El contrabando: plaga de Europa en la década de los noventa
De nuestro corresponsal en Alemania
Una lancha motora se desplaza a gran velocidad desde la costa norte de África hacia Gibraltar; una caravana de vehículos parte de Polonia con rumbo oeste; un camión búlgaro se dirige al norte de Europa; un avión vuela de Moscú a Munich. ¿Qué tienen en común estos medios de transporte? Que todos se emplean para hacer contrabando.
EL CONTRABANDO es la acción de introducir o exportar mercancías clandestinamente, bien para eludir a las autoridades por tratarse de géneros prohibidos o para no pagar los derechos de aduana correspondientes. Esta actividad ilegal se practica en Europa por lo menos desde el siglo XIV, y se ha generalizado tanto, que el folclor de muchos países incluye leyendas románticas de contrabandistas, algunos de los cuales han sido erigidos en héroes populares.
Aunque el contrabando es ilegal y generalmente nocivo, en ocasiones ha sido provechoso. Por ejemplo, en el siglo XVI se introdujeron de contrabando en Inglaterra, donde estaban prohibidos, ejemplares de la traducción que realizó William Tyndale de algunas partes de la Biblia. También, cuando las tropas alemanas ocuparon Francia en 1940, los contrabandistas, gracias a su conocimiento directo de los caminos poco frecuentados de Normandía, “fueron los mejores logísticos de la resistencia [francesa]”, dice la revista GEO.
Hoy, cincuenta años después, el contrabando sigue cobrando auge, aun cuando constituye más una plaga que una ventaja. Europa se ha convertido en lo que el periódico alemán Süddeutsche Zeitung denomina “un paraíso para los contrabandistas”. ¿Qué ha causado esta situación?
Por un lado, la Unión Europea se ha expandido y ha pasado de seis estados miembros a quince en menos de cuarenta años.a La disminución de trabas en los visados ha facilitado el tránsito internacional. Un residente europeo comentó: “Hace treinta años, los oficiales le revisaban a uno los documentos en todos los puestos fronterizos; ahora es posible cruzar en auto las mismas fronteras sin detenerse siquiera”.
Además, Europa oriental ha abierto sus fronteras, y ciertas barreras, como el muro que dividía Alemania en dos, ya no existen. Si bien todo ello ha facilitado el comercio internacional, también ha hecho más fácil el contrabando, y el crimen organizado ha estado presto a sacar partido de la nueva situación. Las bandas de delincuentes se especializan en el contrabando de diversas mercancías.
Contrabando de tesoros artísticos por encargo
Por muchos años, antes de que Europa oriental abriera sus fronteras, los tesoros artísticos de Rusia estuvieron fuera del alcance de los coleccionistas occidentales. Ahora, sin embargo, están “siendo saqueados por una extraña coalición de galerías de arte de Europa occidental y bandas asesinas de contrabandistas rusos”, informa el periódico The European. De hecho, “la policía cree que la introducción clandestina [en Europa] de tesoros artísticos robados es la tercera actividad delictiva más rentable después del tráfico de estupefacientes y el comercio ilegal de armas”.
El contrabando de obras de arte es un negocio lucrativo en Rusia y otros lugares. En Italia se sustrajeron, en menos de dos años, obras valoradas en más de 500 millones de dólares. El 60% de las obras robadas en Europa van a parar a Londres, donde existen compradores. Incluso muchos artículos son “robados por encargo de algún coleccionista privado inescrupuloso”. No sorprende, pues, que la tasa de recuperación sea de un mero 15%.
Residuos tóxicos: un contrabando diferente
En el contrabando de obras de arte se paga a los delincuentes para que las introduzcan en un país, mientras que en el de otras mercancías se les paga para que las saquen. Un ejemplo es el de los residuos tóxicos. ¿Por qué molestarse en sacar ilegalmente de un país residuos venenosos? Porque el costo de su eliminación legal ha aumentado notablemente en muchos países. Este hecho, aunado a la promulgación de leyes ambientales más estrictas, hace atractiva la idea de pagar a los contrabandistas para que se deshagan de los desechos industriales tóxicos en otros países.
