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  • El crimen le perjudica
    ¡Despertad! 1973 | 8 de octubre
    • El crimen le perjudica

      UN ANCIANO salió del ascensor en su edificio en la Avenida D en la ciudad de Nueva York. Repentinamente, por detrás, un joven lo agarró por la garganta y lo amenazó: “Déme su dinero o lo mato.” Dando un tirón el hombre se libró. Mientras gritaba, el atracador huyó.

      Fue una experiencia aterradora. ¡Y ésta fue la sexta vez que el hombre había sido asaltado en cuatro años! Otras experiencias habían sido más aterradoras, como cuando fue derribado y golpeado viciosamente, y cuando se le apuntó con un revólver a la cabeza. En muchas zonas estos crímenes son corrientes.

      ¿Siente temor el lector cuando se aventura a salir de la casa solo? Millones de personas sienten temor. El Secretario General de las Naciones Unidas Kurt Waldheim advirtió: “Las calles ya no son seguras después de oscurecer.”

      Aun en pueblos más pequeños están ocurriendo asaltos, violaciones y asesinatos lo cual asusta a los ciudadanos. Un matrimonio de mediana edad en una hermosa zona del frecuentado lugar de temporada del desierto de Palm Springs, California, declaró: “Ya no nos sentimos seguros al caminar solos después de oscurecer.”

      Un fiscal en Santa Mónica, una pequeña comunidad de las clases media y alta en California, preguntó por rutina a un jurado cuántos de ellos habían sido asaltados o sufrido robos con escalo. ¡Ocho de los doce miembros del jurado lo habían sido!

      Pero aun si usted personalmente no ha sido lastimado o robado, usted es perjudicado. ¿Acaso no ha hecho el crimen que usted se preocupe acerca de la seguridad de su familia? ¿No está usted preocupado con lo que está pasando en las escuelas? ¿Está consciente del uso ilegal de drogas en su zona? ¿Se preocupa de que su auto pueda ser dañado o robado al dejarlo estacionado? O, si viaja por avión, ¿se preocupa de que éste pueda ser secuestrado? ¿Y qué hay acerca de la seguridad de su hogar y otras posesiones?

      El Inquirer Magazine de Filadelfia declaró: “Los habitantes de la ciudad se están atrincherando, los que pueden costearlo, convirtiendo sus hogares en fortalezas.” El crimen hasta se ha esparcido a zonas que en un tiempo se consideraban seguras.

      Un visitante a las hermosas islas Vírgenes pertenecientes a los Estados Unidos declaró que prevalece un tópico de conversación... el más reciente crimen. “Algunos de los relatos quizás sean exagerados,” reconoce él, “pero el miedo es penetrante y palpable, la mentalidad de asedio es análoga a la de los habitantes de las grandes ciudades de los EE. UU.”

      Pero aun así uno quizás piense, ‘El crimen no me perjudica, por lo menos no mucho.’ Sin embargo sí lo perjudica. Aparte de la constante amenaza a su seguridad y a sus posesiones, usted es perjudicado de otros modos.

      Por ejemplo, considere los precios que se están poniendo por las nubes que perjudican su billetera. Norman Jaspan, jefe de una empresa consultora de Nueva York, explica que algunos detallistas le añaden 15 por ciento al precio de ciertos artículos manufacturados para compensar lo que se roban los empleados. Eso significa que uno paga $11,50 por un artículo, en vez de $10,00, debido a tales robos.

      Como consumidor, uno también paga por mercadería robada por otros “compradores.” Un funcionario de la tienda de departamentos Macy explicó: “El ratero que nos roba también le roba a usted.”

      Además, a medida que aumenta el crimen, también aumentan los gastos para mayores fuerzas policiales y sistemas penitenciarios y de tribunales. El costo de hacer cumplir la ley, según una investigación, ¡alcanza a 8.600.000.000 de dólares por año tan solo en los Estados Unidos! Usted, como contribuyente, paga por esto.

      También están los lagos, los arroyos y los océanos contaminados, o el aire saturado de niebla tóxica que uno respira. Seguramente usted es afectado por ellos, quizás críticamente. La negligencia criminal de las grandes industrias y de los gobernantes de las ciudades frecuentemente es la causa de la contaminación.

      Pero puede que uno diga: ‘¿No está disminuyendo el crimen? ¿No muestran eso las estadísticas? Hasta el ministro de justicia de los Estados Unidos recientemente dijo que su país está “cambiando de un aumento de crimen a una verdadera disminución del crimen.”’ ¿Es esto cierto?

  • ¿Está el crimen verdaderamente aumentando?
    ¡Despertad! 1973 | 8 de octubre
    • ¿Está el crimen verdaderamente aumentando?

      ¿QUÉ cree usted? ¿Está disminuyendo el crimen, como han afirmado algunos? Si es así, ¿qué hay acerca de la reciente declaración del jefe de la policía de Los Ángeles, California, E. M. Davis?:

      “Hace diez años, los criminales estaban encerrados detrás de rejas y la gente seguía tras la felicidad en las calles.

      “En la actualidad, la gente está encerrada en sus hogares y oficinas, y los criminales siguen tras la felicidad en las calles.”

      Eso parece estar en conflicto con la opinión de que el crimen está disminuyendo, ¿no es cierto? De modo que, ¿cuál es la verdad?... ¿Está aumentando o disminuyendo el crimen? Considere:

      Es cierto que de vez en cuando en determinado país, por un breve período de tiempo, es posible que el crimen no aumente tanto como lo hizo en un corto período similar. Sin embargo, eso no significa que está disminuyendo en el cuadro en general. R. Egan comenta en el National Observer: “Un locutor de radio de una estación de Washington, D.C., anunció de un modo que parecía ser de admiración que ‘en 1971 el crimen había aumentado solo 7 por ciento.’ Solo. . . . El punto que hay que recordar es que la proporción del crimen todavía está ascendiendo.”

      En 1971 se informaron casi seis millones de crímenes mayores por todos los Estados Unidos; hubo menos de dos millones en 1960. En la década de los sesenta la población aumentó 13 por ciento, mientras que los asesinatos aumentaron 70 por ciento, las violaciones 113 por ciento y los robos 212 por ciento. La delincuencia juvenil aumentó en 148 por ciento durante el mismo período. ¡Pero esas cifras solamente cuentan parte de la historia!

      La mayoría de los crímenes nunca se resuelven. La posibilidad de atrapar al ladrón de término medio “no es más de 1 en cada 50,” según un profesor de derecho de Harvard. R. M. Cipes hace una pregunta pertinente en su libro The Crime War:

      “Si a muchos criminales no se les atrapa, ¿por qué asumir que los que sí atrapamos son los más peligrosos? En un sentido la probabilidad va en otra dirección: es posible que los delincuentes más inteligentes y descarriados sean los que más probablemente eluden ser descubiertos.”

      Además, muchos crímenes nunca se informan. Allá en 1967 la Comisión de Crimen del Presidente de los Estados Unidos informó que ocurren de tres a diez veces más crímenes que los que en realidad se informan a la policía. Pero, ¿cuál es la situación del crimen en el resto del mundo?

      Aumento internacional del crimen

      ✔ “Brasil . . . ,” se nos dice, “parece estar sumido en una ola de violencia y crimen.”

      ✔ Alemania Occidental informa: Los crímenes que tenían que ver con narcóticos aumentaron entre 1969 y 1970 en no menos de 238 por ciento.

      ✔ Los crímenes en Dinamarca aumentaron en un 99 por ciento en la década de los sesenta.

      ✔ El Sunday Times de Australia occidental informó, en agosto de 1972: “La ocurrencia de crímenes violentos en Australia occidental casi se ha duplicado en los pasados 12 meses. Y no hay una aparente razón valedera para el ‘increíble’ aumento.” Y desde el otro lado de ese continente, el Herald de Melbourne observa: “Los crímenes violentos [desde 1960] cometidos por los victorianos menores de 21 años de edad creció . . . 187,9 por ciento. El número de victorianos menores de 21 aumentó . . . en el mismo período . . . 29,6 por ciento.”

      ✔ “En África y la América Latina,” dice el informe de las Naciones Unidas para La prevención y el control del crimen, “se puede dibujar un cuadro de la misma clase . . . Durante los años 1960, el crimen [en un país africano] se ha más que duplicado, algunas clases de crímenes graves aparentemente se han triplicado, y, como se declara en su Plan de Desarrollo, ‘es mucho más probable que este problema aumente que disminuya.’”

      ✔ La proporción de crimen en el Japón parece pequeña comparada con las naciones occidentales. Pero, con referencia a crímenes recientes, el Daily Yomiuri de Tokio dijo: “Son espantosos y sin embargo son indicativos de las graves rupturas que han ocurrido en las relaciones de la sociedad japonesa.”

      ✔ Israel, informa el Times de Nueva York, ha tenido un aumento general de 35 por ciento en el crimen durante los últimos cinco años; los robos con escalo aumentaron 200 por ciento.

      ✔ En la provincia Kwangtung de la China comunista se informa que el descontento entre la juventud ha llevado a “un resurgimiento del crimen en Cantón,” incluso peleas entre pandillas.

      No es sorprendente que después de analizar el cuadro internacional del crimen el Secretario General de las Naciones Unidas K. Waldheim haya llegado a la siguiente conclusión:

      “A pesar del progreso material, la vida humana nunca ha tenido un mayor sentimiento de inseguridad que el que está experimentando en la actualidad. . . . Por lo tanto, hay una amplia y aumentante evidencia de una crisis del crimen de proporciones considerables.”

      Sí, estos informes muestran que el crimen está aumentando.

      Pero el aumento del crimen se puede percibir de más que tan solo de las estadísticas. Como también declaró el Secretario General Waldheim: “Al igual que la pobreza, la ignorancia y la desnutrición, [el crimen] se siente más que se registra.”

