BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • El papa no es infalible
    La Atalaya 1968 | 1 de diciembre
    • El papa no es infalible

      NO FUE sino hasta el Concilio del Vaticano de 1870 que el cabeza de la Iglesia Católica Romana en la ciudad del Vaticano fue declarado infalible cuando habla oficialmente como cabeza de la iglesia sobre materia de fe y moral. Pero los hechos prueban que no es infalible. Aun muchos líderes de la Iglesia Católica disputaron ese punto durante el debate que duró un mes sobre la infalibilidad en el Concilio del Vaticano de 1870.

      Newman de Inglaterra, que después llegó a ser cardenal, así como el arzobispo Kenrick de Saint Louis, se opusieron a la infalibilidad papal. También se opusieron el obispo Strossmayer de la prominente universidad croata y el obispo Hefele de Alemania, para mencionar unos cuantos. El obispo Hefele dijo que había buscado prueba de infalibilidad papal durante treinta años y no había podido hallarla.

      La declaración de infalibilidad se basa en la suposición de que el apóstol Pedro fue escogido por Jesucristo para ser el fundamento de la iglesia cristiana y que los papas son sus sucesores legítimos. El libro The Holy See at Work por Pedro Canisio Van Lierde, que fue sacristán papal y vicario general del papa para la ciudad del Vaticano, dice en la página 55: “Nuestro Señor determinó el objeto de la fe y la moral, el incomparable tesoro que transmitió a la Iglesia para la elevación, la vida espiritual y la felicidad de los hombres. Este patrimonio es de tal importancia para la humanidad que Cristo deseó encomendar su preservación a través de los siglos a la ayuda del Espíritu Santo, que confiere infalibilidad en Pedro y sus sucesores.” Esta suposición básica está equivocada, y por lo tanto la conclusión que se saca de ella, que el papa es infalible, está equivocada. Considere los hechos.

      PEDRO NO CABEZA DE LA IGLESIA

      En vez de apoyar la pretensión de que Jesucristo hizo a Pedro cabeza de la iglesia cristiana, las Santas Escrituras muestran que Jesucristo retuvo esa posición para sí mismo, no dándosela a nadie más. Muchos años después de la resurrección de Jesús el apóstol Pablo escribió, según la Versión Torres Amat católica: “Cristo es cabeza de la Iglesia.” (Efe. 5:23) En las Escrituras no hay evidencia de que Pedro haya sido cabeza de la iglesia. El hecho de que no lo fue se hace patente por el registro del primer concilio que la iglesia celebró en Jerusalén, alrededor de 49 E.C. En vez de presidir el concilio, Pedro le dirigió la palabra así como también lo hicieron Bernabé y Pablo, pero fue Santiago quien resumió el asunto considerado allí e hizo la recomendación que observó el concilio.—Hech. 15:6-29.

      No fue Pedro quien escribió la mayor parte de las cartas de instrucción sobre fe y moral a la iglesia primitiva. Solo dos fueron escritas por él, pero catorce fueron escritas por el apóstol Pablo. El que el apóstol Pablo no consideró a Pedro como cabeza de la iglesia por nombramiento divino se hace patente por lo que dice él en Gálatas 2:9 (TA): “Santiago, Cefas y Juan, que eran reputados como columnas de la Iglesia, . . . nos dieron las manos, en señal de convenio.” De modo que Pablo, que había recibido el espíritu santo, no reconoció a Cefas o Pedro como si fuera el fundamento y cabeza de la iglesia, sino solo como uno de los que “eran reputados como columnas” de ella. Más tarde él reprendió a Pedro en su cara por acciones indignas de un apóstol.—Gál. 2:11-14.

