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¿Tienen los cristianos que guardar el sábado?¡Despertad! 1973 | 22 de febrero
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bien, mediante el amor, sírvanse como esclavos unos a otros. Porque toda la Ley queda cumplida en un dicho, a saber: ‘Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo.’” (Gál. 5:13, 14) Si los cristianos hubieran sido libertados solamente de la llamada ley ceremonial, esa libertad no constituiría un incentivo para la carne. Pero lo que claramente se arguye es que solo porque ya no están bajo la ley mosaica, incluso sus Diez Mandamientos, no están libres para actuar sin consideración hacia otros, porque todavía están obligados por la ley del amor.
Como muestra de que esa obligación de amar toma el lugar de los mandamientos que se encuentran en el Decálogo (y no solo de la llamada ley ceremonial) están las palabras registradas en Romanos 13:8-10: “No deban a nadie ni una sola cosa, salvo el amarse los unos a los otros; porque el que ama a su semejante ha cumplido la ley. Porque el código de la ley: ‘No debes cometer adulterio, No debes asesinar, No debes hurtar, No debes codiciar,’ y cualquier otro mandamiento que haya, se resume en esta palabra, a saber: ‘Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo.’ El amor no obra mal al prójimo; por lo tanto el amor es el cumplimiento de la ley.” Debido a la importancia fundamental del amor Jesús no se refirió a ninguno de los Diez Mandamientos cuando se le preguntó cuál era el mayor de todos, sino mostró que el mayor de los mandamientos era el amar a Dios con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerza.—Mar. 12:29, 30.
El Cuarto Mandamiento, sin embargo, no carece de significado para los cristianos. Guardan un sábado, no uno de cada siete días, sino un sábado continuo, el sábado en el que entró Dios al completar sus obras de creación. (Sal. 95:8-11; Heb. 3:7 a 4:8) Sí, “queda un descanso sabático para el pueblo de Dios,” escribió Pablo; “hagamos por lo tanto lo sumo posible para entrar en ese descanso.” ¿Cómo? Ejerciendo fe en la provisión de Dios para la salvación; desistiendo de las obras egoístas y, en vez de eso, usando nuestra vida para glorificar a Dios. “El hombre que ha entrado en el descanso de Dios ha descansado él mismo también de sus propias obras [obras de autojustificación, obras egoístas], así como Dios de las suyas,” es decir de las obras de la creación. (Heb. 4:9-11) ¿Ha hecho usted eso?
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Investigación psicoterapéutica¡Despertad! 1973 | 22 de febrero
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Investigación psicoterapéutica
◆ En la actualidad muchos psicoterapeutas, médicos que tratan a los pacientes que sufren de perturbaciones mentales y emocionales, tienden a despreciar la ayuda que cualquiera que no pertenece a su profesión pueda dar a los que tienen problemas emocionales. Pero, ¿lo hacen con buena razón, en vista de lo que se expresa en el libro Research in Psychotherapy? Este fue escrito por dos psicólogos, y su reseña apareció en el número del 21 de diciembre de 1970 del Journal of the American Medical Association por el Dr. B. P. Lipton.
Entre otras cosas declaró: “No hay evidencia de que el tratamiento de grupo sea mejor o peor que el tratamiento individual, que una escuela de psicoterapia sea mejor que otra, que la terapia personal mejore la eficacia de los terapeutas, o siquiera que los practicantes experimentados efectúen mejor trabajo que los inexpertos. De hecho, ¡se presentan varios estudios que sugieren que los no profesionales son tan eficaces o posiblemente aun mejores que los profesionales bien entrenados!”
En vista de lo susodicho, ¿quién ha de decir que los ministros cristianos maduros, altruistas, no puedan ser eficaces al suministrar ayuda a los amadores de la justicia que se dirijan a ellos con problemas emocionales? Los hechos muestran que han ayudado a muchísimas personas extendiendo la invitación de Jesús: “Vengan a mí, todos los que se afanan y están cargados, y yo los refrescaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y háganse mis discípulos, porque soy de genio apacible y humilde de corazón, y hallarán refrigerio para sus almas.”—Mat. 11:28-30.
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