      En otras palabras, la gente tiene temor. “El temor, que han conocido por años los barrios bajos estadounidenses y hasta algunos suburbios de la clase media, está crispando los nervios en . . . las ‘buenas’ manzanas de la sección residencial oeste” de la ciudad de Nueva York, dice el National Observer.

      El temor actual al crimen es comprensible, pues no solo está aumentando, sino que también se está intensificando, endureciendo. “El gran cambio desde hace 10 años,” dice el lugarteniente de la policía de San Francisco, W. Koenig, “continúa siendo la malignidad.” Concuerda con esto el Secretario del Exterior de Gran Bretaña sir Alec Douglas-Home, quien dice: “Esta violencia disparatada en contra de gente inocente es un rasgo terrible de los tiempos en que vivimos.”

      El temor no es simplemente por las vidas sino también por la propiedad. Las víctimas del crimen saben que con demasiada frecuencia la destrucción innecesaria acompaña a los robos. Las cifras oficiales por las pérdidas por robo frecuentemente no incluyen el costo del daño a la propiedad de la víctima. La destrucción innecesaria de archivos y registros ha arruinado a compañías. A veces los delincuentes perversamente incendian las casas o negocios después de haberlos robado.

      Gran parte del crimen se concentra en las grandes ciudades. En Washington, D.C., los congresistas, funcionarios del Pentágono, hasta los propios secretarios de prensa y secretarios particulares del presidente Nixon han sido robados. Con humor que dejaba ver algo de verdad, dijo un escritor que vive en Washington: “Hay razón para creer que al Gobierno de los Estados Unidos le gustaría cerrar el Capitolio, la Casa Blanca y el Monumento de Lincoln y mudarse a Easton,” Pensilvania, en los suburbios.

      Sí, se ha hecho popular el mudarse a los suburbios para seguridad. Quizás provea algún alivio temporero de ciertos crímenes. Pero, ¿es ésa la verdadera manera de evitar los efectos del aumento del crimen? Dice el U.S. News & World Report:

      “En los que una vez eran tranquilos vecindarios de los suburbios, los crímenes serios aumentan en cantidad, año tras año. Las zonas rurales, también, están siendo azotadas duramente.”

      Sin duda, las cifras muestran que el crimen está aumentando por todas partes del mundo. Sin embargo, pongamos a un lado por un momento los informes anteriores que claramente indican el aumento del crimen. Aun así uno puede ver la evidencia del aumento del crimen. ¿Dónde?

      El comercio busca protección

      Al entrar en un negocio local, ¿ha observado más ‘dispositivos de seguridad’ y a guardias protegiendo a los comerciantes en contra de los rateros? Quizás haya visto los espejos, las cámaras de televisión o los letreros de ‘cuidado con los rateros.’

      Una cadena de trece grandes tiendas en una ciudad norteamericana dice que gasta alrededor de un millón de dólares al año en seguridad, un incremento de más de 50 por ciento desde 1969. Macy’s en la ciudad de Nueva York recientemente remodeló siete pisos de su edificio principal para frustrar a los rateros e instaló un equipo electrónico por valor de 300.000 dólares. En las principales ciudades de los Estados Unidos algunas tiendas usan una etiqueta especial de precio. A menos que ésta sea removida por el empleado del mostrador, pone en marcha una alarma automática al salir el ratero de la tienda.

      Aun en los suburbios los dueños de tiendas admiten que dedican 30 o 40 por ciento de su tiempo a “hacerlas de policía en vez de comerciante.” Para proveer protección nocturna para sus locales, algunas tiendas emplean rayos de luz, alfombras sensibles a la presión y hasta dispositivos de invisibles ondas sonoras.

      Mientras tanto, los conductores de autobús en algunas zonas ya no llevan dinero; los pasajeros tienen que tener el cambio exacto para sus viajes. Los taxímetros tienen separaciones a prueba de balas que separan al conductor de los pasajeros; el dinero de los viajes se guarda en cajas fuertes a prueba de violación.

      Algunos bancos, para reducir la actual oleada de robos, ahora usan “pagadores por televisión.” La imagen del pagador aparece en una pantalla de televisión, pero el negocio se realiza con el público por medio de un tubo neumático. Para protegerse de cheques sin fondo, los comerciantes toman fotos de las personas que cobran cheques y hasta les toman las huellas digitales.

      Francamente, ¿no le revelan las medidas defensivas que los comerciantes toman, de las cuales solo hemos mencionado unas pocas, que el crimen verdaderamente está aumentando? Pero lo que se está haciendo a los hogares no es menos convincente.

      Se intensifica la seguridad de los hogares

      La seguridad en los hogares en los Estados Unidos es ahora una industria que deja 75 millones de dólares al año. Los perros guardianes y los mecanismos de alarma contra el robo de hogares disfrutan de ventas que hacen marcas. El seguro contra robos, cuando puede conseguirse, es extremadamente caro. “Las compañías de seguro,” dice el Daily News de Springfield (Massachusetts), “opinan que no pueden absorber las pérdidas que se han remontado por las nubes desde el advenimiento del abuso de las drogas.”

      Los ciudadanos locales están pagando voluntariamente grandes sumas para un alumbrado público intenso. Se están formando ‘asociaciones para cada manzana’ y hasta grupos de vigilantes para proteger de ladrones y violadores a la comunidad. Se equipa a los automóviles con cerrojos para volantes en un esfuerzo por reducir el robo de automóviles. Prescindiendo de las estadísticas... ¿no indican estas precauciones que el crimen está aumentando?

      Mejoras policiales

      La policía está usando equipo y métodos más refinados para combatir el crimen. Las computadoras enlazan grandes sistemas de redes policiales. Se han inventado decenas de artefactos especiales para tratar con los motines. Un sensible equipo de análisis químico puede detectar una cucharadita de LSD en 500 millones de litros de agua. Ahora son legales algunas conexiones para interceptar las comunicaciones en los Estados Unidos. En las ciudades principales los agentes de policía usan helicópteros para localizar a los criminales.

      Usted, también, sin duda ha observado cambios en la técnica policial para ayudarlos en su lucha contra el crimen. Sin embargo, AUN CON policías mejor entrenados y con policías más armados, y aun con precauciones defensivas especiales por medio de comerciantes y ciudadanos, ¡EL CRIMEN CONTINÚA AUMENTANDO!

      Un editorial en The Wall Street Journal lo resume así:

      “Quizás por primera vez desde que se tenga memoria, casi ninguna persona responsable insiste ya en que el creciente promedio del crimen es una ilusión estadística . . . Y el primerísimo paso para resolver cualquier problema social profundamente arraigado es estar de acuerdo en que el problema verdaderamente existe.”

      No obstante, el resolver el problema del crimen también requiere saber por qué existe el problema. ¿Por qué está aumentando el crimen tan rápidamente?

      [Gráfico de la página 5]

      (Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

      AUMENTO DEL CRIMEN

      en los Estados Unidos 1960-1970

      ROBOS

      212%

      VIOLACIONES

      113%

      ASESINATOS

      70%

      POBLACIÓN

      13%

      [Ilustración de la página 7]

      Comercios instalan mejores métodos de seguridad; pero ¡EL CRIMEN AUMENTA!

  • ¿Qué hay detrás de la crisis del crimen?
    ¡Despertad! 1973 | 8 de octubre
    • ¿Qué hay detrás de la crisis del crimen?

      POR lo general la gente piensa que el crimen es algo que cometen los “criminales” violentos. Es cierto, los criminales endurecidos cometen algo del crimen. Pero el problema del crimen es mucho más profundo.

      Dijo el anterior director general de la policía de la ciudad de Nueva York, P. V. Murphy: “El crimen está entretejido en la estructura de nuestra sociedad.” Y un anterior ministro de justicia de los Estados Unidos, R. Clark, declara: “El crimen refleja más que el carácter de los despreciables pocos que lo cometen. Refleja el carácter de toda la sociedad.”

      Estos hombres, al igual que otros, dicen que todo el sistema está lleno de crimen. Pero, ¿cómo puede decirse que el crimen está ‘entretejido en la estructura de la sociedad’? Veamos.

      Los barrios bajos y las drogas

      Una fibra principal en la ‘estructura de la sociedad’ estrechamente identificada con el crimen es el barrio bajo central de la ciudad. A medida que crecen las enormes zonas urbanas, millones de personas desprovistas han sido empujadas a los “barrios pobres” infectados de ratas. Frecuentemente hasta les faltan las necesidades básicas, como agua y calefacción. En éstos la falta de educación seglar, la enfermedad, las dolencias y el crimen siempre han prosperado.

      Pero en décadas recientes la televisión ha hecho que los habitantes de estos barrios estén más conscientes de la prosperidad del ‘mundo exterior.’ Los pobres que carecen de habilidad no comparten esta abundancia. El crimen aumenta a medida que muchos de ellos llegan a estar frustrados y endurecidos. Acuden a las drogas. Mucho del crimen de la actualidad está relacionado con las drogas, puesto que para mantener su hábito un aficionado quizás necesite 50 dólares al día. Consigue esto por medio de asaltar o robar y vender mercadería de valor muy superior a esa cantidad. Por razones de seguridad, la gente adinerada se ha mudado de las ciudades plagadas de crimen a los suburbios. Los aficionados van tras el dinero; así es que el crimen y las drogas se esparcen por los suburbios.

      Sin embargo, no se puede achacar todo el crimen a la pobreza y a las drogas.

      Injusticia e hipocresía

      Los jóvenes acomodados y hasta muy ricos, han visto la injusticia que se ha otorgado a los socialmente oprimidos. Han fomentado el descontento y la acción revolucionaria, esperando ganar garantías de ‘derechos civiles’ para todos. E. Smith en el Times Magazine de Nueva York muestra cómo este movimiento ha afectado al crimen:

      “Hubo quienes hace una década nos advirtieron que al pasar por alto el que los defensores de los derechos civiles quebrantaran la ley, por muy valiosa que fuera la causa, y por muy injustas que fueran las leyes, estábamos creando un ambiente en el que otros podrían decir: ‘Ellos quedan sin castigo, ¿por qué no quedaremos nosotros?’”

