BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • w78 15/8 págs. 3-4
  • Amoldándose a la vida con lo incambiable

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • Amoldándose a la vida con lo incambiable
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1978
  • Información relacionada
  • El problema: Situaciones sin solución
    ¡Despertad! 2015
  • ¿Aprecia usted sus bendiciones?
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1976
  • Aprendiendo de la escuela del matrimonio
    ¡Despertad! 1971
  • El beneficio de vivir para el nuevo mundo de Dios
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1960
Ver más
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1978
w78 15/8 págs. 3-4

Amoldándose a la vida con lo incambiable

DE UN antiguo filósofo griego se dice que aconsejó: ‘Joven, cásate, cásate. Si consigues una buena esposa, serás feliz y eso es bueno. Y si no consigues una buena esposa, te convertirás en filósofo y eso también es bueno.’ La idea de la última parte de ese dicho es que es bueno ajustarse a lo que no puede ser cambiado, adoptando un punto de vista filosófico de la vida, por decirlo así.

Este asunto de amoldarse a la vida con lo incambiable aplica a muchísimos aspectos de la vida. El mismo asunto de la estatura de uno puede hacer que uno se aflija. Pudiera ser que una joven que midiera casi dos metros de altura se sintiera molesta por ser tan alta. Pero, por otro lado, un hombre de menos de metro y medio pudiera sentirse irritado por ser tan corto de estatura. Pero como, según informes, dijo Jesucristo, el Hijo de Dios: “¿Y cuál de ustedes, por mucho que se preocupe, puede hacerse medio metro más alto?” (Mat. 6:27, Versión Popular) Además, uno pudiera haber nacido jorobado, con un impedimento en el habla, con mala vista, o quizás haya sido víctima de la poliomielitis y quedado inválido.

¿Qué puede hacer cualquiera de estas personas? “Lo que no se puede remediar se tiene que aguantar,” es como lo expresó un médico. Una persona que se amoldó a la vida con su poca estatura es Carlos Rómulo, un diplomático filipino. Él dice que no dejó que su corta talla le avergonzara y, con el tiempo, descubrió que en realidad era un haber, porque la gente suele inclinarse a favorecer a la persona que es muy pequeña.

Una cosa que todas las personas que tienen alguna desventaja pueden hacer es aprender a apreciar las bendiciones que sí tienen. ¿No es verdad que el tener vida y el tener siquiera alguna medida de salud son grandes bendiciones? Hay las bellezas de la creación o “la naturaleza,” el placer de escuchar música hermosa, el amor de la familia y los amigos y la satisfacción que produce el ser útil tanto para uno mismo como para otros.

Lo mismo aplica a la actitud de uno con relación a las condiciones mundiales, que, en cuanto a las posibilidades de mejorar, son incambiables. ¿Deberíamos perturbarnos porque aumente la corrupción en los lugares encumbrados y empeoren la violencia y el delito en las calles urbanas? La Biblia da buen consejo: “No te muestres acalorado a causa de los malhechores.” ¿Por qué no? Porque al debido tiempo de Dios no serán más. (Sal. 37:1-13) Hasta ese tiempo, uno puede aprender a amoldarse a la vida con esas condiciones de esta manera: siendo extremadamente cauteloso, no aventurándose a salir a las calles sin compañía tarde en la noche, dando a su vida más valor que al dinero que uno lleve consigo, y así por el estilo.

Sí, nos ayudará a amoldarnos a la vida con lo incambiable el que tratemos de ser filosóficos con relación a nuestra situación particular y hagamos lo que mejor podamos en medio de esa situación. Acepte el hecho de que toda felicidad es relativa y que en medio de las condiciones de imperfección y pecado actuales siempre habrá algo amargo junto con lo dulce. Por eso, sea cual sea la condición en que usted se encuentre, busque lo que compense por ella o las misericordias relacionadas con ella. La misma inconsciencia del sueño es una bendición, sobre la cual un poeta escribió en cierta ocasión: “La misericordia por doquiera asoma, y es fuente de aliento llegar a entender, que a la aflicción misma una gracia le otorga, y al hombre a su suerte concilia también.”

Lo mismo aplica a nuestras relaciones con otras personas. Muchos matrimonios, al descubrir que no son muy compatibles, se separan o divorcian, pero el mejor camino sería aprender a ajustarse cada uno al otro. Hubo, por ejemplo, el caso del italiano romántico, amador de lo atlético, que se casó con una joven británica algo conservadora. Por años se les hizo difícil vivir juntos, pero por causa de los hijos no se separaron. Sin embargo, con el tiempo aprendieron a ajustarse, y hubo más contentamiento y felicidad en su matrimonio.

Considerando otra historia de la vida real de la actualidad, hubo una encantadora joven que se casó con un hombre que tenía todo lo que en cuanto a personalidad y posesiones ella pudiera haber deseado. Pero no se pudo cumplir el deseo de ella de tener hijos. ¿Se ha amoldado ella a la vida con lo incambiable? Sí, porque ahora hasta puede reírse de la frustración que sentía. Además, llena sus días con la actividad de tiempo completo de compartir las “buenas nuevas” con otras personas —tal como lo hace él— y disfruta de muchas bendiciones y satisfacciones al enseñar a familias enteras, y especialmente a madres y sus hijitos, acerca de Jehová Dios y las bendiciones de su reino... criando hijos espirituales, por decirlo así, al hacer de estas personas discípulos cristianos.

Al acudir a la Biblia hallamos muchos otros ejemplos de personas que aprendieron a amoldarse a la vida con lo incambiable. Entre los que pudiéramos mencionar aquí está el profeta Moisés. Dios lo usó poderosamente para sacar a su pueblo de Egipto, y sin embargo éstos siguieron sometiendo a prueba la paciencia de Moisés año tras año durante aquellos 40 años de viajar por el desierto. (Deu. 8:2-5) ¡Qué mucha frustración debe haber experimentado Moisés por la falta de aprecio de ellos, su falta de fe, sus quejas, su rebelión y su codicioso egoísmo! El amor que él les expresa como se muestra en el libro de Deuteronomio es prueba de lo bien que se amoldó él a la vida con las debilidades y faltas incambiables de su pueblo... incambiables en cuanto a que él pudiera hacer algo para remediarlas.—Hech. 7:30-39.

Los siervos modernos de Jehová Dios también suelen afrontar condiciones que producen mucha incomodidad. A medida que predican las buenas nuevas del reino de Dios, tienen que aguantar indiferencia y apatía, prejuicio ciego y oposición enconada. ¿Se dan por vencidos debido a estas condiciones aparentemente incambiables? De ninguna manera. Más bien, se esfuerzan por hacerse más hábiles; se esfuerzan por fortalecer su propia fe; y siguen recordándose a sí mismos las razones por las cuales están sirviendo a Jehová Dios en este tiempo del fin.

Es verdad que han sido muchas las situaciones en medio de las cuales diferentes personas han tenido que mostrar aguante, porque, o no han podido cambiarlas, o no les ha sido posible salirse de ellas y todavía haber obrado con honorabilidad. Pero sean cuales sean las situaciones, el proceder sabio es aprender a amoldarse a la vida con ellas, por medio de aprender a ajustarse. Algo que ayuda a uno a hacer esto es el precioso privilegio de la oración, así como la esperanza que presenta la Palabra de Dios de “nuevos cielos y una nueva tierra” en los cuales no habrá mal, no habrá frustraciones. En vez de eso, habrá vida eterna en felicidad.—Fili. 4:6, 7; 2 Ped. 3:13; Rev. 21:4.

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir