Salvados de la ira venidera
“Ustedes se volvieron de sus ídolos a Dios para ser esclavos a un Dios vivo y verdadero, y esperar a su Hijo desde los cielos, a quien él levantó de entre los muertos, a saber, a Jesús quien nos libra de la ira que viene.”—1 Tes. 1:9, 10, NM.
1. ¿Cómo avanzó Jehová hacia la liberación de los humanos inclinados a la justicia?
MAJESTUOSA y misteriosamente Jehová avanzó a la vindicación de su nombre, desarrollando una organización que ejecutaría esto y al mismo tiempo libraría a la humanidad que gime a un justo nuevo mundo. Después de una espera de siglos, que dió a Satanás amplia oportunidad de probar si podía impedir la liberación de los hombres, Jehová puso en movimiento una cadena de acontecimientos que finalmente conducirá a la liberación milagrosa del Armagedón. Fiel a la declaración profética de que “el libertador saldrá de Sión”, Cristo Jesús emprendió sus deberes como Rey sobre el trono celestial, y como el “testigo fiel y verdadero” de la liberación de Dios. (Sal. 14:7; Rom. 11:26, NM; Apo. 3:14) Con el entronizado Jesús, Jehová empezó la creación de los “nuevos cielos” y procede a la edificación de su organización capital. El glorificado Jesús es hecho la Cabeza de esa organización capital y es investido con toda autoridad en el cielo y la tierra. (Mat. 28:18) Nada que fuera menos que esto aseguraría su habilidad para obrar como agente de Jehová para librar.
2. ¿Quiénes son ahora parte de los “nuevos cielos”, y con qué autoridad predicaron la liberación venidera mientras estuvieron sobre la tierra?
2 Dios dió a Jesús doce apóstoles fieles (no contando a Judas, ocupando Pablo su lugar), quienes ahora, por virtud de ser librados por Dios, en la “primera resurrección”, son hechos parte de los “nuevos cielos”. (Apo. 20:4-6, NM) Ellos, semejante a Cristo Jesús, fueron testigos verdaderos y obedientes del poder libertador de Jehová, aunque le sirvieron bajo gran dificultad. Trabajaron concienzudamente y predicaron la liberación venidera. ¿Con qué autoridad? Pedro contesta: “En el nombre de Jesucristo . . . a quien ustedes empalaron . . . Esta es ‘la piedra que ustedes los edificadores trataron como de ningún valor la cual ha llegado a ser la principal piedra angular’. Además, no hay salvación en ningún otro, porque no hay otro nombre bajo el cielo que se haya dado entre los hombres mediante el cual hayamos de ser salvos.”—Hech. 4:10-12, NM.
3. ¿Qué otros pasos de liberación a los “nuevos cielos” da Jehová?
3 Procediendo con la creación de los “nuevos cielos”, