Pablo manda saludos escritos con su propia mano a los cristianos de Tesalónica
Delante de Silvano y Timoteo, Pablo firma su Segunda Carta a los Tesalonicenses. Parece que algunos cristianos creían que el día de Jehová era inminente. Puede que esta idea surgiera de una carta, erróneamente atribuida a Pablo, que estaba circulando entre los tesalonicenses (2Te 2:1, 2). Pero el apóstol les advirtió a los hermanos que esa era una idea equivocada. Y, para confirmarles que él era realmente el autor de esta nueva carta, Pablo incluyó saludos escritos con su propia mano.
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