      Este escritor dice que esta clase de quebrantamiento de la ley ha contribuido a entretejer el crimen en la sociedad. Pero otras razones de desilusión con la vida moderna fomentan el crimen.

      En este siglo las naciones políticas han luchado guerras, bombardeando indiscriminadamente, mutilando y matando a miles de víctimas inocentes. El clero bendice las armas y a los ejércitos que matan. La gente —especialmente los jóvenes— no pueden pasar por alto estos “crímenes” hipócritas, políticos y religiosos. Por eso no se respetan las leyes del estado. La moralidad bíblica, falsamente representada por el clero, es rechazada.

      Además, al negocio en grande escala frecuentemente se le tilda de “criminal.” Los defensores de los consumidores norteamericanos relatan acerca de alimentos adulterados que se venden en los mercados y de dispositivos salvavidas que las compañías han rehusado instalar. Un experto en consumo escribe para America, Inc.: “La ley se siente mucho más cómoda sentenciando a un ladrón de monedas de teléfonos públicos a cinco años que sentenciando a seis semanas de cárcel a un director culpable de tasación por valor de mil millones de dólares.”

      M. Mintz y J. S. Cohen, autores de America, Inc., han investigado algunas de estas aparentes irregularidades y preguntan:

      “¿Se puede dudar que una de las raíces de la enajenación y el descontento sea el que haya múltiples normas de justicia, una para los obreros, otra para los empleados de oficina, aún otra para los jóvenes con cabello largo, y aún otra para las compañías?”

      Sí, ‘la criminalidad de las corporaciones’ se ha convertido en una excusa que otros usan para participar en prácticas criminales, entretejiendo aun más el crimen en la sociedad. Una joven que robó de carteras y sobretodos descuidados en una fiesta, razonó: ‘Mis robos fueron cacahuetes comparados a sus desfalcos corrientes, para no mencionar a la Mafia, o a las principales compañías comerciales.’

      La gente que piensa de esta manera no roba sencillamente por falta de dinero. Más bien, ¡frecuentemente cree que robar al ‘sistema’ es correcto y hasta necesario en sí mismo! El temor al encarcelamiento no cambia necesariamente el derrotero de ellos. “El castigo no es un freno,” declara un artículo del Saturday Review, “en una sociedad a la que gran parte de sus miembros consideran fundamental y deliberadamente injusta.”

      Es indudable que muchas de las quejas en contra del actual sistema comercial son justificadas. Pero, ¿es ésta la única verdadera razón que tienen los miembros de la ‘contra cultura’ para sus propios crímenes? No. Deben haber razones más profundas. ¿Cómo lo sabemos?

      Si ‘el sistema’ tiene toda la culpa por sus robos e inmoralidad... ¿por qué se roban ellos el uno del otro? Cuando se abrieron tres Tiendas Gratis para ‘yippies’ en la zona baja del este de Nueva York, ¡se robaron todo, incluso los mostradores y las vidrieras! Los participantes en las manifestaciones informan que sacos de dormir, fardeles, y hasta tiendas de campaña han sido robados... ¿por quiénes? ¡Evidentemente por otros manifestantes!

      Además, recientemente, mientras un prominente portavoz de la ‘contra cultura’ estaba en juicio en Chicago alguien entró por fuerza en su apartamiento de Nueva York y robó un televisor en colores. ¿Estuvo eso justificado? Él declaró: “Eso fue bandolerismo.” Correctamente declaró un sociólogo de Harvard, S. M. Lipset: “El robar es robar, aun si uno lo llama revolución.”

      Además, el gran tamaño del ‘sistema’ se usa como una excusa para efectuar crímenes grandes. Considere la lógica de un ladrón de autos de Nueva Jersey:

      “Lo que hago es bueno para todos. Ante todo, creo trabajo. Contrato a hombres para entregar los automóviles, para trabajar en los números, pintarlos, darles documentación, quizás conducirlos fuera del estado, hallar compradores. Eso es bueno para la economía. Además ayudo a la gente que trabaja a conseguir lo que de otro modo no estaría a su alcance. Un individuo desea un Cadillac pero no tiene los medios para comprarlo; su esposa lo quiere pero sabe que él no tiene los medios. Así es que le consigo a este individuo un buen automóvil a un precio que está a su alcance; quizás le ahorro hasta 2.000 dólares. Ahora él se siente feliz. Pero también lo está el que perdió el automóvil. Consigue un buen Cadillac nuevo de la compañía de seguros... sin las abolladuras y arañazos que tuvimos que quitar. La compañía Cadillac... también se siente feliz porque vende otro Cadillac.

      “A los únicos que no les va tan bien es a la gente de la compañía de seguros. Pero es tan grande que a nadie le importa personalmente. De todos modos tienen un presupuesto para estas cosas. Así es que yo, un individuo sin educación seglar, envío a mis dos hijos a la universidad, le doy a mi familia un buen hogar, hago feliz a otra gente. . . . En realidad, ¿a quién le estoy haciendo daño?”

      Pero hay otros factores que se mencionan frecuentemente.

      Entrenados para la violencia

      La disponibilidad de armas en muchas partes del mundo moderno, aunque no causa el crimen, sí contribuye a él. En los Estados Unidos algunas armas manuales, llamadas “especiales del sábado por la noche,” se venden nuevas por quince dólares. La policía de Detroit, Michigan, calcula que tan solo en esa ciudad circulan medio millón de armas manuales. Algunos han afirmado que los hombres pelearían hasta sin armas. El sargento de policía de Detroit F. Williams reconoce esto, pero agrega: “El otro tipo quizás termine con un labio partido, pero todavía estaría vivo.”

      Además, es necesario recordar que por todo el mundo la sociedad moderna incluye a miles de jóvenes a quienes como soldados se les ha entretejido en su vida el uso de armas. Al crimen y los elementos criminales se les da un carácter romántico en la televisión. El enorme aumento de los crímenes violentos en Israel en años recientes se atribuye a la “constante corriente en sus salas de espectáculos norteamericanos de crimen.”

      El sistema de la justicia criminal

      Es paradójico el hecho de que las mismas instituciones que se usan para combatir el crimen están también entre las que son culpadas frecuentemente de hacer que aumente. Por ejemplo, se acusa a los tribunales de “mimar” a los criminales. Pero los tribunales se quejan de no tener suficiente personal. Los tribunales no hacen las leyes, sino que meramente cumplen las que los cuerpos legislativos hacen.

      Los jueces señalan al fracaso de los sistemas carcelarios, llamándolos ‘puertas giratorias.’ Un criminal ‘blando’ va a la cárcel, aprende métodos brutales y sale para cometer un crimen más sádico. Hace notar el juez C. W. Halleck, de Washington, D.C.: “Todo lo que hacemos cuando ponemos a la gente en la cárcel es hacerla peor de lo que era antes de entrar. . . . no es concebible que ningún juez pensador pueda creer que las largas sentencias de cárcel harán algo para detener el crimen . . . El proceso del tribunal solamente es una pequeña parte del cuadro en general.”

      Pero otras personas preguntan: ‘¿Por qué la policía no les “aprieta los tornillos” a los criminales?’ La policía también está restringida. Por ejemplo, la Cuarta Enmienda de los EE. UU. prohíbe a un policía hacer una búsqueda o arresto irrazonable. Si uno vive en los Estados Unidos, ¿querría que esa ley fuera revocada de manera que un policía pudiera invadir su hogar en cualquier momento que quisiera? Tal como están las cosas, los tribunales y las prisiones no pueden encargarse de los criminales que les envía la policía. ¿Cómo podrían enfrentarse con una carga aun mayor si se ‘apretaran los tornillos’?

      Hay otros asuntos además de ‘pescar criminales’ que también reciben prioridad entre las actividades policíacas; buscan a niños perdidos, recuperan propiedad robada, se aseguran de que los comercios tengan los permisos debidos y suministran asistencia médica de emergencia. Hay disputas entre vecinos, borrachos comunes y transgresores de tráfico con los cuales tratar.

      Además, los cambios en la situación económica han afectado a toda clase de empleos, incluso el trabajo de policía. En la década de los años 1930 había 17.000 policías en la ciudad de Nueva York; ahora hay más de 30.000. ¿Un gran aumento? ¡No! Debido a una semana laboral más corta, aumento de tiempo de vacaciones y requisitos de pagos por trabajo extra, ahora se necesitan cinco hombres para hacer el trabajo que hacían tres o cuatro en los años 1930. El capitán V. Rohe de la policía de Nueva York ha llegado a la siguiente conclusión: “En la actualidad no hay más hombres en la calle que los que había en aquel entonces, a pesar del hecho de que la sociedad se ha hecho más compleja.”

      Sí, el crimen está tan ‘entretejido dentro de la estructura de la sociedad’ que el sistema de la justicia criminal compuesto de policías, tribunales y cárceles solamente puede hacer un poco; cada uno “tan solo es una pequeña parte del entero cuadro.”

      El papel del individuo

      Cada uno de los factores que se han considerado hasta ahora nos ayudan a entender por qué está aumentando el crimen. En gran medida es inherente al sistema, ‘entretejido dentro de la sociedad.’ Pero hay que recordar que en el último análisis, son los individuos los que cometen los crímenes.

      Es un problema de moralidad. Hace algún tiempo el filósofo Will Herberg dijo:

      “La crisis moral de nuestro tiempo no consiste principalmente en lo extenso de la violación de las normas morales aceptadas —¿cuándo ha estado libre de eso alguna época?— sino en el repudio de esas mismísimas normas morales.”

      El crimen es parte del resultado del ‘repudio de las normas morales.’

