-
Carta de la SucursalMinisterio del Reino 1976 | abril
-
-
Carta de la Sucursal
Estimados publicadores:
Aquí estamos en abril de 1976, y aún así nos sentimos tan deseosos de predicar las buenas nuevas como siempre lo hemos estado. Todavía tenemos la asignación de Cristo Jesús de: “Vayan . . . hagan discípulos de gente de todas las naciones,” y estamos esforzándonos encarecidamente por cumplir con ello. Confiamos en que todos estos discípulos podrán unírsenos en la celebración del Memorial la noche del 14 de abril.
En realidad abril debe ser un mes sobresaliente en esparcir las buenas nuevas a otros. De hecho, la Sociedad está muy interesada en dar una distribución extraordinaria al número del 15 de abril de La Atalaya. Así es que se enviará a cada congregación una consignación gratis de este número por un total de tres ejemplares para cada estudio bíblico que conduzcan los publicadores y precursores. El superintendente de estudios bíblicos superentenderá la distribución de estas revistas ‘adicionales.’ Hará arreglos para que se den tres ejemplares a cada persona que conduce un estudio bíblico de casa, suministrando tres por cada estudio. Entonces estos tres ejemplares se pueden dar al estudiante de la Biblia para que él los distribuya personalmente a amigos o parientes o cualquier persona que él crea que leerá la revista. Por supuesto, si llena los requisitos para ser publicador, entonces se le pudiera animar a acompañar al que conduce el estudio con él en el servicio del campo y así distribuir las revistas de esa manera. Por supuesto, estas revistas no se contarán como colocaciones a menos que el estudiante bíblico comience a salir en el servicio del campo y entregue un informe. Pero lo principal es que se animará a muchos nuevos a unirse a nosotros en la distribución de este número especial. Además, estos nuevos comenzarán a hablar acerca de Jesús y su Padre, Jehová, y las buenas nuevas del Reino, que es lo que deseamos.
Estamos seguros de que disfrutarán de sus privilegios en el servicio del campo durante abril y nos regocijamos de servir junto con ustedes.
Sus hermanos,
LA OFICINA DE SUCURSAL DE BROOKLYN
-
-
Sigan hablando la PalabraMinisterio del Reino 1976 | abril
-
-
Sigan hablando la Palabra
1 “En cuanto a nosotros, no podemos dejar de hablar de las cosas que hemos visto y oído.” Con esas palabras valerosas los apóstoles Pedro y Juan declararon su posición cuando estuvieron delante de un tribunal que demandaba que cesaran de hablar acerca de Jesús. Satanás desearía que la predicación de las buenas nuevas cesara, pero los cristianos tienen la obligación de seguir hablando la palabra de Dios. Es por eso que los apóstoles rehusaron dejar de hablar. Encarecidamente oraron: “Jehová, fíjate en sus amenazas, y concede a tus esclavos que sigan hablando tu palabra con todo denuedo.” Jehová los apoyó en su hablar.—Hech. 4:20, 29, 31.
2 A medida que los cristianos del primer siglo efectuaron su obra evangelizadora, se hicieron diestros en hablar a otros. Siguiendo el ejemplo de Jesucristo, conversaron con la gente en lugares públicos y en sus hogares a fin de esparcir las buenas nuevas. (Hechos capítulos 3, 10, 17) ¿Recuerda usted cómo comenzó Felipe el evangelizador una conversación con el eunuco etíope? Preguntó: “¿Verdaderamente sabes lo que estás leyendo?” (Hech. 8:30) El resultado de esto fue que el etíope aceptó a Jesús como el Mesías. ¡Qué maravillosa obra se efectuó por medio de conversaciones eficaces! Aunque no tenían libros y revistas como nosotros tenemos ahora, con la ayuda del espíritu de Jehová llevaron las buenas nuevas a todas partes del Imperio Romano. Los cristianos primitivos conocían bien las Sagradas Escrituras. Aludían a la Palabra de Dios y a menudo citaban directamente de ella al hablar con la gente acerca de la verdad. ¡Qué excelente ejemplo pusieron!
LAS CONVERSACIONES NOS IDENTIFICAN
3 ¿Qué hay en cuanto a nosotros hoy en día? Al estar en el servicio del campo y en otras ocasiones apropiadas, ¿sostenemos conversaciones eficaces con la gente acerca de la verdad? ¿Tienden a vernos ciertas personas meramente como distribuidores de literatura? Si seguimos la dirección de Jesús y de los discípulos primitivos se nos debe reconocer como maestros, evangelizadores, ¿no es cierto? Se nos debe conocer como personas con un mensaje de esperanza y consuelo, personas que están dispuestas a compartir información por medio de conversación interesante y eficaz. El pueblo de Jehová en algunos países no tiene publicaciones que colocar; pero sí usan la Biblia y hablan a otros, a menudo en los lugares públicos. Y la obra crece.
4 Aunque muchos publicadores tienen habilidad para comenzar conversaciones sobre temas bíblicos, otros apreciarían sugerencias en cuanto a cómo pueden mejorar su habilidad. Se requiere práctica y experiencia a fin de ser verdaderamente eficaces, pero las siguientes sugerencias pudieran resultar útiles.
5 Primero, debemos interesarnos genuinamente en la gente y en su bienestar. Esa es la razón por la cual esparcimos las buenas nuevas, ¿no es cierto? Deseamos ayudar a otros a aprender la verdad a fin de que puedan adorar a Jehová y disfrutar de las benditas promesas que se encuentran en su Palabra. (Rom. 10:13-15) ¿Refleja su actitud, tono de voz, sus expresiones faciales y palabras amigabilidad genuina e interés en el amo de casa? Esa es la clave de la conversación eficaz.
6 Además, es útil tomar en cuenta las costumbres de la gente, o las
-