Paz mundial—¿por quién?
LA PAZ, paz mundial, es la cosa de que la mayor parte de nosotros hablamos y que casi todos nosotros deseamos, pero sólo unos cuantos de nosotros, hablando en términos comparativos, sabemos en verdad cómo, cuándo y por quién vendrá.
A través de los siglos los hombres han buscado la paz por varios medios, mediante acuerdos, pactos, mesas redondas y guerras, pero todo en vano. Y hoy en día, a pesar de nuestros esfuerzos enérgicos y sabiduría, la solución que dé la paz mundial parece estar tan lejos como siempre. ¿A qué se debe esto?
La Biblia, la Palabra de verdad de Dios, dice de manera notable a qué se debe. De hecho, predice con exactitud sorprendente el humor y la disposición de ánimo de los embajadores políticos en su búsqueda por la paz. Por ejemplo, en Isaías 33:7 dice: “Los embajadores de paz lloran amargamente.” Esto es a causa del malogro de sus esfuerzos por conseguir la paz, por supuesto. Adicionalmente, nos dice que la propaganda a favor de la paz por intermedio de organizaciones mundiales y naciones políticas es falsa. Dios, mediante su profeta Jeremías, llama nuestra atención a esto, diciendo: “Desde el profeta hasta el sacerdote, cada uno practica el engaño. Y curan la llaga de mi pueblo livianamente, diciendo: ¡Paz! ¡paz! cuando no hay paz.”—Jer. 6:13, 14.
¿No ha sido verdad esto? ¿No es verdad que tanto los profetas religiosos como los políticos han hecho que la gente cobre esperanza de paz hasta tal grado que el que no hayan podido traerla ha causado que muchos duden y pierdan la fe? Hoy en día hay personas que están diciendo las mismas palabras que Jeremías profetizó que dirían: “¡Esperábamos la paz, pero no vino ningún bien; tiempo de sanidad, más he aquí el desmayo!” ¿No ha sido así especialmente desde 1914? Las Guerras Mundiales I y II habían de ser guerras para poner fin a todas las guerras, para hacer el mundo seguro para la democracia y para introducir “las cuatro libertades.” La Sociedad de las Naciones y las Naciones Unidas habían de mantener la paz y conservar la armonía del mundo. Pero, ¿qué sucedió? Mussolini y Hitler cambiaron la escena del mundo poco después de la I Guerra Mundial y ahora los gobernantes rusos y chinos están haciendo desmayar las esperanzas de la gente.—Jer. 8:15.
En vista de estos hechos, indudablemente usted ha deseado saber por qué los esfuerzos de los hombres por establecer la paz mundial han sido tan infructuosos. La Biblia nos dice por qué. En Apocalipsis 12:12 (NM) revela al que es responsable de las angustias mundiales, una revelación que indica por qué el hombre es incapaz de hacer frente con éxito a los problemas del mundo. Note usted lo que dice: “Ayes para la tierra y para el mar [las masas agitadas de la humanidad], porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran ira, sabiendo que tiene un corto período de tiempo.” He aquí su contestación. Satanás el Diablo, invisible al hombre y más poderoso que él, es el responsable del caos mundial, y no Dios.
Estos ayes que la humanidad está sufriendo no pueden menos que aumentar hasta que Dios les ponga fin a Satanás y sus partidarios malignos en la batalla del Armagedón. Él promete hacer esto pronto. Pablo nos ayuda a apreciar este hecho al decir: “Por su parte, el Dios que da paz aplastará a Satanás bajo los pies de ustedes en breve.”—Rom. 16:20, NM.
Después de suceder esto, habrá paz mundial; paz entre todas las familias de la tierra, paz entre el hombre y los animales, paz entre el hombre y Dios. Y, ¿por cuánto tiempo? Contesta el salmista: “En sus días florecerán los justos, y habrá abundancia de paz hasta que no haya luna.” (Sal. 72:7) Así que volvemos a hacer la pregunta: Paz mundial—¿por quién? Por Jehová Dios, de la manera que él ha propuesto y eso muy en breve.