      ¿Qué policía, tribunal o cuerpo legislativo puede impedir por completo que una persona haga el mal si verdaderamente lo quiere hacer? Dice Crime in America: “Los banqueros raramente roban bancos. . . . Los pobres no fijan arbitrariamente los precios. . . . Pero entre los que son capaces de un crimen cada uno halla su propio modo.”

      P. Gray, director del organismo de la policía federal, hace muy claro que “cada uno halla su propio modo”:

      “Los funcionarios oficiales que de vez en cuando transigen en algún principio o en la confianza pública a cambio de regalos o favores, los comerciantes que hinchan su cuenta de gastos y desinflan su declaración de impuestos, quedarían pasmados si alguien dijera que ellos no son ciudadanos responsables y cumplidores de la ley. . . .

      “El trabajador que favorece los bares que están abiertos después de la hora [de cierre] y a los apostadores del vecindario, los que compran mercaderías a precios y en circunstancias que claramente sugieren que es robada, contribuyen a la supervivencia del crimen en nuestra sociedad... aunque quedarían estupefactos si se les llamara criminales.”

      ‘Cada uno halló su propio modo’ para cometer crímenes cuando la policía de Montreal en el Canadá se declaró en huelga en 1969. Un observador recuerda:

      “No quiero decir rufianes ni transgresores habituales de la ley, quiero decir que gente común cometió delitos que no soñaría en intentar si hubiese un policía en la esquina. Vi autos que siguieron caminando cuando los semáforos indicaban que deberían detenerse. Hubo conductores que metieron sus autos a gran velocidad por el lado de la calle que no debían porque comprendían que nadie los atraparía.”

      Como hemos visto, ciertamente hay numerosas causas detrás de la actual crisis del crimen. Pero hay otras de las cuales quizás el lector no esté consciente, causas peculiares a nuestro tiempo. La Biblia las explica.

      Poco antes de su muerte Jesucristo dio una “señal” para marcar la “conclusión del sistema de cosas.” Sus palabras, juntas con el capítulo seis de Revelación, predicen guerra global, hambre y pestilencia dentro del período de una “generación.” Desde 1914 hemos estado en la “conclusión del sistema de cosas.”

      Sin embargo, al mismo tiempo, Jesús también predijo que, “por el aumento del desafuero se enfriará el amor de la mayor parte.” Jesús sabía en qué dirección llevaría al hombre el pecado innato y su actitud de corazón para este tiempo... excesivo “desafuero.” El crimen, que parece filtrarse en cada fibra de la sociedad moderna, ha hecho que muchos se endurezcan. Se enfría el amor por Dios y su elevada norma moral. De esto resulta más “desafuero.”—Mat. 24:3-12, 34; 2 Tim. 3:1-5.

      Puesto que la Biblia ha predicho correctamente lo que vemos hoy día, podemos confiar en lo que ésta dice acerca de otra causa más del actual aumento del crimen. Ese otro elemento es una persona espíritu invisible... Satanás el Diablo. La Biblia predijo que Satanás sería arrojado del cielo en este tiempo. ¿Con qué resultado? “Ay de la tierra y del mar, porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran cólera, sabiendo que tiene un corto período de tiempo.” Puesto que sus días están contados, él agrava aun más el espíritu de desafuero de la actualidad.—Rev. 12:12.

      Pero, ¿cómo puede uno protegerse del crimen en este tiempo antes que termine el “sistema de cosas”?

      [Ilustración de la página 10]

      La hipocresía religiosa lleva a muchos a pasar por alto la moralidad bíblica

      [Ilustración de la página 11]

      Los tribunales sobrecargados envían a los criminales a cárceles aglomeradas. Allí frecuentemente aprenden a ser peores criminales

      [Ilustración de la página 12]

      La mayoría de la gente obedece las leyes si hay un policía vigilando —pero— ¿obedece usted tan prontamente si no hay un policía alrededor?

      [Ilustración de la página 13]

      LOS CRIMINALES PUEDEN ROBAR, PERO, ¿COMPRA USTED LO QUE ELLOS ROBAN?

  • Protéjase del crimen
    ¡Despertad! 1973 | 8 de octubre
    • Protéjase del crimen

      ALGUNAS de las causas principales del crimen están más allá de nuestro control. Por ejemplo, nosotros individualmente no podemos cambiar todo este desaforado sistema de cosas y corregirlo. Tampoco podemos atacar al Diablo.

      Sin embargo, nosotros mismos podemos evitar el proseguir una vida criminal. Además, podemos tomar ciertas medidas para reducir la posibilidad de que el crimen nos dañe. En esto un principio de la Biblia resulta ser valioso. Dice:

      “El prudente prevé el mal, y se esconde;

      mas los simples pasan adelante, y llevan el daño.”

      —Pro. 22:3, Versión Moderna.

      Note, ante todo, que dice que el prudente “prevé el mal.” Está alerta a lo que sucede a su alrededor en cualquier lugar en que se encuentre.

      ¿Ve usted el “mal” del crimen enfrentándosele? La clase de amenaza varía de lugar en lugar. Por lo tanto los actos criminales en las calles de un barrio bajo de una gran ciudad son diferentes a los de un mercado suburbano con empleados faltos de honradez.

      Puede que su hogar esté en una zona relativamente libre de ladrones, pero las personas que usted deja entrar para reparar los artefactos o como sirvientes quizás traigan el crimen, que puede ir desde hacer un trabajo descuidado y ratería hasta la violación. ‘Prever el mal,’ estando alerta, es el primer paso hacia impedir sus efectos adversos.

      Sin embargo, una vez que ha detectado el peligro la persona prudente no vacila en ‘esconderse’ de él. No pretende tontamente que no le tiene miedo a nada. No es cobardía evitar el peligro, hasta huir si es necesario; la Biblia llama a este derrotero “prudente.”

      Protegiendo su hogar

      ¿Es usted “prudente” en cuanto a su hogar? El creer que la policía siempre podrá protegerlo del desastre no es prudente. Un anterior ladrón escribe:

      “Hay muchas maneras de proteger su hogar, pero hay un concepto que consistentemente se ha probado equivocado:

      “Mientras usted confíe en la convicción de que el brazo de la ley es más poderoso que las palancas de los ladrones, usted no puede detener a un ladrón.”

      ¿Por qué es que la policía no puede siempre proteger su propiedad? Un patrullero admite lo siguiente:

      “Seamos honrados. Simplemente hay tantos robos [con escalo] en estos días y hay tantas cosas más importantes que vigilar, que ahora los robos se ponen en el mismo nivel de prioridad que el que solíamos asignar a las quejas por ruidos molestos.”

      Por lo tanto, la protección estriba mayormente en la prevención, en ‘prever el mal.’ ¿Puede su hogar hacerse más seguro? A continuación ofrecemos unas cuantas sugerencias que algunos han hallado valiosas.

      Use buenas cerraduras. En muchas zonas suburbanas y rurales la vida es más libre de cuidados y no tan a la defensiva como en las ciudades. Casi inadvertidamente los dueños dejan las puertas y ventanas sin cerrar. Valiosas joyas, herramientas, televisores, tocadiscos estereofónicos y artefactos pequeños quedan sin protección. Además, es probable que solo las buenas cerraduras frustren al que va a robar. Un fabricante asevera que el ladrón de habilidad promedio puede forzar más del 98 por ciento de los 500.000.000 de cerraduras que hay tan solo en Manhattan.

      Si usted se va de la casa, deje unas cuantas luces encendidas. Algunas personas instalan un regulador automático para encender y apagar automáticamente las luces, la radio y la televisión, dando a los extraños la impresión de que la casa está ocupada. Mantenga encendidas luces fuertes en su jardín, pues los criminales prefieren la oscuridad. Las alarmas contra robo y los perros que ladran fuerte pueden ahuyentar a los intrusos durante su ausencia. Si va a estar ausente por mucho tiempo, quizás la mejor protección es decírselo a un vecino confiable o a un amigo. Este puede cuidar su hogar e impedir que se acumulen papeles y cartas... una señal segura de que los ocupantes se han ido.

      ‘Prevea el peligro’ en la calle

      Sea prudente, también, cuando está lejos de su casa. Muchas víctimas de hecho contribuyen al crimen en contra de sí mismas. ¿Cómo?

      Entre otras cosas, el lugar al que van. Si una persona es asaltada en una oscura calle de la ciudad, ¿por qué estaba allí? ¿Era para participar en juego ilegal, para buscar drogas o una prostituta? Un policía de Washington señala a este aspecto que frecuentemente se pasa por alto en el problema del crimen: “Pensamos que la mayoría de la gente que es robada son individuos de los suburbios que van en busca de un poco de acción.” ¡Los motivos puros pueden ser una protección!

      El modo en que uno se viste también lo puede meter en dificultades. ¿Por qué ponerse sus mejores y más costosas prendas si va a estar en una zona donde ocurren crímenes? ¿Por qué lucirse públicamente con hermosas joyas? Si uno desea usar joyas, ¿por qué no espera por lo menos hasta llegar a su destino para ponérselas? Al ir y venir, es prudente esconder las joyas en su persona, no en una cartera o billetera.

      El modo de vestirse también puede contribuir a la violación. Con respecto a las mujeres que son violadas en una ciudad grande, dice un detective: “Si me lo preguntan, ellas lo estaban induciendo. Usan esas blusas transparentes y esas faldas minúsculas.” Una azafata de una línea aérea que tiene un apartamiento en la ciudad de Nueva York dio a entender que la indumentaria contribuye al asalto cuando dijo: “Una ni siquiera puede usar ‘hot pants’ aquí, porque los hombres tratan de violarla.” Una apariencia modesta es lo que corresponde a una dama; en el actual mundo enloquecido por el sexo también es lo “prudente.”