      Pero, quizás diga usted, ¿qué hay de la declaración hecha por Jesús en Mateo 16:18 (TA), donde dice: “Yo te digo que tú eres Pedro, y que sobre esta piedra edificaré mi Iglesia; y las puertas o poder del infierno no prevalecerán contra ella”? La suposición de que Pedro es el fundamento de roca al que Jesús se refirió está equivocada. Pedro mismo testifica en cuanto a quién es ese fundamento cuando dice, en 1 Pedro 2:4-8 (TA), que la congregación se forma de piedras vivas edificadas en “una casa espiritual, como un nuevo orden de sacerdotes santos,” y luego se refiere a Jesucristo como “la piedra que desecharon los fabricantes,” “piedra de tropiezo, y piedra de escándalo para los que tropiezan en la palabra.” Así Pedro confiesa claramente que el Señor Jesucristo es aquella roca o piedra angular de fundamento sobre la cual se edifica la iglesia.

      Cuando Jesús reconoció la fe de Pedro, dijo que edificaría su iglesia, no sobre Pedro, sino sobre él mismo, el que Pedro acababa de confesar que era el Hijo del Dios vivo. Esto está en armonía con Efesios 2:20 (TA), que llama a Cristo “la principal piedra angular.” Puesto que Pedro no fue ni fundamento ni cabeza de la iglesia, no pudo tener sucesores. Por lo tanto el papa no tiene base autoritativa para su pretensión de primacía e infalibilidad.

      PAPAS SE HAN EQUIVOCADO

      Por proclamación oficial el papa Pío XII declaró como dogma que María, después de haber terminado su carrera, “fue tomada en cuerpo y alma a la gloria celestial.” Pero esta declaración contradice directamente a las Escrituras inspiradas y por lo tanto está equivocada. Las Escrituras claramente dicen que ningún cuerpo carnal puede entrar en la gloria celestial, y esto está de acuerdo con el raciocinio sano, que nos dice que los cuerpos humanos carnales fueron hechos para vivir en esta Tierra bajo su dosel atmosférico, no para la región de las criaturas espíritus. Con buena razón, entonces, las Escrituras dicen en 1 Corintios 15:44, 45, 50 (NC) tocante a la resurrección de los miembros de la iglesia de Cristo: “Se siembra cuerpo animal, y se levanta un cuerpo espiritual. Pues si hay un cuerpo animal, también lo hay espiritual. Que por eso está escrito: El primer hombre, Adán, fué hecho alma viviente; el último Adán, espíritu vivificante. Pero yo os digo, hermanos, que la carne y la sangre no pueden poseer el reino de Dios.”

      El papa Pío IX declaró oficialmente que María “fue preservada libre de toda mancha de pecado original.” Esto, también, es un error que está en pugna con la Palabra de verdad de Dios. Una declaración inspirada escrita más de veinte años después de haber ascendido Jesús al cielo dice: “Por un solo hombre entró el pecado en este mundo, y por el pecado la muerte; así también la muerte se fué propagando en todos los hombres, por aquel solo Adán en quien todos pecaron.” (Rom. 5:12, TA) No se hace excepción para María. Después del nacimiento de Jesús ella hasta presentó una ofrenda por el pecado en conexión con su purificación. (Luc. 2:22-24; Lev. 12:8) Como todos los demás que descendieron de Adán, María nació en pecado, y ningún escritor bíblico expresa lo contrario. Hablando por los seguidores de Cristo, de quien María fue una, el apóstol Juan dice: “Si dijéremos que no tenemos pecado, nosotros mismos nos engañamos, y no hay verdad en nosotros.”—1 Juan 1:8, TA.

      Cuando se examinan los hechos, se hace patente que la pretensión de infalibilidad para el papa es una falsedad directa que se concibió con el propósito de extraviar a las personas confiadas. Sobre los líderes religiosos que engañan, la Biblia declara: “Porque tales hombres son falsos apóstoles, obreros engañosos, que se transforman en apóstoles de Cristo.” (2 Cor. 1:13) Como advirtió Jesús, hay grave peligro para los que ciegamente siguen la dirección de tales hombres.—Mat. 15:14.

