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  • El crimen le perjudica
    ¡Despertad! 1973 | 8 de octubre
    • El crimen le perjudica

      UN ANCIANO salió del ascensor en su edificio en la Avenida D en la ciudad de Nueva York. Repentinamente, por detrás, un joven lo agarró por la garganta y lo amenazó: “Déme su dinero o lo mato.” Dando un tirón el hombre se libró. Mientras gritaba, el atracador huyó.

      Fue una experiencia aterradora. ¡Y ésta fue la sexta vez que el hombre había sido asaltado en cuatro años! Otras experiencias habían sido más aterradoras, como cuando fue derribado y golpeado viciosamente, y cuando se le apuntó con un revólver a la cabeza. En muchas zonas estos crímenes son corrientes.

      ¿Siente temor el lector cuando se aventura a salir de la casa solo? Millones de personas sienten temor. El Secretario General de las Naciones Unidas Kurt Waldheim advirtió: “Las calles ya no son seguras después de oscurecer.”

      Aun en pueblos más pequeños están ocurriendo asaltos, violaciones y asesinatos lo cual asusta a los ciudadanos. Un matrimonio de mediana edad en una hermosa zona del frecuentado lugar de temporada del desierto de Palm Springs, California, declaró: “Ya no nos sentimos seguros al caminar solos después de oscurecer.”

      Un fiscal en Santa Mónica, una pequeña comunidad de las clases media y alta en California, preguntó por rutina a un jurado cuántos de ellos habían sido asaltados o sufrido robos con escalo. ¡Ocho de los doce miembros del jurado lo habían sido!

      Pero aun si usted personalmente no ha sido lastimado o robado, usted es perjudicado. ¿Acaso no ha hecho el crimen que usted se preocupe acerca de la seguridad de su familia? ¿No está usted preocupado con lo que está pasando en las escuelas? ¿Está consciente del uso ilegal de drogas en su zona? ¿Se preocupa de que su auto pueda ser dañado o robado al dejarlo estacionado? O, si viaja por avión, ¿se preocupa de que éste pueda ser secuestrado? ¿Y qué hay acerca de la seguridad de su hogar y otras posesiones?

      El Inquirer Magazine de Filadelfia declaró: “Los habitantes de la ciudad se están atrincherando, los que pueden costearlo, convirtiendo sus hogares en fortalezas.” El crimen hasta se ha esparcido a zonas que en un tiempo se consideraban seguras.

      Un visitante a las hermosas islas Vírgenes pertenecientes a los Estados Unidos declaró que prevalece un tópico de conversación... el más reciente crimen. “Algunos de los relatos quizás sean exagerados,” reconoce él, “pero el miedo es penetrante y palpable, la mentalidad de asedio es análoga a la de los habitantes de las grandes ciudades de los EE. UU.”

      Pero aun así uno quizás piense, ‘El crimen no me perjudica, por lo menos no mucho.’ Sin embargo sí lo perjudica. Aparte de la constante amenaza a su seguridad y a sus posesiones, usted es perjudicado de otros modos.

      Por ejemplo, considere los precios que se están poniendo por las nubes que perjudican su billetera. Norman Jaspan, jefe de una empresa consultora de Nueva York, explica que algunos detallistas le añaden 15 por ciento al precio de ciertos artículos manufacturados para compensar lo que se roban los empleados. Eso significa que uno paga $11,50 por un artículo, en vez de $10,00, debido a tales robos.

      Como consumidor, uno también paga por mercadería robada por otros “compradores.” Un funcionario de la tienda de departamentos Macy explicó: “El ratero que nos roba también le roba a usted.”

      Además, a medida que aumenta el crimen, también aumentan los gastos para mayores fuerzas policiales y sistemas penitenciarios y de tribunales. El costo de hacer cumplir la ley, según una investigación, ¡alcanza a 8.600.000.000 de dólares por año tan solo en los Estados Unidos! Usted, como contribuyente, paga por esto.

      También están los lagos, los arroyos y los océanos contaminados, o el aire saturado de niebla tóxica que uno respira. Seguramente usted es afectado por ellos, quizás críticamente. La negligencia criminal de las grandes industrias y de los gobernantes de las ciudades frecuentemente es la causa de la contaminación.

