De nuestros lectores
Saber escuchar El artículo “¿Escucha usted con empatía?” (8 de diciembre de 1994) era precisamente lo que me hacía falta. Un amigo me ha dicho en varias ocasiones que no le gusta nada que le vaya con que sus problemas no son graves y luego le dé consejo sin habérmelo pedido. Para ser sincero, creía que él tenía una mala actitud. Ahora veo que el que estaba equivocado era yo.
S. H., Estados Unidos
Llevaba tiempo esperando un artículo sobre el tema, pero este ha superado todas mis expectativas. Muy a menudo subestimamos la importancia de saber escuchar, y eso que la mayoría siempre hemos soñado con recibir esta clase de atención.
S. D., Italia
Tengo 18 años, y a menudo me encuentro sin saber qué decir en ciertas situaciones. Pero después de leer este artículo tan hermoso, creo que aprenderé a escuchar con empatía.
J. M., Australia
Es un alivio saber que no tenemos que solucionar todos los problemas que nos cuenten, sino que habitualmente basta con escuchar. Los que venimos de familias problemáticas tenemos la necesidad aún más acuciante de aprender las bases de la comunicación. Gracias por utilizar siempre la Biblia para enseñarnos a vivir.
J. D., Estados Unidos
Mejora el diseño Al tiempo de elegir la especialidad de diseño gráfico, estudiaba la Biblia con los testigos de Jehová. Cuando llevaba a clase la revista ¡Despertad!, mis condiscípulos criticaban el diseño: que el ‘sentido del color’ era malo, etcétera. Sin embargo, en los últimos meses los diseños han sido extraordinarios. Me siento muy orgullosa de las revistas.
N. I., Japón
Una atmósfera dañada Acabo de leer el artículo “Una atmósfera dañada” (22 de diciembre de 1994) y me ha gustado mucho. Se ve que tienen el don de escribir sobre los temas más relevantes. Sin embargo, en varias ocasiones hablaron del calentamiento del planeta, pero sin aducir pruebas. ¡Ojo! Si algún día se demuestra que esta teoría estaba equivocada, su reputación como redactores sufriría menoscabo.
M. L., Estados Unidos
Nosotros no respaldamos la teoría del calentamiento de la Tierra; nos limitamos a informar de que un buen número de prestigiosos científicos creen que se está produciendo este fenómeno. Queda por ver si los descubrimientos futuros corroborarán o rebatirán esta teoría.—La dirección.
Excursiones escolares Me agradó mucho su artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Se puede ir a las excursiones escolares?” (22 de octubre de 1994). Hace unos años, mi clase organizó un viaje de una semana. Después de orar, examiné el asunto y decidí no ir. Cuando mis compañeros regresaron, me enteré que varios habían cometido inmoralidad sexual. No cabe duda de que estos viajes pueden ser una prueba muy difícil para el joven cristiano.
J. S., Noruega
El artículo me ayudó mucho, pues he ido a bastantes excursiones. Las preguntas que plantearon permiten a cada joven analizar la situación. Gracias por ayudarme a tener una opinión equilibrada sobre las excursiones.
M. R., Estados Unidos
Hace poco me invitaron a ir con la clase a un lugar que siempre he deseado ver. Decidí renunciar al viaje, aunque ya había pagado el pasaje. Luego me puse a pensar en lo que me había perdido. Sin embargo, su artículo llegó justo a tiempo. Cuando lo leí, comprobé que había tomado una buena decisión.
L. S. B., Brasil