De nuestros lectores

Asambleas de Testigos Gracias por la experiencia intitulada “El día que cambió su vida” (22 de marzo de 1995). La historia de la señora joven invitada por su tía a un día especial de asamblea de los testigos de Jehová me hizo recordar que a mí me sucedió lo mismo. Asistí a mi primera asamblea por invitación de mi hermano en el verano de 1985. Mi reticencia inicial pronto fue reemplazada por una agradable sensación de afecto; sentí como si estuviera en medio de una gran familia. Decidí seguir estudiando la Biblia, y actualmente soy precursora regular, evangelizadora de tiempo completo.

E. F., Italia

Deudas Gracias por el artículo “¿Merece la pena endeudarse?” (8 de junio de 1995). Solo tengo 13 años, y ya estaba administrando mal mi dinero. Creo que este artículo me ayudará muchísimo.

C. A., Estados Unidos

Esclavitud Como mujer afroamericana, me encantó la serie de artículos “La esclavitud: llanto y cadenas” del 8 de junio de 1995. La fotografía de la cubierta hizo que se me saltaran las lágrimas. Me impresionó ver que ustedes tienen el valor de exponer estos vergonzosos hechos de la historia. Presentaron el artículo con gran sensibilidad, y su contenido fue muy informativo.

B. M., Estados Unidos

Publicaron este artículo en el momento preciso, pues estábamos analizando este tema en la clase de Historia. Utilicé el artículo para complementar una tarea escolar opcional y conseguí buenas calificaciones. Pero también sentí mucha pena por los esclavos.

M. C., Alemania

Biografía “Triunfé en la búsqueda del sentido de la vida” (22 de mayo de 1995) fue un artículo muy conmovedor. La historia de Harold Dies me ayudó a determinar si debía emprender el ministerio de tiempo completo. También tuve la oportunidad de visitar el Betel de la central mundial de los testigos de Jehová en Brooklyn (Nueva York), y quedé muy impresionada. Ahora no tengo la menor duda en cuanto a emprender el ministerio de tiempo completo.

A. C., Estados Unidos

Perdonar y olvidar Gracias por el excelente artículo “El punto de vista bíblico: ¿Es posible perdonar las ofensas y olvidarlas?” (8 de junio de 1995). A veces me preguntaba si la Biblia estaba pidiendo algo imposible a personas imperfectas. Pero ahora comprendo lo que significa perdonar y olvidar. El artículo me ha ayudado a comprender que los mandamientos de Dios no son gravosos.

C. I. C., Nigeria

Simplemente tenía que escribirles para mencionarles cuánto agradezco este artículo. Cuando era niña, dos de mis tíos abusaron sexualmente de mí. Más tarde, mi esposo también abusó de mí y me maltrató. Cuando me hice cristiana traté de mostrar amor y perdonar. Sin embargo, no podía decir con sinceridad que había perdonado a estas tres personas que me causaron profundo dolor durante muchos años. Ahora comprendo que es necesario dejar algunos asuntos en manos de Jehová, y seguir viviendo. Revelación 21:4 me da la seguridad de que este gran sufrimiento que me ha afectado tanto, pronto será cosa del pasado.

A. B., Estados Unidos

Acabo de leer el artículo, y puedo decir que nunca me había sentido tan cerca de Jehová como en estos momentos. Hace tiempo cometí un pecado grave y solicité la ayuda de los ancianos de la congregación. Aunque recibí consejo bondadoso y amoroso de parte de ellos, seguía sintiéndome indigno de dirigirme a Jehová en oración. Este artículo me ha ayudado a comprender con claridad cómo nuestro Padre celestial perdona y olvida. Ahora por fin puedo orarle y abrirle mi corazón, un privilegio que tontamente me estaba negando. Gracias a Jehová por haberme dado este “alimento al tiempo apropiado”. (Mateo 24:45.)

D. J. S., Estados Unidos