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El ser ordenado, una excelente cualidad para todosMinisterio del Reino 1975 | diciembre
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El ser ordenado, una excelente cualidad para todos
1 Entre las excelentes cualidades que se requieren de los superintendentes está la de ser ordenado. Sin embargo, el cultivar esta cualidad es provechoso para todos los cristianos, jóvenes y viejos, hermanos y hermanas. El ser ordenado encierra la idea de ser decoroso, disciplinado, regular, cortés, llevando una vida bien arreglada o bien ordenada. ¿Muestra usted esas cualidades?—1 Tim. 3:2.
2 Si uno es superintendente, debe mostrar que es ordenado siguiendo un modelo del cual otros en la congregación puedan depender, uno que se apegue estrechamente a las leyes y principios bíblicos, que no sea desordenado. (2 Tes. 3:6, 7) Debe tener gobierno de sí mismo, siendo equilibrado aun cuando está bajo presión. Aunque ser ordenado no se refiere a ser puntual o mantener registros exactos, el superintendente que es ordenado debe disciplinarse a sí mismo para encargarse de las cosas apropiadamente y a tiempo. (Note los comentarios en la página 760 de La Atalaya de 1973.)
3 El superintendente que aprecia esta cualidad hace planes con suficiente anterioridad para que las reuniones sean bien conducidas y ordenadas. Al hacer esto muestra consideración por otros y ayuda a evitar que las partes se preparen apresuradamente y se desarrollen pobremente.—1 Cor. 14:40.
4 Cuando surgen problemas en la congregación, los superintendentes que son ordenados muestran respeto por la Palabra de Dios al no ser negligentes en el desempeño de sus responsabilidades. También muestran cortesía por medio de hacer arreglos para considerar prontamente los problemas que surgen, con el fin de poder dar ayuda o consejo a los hermanos, en vez de posponer las cosas indefinidamente, causando frustración e incertidumbre a otros.—Pro. 13:12.
5 El padre que aprecia la cualidad de ser ordenado tendrá las cosas bien arregladas a fin de que su familia asista a las reuniones, llegue a tiempo, y participe en el servicio del campo para mantenerlos espiritualmente firmes. Si algunos en la familia comienzan a perder aprecio por el orden teocrático, puede que él tenga que aplicar a su propia familia la sugerencia que Pablo dio en 1 Tesalonicenses 5:14.
6 Una esposa cristiana aprecia cuán importante es aplicar los principios bíblicos en el hogar. Sabe cuán bueno es tener todo nítido y en buen orden, a fin de que el hogar refleje la aplicación de principios piadosos. (Tito 2:4, 5, 10) Entrena a sus hijos a mantener las cosas recogidas y en su sitio. Se puede depender de ella para que mantenga las cosas limpias y ordenadas y tenga las comidas preparadas según el horario de la familia. (Pro. 31:15) Sí, cada uno de nosotros puede mostrar que es ordenado de muchas maneras. El ser ordenado es una muestra de madurez y de una vida bien arreglada.
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Padres, ayuden a su familiaMinisterio del Reino 1975 | diciembre
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Padres, ayuden a su familia
Además de tener un estudio con alguien del público, se anima a los padres a tener un estudio regular de familia, en cumplimiento de sus obligaciones bíblicas. (Efe. 6:4) Es bueno que el esposo y la esposa estudien juntos, aun si no tienen hijos. La publicación que usen depende de la situación de la familia en particular. Muchas familias siguen el programa de la familia de Betel por todo el mundo, celebrando un estudio los lunes por la noche. Sería excelente que los cabezas de familia hicieran que el estudio fuera provechoso para todos en el círculo familiar. Todos nosotros, incluso los más jóvenes de edad escolar, necesitamos espiritualidad a fin de tener claro en mente el proceder que le agrada a Jehová y por consiguiente, tener la firmeza para seguirlo a cabalidad.
Al estudiar con su familia, usted desea edificar el amor a Dios en el corazón de ellos. Ayúdelos a apreciar la benignidad, bondad y generosidad de Dios. Al darle énfasis a lo debido —a la bondad y misericordia de Dios— su familia puede aprender a esperar en Dios y a orarle confiadamente, con ese amor perfecto que “echa fuera el temor.”—1 Juan 4:17, 18.
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Informe del servicio para agostoMinisterio del Reino 1975 | diciembre
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Informe del servicio para agosto
Prom. Prom. Prom. Prom.
Pubs. Horas Revi. Est. Revistas
Precs. Esp. 765 126,9 41,6 3,7 150,8
Precs. 19.091 90,3 31,9 2,8 93,5
Precs. Temp. 9.761 78,9 17,6 0,9 83,2
Pubs. 517.320 9,2 3,7 0,4 13,9
TOTAL 546.937
Recién dedicados que se han bautizado: 5.422
META DE LOS ESTADOS UNIDOS PARA 1975: 557.004 publicadores
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Ayudando a los publicadores nuevosMinisterio del Reino 1975 | diciembre
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Ayudando a los publicadores nuevos
1 ¿Se acuerda usted de las primeras veces en que se asoció con el pueblo de Jehová? Hoy en día ciertamente nos regocijamos al ver a tantas personas nuevas afluyendo a la organización de Jehová y sin embargo, a la vez queremos preguntarnos: ¿Qué podemos hacer para ayudar a todas estas personas nuevas a aprender todo lo que puedan y, a la vez, a ser útiles en ayudar aún a otras personas a seguir en el camino de Jehová?
2 Algunos publicadores nuevos han dicho que se han sentido cohibidos en cuanto a contestar preguntas en el estudio de libro porque algunos de los hermanos no saben sus nombres. Así es que si los publicadores aprendieran los nombres de los nuevos esto facilitaría las cosas para los nuevos y haría que se sintieran más cómodos para contestar y pedir consejo, según sea necesario. Además, cosas sencillas como llenar un informe del servicio del campo o una hoja de suscripción, que son tan fáciles para nosotros que hemos estado por algún tiempo en la verdad, pueden explicarse a los publicadores nuevos. El anciano a cargo de la Escuela del Ministerio puede dirigirse a personas recientemente asociadas y explicarles en detalle los beneficios de la escuela, asegurándose de que obtengan el programa y aprendan en cuanto a algunos instrumentos útiles para el estudio personal, tal como “Toda Escritura es inspirada,” Bosquejos para sermones, y así por el estilo. Muchas de las cosas que damos por sentado son cosas en las que los nuevos necesitan ayuda para poderlas aprender.
3 Los publicadores nuevos pueden contribuir a que les ayudemos por medio de familiarizarse con los ancianos, presentarse a sí mismos, aun en más de una ocasión, si es necesario. Si los nuevos se presentan al que conduce la reunión, tomando la iniciativa en esto, ciertamente eso sería muy útil. No vacile en pedir la ayuda de los de más edad con relación a cualquiera de los servicios susodichos. Si algunos de los de más edad están ocupados en una ocasión en particular, no tome esto como una evidencia de que no están interesados en usted, sino trate de hablar con ellos otra vez. Este valioso intercambio de estímulo nos unirá como una familia feliz, ayudándonos los unos a los otros a progresar en la verdad y a seguir en el camino de Dios.
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