¿Adónde van a parar dichos productos? Las investigaciones realizadas por la Oficina de Delitos Federales de Alemania indican que las bandas sacan productos tóxicos —como baterías viejas de automóviles, disolventes, pinturas, pesticidas y metales tóxicos— de Occidente y los arrojan en países como Polonia, Rumania y la antigua Unión Soviética. Estos elementos representarán durante años una amenaza para la salud de la población.
Cigarrillos de contrabando
Otras bandas de delincuentes se especializan en el contrabando de cigarrillos, los cuales se transportan, por ejemplo, desde el norte de África hasta la península ibérica en lanchas motoras, o de Polonia a Alemania en automóviles. Las sumas de dinero implicadas son astronómicas. El comercio ilegal de cigarrillos le cuesta al fisco alemán alrededor de 1.000 millones de marcos (674 millones de dólares) al año.
Según el periódico Die Welt, cerca de diez mil vendedores ofrecen cigarrillos de contrabando a precio rebajado en las calles de Berlín.
La trata de seres humanos
Otra modalidad del crimen organizado —una particularmente infame— es el tráfico de seres humanos. El precio por introducir ilegalmente a una persona en Europa occidental —quizás en un camión como el que mencionamos al principio de este reportaje— es exorbitante. De hecho, el Centro Internacional para la Elaboración de la Política Migratoria, de Viena, calcula que la trata de humanos deja ganancias de más de 1.100 millones de dólares al año.
Como los inmigrantes ilegales proceden en su mayoría de naciones pobres, pocos pueden pagar a los traficantes por anticipado; por eso, cuando llegan a Europa se ven obligados a cancelar la deuda trabajando para estos y sus bandas criminales. Así, los pobres inmigrantes quedan atrapados en una perpetua esclavitud moderna, sometidos constantemente a explotación, coacción, robo y violación. Algunos acaban trabajando para lo que Die Welt denomina la mafia del cigarrillo; otros terminan prostituyéndose.
El costo para el país receptor no se mide en términos de fraude al fisco solamente. Las bandas rivales se enzarzan en guerras de una “brutalidad inimaginable”, según el Süddeutsche Zeitung. Las cifras hablan por sí solas: en la antigua Alemania oriental, las bandas cometieron 74 asesinatos en cuatro años.
El más aterrador de todos
“De todas las consecuencias imprevistas derivadas de la caída de la Unión Soviética —observa una revista—, quizás ninguna sea tan aterradora como el comercio de material nuclear en el mercado negro.” Se cree que los contrabandistas han sacado de Rusia material radiactivo con destino a Alemania, convirtiéndose esta siniestra fuga en “el problema del mundo, y el problema de Alemania en particular”.
Considere, por ejemplo, el vuelo desde Moscú mencionado en la introducción de este artículo. Al llegar a Munich, se descubrió a un pasajero que transportaba en su maletín plutonio, un elemento radiactivo. Dada su extremada toxicidad y sus propiedades cancerígenas, la contaminación resultante hubiera sido devastadora para la ciudad y sus habitantes.
A principios de 1996 se arrestó a un físico ruso acusado de sacar más de un kilogramo de material radiactivo que, según el Süddeutsche Zeitung, “servía para fabricar una bomba nuclear”. La preocupación de las naciones occidentales está justificada. En una cumbre celebrada en Moscú, los políticos de las potencias industrializadas acordaron un plan para tratar de “evitar la salida ilegal de componentes de armas nucleares de la ex Unión Soviética con destino a los terroristas o los ‘estados disidentes’”, informó el diario londinense The Times.