  • Preguntas de los lectores
    La Atalaya 1968 | 1 de diciembre
    • Preguntas de los lectores

      ● Puesto que José todavía no se había casado con María cuando se enteró de que estaba encinta, ¿por qué tuvo la intención de divorciarse de ella?—W. M., EE. UU.

      Dice el relato de esto en Mateo 1:18, 19: “Durante el tiempo que . . . María estaba comprometida para casarse con José, se halló que estaba encinta por espíritu santo antes que se unieran. Sin embargo, José su esposo, porque era justo y no quiso hacer de ella un espectáculo público, tenía la intención de divorciarse de ella secretamente.”

      Bajo la ley mosaica, se consideraba que una mujer comprometida estaba legalmente atada al hombre con quien iba a casarse, y por eso se le trataba como casada con él. Esto se ve por el hecho de que si un hombre seducía a una mujer soltera, tenía la responsabilidad de casarse con ella si el padre de ella lo permitía. Pero si un hombre seducía a una mujer comprometida, entonces los dos habrían de ser muertos a pedradas. (Deu. 22:23-29; Éxo. 22:16, 17) De manera semejante, la mujer casada en Israel que era culpable de adulterio era castigada por medio de ser apedreada, junto con el hombre que la había contaminado. (Deu. 22:22; Eze. 16:38, 40) Pero en casos que implicaban el matar a pedradas, se requerían dos testigos a fin de establecer la culpabilidad.—Deu. 17:6, 7.

      Ahora bien, en el caso de María, José obviamente no tenía dos testigos que pudieran testificar que María había sido inmoral. Tampoco creyó conveniente apurar públicamente el asunto buscando dos testigos en contra de ella. Más bien, optó por cancelar su estado de compromiso. Pero, ¿cómo? El Dr. Alfredo Edersheim comenta: “Desde el momento de su compromiso para casarse a la mujer se le trataba como si estuviera realmente casada. La unión no se podía disolver, salvo por divorcio regular.”—Sketches of Jewish Social Life in the Days of Christ, página 148.

      De modo que José, aunque realmente solo estaba comprometido, podía darle un certificado de divorcio. La Ley permitía que un hombre despidiera a su esposa si hallaba evidencia de indecencia de parte de ella. (Deu. 24:1, 2) Para el tiempo de Jesús, las bases para tal divorcio eran muchas. Hasta parece que casos de adulterio establecido podían terminarse con divorcio. (Mat. 5:32; 19:9) Sea cual fuere la base que José pensaba usar, evidentemente no iba a hacerlo asunto público. Más bien, “tenía la intención de divorciarse de ella secretamente,” posiblemente dándole el certificado de divorcio enfrente de solo dos testigos para que el asunto se zanjara legalmente pero sin acarrearle vergüenza indebida a ella.

      No podemos pasar por alto el hecho de que José se hallaba en una situación que le causaba perplejidad. El “era justo,” y sabía que María era una mujer virtuosa. No obstante, ella evidentemente estaba encinta. Si José se enteró de la preñez después que María visitó a su prima Elisabet, es posible que haya sabido acerca del ángel que se le había aparecido a Zacarías, que haya sabido que Juan había sido concebido por la estéril Elisabet y que el niño saltó milagrosamente en la matriz de Elisabet cuando se acercó María. (Luc. 1:5-25, 39-45) Pero la Biblia no dice tal cosa. La aparición del ángel a José no fue para confirmar lo que José ya sabía de oídas acerca de por qué María estaba encinta. Puesto que no tenía ningún testigo en contra de María antes de la visita del ángel, su intención estuvo de acuerdo con el comentario de que él “era justo y no quiso hacer de ella un espectáculo público.”—Mat. 1:19.

      ● ¿Por qué dijo el apóstol Pablo, según se registra en 1 Corintios 1:17, que Cristo no lo despachó “para ir bautizando”? El bautizó a creyentes, ¿no es verdad?—G. Q., EE. UU.

      En medio de sus comentarios acerca de un problema con divisiones que existían en la congregación corintia, escribió el apóstol

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir