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  • Sonsacando dinero para causas religiosas
    La Atalaya 1955 | 15 de octubre
    • Muchas iglesias emplean los servicios de promotores profesionales de votos, cuya organización garantiza resultados por un precio, desde $2,000 hasta $15,000 (dólares). Una de tales organizaciones tiene un programa detallado por medio del cual uno de sus agentes dirige una campaña eficiente de reunir dinero, en la cual dan énfasis a la “necesidad de dar” que tienen los miembros de las iglesias. No solamente las iglesias mismas han sacado generosas ganancias por medio de emplear a esta clase de organización, a menudo obteniendo de 50 a 100 por ciento más de lo que habían calculado, sino que los promotores de votos ganan aun más, duplicando una de tales organizaciones sus entradas en los primeros pocos años y triplicándolas el año pasado.

      No sólo aprenden las organizaciones religiosas de las que son comerciales en cuanto a este asunto de colectar dinero, sino que según una revista nacional de comerciantes, los hombres de negocio pueden aprender de las iglesias. Comentando acerca de las perspectivas inciertas de ventas para 1954, citó un número de ejemplos de cómo las iglesias estaban reuniendo dinero e hizo notar que “los hombres de negocio podrían retocar sus ideas en este campo por medio de informarse sobre lo que hacen sus iglesias locales.”

      Por supuesto, en otros países, otras costumbres: como por ejemplo en el pueblo de Pocri, Panamá, donde en 1953 el arzobispo de Panamá puso entredicho al pueblo, negando a los católicos todo servicio religioso, funerales, casamientos, etc., debido a una disputa acerca de qué proporción de dinero debiera de recibir la iglesia de los réditos de cierta fiesta. Debido a una disputa parecida en el pueblo de Goaso, Ashanti, en la Costa de Oro de África, el sacerdote católico rehusó decir misa.

      Refiriéndonos de nuevo a los Estados Unidos, su gente contribuye corrientemente unos $2,000,000,000 a sus iglesias anualmente. Ese es un precio bastante caro después de todo, cuando consideramos la ignorancia religiosa del país. Quizás los dos falsificadores de cheques que confesaron haber puesto un cheque de $7 sin valor en un platillo de colecta pensaron que era un cambio justo y equitativo.

  • Preguntas de los lectores
    La Atalaya 1955 | 15 de octubre
    • Preguntas de los lectores

      ● Cuando una persona tiene algo de que quejarse contra otra, ¿se considera proceder correcto y teocrático el que la primera escriba o pida a la Sociedad que ésta actúe, y que consiga que varias otras personas de la congregación firmen su carta, lo que querría decir que sería necesario ir a solicitar la firma de éstas?—F. R., Estados Unidos.

      El hacer circular cartas o peticiones de queja y el conseguir firmantes para éstas sembraría discordia y crearía divisiones en la congregación. Una de las cosas que Jehová odia es “aquel que siembra discordias entre hermanos.” Y se amonesta a los hermanos que eviten “a los que crean divisiones.” (Pro. 6:19; Rom. 16:17, NM) Si usted tiene una queja contra un hermano usted debe dirigirse a él, no a otros, para presentársela. El que usted no pueda llevarse bien con él no es motivo para crear condiciones en que otros no puedan llevarse con él tampoco. Más bien que crear más divisiones, trate de cerrar la que ya existe entre usted y él por medio de ir a él para considerar la dificultad. Si la brecha no se cierra, puede que usted quiera llevar consigo a uno o dos hermanos maduros para considerar el problema. Cuando usted haga esto, sea honrado en su proceder. No les cuente la historia suya primero para conseguir que ellos se pongan de parte de usted, sino deje que ellos la oigan por primera vez cuando tanto usted como el otro hermano estén presentes, para que los hermanos maduros no entren en el asunto teniendo prejuicios en la mente que podrían influir su juicio. Usted no debe entrar en esa conferencia buscando su propia vindicación; más bien debe hacerlo en busca de una solución justa, sea que ésta le favorezca a usted o al otro hermano.