      Si las circunstancias lo obligan a estar en una zona insegura, permanezca alerta, ‘prevea el peligro.’ Camine y actúe con propósito, como si alguien lo estuviera esperando. Evite caminar solo, especialmente de noche. Si es posible permanezca en las zonas bien iluminadas. No camine cerca de los edificios, sino cerca del bordillo de la acera. Si ve a alguien sospechoso delante de usted o que aparentemente lo está siguiendo, cruce al otro lado de la calle. Si lo sigue, baje a la calzada. Si el peligro es inminente, pida ayuda.

      Para una mujer es mejor no llevar una cartera; si tiene que hacerlo, no la deje colgar del brazo. Algunos hombres llevan dos billeteras, una con sus artículos de valor, la otra con el “dinero para el asalto,” un poco de dinero para un posible asaltante. Es prudente tener dinero siempre por si uno amenazado. Se sabe de aficionados a las drogas que han matado debido a la ira cuando las personas no tuvieron dinero.

      Protéjase al ser atacado

      Si, a pesar de las precauciones, usted es atacado y se le exige su dinero, ¿qué haría usted? ¿Valen más el dinero y las joyas que su vida? Muchos creen que lo más prudente es dar al ladrón lo que pide. El portar un arma solamente enfurecerá al asaltante y posiblemente le acarree daño a uno. Operation On Guard, publicado por la oficina del fiscal de Los Ángeles, California, aconseja:

      “Toda agencia que hace cumplir la ley está de acuerdo en que es mejor no portar ningún arma. El portar muchas clases de armas en su persona o en su auto lo podrían exponer a culpabilidad criminal bajo la ley de control de armas mortíferas. Un arma en las manos de la víctima puede serle arrebatada con demasiada facilidad y usarse en su contra ocasionándole grave daño o muerte a la víctima. Por lo general el criminal solo está interesado en escapar. Si uno lo ataca con un arma uno lo pone en la defensiva y quizás piense que debe matar para escapar. Se le urge fuertemente a no portar ninguna clase de arma, gas lacrimógeno, revólver, cuchillo de cocina, alfiler de sombrero, etc.”

      Esto no significa que una mujer se debe rendir a un asalto sexual. En ese caso, su virginidad o virtud y limpieza corporal están de por medio. ¿Qué es lo que puede hacer si es atacada?

      Un artículo del Star de Toronto cita la siguiente declaración del jefe de policía, diputado Bernard Simmonds: “Si una mujer es atacada mientras camina por la calle, lo mejor que puede hacer es gritar fuertemente por ayuda.”

      Sí, ¡gritar! Este es un consejo prudente y se yergue en contraste con el creciente número de los que animan a las mujeres a dejarse violar pasivamente, o regatear con los violadores por sus vidas. Pero, si una mujer permite que un hombre la viole, ¿cómo sabe que él no la va a matar después?

      Es interesante el hecho de que en la ley de Dios para Israel la primera distinción entre violación y consentimiento era si la mujer había gritado por ayuda o no. En las ciudades modernas se ha sabido de espectadores que han mirado mientras una mujer era violada, pues asumieron que ella estaba consintiendo a un acto de exhibicionismo debido a que ella no gritó o de otra manera se resistió a su atacante.—Lea la ley bíblica en Deuteronomio 22:23-29.

      Así es que hay protección en seguir el proverbio bíblico de ‘prever el peligro.’ Permanezca alerta. Prudentemente ‘escóndase,’ es decir, obre para evitar posibles daños económicos o corporales para usted y su familia.

      Sin embargo, al mismo tiempo comprenda que sin duda el crimen continuará aumentando. Aunque la precaución es la regla, no deje que el miedo lo paralice de modo que no lleve a cabo las actividades necesarias de la vida. ¡Sepa, también, que la solución final y segura al problema del crimen se está acercando rápidamente!

      [Ilustración de la página 15]

      ¡El modo en que uno viste de hecho puede contribuir a un asalto criminal!

      [Ilustración de la página 16]

      ¿Vale algún dinero más que su vida? Uno muestra lo que piensa por lo que hace cuando es amenazado por un robo

      [Ilustración de la página 17]

      Si una mujer es atacada sexualmente, lo mejor que ella puede hacer es ¡GRITAR!

  • Otras maneras en las que uno puede protegerse
    ¡Despertad! 1973 | 8 de octubre
    • Otras maneras en las que uno puede protegerse

      Proteja su automóvil:

      ● Trate de no estacionar en calles oscuras o desiertas.

      ● Saque las llaves del interruptor del encendido y asegúrese de que las puertas estén cerradas cuando deja su auto.

      ● Encierre los paquetes en el portaequipaje o llévelos con usted.

      Protéjase de los carteristas:

      ● No muestre en público grandes sumas de dinero.

      ● Hombres... en lugares atestados es mejor no llevar la billetera en el bolsillo trasero, aunque esté abotonado. Si lo empujan mientras está entre una multitud, asegúrese de que la billetera todavía está en su lugar.

      ● Mujeres... no pongan su cartera sobre un mostrador o un piso o sobre el carrito al hacer las compras. No dejen su monedero sobre un asiento en un lugar público de asamblea. Al llevar muchos paquetes, lleven su portamoneda junto a su cuerpo.

      ● En particular cuídese de los extraños que tratan de ponerle las manos encima. Algunos quizás afirmen que desean ayudarlo de alguna manera; otros quizás describan sus propias dolencias tocándole el cuerpo. Esas personas quizás sea carteristas tratando hábilmente de quitarle el dinero.

  • La segura solución al problema del crimen
    ¡Despertad! 1973 | 8 de octubre
    • La segura solución al problema del crimen

      ¿VIVIRÁN los humanos para siempre como prisioneros en sus propios hogares? ¿Sentirán temor cada vez que salgan solos? ¡No! Hay una segura solución al problema del crimen, y se efectuará muy pronto.

      La solución no yace en la adopción de un opresivo estado policíaco. Ni tampoco yace en ninguna otra proposición para reformar al actual sistema de cosas. Está llegando a ser obvio que cualquiera de esas reformas es fútil, puesto que el crimen está, de hecho, entretejido en la misma estructura de la sociedad.

      ¿Cuál, entonces, es la solución?

      Jesucristo señaló la solución cuando predijo el fin de este sistema de cosas. Dijo: “Habrá entonces tribulación grande como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder.” (Mat. 24:21) Esta “tribulación grande” destruirá a toda esta sociedad desaforada, pero no a toda la humanidad. Por lo tanto la tribulación está directamente enlazada con la solución segura al problema del crimen.

      Esa solución segura es el reino de Dios. Este reino es un gobierno verdadero, con un rey celestial y con súbditos terrestres. La vida terrenal de Jesús como hombre adulto fue dedicada a declarar a ese gobierno como la única solución a los problemas del hombre. (Luc. 4:43; 8:1) En la Biblia se muestra claramente el modo en que éste eliminará el crimen. Prediciendo los mismísimos días en que vivimos, Daniel 2:44 dice:

      “En los días de aquellos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos, y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos.”

      Sí, el reino o gobierno celestial de Dios destruirá completamente los actuales gobiernos de la Tierra, con todo su crimen y corrupción. Esto ciertamente será una “tribulación grande” para todos los que están alejados de Dios.

      No llegue a la conclusión, sin embargo, de que esa destrucción mundial es una medida muy cruel para que la tome Dios. Como hemos visto, este sistema de cosas es irreformable; está impregnado de crimen. Su gobernante es Satanás el Diablo, “que está extraviando a toda la tierra habitada.” (Rev. 12:9; 2 Cor. 4:4) El género humano no puede librarse de él; solo Dios puede hacerlo. Por eso Jesús nos enseñó a orar para que viniera el reino de Dios a fin de que pueda triturar todo vestigio de Satanás y su sistema infectado de crimen.—Mat. 6:9, 10.

      Pero, ¿cuándo ocurrirá esto?

      ¿Cuán cerca?

      Jesús también contestó esta pregunta. Como se señaló en un artículo anterior, él dio una “señal” que marcaría la “conclusión del sistema de cosas,” o los “últimos días.” En la “señal” están incluidos ayes mundiales como guerras globales, hambres, pestilencias, terremotos y el aumento del desafuero, los cuales serían seguidos por la misma “tribulación grande.” Entonces Jesús dijo: “En verdad les digo que de ningún modo pasará esta generación hasta que sucedan todas estas cosas.”—Mat. 24:3-34; 2 Tim. 3:1-5.

      ¿Qué quiso Jesús decir con eso? Evidentemente esto: Que la generación que viera el comienzo de los ayes mundiales con el estallido de la guerra global en el año 1914 también vería la destrucción de todo el sistema de cosas terrestre de Satanás. Algunas personas que estaban vivas en 1914 todavía estarán vivas cuando la “tribulación grande” azote.

      Piense acerca de esas personas que, en 1914, tenían suficiente edad para ver con entendimiento el comienzo del cumplimiento de la “señal.” Ya no son jóvenes. Esa generación está muy cerca de pasar por completo. Sin embargo no pasará hasta que vea al reino de Dios destruir este inicuo sistema de cosas.

      Por lo tanto, ¡la solución al problema del crimen está muy cerca! Se efectuará dentro de breve tiempo, antes que pase “esta generación.” ¡Qué alivio maravilloso habrá cuando se haya ido este sistema corrupto!

      Pero, ¿quién quedará para disfrutar del mundo libre de crimen? ¿Qué seguridad hay de que el crimen no volverá a surgir? ¿Cómo será la vida en ese entonces?

      Un mundo libre de crimen

      La Biblia explica quiénes sobrevivirán el fin de este mundo, cuando dice: “Además, el mundo va pasando y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.” (1 Juan 2:17) Así es que, solamente los que ahora aprenden cuál es la voluntad de Dios y la hacen sobrevivirán la “tribulación grande,” pasando al mundo libre de crimen que la seguirá.

      Pero también habrá otros que obtendrán la vida entonces, porque la Biblia promete: “Va a haber resurrección así de justos como de injustos.” (Hech. 24:15) Con el tiempo habrá miles de millones de personas que volverán de la muerte para vivir en el mundo de Dios libre de crimen.

