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Por qué se inmiscuye la religión¡Despertad! 1982 | 8 de agosto
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Concepto erróneo sobre el reino milenario
Gunter Lewy dice lo siguiente en el libro Religion and Revolution: “La búsqueda del Milenio, a menudo dirigida por una figura mesiánica, ha provocado numerosos movimientos revolucionarios, muchos de los cuales han producido innovaciones políticas y sociales de importancia.”
Como ejemplo muy interesante y esclarecedor de esto considere la Revuelta de Tai-ping que tuvo lugar en China de 1850 a 1864, durante una época en que había mucha opresión extranjera y también mucha corrupción interna. El culto que se desarrolló era una extraña mezcolanza de confucianismo y evangelismo cristiano. El caudillo, Hong Sieu-ts’iwan, afirmó que, como hijo de Dios y hermano de Jesús, Dios lo había enviado a la Tierra a establecer el Tai-ping Tien-kuo, el Reino Celestial de Gran Paz. Con el tiempo este movimiento penetró en 16 de las 18 provincias chinas, capturó unas 600 ciudades y ocupó a Nankin, y la hizo la “capital celestial” de la Tierra. Se le ha llamado “el más grande movimiento masivo antes de la era moderna que se haya registrado en la historia,” y al caer éste es posible que se hayan perdido hasta 40 millones de vidas.
En otros lugares y en otras épocas existieron los macabeos y los celotes del judaísmo, los monjes budistas políticos de Birmania y Ceilán, los Hombres de la Quinta Monarquía de la Revolución Puritana de Inglaterra del siglo diecisiete, los mahdistas del islam de Sudán, quienes dirigieron el infame sitio de Jartum... de seguir la lista sería interminable.
Los líderes religiosos siguen pidiendo cooperación entre las religiones en el interés de la paz mundial. Evidentemente piensan que si tan solo pueden zanjar sus diferencias religiosas, quedará asegurada la paz. Pero los hechos muestran que son pocas las guerras que se pelean únicamente por diferencias doctrinales. En lugar de eso, tienen mucho que ver con ellas cuestiones sociales, económicas, territoriales, políticas y muchas de otra índole. Pero más bien que prevenir tales guerras, la religión se ha inmiscuido en esas cuestiones y, al valerse de ella algunos clérigos descaminados, ha infundido tal fervor y celo en las multitudes de los ‘fieles’ que éstas han tomado las armas.
Se puede ver claramente que la religión ha fracasado como fuerza para la paz. Pero, ¿qué hay en cuanto a la Palabra de Dios, la Biblia? ¿Es ésta realmente una fuerza para la paz?
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La religión verdadera... una fuerza para la paz¡Despertad! 1982 | 8 de agosto
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La religión verdadera... una fuerza para la paz
La religión... ¿una fuerza para la paz, o para la guerra?
LA PAZ que inspira la Biblia no es una paz que consista tan solo en palabras. Para los que siguen sus enseñanzas, la Biblia es una fuerza poderosa para la paz.
Los cristianos primitivos no solo hablaron de paz, sino que también se les conoció por la firme posición que adoptaron de mantenerse neutrales en los asuntos militares y políticos, y por el maltrato que soportaron debido a ello. El historiador Roland Bainton, de la
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