      Pero puede que uno diga: ‘¿No está disminuyendo el crimen? ¿No muestran eso las estadísticas? Hasta el ministro de justicia de los Estados Unidos recientemente dijo que su país está “cambiando de un aumento de crimen a una verdadera disminución del crimen.”’ ¿Es esto cierto?

  • ¿Está el crimen verdaderamente aumentando?
    ¡Despertad! 1973 | 8 de octubre
    • ¿Está el crimen verdaderamente aumentando?

      ¿QUÉ cree usted? ¿Está disminuyendo el crimen, como han afirmado algunos? Si es así, ¿qué hay acerca de la reciente declaración del jefe de la policía de Los Ángeles, California, E. M. Davis?:

      “Hace diez años, los criminales estaban encerrados detrás de rejas y la gente seguía tras la felicidad en las calles.

      “En la actualidad, la gente está encerrada en sus hogares y oficinas, y los criminales siguen tras la felicidad en las calles.”

      Eso parece estar en conflicto con la opinión de que el crimen está disminuyendo, ¿no es cierto? De modo que, ¿cuál es la verdad?... ¿Está aumentando o disminuyendo el crimen? Considere:

      Es cierto que de vez en cuando en determinado país, por un breve período de tiempo, es posible que el crimen no aumente tanto como lo hizo en un corto período similar. Sin embargo, eso no significa que está disminuyendo en el cuadro en general. R. Egan comenta en el National Observer: “Un locutor de radio de una estación de Washington, D.C., anunció de un modo que parecía ser de admiración que ‘en 1971 el crimen había aumentado solo 7 por ciento.’ Solo. . . . El punto que hay que recordar es que la proporción del crimen todavía está ascendiendo.”

      En 1971 se informaron casi seis millones de crímenes mayores por todos los Estados Unidos; hubo menos de dos millones en 1960. En la década de los sesenta la población aumentó 13 por ciento, mientras que los asesinatos aumentaron 70 por ciento, las violaciones 113 por ciento y los robos 212 por ciento. La delincuencia juvenil aumentó en 148 por ciento durante el mismo período. ¡Pero esas cifras solamente cuentan parte de la historia!

      La mayoría de los crímenes nunca se resuelven. La posibilidad de atrapar al ladrón de término medio “no es más de 1 en cada 50,” según un profesor de derecho de Harvard. R. M. Cipes hace una pregunta pertinente en su libro The Crime War:

      “Si a muchos criminales no se les atrapa, ¿por qué asumir que los que sí atrapamos son los más peligrosos? En un sentido la probabilidad va en otra dirección: es posible que los delincuentes más inteligentes y descarriados sean los que más probablemente eluden ser descubiertos.”

      Además, muchos crímenes nunca se informan. Allá en 1967 la Comisión de Crimen del Presidente de los Estados Unidos informó que ocurren de tres a diez veces más crímenes que los que en realidad se informan a la policía. Pero, ¿cuál es la situación del crimen en el resto del mundo?

      Aumento internacional del crimen

      ✔ “Brasil . . . ,” se nos dice, “parece estar sumido en una ola de violencia y crimen.”

      ✔ Alemania Occidental informa: Los crímenes que tenían que ver con narcóticos aumentaron entre 1969 y 1970 en no menos de 238 por ciento.

      ✔ Los crímenes en Dinamarca aumentaron en un 99 por ciento en la década de los sesenta.

      ✔ El Sunday Times de Australia occidental informó, en agosto de 1972: “La ocurrencia de crímenes violentos en Australia occidental casi se ha duplicado en los pasados 12 meses. Y no hay una aparente razón valedera para el ‘increíble’ aumento.” Y desde el otro lado de ese continente, el Herald de Melbourne observa: “Los crímenes violentos [desde 1960] cometidos por los victorianos menores de 21 años de edad creció . . . 187,9 por ciento. El número de victorianos menores de 21 aumentó . . . en el mismo período . . . 29,6 por ciento.”

      ✔ “En África y la América Latina,” dice el informe de las Naciones Unidas para La prevención y el control del crimen, “se puede dibujar un cuadro de la misma clase . . . Durante los años 1960, el crimen [en un país africano] se ha más que duplicado, algunas clases de crímenes graves aparentemente se han triplicado, y, como se declara en su Plan de Desarrollo, ‘es mucho más probable que este problema aumente que disminuya.’”

      ✔ La proporción de crimen en el Japón parece pequeña comparada con las naciones occidentales. Pero, con referencia a crímenes recientes, el Daily Yomiuri de Tokio dijo: “Son espantosos y sin embargo son indicativos de las graves rupturas que han ocurrido en las relaciones de la sociedad japonesa.”

      ✔ Israel, informa el Times de Nueva York, ha tenido un aumento general de 35 por ciento en el crimen durante los últimos cinco años; los robos con escalo aumentaron 200 por ciento.

      ✔ En la provincia Kwangtung de la China comunista se informa que el descontento entre la juventud ha llevado a “un resurgimiento del crimen en Cantón,” incluso peleas entre pandillas.

      No es sorprendente que después de analizar el cuadro internacional del crimen el Secretario General de las Naciones Unidas K. Waldheim haya llegado a la siguiente conclusión:

      “A pesar del progreso material, la vida humana nunca ha tenido un mayor sentimiento de inseguridad que el que está experimentando en la actualidad. . . . Por lo tanto, hay una amplia y aumentante evidencia de una crisis del crimen de proporciones considerables.”

      Sí, estos informes muestran que el crimen está aumentando.

      Pero el aumento del crimen se puede percibir de más que tan solo de las estadísticas. Como también declaró el Secretario General Waldheim: “Al igual que la pobreza, la ignorancia y la desnutrición, [el crimen] se siente más que se registra.”

      En otras palabras, la gente tiene temor. “El temor, que han conocido por años los barrios bajos estadounidenses y hasta algunos suburbios de la clase media, está crispando los nervios en . . . las ‘buenas’ manzanas de la sección residencial oeste” de la ciudad de Nueva York, dice el National Observer.

      El temor actual al crimen es comprensible, pues no solo está aumentando, sino que también se está intensificando, endureciendo. “El gran cambio desde hace 10 años,” dice el lugarteniente de la policía de San Francisco, W. Koenig, “continúa siendo la malignidad.” Concuerda con esto el Secretario del Exterior de Gran Bretaña sir Alec Douglas-Home, quien dice: “Esta violencia disparatada en contra de gente inocente es un rasgo terrible de los tiempos en que vivimos.”

      El temor no es simplemente por las vidas sino también por la propiedad. Las víctimas del crimen saben que con demasiada frecuencia la destrucción innecesaria acompaña a los robos. Las cifras oficiales por las pérdidas por robo frecuentemente no incluyen el costo del daño a la propiedad de la víctima. La destrucción innecesaria de archivos y registros ha arruinado a compañías. A veces los delincuentes perversamente incendian las casas o negocios después de haberlos robado.

      Gran parte del crimen se concentra en las grandes ciudades. En Washington, D.C., los congresistas, funcionarios del Pentágono, hasta los propios secretarios de prensa y secretarios particulares del presidente Nixon han sido robados. Con humor que dejaba ver algo de verdad, dijo un escritor que vive en Washington: “Hay razón para creer que al Gobierno de los Estados Unidos le gustaría cerrar el Capitolio, la Casa Blanca y el Monumento de Lincoln y mudarse a Easton,” Pensilvania, en los suburbios.

      Sí, se ha hecho popular el mudarse a los suburbios para seguridad. Quizás provea algún alivio temporero de ciertos crímenes. Pero, ¿es ésa la verdadera manera de evitar los efectos del aumento del crimen? Dice el U.S. News & World Report:

      “En los que una vez eran tranquilos vecindarios de los suburbios, los crímenes serios aumentan en cantidad, año tras año. Las zonas rurales, también, están siendo azotadas duramente.”

      Sin duda, las cifras muestran que el crimen está aumentando por todas partes del mundo. Sin embargo, pongamos a un lado por un momento los informes anteriores que claramente indican el aumento del crimen. Aun así uno puede ver la evidencia del aumento del crimen. ¿Dónde?

