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El Oriente Medio... ¿escenario del Armagedón?La Atalaya 1985 | 15 de enero
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El Oriente Medio... ¿escenario del Armagedón?
“ARMAGEDÓN”... ¿qué significa este nombre bíblico? Se está presentando una serie de artículos informativos sobre este tema en los cuatro números de La Atalaya para enero y febrero de 1985, cada uno de los cuales tiene una portada significativa que lo presenta. Se espera que estas consideraciones bíblicas consuelen al lector mediante el conocimiento de lo que es el verdadero ARMAGEDÓN.
“A MEDIDA que el mundo corre hacia la hora final de la lucha, la ciudad importante que hay que vigilar no es Nueva York, ni Moscú, ni París, ni Pekín, ni El Cairo. ¡La ciudad que hay que vigilar es Jerusalén!” Esto declararon los teólogos John F. y John E. Walvoord en su libro Armageddon, Oil and the Middle East Crisis.
De hecho, muchas personas están nerviosamente echando un vistazo tanto a Jerusalén como a la región turbulenta donde ella está situada. El Times de Londres dice: “El Oriente Medio se está haciendo cada vez más espantoso”. Hay quienes temen que sea casi inevitable una confrontación futura allá entre los Estados Unidos y la Unión Soviética. Para enero de 1984, las relaciones entre las superpotencias rivales se habían deteriorado a tal grado que el Bulletin of the Atomic Scientists adelantó su famoso “reloj del día del fin” (símbolo de lo cerca que el mundo está a la aniquilación nuclear) a tres minutos antes de la medianoche. El Bulletin declaró: “Estamos, pues, en un momento decisivo, al umbral de un período de confrontación, un tiempo en que las francas y directas sencilleces de la fuerza amenazan con sustituir cualquier otra forma de diálogo entre las superpotencias. Ésta es una perspectiva horrorosa”.
No obstante, una creciente cantidad de predicadores fundamentalistas, teólogos y evangelistas de la televisión aplauden estos acontecimientos. ¡El aumento de las tensiones en el Oriente Medio ha contribuido a dar crédito aparente a las predicciones alarmantes de ellos respecto a que el Armagedón ocurrirá pronto en aquella región! Y ellos, dando la alarma mediante libros, discursos y programas de televisión, han reunido una considerable cantidad de seguidores.
Estos comentaristas riñen en cuanto al orden exacto de los sucesos. Pero un típico ‘guión del Armagedón’ dice como sigue: La ‘cuenta regresiva hacia la hora cero que marca el día del fin’ —dicen ellos— empezó con el establecimiento del Estado de Israel. Por eso opinan que el arrebatamiento al cielo es inminente. Según ellos, dentro de poco los cristianos verdaderos desaparecerán repentinamente de la Tierra... pues serán arrebatados al cielo. Muchos evangelistas hasta predicen que, durante los siguientes siete años de “tribulación”, la nación de Israel será convertida al cristianismo. Sin embargo, la mayor parte de la raza humana supuestamente llegará a estar hechizada por un dictador carismático (el “Anticristo”) que dirigirá una coalición de diez naciones. Hasta Israel —creen ellos— se pondrá del lado de él. Pero una confederación de naciones árabes y otras, dirigidas por Rusia, invadirá a Israel por sorpresa. Dios detendrá milagrosamente esta invasión, dicen los fundamentalistas. No obstante, pronto habrá otro ataque del “Anticristo”, lo cual provocará una guerra sin cuartel en el Oriente Medio... el Armagedón.
Quizás a algunas personas esto les suene bastante convincente. Después de todo, la Biblia sí predice una reunión de naciones para la guerra en “Armagedón” (Apocalipsis Rev 16:14-16, Versión Reina-Valera). Pero ¿indica realmente la Biblia que dicho acontecimiento ocurrirá en el Oriente Medio? Y ¿qué importancia tiene el lugar de esta batalla?
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El Armagedón, el Oriente Medio y la BibliaLa Atalaya 1985 | 15 de enero
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El Armagedón, el Oriente Medio y la Biblia
“EL CENTRO de todo el pronóstico profético —afirma el escritor Hal Lindsey— es el Estado de Israel” (The 1980’s: Countdown to Armageddon). Por tanto, para el ‘guión del Armagedón’ de los fundamentalistas es crítica la creencia de que Dios tiene trato especial con Israel. Dios —creen ellos— intervendrá cuando los enemigos de dicha nación procuren destruirla.
Sin embargo, la Biblia indica que la nación judía perdió el favor y la protección de Dios cuando rechazó al Hijo de Él, Jesucristo (Hechos 3:13, 14, 19). Jesús mismo claramente les dijo: “El reino de Dios les será quitado a ustedes y será dado a una nación que produzca sus frutos”. (Mateo 21:43.)
¿Fue rechazada por completo?
No obstante, los teólogos John F. y John E. Walvoord (cuyas palabras citamos anteriormente) contradicen eso al decir: “El apóstol Pablo indicó claramente que las promesas para Israel en el Viejo Testamento aún habían de cumplirse. Pablo escribió: ‘Pregunto entonces: ¿Rechazó Dios a su pueblo? ¡De ninguna manera!’ (Romanos 11:1; NIV.)”. Sin embargo, no citan el resto del versículo: “Pues yo también soy israelita, de la descendencia de Abrahán, de la tribu de Benjamín”. ¿Qué quiso decir Pablo con esto?
Pablo no pudo haber creído que los israelitas, como nación, aún ocupaban un lugar especial ante Dios, pues el apóstol expresó “gran desconsuelo e incesante dolor en [su] corazón” por la insensibilidad de ellos a la bondad de Dios (Romanos 9:2-5). En Romanos 9:6, Pablo añade: “Sin embargo, no es como si hubiese fallado la palabra de Dios [a Abrahán]. Porque no todos los que provienen de Israel [natural] son realmente ‘Israel’”. Note lo que Pablo está diciendo: que porque los judíos rechazaron a Cristo, ¡Dios ya no los consideraba Israel! Ahora la congregación ungida de los seguidores de Jesucristo era el verdadero “Israel”, instrumento mediante el cual Dios bendeciría a toda la humanidad. (1 Pedro 2:9; Gálatas 3:29; 6:16; Génesis 22:18.)
No obstante, Dios no rechazó al pueblo judío como individuos, porque Pablo señaló: “Pues yo también soy israelita”. Sí, individuos de la nación judía, como Pablo, podían llegar a formar parte del Israel espiritual si aceptaban a Cristo. Solo “un resto”, una minoría, optó por hacer eso. (Romanos 11:1, 5.)
¿Una conversión futura?
Sin embargo, hay quienes prevén que el corazón de todos los judíos naturales cambiará dramáticamente. “La gran tribulación, que seguirá al arrebatamiento de la Iglesia —afirma cierto escritor fundamentalista—, será el medio de la conversión de Israel [al cristianismo].” Es interesante notar que Pablo sí dice en Romanos 11:25, 26: “Un embotamiento de las sensibilidades le ha sucedido en parte a Israel hasta que el número completo de la gente de las naciones haya entrado, y de esta manera todo Israel será salvo”.
¿Estaba prediciendo Pablo que habría una futura conversión en masa de los judíos? ¿Cómo podría ser así, si él mismo indicó que solo un resto de judíos aceptaría a Cristo? (Romanos 11:5.) Es cierto que Pablo sí dijo que los judíos experimentarían un “embotamiento de las sensibilidades” en sentido espiritual hasta que “el número completo” de gentiles llegara a entrar en la congregación cristianaa. No obstante, el helenista Richard Lenski muestra que ahí la frase “hasta que” no da a entender necesariamente una conversión posterior. (Compárese con el uso de “hasta que” en Hechos 7:17, 18 y Revelación 2:25.) Pablo dice en realidad que las sensibilidades de los judíos naturales permanecerían ‘embotadas’ hasta el mismísimo fin. Sin embargo, Dios se encarga sabiamente de que haya “el número completo” del Israel espiritual (144.000) al introducir creyentes gentiles en la congregación cristiana. “Y de esta manera [no por medio del cambio de corazón de la nación judía] todo Israel [espiritual] será salvo.”
Posesión de la Tierra Prometida... ¿“para siempre”?
No obstante, ¿qué hay de la tierra donde está situado el Estado de Israel? ¿Tiene Dios cierto interés especial en ella? Muchos, como el teólogo protestante William Hurst, creen que sí. Hurst dice: “Ninguna parcela de terreno sobre la haz de la Tierra se ha cotizado más ni ha tenido con mayor constancia la atención de la sociedad de las naciones que la tierra del judío”. Cita Génesis 13:14, 15 y nos recuerda que Dios prometió que daría esta tierra a la descendencia de Abrahán “para siempre”. (Versión Reina-Valera.)
¿Está Jehová Dios obligado, pues, a proteger de una invasión la tierra de Israel? Si lo está, un “Armagedón” en el Oriente Medio podría ser inminente. Sin embargo, Dios meramente dijo a Abrahán que su descendencia ocuparía esta tierra, no para siempre, sino por un período “indefinido”b (Génesis 13:14, 15). Al rechazar a Jesucristo, ellos perdieron todo derecho a aquella tierra... y a la protección de Dios.
El Armagedón... ¿dónde?
En Revelación 16:14, 16 la Biblia muestra que una propaganda inspirada por demonios conducirá a los líderes del mundo “a la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso”. Añade: “Y los reunieron en el lugar que en hebreo se llama Har–Magedón”. ¿No indica esto que habrá una guerra final en el Oriente Medio? No, pues en realidad no existe ningún sitio geográfico que se llame “Har–Magedón” (literalmente, “montaña de Megido”). En tiempos bíblicos hubo una ciudad del Oriente Medio llamada Megido. Ésta estaba localizada en la llanura que se muestra en la portada de este número. Cerca de Megido ocurrieron muchas batallas significativas. Pero allí no había, ni hay, una montaña. Por lo tanto, “Har–Magedón”, o “Armagedón”, tiene que ser un sitio simbólico. ¿Qué simboliza?
La profecía de Ezequiel muestra que el ataque de un ejército de muchas naciones contra “Israel” provoca el Armagedón. Los atacantes están dirigidos por ‘Gog de Magog’, cuyas fuerzas se abalanzan “de las partes más remotas del norte”. ¿Quién es este “Gog”? El teólogo fundamentalista Hal Lindsey declara confiadamente (como lo hacen otros): “Hay una sola nación situada al ‘extremo norte’ de Israel... la U.R.S.S.”. También teoriza que los que componen la “fuerza militar” de Gog (llamados Mesec, Tubal, Persia, Etiopía, Put, Gomer y Togarma en la Biblia) serán aliados de los soviéticos, principalmente naciones árabes. (Ezequiel 38:1-9, 15.)
No obstante, las naciones que figuran como confederados de Gog no eran especialmente prominentes en la escena mundial de los días de Ezequiel. El cumplimiento de la profecía iba a tener lugar, pues, en “la parte final de los años”, cuando los enemigos tradicionales del antiguo Israel hubieran desaparecido de la escena terrestre (Ezequiel 38:8). Por tanto, la desconocida y remota “tierra de Magog”, de donde provenía Gog, no prefiguraría a la Unión Soviética, que es prominente y está lejos de ser remota.
¿Quién habita, pues, en una tierra ‘remota’ y guarda una ardiente animosidad para con el pueblo de Dios? En Revelación 12:7-9, 17, la Biblia contesta: “Estalló guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron con el dragón [...] De modo que hacia abajo fue arrojado el gran dragón, la serpiente original, el que es llamado Diablo y Satanás”. ¿Cómo reaccionó Satanás al ser echado del cielo a la esfera espiritual degradada? La Biblia dice: “Y el dragón se airó contra la mujer [la organización celestial de Dios], y se fue para hacer guerra contra los que quedan de su descendencia, los cuales observan los mandamientos de Dios y tienen la obra de dar el testimonio de Jesús”.
Por consiguiente, Satanás es “Gog”. Por décadas, Satanás y sus hordas de demonios han llevado a cabo esta guerra contra el resto del Israel espiritual... la congregación cristiana ungida (Gálatas 6:16). Estos cristianos están esparcidos por toda la Tierra; no se encuentran en cierto sitio central que podría ser invadido por una confederación de tropas del Oriente Medio. Más bien, como profetizó Ezequiel, “moran en seguridad” bajo la protección de Dios (Ezequiel 38:11). El Israel natural de la actualidad, que está rodeado de vecinos hostiles y sufre dificultades internas de índole política y social, difícilmente ‘mora en seguridad’.
Sin embargo, la Biblia indica que la escena mundial cambiará drásticamente. “Babilonia la Grande”, el imperio mundial de la religión falsa, sufrirá una destrucción repentina (Revelación, capítulo 18). En vista de este desastre de la religión falsa, los cristianos verdaderos que queden parecerán vulnerables, y Satanás, o “Gog”, no podrá resistir el tratar de destruirlos. Él procurará que, bajo influencia demoníaca, “los reyes de toda la tierra habitada” sean reunidos “a la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en Har–Magedón. (Ezequiel 38:12-16; Revelación 16:14, 16.)
“Har–Magedón”, por lo tanto, no es un sitio diminuto del Oriente Medio. Más bien, es una situación mundial. El mundo entero se unirá para oponerse a Jehová Dios y a Sus testigos (Isaías 43:10-12). ¡El ataque cruel de Satanás contra los cristianos verdaderos —no una batalla entre naciones en cierta zona del Oriente Medio— es lo que incita a Dios a guerrear en defensa de Su pueblo! (Ezequiel 38:18-23; Zacarías 2:8.)
Los cristianos verdaderos de hoy, por tanto, están haciendo más que observar pasivamente el Oriente Medio. Su interés principal es mostrar a la gente lo que la Palabra de Dios realmente dice acerca de esta guerra venidera. Los testigos de Jehová han llegado a ser conocidos en escala mundial por llevar denodadamente este mensaje a los hogares de la gente. No obstante, quizás usted se pregunte por qué efectuaría un Dios de amor una guerra como ésa. ¿Es posible sobrevivir a ella? En nuestros dos números siguientes de La Atalaya se considerarán estas mismísimas preguntas.
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