Ministros que cumplirán con la comisión que dio Cristo
POCO antes de ascender a los cielos, Jesús dio una comisión a sus seguidores. Dijo: “Por lo tanto vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos ..., enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado.”—Mateo 28:19, 20.
Los testigos de Jehová están muy conscientes de tal comisión. De aquí que en 1943 se diera comienzo a la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower para entrenamiento de misioneros, quienes llevarían la delantera en la obra de hacer discípulos alrededor del mundo. Esta escuela ha desempeñado un papel fundamental en el cumplimiento de las palabras de Jesús en nuestro día.
La Escuela de Galaad está en los Estados Unidos de América, y sus cursos se enseñan en inglés. Los Testigos que hablan otros idiomas han tenido que aprender inglés para asistir a la escuela y llegar a ser misioneros, y han tenido mucho gusto en hacerlo. Sin embargo, en septiembre de 1981 los cristianos de habla alemana se regocijaron al oír de la apertura de la Extensión de la Escuela de Galaad en Wiesbaden, Alemania, en la que se enseñaría en alemán el curso que ofrece la Escuela de Galaad.
Ya se han graduado dos clases de esta Extensión de la Escuela de Galaad. ¿Ha tenido éxito esta escuela? Sí, por cierto, a juzgar por el informe que se dio sobre la alegría y el entusiasmo que reinaban en la graduación de la segunda clase, que se celebró el 25 de abril de 1982.
Nuevos misioneros entusiastas
Los veintitrés estudiantes de esta segunda clase en alemán vinieron de Luxemburgo, Suiza, los Países Bajos y Alemania. Fueron asignados al Brasil, el Ecuador, Colombia, Paraguay, Surinam y Zaire. En una carta expresaron su agradecimiento por esta Extensión de la Escuela de Galaad. “Nos permitió concentrarnos completamente en el alimento espiritual que se presentó,” dijeron, “más bien que tener que luchar con los problemas relacionados con el idioma.”
Las 1.140 personas que asistieron a la graduación, al igual que los estudiantes mismos, estaban conscientes de que todavía está en vigor la gran comisión que dio Jesús de hacer discípulos. Y ahora los estudiantes querían participar más plenamente en esta comisión. Cierto matrimonio dijo: “Aceptamos nuestra asignación al Brasil con agradecimiento y esperamos poner en práctica todo lo que hemos aprendido aquí.”
Antes de partir para sus asignaciones, los estudiantes oyeron consejos excelentes de último minuto provenientes de oradores con muchos años de experiencia en el ministerio cristiano. Uno de ellos fue Werner Rudtke, quien basó sus comentarios en las palabras que Pablo dirigió a los colosenses: “Continúen soportándose los unos a los otros.” (Colosenses 3:13) Egon Peter, que estudió en la Escuela de Galaad en 1952, hizo mención de las pruebas que habían tomado durante el curso y les recordó la importante prueba a la que Jehová mismo los sometería.—Salmo 7:9.
Uno de sus instructores, Dietrich Forster, les advirtió que tal vez tendrían que enfrentarse a oposición en sus asignaciones en el extranjero. Pero nunca deberían rebajarse al nivel de sus opositores, sino que siempre deberían ‘seguir venciendo el mal con el bien.’ (Romanos 12:9-21) Lothar Kaemner, otro instructor de la escuela, y quien en un tiempo sirvió de misionero en Venezuela, recordó a los estudiantes que no perdieran de vista su misión. “Ningún hombre que sirve como soldado se envuelve en los negocios comerciales de la vida,” dijo el apóstol Pablo. (2 Timoteo 2:4) Los misioneros cristianos deben tener la misma dedicación.
Algunos representantes de la cristiandad han dado un mal nombre al término “misionero” por haberse mezclado en la política, además de haber hecho otras cosas incorrectas. Otros, quienes están ocupados trabajando en escuelas y hospitales, indudablemente prestan servicios. Pero no están cumpliendo con la comisión que dio Cristo. Los cristianos dedicados están agradecidos de que la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower adiestre misioneros y los envíe exclusivamente a hacer discípulos y a enseñar lo que dice la Biblia. Y los graduados de la segunda clase de la Extensión de la Escuela de Galaad de Alemania se alegran de haber disfrutado en su propio idioma de las provisiones que ofrece esta escuela histórica. Ahora son verdaderos misioneros cristianos.