      Si se trata de un asunto personal esté dispuesto a hacer concesiones, aun más allá del punto que usted considere razonable y justo, para lograr la unidad con su hermano. Si la congregación o el servicio se hallan implicados, cuando tal vez sea siervo el hermano con quien usted tiene el desacuerdo, reconozca usted la organización teocráticamente y coopere con él. Si usted piensa que el error que él ha cometido es cosa muy seria puede hablar de ello con el comité de la congregación, y luego aun con el siervo de circuito si usted considera que esto es necesario, pero siempre en la presencia del hermano a quien acusa. Si usted sigue creyendo que el asunto no se ha resuelto correctamente y que la obra está siendo estorbada y quiere escribir a la Sociedad, hágalo, pero dé una copia de su carta al hermano, y no trate de implicar a otros por medio de conseguir que ellos firmen su queja. Deje que los hechos expuestos apoyen sus puntos de vista, no una lista larga de nombres. Con esto considere usted que su obligación ya se ha cumplido, y deje que la Sociedad decida actuar o no actuar, y coopere usted con el siervo en tanto que la Sociedad le retenga en su puesto de servicio en la congregación. Entonces, usted estará procediendo de una manera justa, correcta y adecuada. Pero el escribir acusaciones y conseguir firmantes es cosa muy incorrecta.

      ● ¿Por qué llegaron a estar avergonzados de su desnudez Adán y Eva después de comer del fruto prohibido?—P. R., Estados Unidos.

      Después de comer del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, Adán y Eva eran pecadores. “Entonces los ojos de ambos se abrieron y comenzaron a darse cuenta de que estaban desnudos. Así que cosieron hojas de higuera y se hicieron cubiertas para los lomos.” Ya no podían verse de una manera pura, sino que aparentemente ya abrigaban pensamientos apasionados impropios. La calidad de la conciencia, que distingue al hombre de las criaturas inferiores, comenzó a condenarlos y les hizo sentir su culpabilidad y vergüenza. De modo que buscaron cómo esconder estos miembros del cuerpo que excitaban los pensamientos apasionados y les daban conciencias cargadas de culpa. No sería mal el que ellos miraran cada uno a la desnudez del otro ni aun el que consideraran la ejecución natural y propia del acto sexual, porque esto estaría en armonía con el propósito de Jehová al crearlos con el fin de que se multiplicaran y llenaran la tierra. Pero después de su pecado parece que ya no podían considerar esto de la misma manera inocente y pura, sino que sus meditaciones estaban manchadas de la pasión baja y la sensualidad impura. Así que su conciencia les causaba dolor y un sentido de modestia les hizo esconder estas partes del cuerpo, y su sentido de culpabilidad les hizo esconderse de Jehová a causa del temor que tenían. El amor echa fuera el temor, pero ellos demostraron que les faltaba amor a Jehová al desobedecerle, de modo que quedaron sobrecogidos del temor, lo que les causó una restricción y les hizo cubrir sus cuerpos y esconderse de Jehová. En esta forma trataron de escaparse de la condenación de su conciencia y de la declaración de la sentencia por haber desobedecido a Jehová.—Gén. 3:7-10; 1 Juan 4:18, NM.

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    La Atalaya 1955 | 15 de octubre
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      HACIENDO USO SABIO DEL TIEMPO QUE QUEDA

      Al vivir en estos últimos días del viejo sistema de cosas, se ve más que nunca que el consejo del apóstol es de valor inmensurable: “Vigilen estrechamente que su manera de andar no sea cual personas imprudentes sino cual personas prudentes, comprando el tiempo oportuno que queda para ustedes mismos, porque los días son malos.” (Efe. 5:15, 16, NM) El comprar tiempo de otras actividades con el fin de tener oportunidad para servir a Dios es el proceder sabio. Es necesario que los testigos dedicados dediquen tiempo al cumplimiento del trabajo que se les ha asignado de dar el testimonio, dejando con la gente Biblias y literatura bíblica que les ayudará a entender estos tiempos en que la maldad ha aumentado. Durante noviembre los testigos de Jehová usarán sabiamente toda oportunidad para ministrar y ofrecerán a la gente en sus puertas una suscripción de un año a ¡Despertad! por un dólar. Cada nuevo suscriptor a esta revista quincenal de 32 páginas recibirá un regalo de tres folletos sobre temas bíblicos. Participe junto con los testigos de Jehová en esta obra bendita dirigiéndose a la congregación de ellos en su localidad.

      ESTUDIOS DE “LA ATALAYA” PARA LAS SEMANAS

      20 de noviembre: El poner a prueba su fidelidad, §1-21. Página 624.

      27 de noviembre: El poner a prueba su fidelidad, §22-29, y La cualidad probada de la fe. Página 630.

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