Afición a las cruzadas revelada en el discurso de Truman
● El 8 de enero de 1951, el presidente Truman dirigió la palabra a la sesión plena del Congreso Octogésimo segundo de los Estados Unidos, presentando su mensaje “Condición de la Unión”. Explicando la urgencia que hay de que los Estados Unidos sigan su sostén de los países del Tratado del Norte Atlántico durante la aumentante crisis mundial con el comunismo, el Sr. Truman dijo: “La defensa de Europa es la base para la defensa de todo el mundo libre—incluyendo a nosotros mismos. Después de los Estados Unidos, Europa es el mayor taller del mundo. También es la tierra natal de grandes creencias religiosas en las que participan muchos de nuestros ciudadanos—creencias que ahora son amenazadas por el oleaje del comunismo ateo.” Esas palabras igualmente pueden despertar de nuevo la sospecha de que la religión cuyo domicilio está en la Ciudad del Vaticano hace tiempo está muy ansiosa para promover alguna forma de cruzada para proteger su propia puerta del amenazante oleaje rojo. Pero antes de adherirse a dicha causa, personas pensativas tomarán tiempo para reflexionar, recordando el derramamiento de sangre y sufrimiento ocasionados por las infructuosas cruzadas medioevales.