La Nueva Biblia Galesa. ¿Supera a la antigua?
Por el corresponsal de ¡Despertad! en Gran Bretaña
“No se pretende que Y Beibl Cymraeg Newydd [La Nueva Biblia Galesa] reemplace a la Biblia de William Morgan [arriba], sino que coexista junto a su predecesora clásica”, comenta la Sociedad Bíblica. ¿Quién fue William Morgan y qué podemos decir del idioma galés y las mencionadas traducciones de la Biblia?
AL OESTE de Inglaterra, se extienden los 21.000 kilómetros cuadrados de Gales, una tierra montañosa de gran belleza, en donde se hablan dos idiomas oficiales: galés e inglés. El galés es un idioma ancestral —más antiguo que el inglés—, que se deriva de la rama céltica de la familia de las lenguas indoeuropeas. En la actualidad, el país tiene una población que no supera los tres millones de habitantes, de los cuales solo uno de cada cuatro habla galés. No obstante, no fue hasta el siglo XVI que se tradujo la Biblia al galés.
El libro que salvó una lengua
La traducción de las Escrituras Griegas Cristianas al galés se completó en 1567. Fundamentalmente, era la obra de dos escriturarios, William Salesbury y Richard Davies. Un tercer colaborador, Thomas Huet, tradujo el libro de Revelación. William Morgan, erudito de las lenguas hebrea, griega y latina, hizo una revisión posterior de sus traducciones y añadió a estas su versión de las Escrituras Hebreas. Por fin, en 1588 se imprimió la Biblia completa. Gracias a ella, se había logrado la meta ‘de que todo galés pudiera extraer la verdad de las Escrituras de las fuentes originales en su lengua materna’. (Wales—A History, de Wynford Vaughan-Thomas.)
Tras la publicación de la Biblia inglesa del Rey Jaime, en 1611, Richard Parry, sucesor de Morgan, realizó unas revisiones de las que surgió la edición que se ha utilizado hasta nuestros días. Sin embargo, como lo expresa el libro The Bible in Wales (La Biblia en Gales): “La Biblia de Parry privó a los galeses de parte de la erudición de Morgan”.
La traducción de William Morgan fue todo un logro en el que demostró su dominio de la prosa, pese a no haber tenido un modelo que seguir, ya que hasta entonces la mayoría de los escritos en galés eran obras poéticas. Su estilo cálido, grave y de verbo fluido marcó la pauta de la lengua, tanto escrita como oral, que han seguido los galeses durante cuatrocientos años. Pero hizo más que eso. Como dijo el historiador galés Wynford Vaughan-Thomas, “si alguna vez un libro salvó una lengua, ese libro es la Biblia en galés”.
Se perdió algo vital
Como conmemoración del cuarto centenario de la Biblia galesa, en 1988 apareció una nueva traducción, fruto de veinticinco años de trabajo. ¿Cuáles son algunas de sus características, y en qué se diferencia de la Biblia de William Morgan?
El galés, como todo otro idioma, ha ido cambiando y madurando con el paso de los siglos. Es natural, pues, que Y Beibl Cymraeg Newydd esté escrita en “galés vivo, entendible para el lector de las postrimerías del siglo XX”. La esperanza de que “esta nueva traducción moderna avive el entendimiento de la Palabra de Dios y haga que los galeses vuelvan a concienciarse de su mensaje” es una noble expectativa. ¿Qué hay, no obstante, de la afirmación de que “la aspiración principal de los traductores ha sido comunicar con toda la precisión y fidelidad posibles el significado de los textos originales”? ¿Cuánto peso tiene esta alegación?
En las Escrituras Hebreas el nombre de Dios aparece en la forma del Tetragrámaton, יהוה, que se traduce al galés por Jehofa, o Jehofah. Al preguntarle al comité de traducción de Y Beibl Cymraeg Newydd qué norma se seguiría al traducir el Tetragrámaton, el comité respondió de la siguiente manera: “En cuanto a Jehofah, ¡es un nombre artificial! [...] Puede que [Jehofah] suene noble, pero no corresponde a ningún vocablo de la lengua bíblica original. [...] Aunque esa palabra [el Tetragrámaton] se halle en la Biblia más de siete mil veces, cada vez que aparecía los judíos leían (el) SEÑOR”. Según se ve, guiado por la tradición judía, el equipo de traductores decidió no traducir el nombre propio de Dios y sustituirlo por ARGLWYDD (SEÑOR). Aunque los traductores desaprueban el uso de Jehofah, en su “Prólogo al Antiguo Testamento” reconocen que hay otra “forma tradicional de verter el nombre divino, [...] Yahweh”. Entonces, ¿por qué al menos no usaron esta?
The New English Bible explica en una nota al pie de página sobre Éxodo 3:15: “Las consonantes hebreas son YHWH, cuya pronunciación probable es Yahweh, aunque tradicionalmente se han leído Jehová”. En la versión moderna New Jerusalem Bible, se traduce el Tetragrámaton por “Yahweh” debido a que, como se reconoce en el prefacio del editor: “Mientras que decir ‘El Señor es Dios’ es ni más ni menos que una tautología [repetición superflua], decir ‘Yahweh es Dios’ no lo es en absoluto”. Pese a todo, Y Beibl Cymraeg Newydd sigue este derrotero al traducir, por ejemplo, el tercer versículo del Salmo 100:3 por “Gwybyddwch mai’r ARGLWYDD sydd Dduw [“Sabed que el SEÑOR es Dios”]”.
Aunque el comité de traducción de Y Beibl Cymraeg Newydd indica que su criterio es que “en el Antiguo Testamento el nombre divino [...] aparezca como SEÑOR”, extraña su falta de consecuencia. En Exodus (Éxodo) 17:15, su texto lee “Jehofa-Nissi” (“Jehová Es Mi [Poste-] Señal”), y en Barnwyr (Jueces) 6:24, “Jehofa-shalom” (“Jehová Es Paz”). Y aún así, al llegar a expresiones similares que emplean el nombre divino, tales como “Jehová-yiré” (“Jehová Se Encargará De [Ello]; Jehová Proveerá”) en Génesis 22:14 aparece “ARGLWYDD”, sin más explicaciones.
En contraste con estas inconsecuencias de Y Beibl Cymraeg Newydd, el hebraísta William Morgan entendía que el Tetragrámaton indica personalidad. Empleó el nombre Jehofa, por ejemplo, en Éxodo 6:2, 3 y Salmos 83:18. Es interesante, también, que en las Escrituras Griegas Cristianas usó la forma abreviada del nombre divino, Jah, al traducir “Halelu-Jah” (“Alaben a Jah”) en el libro de Gweledigaeth Ioan (Revelación) 19:1, 3, 4, y 6.
Los galeses alaban a Jehová
Cuando le sobrevino la muerte en 1604, William Morgan todavía estaba endeudado debido a la impresión de su nueva traducción de la Biblia, pero había logrado su meta. En gran medida, gracias a su pericia y al amor que puso en su trabajo, la Biblia se convirtió en una preciosa herencia para los galeses que aprecian la religión.
En nuestros días, alrededor de seis mil quinientos testigos de Jehová agrupados en más de ochenta congregaciones proclaman las buenas nuevas del Reino de Jehová Dios en Gales. Aquellos que leen con dificultad la lengua inglesa tienen disponibles algunas ayudas para el estudio publicadas por la Sociedad Watch Tower en galés. Así, con la ayuda de cualquier traducción de la Biblia de la que dispongan los testigos leales de Jehová proclaman con aprecio Su nombre y propósitos por todo el Principado de Gales. (Isaías 43:10-12.)