      ‘¿Quiénes son estos injustos?’ quizás pregunte usted. ‘¿Por qué serán resucitados?’

      Tenemos la garantía de Dios de que su nuevo sistema será justo. Después de describir la destrucción de este presente sistema de cosas, la Biblia dice que será reemplazado con un nuevo sistema en el cual “la justicia habrá de morar.” (2 Ped. 3:13) ¡No se permitirá que las personas injustas corrompan ese nuevo sistema! Pero, ¿qué les impedirá que lo hagan?

      En su comienzo, las personas justas serán los únicos habitantes del nuevo sistema de Dios, porque solamente los que hagan la voluntad de Dios sobrevivirán la “tribulación grande.” Más tarde serán resucitados los injustos, probablemente una cantidad relativamente pequeña de ellos a la vez, de manera que siempre estarán en una pequeña minoría. Después de su resurrección se les instruirá individualmente con respecto a la voluntad de Dios. En ese entonces aplicará el principio de la Biblia: “Justicia es lo que los habitantes de la tierra productiva ciertamente aprenderán.”—Isa. 26:9.

      ‘Pero seguramente,’ quizás objete uno, ‘no todos los resucitados responderán a esa instrucción. Algunos seguirán siendo injustos. ¿Qué les impedirá corromper ese nuevo sistema de cosas?’

      El todopoderoso Jehová Dios se encargará de que no lo hagan. Si todos los esfuerzos por reformar a una persona fracasan, entonces no se le permitirá permanecer. Dios se encargará de que sea destruida. Todos los que sean resucitados simplemente tendrán que regirse por las justas normas de Dios si han de vivir en su nuevo sistema.

      Un maravilloso nuevo sistema

      ¡Cuán excelente será vivir en la Tierra bajo esa justa nueva administración! Entonces se realizará por toda la Tierra la segura promesa de la Biblia: “Los mansos mismos poseerán la tierra, y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz.”—Sal. 37:11.

      ¡Piense en ello! No existirá más el temor al crimen o a la calamidad. Uno podrá caminar por cualquier calle o a través de cualquier parque sin temor de asaltantes o violadores. Uno podrá dejar las puertas sin echarles llave y las posesiones sin cuidarlas con la seguridad de que no serán robadas o dañadas. No habrá necesidad de policías, cárceles, manillas, cajas fuertes, cerraduras, llaves, alarmas contra ladrones, dispositivos electrónicos ocultos para escuchar o cámaras de televisión disimuladas. En el nuevo sistema de Dios el impedimento del crimen será el amor a Dios y el genuino interés por el bienestar del prójimo.

      Motivado por ese amor, tampoco habrá más crímenes de “oficinistas,” incluso desfalcos, dar o recibir soborno, apropiación indebida de fondos u otra de esas formas de falta de honradez. Tampoco habrá ninguna industria que, para aumentar sus ganancias, envenene el aire que la gente tiene que respirar, o contamine el agua que beben. En el nuevo sistema de Dios se cumplirán las palabras del profeta de Dios: “No harán ningún daño ni causarán ninguna ruina en toda mi santa montaña; porque la tierra ciertamente estará llena del conocimiento de Jehová como las aguas están cubriendo el mismísimo mar.”—Isa. 11:9.

      Ciertamente el disfrutar de una vida de setenta u ochenta años en ese maravilloso mundo libre de crimen sería un placer. No obstante, si hay que aguantar enfermedad y dolencias y finalmente encararse con la muerte, el placer a lo más sería fugaz. Pero Jehová Dios no permitirá esto. Él satisfará por completo los deseos de la humanidad. La Biblia asegura: “La bendición de Jehová... eso es lo que enriquece, y él no añade dolor con ella.”—Pro. 10:22.

      Con el tiempo esta bendición de Dios incluirá la eliminación de todo sufrimiento debido a la mala salud. El cáncer, los problemas de corazón y todas las otras enfermedades que causan a los humanos dolor e infelicidad sencillamente no existirán en el nuevo sistema de Dios. La segura promesa del Creador es: “Ningún residente dirá: ‘Estoy enfermo.’”—Isa. 33:24.

      ¡La bendición del Creador hasta incluirá la eliminación de la muerte! ¡Los ciudadanos del mundo de Dios libre de crimen vivirán para siempre! En la última parte de la Biblia se explica cómo esto se llevará a cabo: “La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. Y él limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento, ni clamor, ni dolor. Las cosas anteriores han pasado.”—Rev. 21:3, 4.

      ¿No le gustaría vivir para siempre con salud perfecta en ese maravilloso mundo libre de crimen? ¡Esta puede ser su perspectiva segura! Pero hay cosas que usted debe hacer a fin de disfrutar de estas bendiciones bajo el gobierno justo del reino de Dios.

      [Ilustración de la página 18]

      El reino de Dios limpiará para siempre de la Tierra todo el desafuero; la justicia prevalecerá eternamente

      [Ilustración de la página 19]

      1914

      UNA GENERACIÓN

      Aumento del desafuero.

      Nación contra nación.

      Amor de la mayor parte se está enfriando.

      Angustia de naciones, no conociendo la salida.

      Tiempos críticos.

      Desobediencia a padres.

      No dispuestos a ningún acuerdo.

      Hombres sin gobierno de sí mismos.

      “ÚLTIMOS DÍAS”

      [Ilustración de la página 20]

      Miles de millones serán resucitados a la vida en el mundo de Dios libre de crimen

      [Ilustración de la página 21]

      Grandiosas bendiciones están reservadas para los ciudadanos del nuevo orden de Dios. La garantía de la Biblia es: “Dios . . . limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento, ni clamor, ni dolor.”—Rev. 21:3, 4.

  • Viviendo para un mundo libre de crimen
    ¡Despertad! 1973 | 8 de octubre
    • Viviendo para un mundo libre de crimen

      ¿DUDA usted de que sea verdaderamente posible un mundo libre de crimen? Muchas personas lo dudan. Sin embargo hay base sólida para creer que esta Tierra será el hogar para todo un mundo de personas observantes de la ley.

      ‘¿Cuál es esa base?’ quizás pregunte el lector.

      Bueno, considere: Si un gran grupo de personas puede vivir ahora esencialmente libre de crimen, ¿no prueba eso que todo un mundo de personas podría hacerlo? Con el tiempo, ¿no podría la gente en todas partes, si se le da dirección y entrenamiento similares, vivir vidas completamente honradas y observantes de la ley?

      ‘Eso parece razonable,’ puede que uno concuerde. ‘Pero, ¿dónde hay en la actualidad tal sociedad en miniatura, libre de crimen?’

      Un pueblo observante de la ley

      Ahora existe por todo el mundo una sociedad que verdaderamente observa la ley. En 1969 un residente de Seattle, Washington, quedó asombrado al ponerse en comunicación con ésta. Al escribir para el Times de Seattle, del 18 de julio de 1969, esta persona dijo:

      “Recientemente asistí a una sesión de la asamblea de los Testigos de Jehová en Vancouver, B.C.

      “Imagine, si puede, 40.000 visitantes en una ciudad y todos ellos con el hábito de ser ciudadanos observantes de la ley porque lo quieren ser. Entre los visitantes no vi borrachera, ni caminar sobre céspedes particulares, ni estacionar ilegalmente, ni infracciones de tránsito ni oí lenguaje blasfemo.

      “¡E imagine! ¡Nada de basura! Caminé por todo el Estadio Empire y no vi ni un solo papel sobre los terrenos mientras que decenas de miles de personas comían y bebían de platos y vasos de papel.

      “Vi a decenas de miles de personas levantarse de sus asientos en el estadio en el intervalo del mediodía para almorzar y reservar sus mismos asientos para la sesión de la tarde dejando sobre éstos sus grabadoras, gemelos, paraguas, portamonedas, suéteres y cámaras fotográficas y ausentarse por unos 90 minutos sin ninguna preocupación o inquietud acerca de robo.

      “Yo no soy Testigo de Jehová. . . . Pero sí pienso muy seriamente que debido a sus elevadas normas morales, su cortesía y honradez, solo traen el bien a cualquier ciudad que eligen para una asamblea.”

      Las personas que están acostumbradas al actual mundo infectado de crimen, quizás hallen difícil creer que en realidad exista ese pueblo observante de la ley. ¡Sin embargo sí existe! Después de una experiencia similar con los Testigos, un médico de Carolina del Norte escribió a su periódico local, diciendo, en parte:

      “En estos días cuando todo lo que oímos o vemos son artículos noticiosos acerca de motines, pillaje y propaganda del odio es tiempo de consolarnos . . . Me refiero particularmente a la reciente asamblea de los Testigos de Jehová que vino a Asheville por una semana al principio de este mes. . . .

      “Durante la asamblea varios miles de Testigos visitantes estuvieron dando vueltas alrededor de los dos edificios asistiendo a las conferencias, a las sesiones de canto y a los períodos de devoción. Nunca hubo ni un policía a la vista. No hubo ruidos roncos, ni disturbios ni altercados. . . . El orden fue perfecto.”—“Citizen,” de Asheville, del 26 de julio de 1967.

      Tampoco es solo en los Estados Unidos que se hacen esas declaraciones con respecto a los testigos de Jehová. Las mismas cosas se notan acerca de ellos por todas partes del mundo. En un artículo del Daily Telegraph, del 26 de octubre de 1972, el periodista Bryan Wilson escribió:

      “Los Testigos de Jehová han demostrado por toda África que son ciudadanos decentes y ordenados, que viven de acuerdo con un elevado código moral. Son personas trabajadoras, sobrias (aunque no son completamente abstemias), que mantienen una disciplina familiar ejemplar. La promiscuidad y poligamia característica de la sociedad africana es inconcebible entre los Testigos. La secta inculca hábitos de frugalidad, puntualidad, honradez y obediencia.”