Con estos riesgos presentes, muchas personas se preguntan: ¿Pueden los acuerdos internacionales impedir el contrabando? ¿Tienen los gobiernos, por honrados y bien intencionados que sean, la capacidad para frenar el crimen organizado? ¿Pasará el contrabando de ser la plaga de los noventa a ser el flagelo del nuevo milenio? ¿O hay razón para esperar que los contrabandistas desaparezcan pronto?
El contrabando: una actividad sin futuro
Existen sólidas razones para creer que el contrabando será en breve cosa del pasado. Las condiciones que lo posibilitan y lo hacen atractivo para algunas personas serán erradicadas. ¿Cuáles condiciones?
Primeramente, los sistemas económicos opresivos y perversos de la actualidad han provocado una distribución injusta de las riquezas. Mientras que los ciudadanos de algunas naciones gozan de prosperidad, la gente al otro lado de la frontera quizá viva en la miseria o sufra algunas carencias. Tales condiciones hacen del contrabando una actividad lucrativa. No obstante, nuestro Creador ha prometido en las Santas Escrituras que dentro de poco introducirá un sistema de cosas en el que “la justicia habrá de morar”. Los sistemas económicos opresivos e injustos desaparecerán (2 Pedro 3:13).
Además, las fronteras nacionales serán eliminadas, pues bajo el gobierno del Rey celestial, Jesucristo, la humanidad compondrá una sola sociedad. Con esta hermandad internacional habitando el entero planeta, ya no habrá inmigrantes ilegales. Y puesto que nadie irá a la guerra, el riesgo de contaminación radiactiva a consecuencia de un conflicto nuclear ya no existirá. En el nuevo sistema de cosas, la humanidad aprenderá a respetar el medio ambiente (Salmo 46:8, 9).
Las principales causas del contrabando son la codicia, la falta de honradez y el desamor. El hecho de que tantas personas hoy manifiesten tales características es señal de que vivimos en lo que la Biblia llama “los últimos días” (2 Timoteo 3:1-5). El justo nuevo sistema de Jehová se aproxima. Tenemos motivos para aguardar el futuro con confianza, no en los gobiernos humanos ni en los sistemas económicos, sino en el nuevo sistema de Jehová.
[Nota]
a Los estados miembros de la Unión Europea son: Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Gran Bretaña, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal y Suecia.
[Recuadro de la página 13]
Otras mercancías de contrabando
Animales exóticos: Un hombre que fue atrapado mientras transportaba tortugas de una rara especie de Serbia a Alemania, confesó haber sacado de contrabando 3.000 ejemplares en menos de cinco años, lo que le generó una ganancia de medio millón de marcos (300.000 dólares). El tráfico de animales exóticos lo ejercen principalmente delincuentes profesionales, y va en aumento. “El mercado negro está en auge —comentó un aduanero—. Algunos coleccionistas pagan sumas astronómicas.”
Productos de marca falsificada: En menos de seis meses, la aduana del aeropuerto de Frankfurt (Alemania) decomisó más de cincuenta mil artículos que ostentaban marcas conocidas —como relojes, programas informáticos, artículos deportivos y gafas de sol—, pero que eran imitaciones.
Automóviles: Una compañía líder de alquiler de autos de Europa informó un aumento del 130% en el hurto de vehículos en un quinquenio. Así describe un periódico los métodos que utilizan los “salteadores modernos”: alquilan los automóviles, presentan una denuncia como si se los hubieran robado y luego los sacan clandestinamente del país.
Metales valiosos: En Estonia se consigue cobalto, níquel, cobre, rutenio y germanio a precios ventajosos, por lo que este país se ha convertido en una de las capitales del contrabando.
Gasolina y gasóleo: Los contrabandistas que cruzaban el río Danubio en lancha para pasar gasolina y gasóleo de contrabando de Rumania a Serbia obtenían ganancias de hasta 2.500 dólares por noche. En esta región, el salario mensual promedio es de unos 80 dólares.