Paz y seguridad
¿Cuándo vendrá?
¿De qué fuente?
¿Qué significará para la humanidad?
“[Dios] está haciendo cesar las guerras hasta la extremidad de la tierra. Quiebra el arco y verdaderamente corta en pedazos la lanza; quema los carruajes [de guerra] en el fuego.”—Sal. 46:9.
COMENTANDO acerca de la perspectiva que presentaba el año 1978, la publicación semanal U.S. News & World Report dijo, en su número del 26 de diciembre de 1977, que éste sería “Un año de viraje.” El escritor pasó a decir: “Habrá que tomar decisiones importantes contra un fondo de creciente optimismo. ¿Habrá problemas? Muchísimos. Pero un tiempo de paz y prosperidad está adquiriendo forma.” Con estas palabras, la publicación hizo eco a la esperanza de millones de personas de que haya paz con seguridad ‘a la vuelta de la esquina.’
En muchas partes de la Tierra el clamor es de “Paz, Paz.” ¿Pero podemos verdaderamente, y con optimismo, decir que se distinga ya en el horizonte la paz mundial? ¿No será más bien la situación similar a aquella a la cual se enfrentó Israel en los días del profeta Jeremías? En aquel tiempo la situación mundial era crítica. Pues las fuerzas irresistibles de Babilonia estaban avanzando en su campaña de conquista mundial. La gente estaba buscando frenéticamente alguna esperanza de paz. Sin embargo, el profeta declaró que ellos estaban “diciendo: ‘¡Hay paz! ¡Hay paz!’ cuando no hay paz.”—Jer. 8:11.
Si usted tuviera planes de construir una nueva casa, ¿dónde la construiría? ¿Seleccionaría un vecindario muy conocido por su delincuencia? ¿Construiría en una zona donde grupos de personas estuvieran peleando unos con otros sobre cuestiones raciales, religiosas y sociales? ¿Se mudaría usted a una comunidad donde abundara la falta de confianza, el odio y la violencia de toda clase? Además, al construir su casa, ¿trataría de comunicarle “seguridad” por medio de llenar el sótano con toda clase de explosivos? ¡De seguro que usted no haría planes para una casa como ésa!
Sin embargo, ¡el mundo de hoy día ha estado construyendo precisamente de esa manera! Desde que la guerra total azotó por primera vez en 1914, el ambiente mundial ha sido de violencia creciente. Muchos pueblos de la Tierra se han sumido en marejadas de odios nacionalistas, raciales y religiosos. Sin embargo, los líderes políticos alegan que pueden traer paz a este vecindario mundial. Algunos pueden ser muy sinceros en sus alegaciones. Pero, en realidad, ¿pueden tener éxito?
¿Sobre qué clase de fundamento están construyendo? ¿Es un fundamento firme de mutua confianza y amor? ¿No es, más bien, un fundamento vacilante de temor y odio? De manera muy literal, el fundamento sobre el cual las potencias mundiales están construyendo es explosivo. Durante el año 1976 las naciones de la Tierra gastaron más de 300 mil millones de dólares en armamentos, y en 1977 la cifra se remontó a la marca de 400 mil millones de dólares. La carrera de armamentos se está descontrolando. ¿Qué clase de fundamento para construir un mundo de paz y seguridad es éste? Un fundamento imposible.
El profeta Daniel habló acerca de nuestro mismísimo día cuando predijo la culminación de la lucha de siglos entre el “rey del norte” y el “rey del sur.” Hoy día esos dos reyes se identifican en los bloques opuestos de las naciones comunistas y las naciones capitalistas que luchan por la dominación mundial. Ellos efectúan el antiquísimo juego de la diplomacia: “En lo que respecta a estos dos reyes, su corazón [está] inclinado a hacer lo que es malo, y en una misma mesa una mentira es lo que [siguen] hablando. Pero nada tendrá éxito.” (Dan. 11:27) Mientras más alto hablan de “paz y seguridad,” más lejos de su alcance se pone esta deseable meta. Una casa de verdadera paz jamás puede construirse sobre un fundamento de falta de confianza y rearme competitivo... un fundamento que está fortificado por acumulaciones de armamentos nucleares y otras armas de horrenda índole, un ambiente de odios, crímenes y violencia de alcance internacional.
“COMO LADRÓN EN LA NOCHE”
Sin embargo, las naciones continúan hablando de “paz y seguridad.” En esto persiguen una meta ilusoria. Pues, ¿qué profetiza la Biblia concerniente a sus esfuerzos? El apóstol Pablo nos dice: “El día de Jehová viene exactamente como ladrón en la noche. Cuando sea que ellos estén diciendo: ‘¡Paz y seguridad!’, entonces destrucción repentina ha de sobrevenirles instantáneamente, como el dolor de angustia a la mujer encinta; y no escaparán de ninguna manera.” (1 Tes. 5:2, 3) El clamor de paz y seguridad ya se está levantando como en crescendo. Y puede esperarse que, mientras las naciones estén levantando de manera significativa un clamor de “paz y seguridad,” entonces repentinamente azote “el día de Jehová” con toda su furia. Vendrá igual que la llegada inesperada de un ladrón en la noche. Al igual que súbitos dolores de parto, el día de ajuste de cuentas alcanzará a las naciones de la Tierra, y se ejecutará juicio divino en ellas.—Sof. 3:8.
