictos armados es posible”.