      El comercio busca protección

      Al entrar en un negocio local, ¿ha observado más ‘dispositivos de seguridad’ y a guardias protegiendo a los comerciantes en contra de los rateros? Quizás haya visto los espejos, las cámaras de televisión o los letreros de ‘cuidado con los rateros.’

      Una cadena de trece grandes tiendas en una ciudad norteamericana dice que gasta alrededor de un millón de dólares al año en seguridad, un incremento de más de 50 por ciento desde 1969. Macy’s en la ciudad de Nueva York recientemente remodeló siete pisos de su edificio principal para frustrar a los rateros e instaló un equipo electrónico por valor de 300.000 dólares. En las principales ciudades de los Estados Unidos algunas tiendas usan una etiqueta especial de precio. A menos que ésta sea removida por el empleado del mostrador, pone en marcha una alarma automática al salir el ratero de la tienda.

      Aun en los suburbios los dueños de tiendas admiten que dedican 30 o 40 por ciento de su tiempo a “hacerlas de policía en vez de comerciante.” Para proveer protección nocturna para sus locales, algunas tiendas emplean rayos de luz, alfombras sensibles a la presión y hasta dispositivos de invisibles ondas sonoras.

      Mientras tanto, los conductores de autobús en algunas zonas ya no llevan dinero; los pasajeros tienen que tener el cambio exacto para sus viajes. Los taxímetros tienen separaciones a prueba de balas que separan al conductor de los pasajeros; el dinero de los viajes se guarda en cajas fuertes a prueba de violación.

      Algunos bancos, para reducir la actual oleada de robos, ahora usan “pagadores por televisión.” La imagen del pagador aparece en una pantalla de televisión, pero el negocio se realiza con el público por medio de un tubo neumático. Para protegerse de cheques sin fondo, los comerciantes toman fotos de las personas que cobran cheques y hasta les toman las huellas digitales.

      Francamente, ¿no le revelan las medidas defensivas que los comerciantes toman, de las cuales solo hemos mencionado unas pocas, que el crimen verdaderamente está aumentando? Pero lo que se está haciendo a los hogares no es menos convincente.

      Se intensifica la seguridad de los hogares

      La seguridad en los hogares en los Estados Unidos es ahora una industria que deja 75 millones de dólares al año. Los perros guardianes y los mecanismos de alarma contra el robo de hogares disfrutan de ventas que hacen marcas. El seguro contra robos, cuando puede conseguirse, es extremadamente caro. “Las compañías de seguro,” dice el Daily News de Springfield (Massachusetts), “opinan que no pueden absorber las pérdidas que se han remontado por las nubes desde el advenimiento del abuso de las drogas.”

      Los ciudadanos locales están pagando voluntariamente grandes sumas para un alumbrado público intenso. Se están formando ‘asociaciones para cada manzana’ y hasta grupos de vigilantes para proteger de ladrones y violadores a la comunidad. Se equipa a los automóviles con cerrojos para volantes en un esfuerzo por reducir el robo de automóviles. Prescindiendo de las estadísticas... ¿no indican estas precauciones que el crimen está aumentando?

      Mejoras policiales

      La policía está usando equipo y métodos más refinados para combatir el crimen. Las computadoras enlazan grandes sistemas de redes policiales. Se han inventado decenas de artefactos especiales para tratar con los motines. Un sensible equipo de análisis químico puede detectar una cucharadita de LSD en 500 millones de litros de agua. Ahora son legales algunas conexiones para interceptar las comunicaciones en los Estados Unidos. En las ciudades principales los agentes de policía usan helicópteros para localizar a los criminales.

      Usted, también, sin duda ha observado cambios en la técnica policial para ayudarlos en su lucha contra el crimen. Sin embargo, AUN CON policías mejor entrenados y con policías más armados, y aun con precauciones defensivas especiales por medio de comerciantes y ciudadanos, ¡EL CRIMEN CONTINÚA AUMENTANDO!

