“Solo una de las muchas vidas en las que influyó”
EN ENERO de 1996, Carol estaba enferma debido a un tumor cerebral. Tenía más de 60 años y hasta entonces había sido una mujer fuerte y feliz, con una palabra animadora para todo el mundo. Pero ahora los médicos trataban de vencer el absceso fatal. En medio de esa lucha, Carol recibió la siguiente carta:
“Querida Carol:
”Lamento oír que está delicada de salud. Afortunadamente, tenemos una esperanza verdadera, que la Biblia nos ayuda a conocer y amar: la esperanza de que el Reino de Jehová gobernará la Tierra para que podamos vivir en un paraíso. Ese tiempo es algo que todos anhelamos.
”Quiero que sepa que su predicación salvó a muchas personas de la muerte eterna. Yo soy una de esas personas. Quizá no recuerde la vez en que nos conocimos. En aquel tiempo tenía 20 años y pelo largo, vendía drogas y andaba con un grupo de granujas. Todos llevábamos armas y no amábamos a nadie excepto a nosotros mismos.
”Usted llamó a mi puerta acompañada de otra Testigo y me ofreció La Atalaya y ¡Despertad! Intenté darle un dólar y le dije que no quería las revistas. Pero usted me respondió que no estaban pidiendo donativos. Me dijo que hacían esa obra para ayudar a la gente a que leyera la Biblia. No me acuerdo si acepté las revistas o si las leí, pero usted sembró en mi vida la semilla de la verdad.
”Varios años después otro Testigo llamado Gary vino a casa de mi madre mientras yo estaba allí. Le hablé de la visita que usted me había hecho algunos años antes. Estudié la Biblia con Gary durante mucho tiempo y finalmente me bauticé en 1984. Ahora enseño a mis hijos la verdad acerca del Reino de Dios.
”Estoy seguro de que soy solo una de las muchas vidas en las que influyó en sus años de servicio fiel. Sin embargo, con su bondad amorosa, ha logrado que mi familia y yo lleguemos a conocer al Gran Dios, Jehová, y a su hijo Jesucristo. Anhelo el día en que pueda verla en el nuevo sistema de cosas, donde Jehová limpiará toda lágrima de los ojos, y la muerte no será más. (Revelación [Apocalipsis] 21:4.)
”En lo que respecta a mí y a mi familia, nos alegra haber tenido la oportunidad de conocerla y ser parte del fruto de su predicación. Gracias.
”Reciba el amor de su hermano,
Peter”
Carol murió en marzo de 1996, tras seis meses de enfermedad, y después de haber esparcido abundantemente la semilla de la verdad durante treinta y cinco años de celosa evangelización. Carol aprendió que uno nunca sabe si la semilla llevará fruto, quizá hasta muchos años más tarde. (Mateo 13:23.)