      Puesto que en la actualidad más de un millón y medio de Testigos por toda la Tierra están casi totalmente libre de crimen, ¿no prueba esto que también lo podría estar todo un mundo de personas? ¡Por supuesto que sí! Y pronto, después que Dios ponga fin a este sistema de cosas infectado de crimen, todas las personas en la Tierra serán honradas y observantes de la ley. Los testigos de Jehová están viviendo para ese mundo libre de crimen. Tratan de hacer la voluntad de Dios ahora, tal como todos la harán en ese entonces.

      ¿Qué hay de usted? ¿Vivirá para el mundo de Dios libre de crimen por medio de hacer su voluntad ahora? El que lo haga significará verdaderas bendiciones para usted.

      Seguridad y paz

      Usted disfrutará ahora de la bendición de tener amigos en los que verdaderamente pueda confiar. En el Salón del Reino, donde los testigos de Jehová se reúnen con regularidad para estudiar los propósitos de Dios, existe un genuino sentimiento de seguridad y paz. Las personas allí no tratan de aprovecharse de otras, o dañarlas de alguna manera. Más bien, tratan de aplicar sinceramente consejos bíblicos como: “Ámense unos a otros intensamente desde el corazón.” “Desechen toda maldad moral y todo lo engañoso e hipocresía y envidias.”—1 Ped. 1:22; 2:1.

      ¡Ciertamente es excelente tener la amistad de esas personas! Uno puede sentirse cómodo y seguro con ellas, porque la fuerza que les sirve de móvil en sus vidas es hacer la voluntad de Dios. Así es que cuando una mujer de Filadelfia dejó recientemente dos bolsos con joyas en el taxímetro del Testigo W. Dixon, a él nunca le pasó por la mente el quedarse con ellas.

      “Las joyas no valían nada para mí porque no eran mías,” explicó Dixon a un periodista del News de Nueva York. Estuvo alerta a las noticias de objetos perdidos, y cuando encontró un aviso puesto por la Sra. Byrde Tuckerman que describía las joyas, se puso en comunicación con ella, y las joyas fueron devueltas.—Sunday News de Nueva York, del 26 de noviembre de 1972.

      Conformándose a la voluntad de Dios

      Es cierto que el conformarse a la voluntad de Dios quizás implique un gran cambio en su vida. Pero todos los que viven para el nuevo sistema de Dios tienen que hacer cambios. Esto se debe a que toda la actitud y los pensamientos de este viejo sistema están basados en el egoísmo. De modo que la Biblia insta: “Cesen de amoldarse a este sistema de cosas, mas transfórmense rehaciendo su mente, para que prueben para ustedes mismos lo que es la buena y la acepta y la perfecta voluntad de Dios.”—Rom. 12:2.

      Uno puede efectuar esa transformación, tal como muchos otros lo han hecho. En el primer siglo, los fornicarios, homosexuales, borrachos, practicadores de extorsión y otras personas desaforadas abandonaron esas prácticas para convertirse en siervos de Dios. (1 Cor. 6:9-11) En la actualidad algunas personas también han hecho cambios verdaderamente radicales para conformarse a la voluntad de Dios.

      Por ejemplo, hace algunos años un joven matrimonio en Inglaterra, que habían sido ladrones, comenzaron a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová. A medida que aprendían que el propósito de Dios es poner fin a este sistema lleno de crimen y reemplazarlo con un nuevo sistema, desearon dedicar sus vidas a Dios. Así es que tomaron medidas para saldar su deuda con la ley. El periódico The Mercury, del 15 de junio de 1967 bajo el título de “Por qué confesó un ama de casa,” explicó:

      “La policía no podía atrapar al ama de casa C— M—. Había cometido cuatro crímenes pero cambió su dirección y su trabajo tan a menudo que no se había podido hallar su paradero.

      “Entonces la Sra. M— comenzó a leer la Biblia . . . y más tarde fue a una estación de policía donde confesó las cuatro ofensas.

      “Junto con su esposo, había decidido llegar a ser Testigo de Jehová. Y la Sra. M—, madre de dos niñitos, pensó que la única manera de ‘borrar la cuenta’ era ir a la policía.

      “‘Ella vino completamente por su propia voluntad,’ dijo un agente de policía al tribunal de Greenwich.’”

      En otro número, The Mercury relató acerca del esposo de la mujer. Bajo el título de “Ladrón ‘convertido’ confiesa todos sus crímenes,” el diario informó:

      “Un hombre fue a la policía y confesó robos por un valor de miles de libras [esterlinas], debido a que quería llegar a ser Testigo de Jehová. . . .

      “Hace dos años M— comenzó a estudiar la Biblia. El año pasado quiso ser bautizado en la fe de los Testigos de Jehová . . .

      “La esposa de M— dijo: ‘Ha habido un cambio tremendo en mi esposo durante estos últimos dos años. Sus estudios de la Biblia han traído un gran cambio a su vida.’”

      Así es que se pueden hacer cambios... hasta cambios radicales. Y todos los que vivirán en el mundo de Dios libre de crimen tienen que hacerlos.

      Los cambios que se requieren

      Sin embargo, no llegue a la conclusión de que simplemente evitar violaciones obvias de la ley de Dios, como mentir y fornicar, son los únicos cambios que se requieren. Hay más implicado para conformarse a la voluntad de Dios. La Biblia nos muestra esto al decirnos: “Háganse imitadores de Dios, como hijos amados, y sigan andando en amor.”—Efe. 5:1, 2.

      Por lo tanto, el vivir para el mundo de Dios libre de crimen significa imitar el intachable derrotero de conducta de Dios. No solo debemos abstenernos de cualquier conducta que es mala a la vista de Dios, sino también conformar nuestra personalidad a Su personalidad amorosa y misericordiosa. Reconocidamente esto no es algo fácil de hacer. Tampoco lograremos los cambios que se requieren de la noche a la mañana. Se necesita un esfuerzo continuo por un período de tiempo para poner nuestras vidas en armonía con los pensamientos y la conducta de Dios.

      ¡Pero piense cuán grandioso es cuando toda una sociedad de gente se esfuerza por copiar el amor, la misericordia, la bondad y otras grandiosas cualidades de Dios! Verdaderamente hay agradabilidad en su asociación. ¿Desea usted eso para sí y sus familiares queridos? Entonces, si es que ya no lo ha hecho, comience ahora a vivir para el mundo de Dios libre de crimen.

      El primer paso necesario es el de adquirir conocimiento de Jehová Dios y su Hijo Jesucristo, quien mientras estuvo en la Tierra tan perfectamente imitó a su Padre. La Biblia muestra la necesidad de esto, al decir: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo.”—Juan 17:3.

      Los testigos de Jehová se sentirán felices de ayudarlo a adquirir este conocimiento dador de vida. Simplemente pídaselo y ellos conducirán con usted y su familia, gratis, un estudio de la Biblia en su propio hogar. Acepte esta invitación. Asóciese con los testigos de Jehová, y vea por usted mismo que las promesas de Dios de un mundo libre de crimen tienen una base sólida.

      [Ilustración de la página 23]

      El “Daily Telegraph” de Londres dice que los testigos de Jehová africanos son conocidos por su “honradez y obediencia”

      [Ilustración de la página 24]

      Entre los testigos de Jehová uno puede tener un genuino sentimiento de paz y seguridad, porque todos ellos tratan de aplicar el consejo bíblico: “Ámense unos a otros intensamente desde el corazón.”—1 Ped. 1:22

      [Ilustración de la página 25]

      El estudio de la Biblia muestra a los individuos dispuestos cómo cambiar sus vidas a un derrotero libre de crimen

  • Criminales y aficionados a las drogas reformados
    ¡Despertad! 1973 | 8 de octubre
    • Criminales y aficionados a las drogas reformados

      QUE los testigos de Jehová han estado haciendo un gran trabajo en ayudar a las personas a refrenar y extirpar el crimen de sus vidas es algo bien atestiguado. Recientemente un ministro de los Metodistas Unidos, Dean M. Kelly, hizo notar que, mientras que las Iglesias tradicionales habían sido ineficaces en lograr esto, los testigos de Jehová están “redimiendo a criminales y aficionados a las drogas en nuestra sociedad.”

      La veracidad de esto se hace evidente de las muchas experiencias de anteriores criminales que han cambiado sus vidas como resultado de su estudio de la Biblia y su asociación con los testigos de Jehová. Tan solo en las Asambleas de Distrito “Gobernación Divina” de los Testigos de Jehová, celebradas durante el verano de 1972, se relataron las siguientes experiencias.

      ● Un joven de Detroit, Michigan, se había implicado gravemente con las drogas. Hasta las vendía en la escuela y en el vecindario, y era un ladrón experimentado, pues había aprendido a forzar cerraduras a una edad temprana. Trabajando como parte de un grupo, robaba bicicletas y las cambiaba de apariencia para que no pudieran ser halladas. Además era un cabecilla en movimientos juveniles de rebelión, influyendo en cambios en los estilos de vestir en la escuela.

      Entonces su madre comenzó a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová. Él también concordó en estudiar, según dijo: “Simplemente por placer, para hacer algo, por ser diferente.” En el transcurso del estudio, se consideraron publicaciones de la Watch Tower acerca del abuso de las drogas. Y alrededor de este tiempo él tuvo una alucinación particularmente mala debido a las drogas, lo cual lo hizo pensar seriamente.

      Con el tiempo empezó a concurrir a las reuniones de la congregación. Dejó de usar drogas. Desaparecieron su cabellera larga y su ropa “extravagante.” En la asamblea “Gobernación Divina” en Toledo se bautizó. Esperaba dedicar todo su tiempo a enseñar a otros las verdades bíblicas que influyeron en el dramático cambio en su propia vida.