      Un editorial en The Wall Street Journal lo resume así:

      “Quizás por primera vez desde que se tenga memoria, casi ninguna persona responsable insiste ya en que el creciente promedio del crimen es una ilusión estadística . . . Y el primerísimo paso para resolver cualquier problema social profundamente arraigado es estar de acuerdo en que el problema verdaderamente existe.”

      No obstante, el resolver el problema del crimen también requiere saber por qué existe el problema. ¿Por qué está aumentando el crimen tan rápidamente?

      [Gráfico de la página 5]

      (Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

      AUMENTO DEL CRIMEN

      en los Estados Unidos 1960-1970

      ROBOS

      212%

      VIOLACIONES

      113%

      ASESINATOS

      70%

      POBLACIÓN

      13%

      [Ilustración de la página 7]

      Comercios instalan mejores métodos de seguridad; pero ¡EL CRIMEN AUMENTA!

  • ¿Qué hay detrás de la crisis del crimen?
    ¡Despertad! 1973 | 8 de octubre
    • ¿Qué hay detrás de la crisis del crimen?

      POR lo general la gente piensa que el crimen es algo que cometen los “criminales” violentos. Es cierto, los criminales endurecidos cometen algo del crimen. Pero el problema del crimen es mucho más profundo.

      Dijo el anterior director general de la policía de la ciudad de Nueva York, P. V. Murphy: “El crimen está entretejido en la estructura de nuestra sociedad.” Y un anterior ministro de justicia de los Estados Unidos, R. Clark, declara: “El crimen refleja más que el carácter de los despreciables pocos que lo cometen. Refleja el carácter de toda la sociedad.”

      Estos hombres, al igual que otros, dicen que todo el sistema está lleno de crimen. Pero, ¿cómo puede decirse que el crimen está ‘entretejido en la estructura de la sociedad’? Veamos.

      Los barrios bajos y las drogas

      Una fibra principal en la ‘estructura de la sociedad’ estrechamente identificada con el crimen es el barrio bajo central de la ciudad. A medida que crecen las enormes zonas urbanas, millones de personas desprovistas han sido empujadas a los “barrios pobres” infectados de ratas. Frecuentemente hasta les faltan las necesidades básicas, como agua y calefacción. En éstos la falta de educación seglar, la enfermedad, las dolencias y el crimen siempre han prosperado.

      Pero en décadas recientes la televisión ha hecho que los habitantes de estos barrios estén más conscientes de la prosperidad del ‘mundo exterior.’ Los pobres que carecen de habilidad no comparten esta abundancia. El crimen aumenta a medida que muchos de ellos llegan a estar frustrados y endurecidos. Acuden a las drogas. Mucho del crimen de la actualidad está relacionado con las drogas, puesto que para mantener su hábito un aficionado quizás necesite 50 dólares al día. Consigue esto por medio de asaltar o robar y vender mercadería de valor muy superior a esa cantidad. Por razones de seguridad, la gente adinerada se ha mudado de las ciudades plagadas de crimen a los suburbios. Los aficionados van tras el dinero; así es que el crimen y las drogas se esparcen por los suburbios.

      Sin embargo, no se puede achacar todo el crimen a la pobreza y a las drogas.

      Injusticia e hipocresía

      Los jóvenes acomodados y hasta muy ricos, han visto la injusticia que se ha otorgado a los socialmente oprimidos. Han fomentado el descontento y la acción revolucionaria, esperando ganar garantías de ‘derechos civiles’ para todos. E. Smith en el Times Magazine de Nueva York muestra cómo este movimiento ha afectado al crimen:

      “Hubo quienes hace una década nos advirtieron que al pasar por alto el que los defensores de los derechos civiles quebrantaran la ley, por muy valiosa que fuera la causa, y por muy injustas que fueran las leyes, estábamos creando un ambiente en el que otros podrían decir: ‘Ellos quedan sin castigo, ¿por qué no quedaremos nosotros?’”

      Este escritor dice que esta clase de quebrantamiento de la ley ha contribuido a entretejer el crimen en la sociedad. Pero otras razones de desilusión con la vida moderna fomentan el crimen.

      En este siglo las naciones políticas han luchado guerras, bombardeando indiscriminadamente, mutilando y matando a miles de víctimas inocentes. El clero bendice

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