Ésta no será una destrucción sin control, como si la guerra nuclear destruyera por completo la civilización de sobre la superficie de la Tierra. Más bien, el Dios Todopoderoso traerá una destrucción controlada, selectiva, contra “los que no conocen a Dios y sobre los que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús.” (2 Tes. 1:8) Los verdaderos amadores de la paz y seguridad pueden estar seguros de que Jehová continuará siendo para ellos “refugio y fuerza, una ayuda que puede hallarse prontamente durante angustias.”—Sal. 46:1-7.
En la Tierra, se verán acontecimientos sorprendentes mientras esta “grande tribulación” continúa. (Mat. 24:21) Esta resultará en algo que ningún arreglo como el llamado SALT (Conversaciones para la Limitación de Armas Estratégicas) o conferencias para el desarme siquiera han comenzado a lograr... el desarme completo de las naciones. Se nos invita a una vista previa de estos acontecimientos que sacudirán al mundo: “Vengan, contemplen las actividades de Jehová, cómo ha establecido acontecimientos pasmosos en la tierra. Está haciendo cesar las guerras hasta la extremidad de la tierra. Quiebra el arco y verdaderamente corta en pedazos la lanza; quema los carruajes [de guerra] en fuego.”—Sal. 46:8, 9.
Hay propósito detrás de esta acción decisiva de parte del Dios Todopoderoso, Jehová. Las naciones han probado a través de los siglos, y todavía están probando, que no pueden traer paz duradera ni seguridad a los pueblos de la Tierra. Se les ha dado toda clase de oportunidad y han tratado toda clase de gobierno. Sin embargo, todas ellas han edificado su casa sobre un fundamento incorrecto. En rivalidad unas con otras, ahora apilan más y más sus armas nucleares y otros armamentos, y rivalizan unas con otras mientras procuran mantener alguna clase de equilibrio de poder, aunque sea vacilante. No es de extrañar que el Dios Todopoderoso, Jehová, se proponga destruir un arreglo tan inseguro y asesino.
BASE PARA UN REINADO DE PAZ
Sin embargo, el Dios Todopoderoso no solamente destruirá a las naciones junto con sus armamentos, sino que también introducirá el reinado universal de la paz. ¿Y sobre qué fundamento se edificará este nuevo sistema? En primer lugar, habrá amor y confianza mutua entre la humanidad. Los que califiquen para vivir en ese nuevo orden serán personas que se suscriben a los dos mayores mandamientos que indicó Jesucristo: “‘Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con toda tu mente,’ y, ‘a tu prójimo como a ti mismo.’” (Luc. 10:27) Estos habrán desarrollado “el fruto del espíritu,” que es “amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe, apacibilidad, gobierno de uno mismo.” Se habrán vestido “de la nueva personalidad que fue creada conforme a la voluntad de Dios en verdadera justicia y lealtad.” (Gál. 5:22, 23; Efe. 4:24) Los que han adquirido estas cualidades y se han dedicado a servir a Dios llegarán a ser el mismísimo núcleo del nuevo orden de Dios. La gobernación de Su reino bajo Cristo Jesús tendrá éxito glorioso mientras estas personas que salen de todo grupo nacional, raza y condición social verdaderamente se unen en una comunidad mundial segura y pacífica. Y literalmente se introducirá a miles de millones de miembros de la humanidad en esa feliz sociedad por medio de la resurrección de los muertos.—Juan 5:28, 29.
Todavía hay otro propósito, de veras un propósito noble, en que Dios destruya el fundamento falso para la paz y seguridad y edifique un fundamento verdadero. Es que la soberanía del Dios verdadero, Jehová, sea exaltada por todo el universo. Por esta razón, en el Salmo 46:10 Jehová extiende esta invitación: “Cedan y sepan que yo soy Dios. Ciertamente seré ensalzado entre las naciones, ciertamente seré ensalzado en la tierra.” Es solo cuando toda la humanidad se somete a Jehová Dios como el Señor Soberano del universo que la paz al fin reinará suprema. Mientras los amadores de la paz verdadera esperan ese tiempo glorioso, pueden alborozarse en la protección que Jehová asegura: “Jehová de los ejércitos está con nosotros; el Dios de Jacob es altura segura para nosotros.” (Sal. 46:11) Por eso, mientras las naciones construyen sobre fundamento explosivo para una paz vacilante y falsa seguridad, todos los que prestan atención a la admonición de la Palabra de Dios, la Biblia, pueden continuar adelante hacia la paz y seguridad verdadera que solamente puede ser garantizada por el reino de Dios por medio de Cristo Jesús.—Mat. 6:10.