      ● El uso habitual de las drogas comienza de un modo aparentemente inocente. Un joven de Mansfield, Ohio, comenzó a tomar un jarabe prescrito contra la tos. Pero de esto pasó a la marihuana, drogas “de efecto rápido” y LSD. Por unos cuatro años usó drogas, y vivió una vida licenciosa de orgías y fornicación. Durante este tiempo se casó, celebró alocadas fiestas de drogas en su hogar, y hasta se hizo promotor de drogas.

      Un día un Testigo visitó a su esposa y comenzó un estudio bíblico con ella. Se le invitó al estudio y él aceptó. Pero su propósito era desenmascarar y confundir a la señora que conducía el estudio, más bien que aprender algo.

      Sin embargo, con el tiempo comenzó a ver que él no estaba llevando una vida útil. Vio a algunos de sus amigos, y hasta a su propio sobrino, ir cuesta abajo debido al uso de las drogas. Así es que comenzó a estudiar la Biblia sinceramente y a concurrir a las reuniones de congregación. Reformó su vida, y tanto él como su esposa fueron bautizados por los testigos de Jehová en la asamblea de Toledo durante el verano de 1972.

      ● El uso de las drogas puede tener temibles efectos sobre una persona. Un joven de Madison, Wisconsin, de unos veinte años de edad aprendió esto personalmente. Se había disgustado con este sistema de cosas, y por eso comenzó a usar drogas, comenzando con marihuana y pasando a varias drogas más potentes como la LSD. Llegó al grado de tener alucinaciones sin tomar drogas.

      “Podía estar sentado en un aula escuchando una conferencia,” explicó. “De pronto tenía una alucinación, y entonces volvía a la realidad. Llegó a ser muy difícil el distinguir entre la realidad y mis experiencias visionarias, y llegué a estar en una condición mental muy confusa.”

      Su uso de las drogas resultó en riñas con sus padres, así es que dejó su hogar y empezó a viajar. Con el tiempo sus viajes lo llevaron a España, donde conoció a un misionero español de los testigos de Jehová que hablaba inglés. Por dos semanas estudió la Biblia con el misionero y hasta concurrió a las reuniones de congregación, aunque no podía entender lo que se estaba diciendo porque no estaba familiarizado con el español. Estaba ansioso de aprender más, de modo que se decidió ir a Inglaterra donde podría asistir a las reuniones y entender lo que se decía.

      No pudiendo ingresar a Inglaterra inmediatamente, pasó varias semanas en Francia. “Mientras estuve allí,” explicó, “pasé siete u ocho horas al día leyendo y leyendo de nuevo un libro que había conseguido de los Testigos junto con la Biblia.”

      Por fin llegó a Inglaterra, donde visitó el hogar Betel y la fábrica de los testigos de Jehová. Lo que vio y oyó, junto con la hospitalidad que recibió lo impresionaron profundamente. Se apresuró a volver a Madison, Wisconsin, donde de inmediato se puso en comunicación con el superintendente presidente de la congregación local de los testigos de Jehová. Se hicieron arreglos para un estudio de la Biblia con él, y nueve meses más tarde, se bautizó en la asamblea “Gobernación Divino,” en Madison. Habiendo cambiado su vida por completo, esperaba con anhelo el poder participar en la obra de la predicación de tiempo cabal tan pronto como las circunstancias se lo permitieran.

      ● Anteriores aficionados a las drogas que llegan a ser testigos de Jehová frecuentemente tienen buen éxito en ayudar a otros aficionados a las drogas a reformarse. Esto es cierto de un joven que hace algunos años tuvo una próspera orquesta de “rock ’n’ roll” en Carolina del Sur. Después de que el grupo fue disuelto, y mientras estaba en Hollywood cumpliendo con un contrato de grabación, él y su esposa comenzaron a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová. Ambos reconocieron que lo que estaban aprendiendo era la verdad.

      Como resultado, este hombre rechazó atractivas oportunidades de trabajo, incluso trabajos con famosos grupos de “rock,” a fin de estar en mejor posición para crecer espiritualmente. Sus amigos en Carolina del Sur quedaron pasmados cuando oyeron acerca de esto. También quedaron pasmados cuando se enteraron de que se había afeitado la barba. Él explica lo que sucedió cuando uno de ellos lo visitó en California:

      “Tan pronto como pasó por la puerta me preguntó dónde podía conseguir la mejor ‘droga’ en los Ángeles, y dónde podía encontrar algunas ‘jovenzuelas.’ Le dije: ‘No lo sé.’ Esto fue otra sorpresa para él . . .

      “Comenzamos un estudio de la Biblia con su esposa y otros, y él se sentaba en el sofá, sonreía con afectación, y salía a fumar marihuana. Pero después de unos pocos días lo mirábamos y lo sorprendíamos escuchando un poco. Entonces leyó la ‘¡Despertad!’ que trataba del tema, ‘¿Por qué el movimiento de los “hippies”?’ Esto le hizo empezar a hacer preguntas. Entonces leyó las Escrituras Hebreas y el libro ‘“Entonces queda terminado el misterio de Dios”’ dentro de un período de dos semanas. Inmediatamente cambió su actitud, comenzó a concurrir a las reuniones, con el tiempo se afeitó, y cortó el cabello.

      “Después que ellos concurrieron a su primera reunión su esposa me preguntó si yo había llamado por teléfono a todos los Testigos y les había dicho que fueran especialmente atentos con estos ‘fenómenos’ que iba a llevar al Salón del Reino. Su esposo fue vestido con pantalones de dril azul con agujeros, una camiseta sucia; tenía una vincha alrededor de la cabeza, cuentas alrededor de su cuello e iba descalzo. Le dije a ella: ‘Por supuesto que no; esa es la manera en que los testigos de Jehová tratan a todo el mundo, prescindiendo de su apariencia.’ Ella estaba harta de la religión falsa, e inmediatamente reconoció que los testigos de Jehová eran el pueblo de Dios y que ellos tenían la verdad.”

      En poco tiempo estos jipies y aficionados a las drogas reformados fueron bautizados por los testigos de Jehová. Estudiaron con varios otros con los que habían trabajado en su orquesta de “rock ’n’ roll.” Varias de estas personas fueron bautizadas en la asamblea “Gobernación Divina” en Columbia, Carolina del Sur, en 1972, y otros con los que estaban estudiando esperaban con anhelo el llegar a ser testigos de Jehová.

      Muchas personas han emprendido el crimen y el uso de las drogas porque están disgustadas con este corrupto e hipócrita sistema de cosas. Las religiones que apoyan este mundo, por lo tanto, son aborrecibles para estas personas. Pero cuando se les muestra con la Biblia el modo en que Dios ve este sistema —que Él, también lo aborrece y se propone destruirlo e introducir un justo nuevo sistema de cosas— frecuentemente reforman sus vidas para agradar a este grandioso Dios, Jehová.—2 Ped. 3:5-7, 13.

  • Más que solo una canción
    ¡Despertad! 1973 | 8 de octubre
    • Más que solo una canción

      “¡HE ESCRITO una canción acerca de eso!” Estas fueron las sorprendentes palabras dichas a una ministro de los testigos de Jehová en Nueva Jersey mientras ella visitaba a la gente en sus hogares compartiendo con ellos un mensaje acerca de la Biblia.

      Como una introducción a su breve sermón, le había preguntado a un joven si alguna vez se había preguntado por qué es que en la actualidad hay tanta confusión acerca de la religión. Su respuesta fue: “No solo me lo he preguntado, ¡he escrito una canción acerca de eso! ¿Le gustaría oírla?” Sin esperar una respuesta, tomó su guitarra y procedió a cantar la canción que había escrito acerca de la hipocresía que había visto en la religión. Después, la ministro le habló acerca de la Biblia y le dejó alguna literatura cristiana para que la leyera.

      Más tarde volvió a visitar el hogar y conoció a la esposa, cuya opinión era completamente distinta. La esposa no se interesaba en la religión de nadie. Había sido educada como católica romana pero estaba hastiada; pensaba que todas las religiones no eran nada más que un gran engaño. En su adolescencia había usado marihuana y heroína. Pero con el tiempo se casó, y ella y su esposo vieron la futilidad del “movimiento jipie,” dándose cuenta de que los “jipies” no tenían ninguna solución que ofrecer para los problemas de esta generación.

      Después de varias discusiones bíblicas, este joven matrimonio consintió en tener un estudio gratuito de la Biblia en su hogar cada semana. Antes de mucho tiempo, quisieron estudiar con los testigos de Jehová por lo menos dos veces a la semana, hallando gran placer en la segura esperanza para el futuro que ofrece la Palabra de Dios. Comenzaron a ver la enorme diferencia entre la hipocresía religiosa de la que habían cantado y la verdadera forma de adoración que se enseña en la Biblia. Pronto se deshicieron de sus libros de ciencias ocultas y hasta botaron el abastecimiento de marihuana que estaba enterrado en una jarra en su patio trasero.

      Después de asistir con regularidad a las reuniones de los testigos de Jehová en el Salón del Reino por un tiempo, expresaron el deseo de participar en el ministerio de casa en casa junto con los Testigos. Pero todavía tenían que hacer algunos cambios, porque su ropa estaba lejos de reflejar la limpia modestia de los ministros cristianos.

      Estuvieron dispuestos a hacer los cambios necesarios. El ministro que estudió la Biblia con ellos escribió: “Nunca olvidaré la mañana que fui por él para su primer día en el ministerio del campo. Nunca lo había visto con una camisa, corbata, saco de traje y zapatos corrientes. Pero más que eso, tampoco lo había visto así su esposa. Ella exclamó: ‘No pensé que se vería tan bien vestido así.’” Estaba muy contenta con el progreso que habían hecho, ella, su esposo y sus hijos, en los cinco meses desde que la ministro de los testigos de Jehová los había visitado.

      Ahora estos dos jóvenes están haciendo algo de mucho más valor que el solo cantar canciones acerca de la hipocresía religiosa. Están ayudando a su prójimo a conocer y practicar la religión verdadera, la cual tiene la aprobación de Dios.

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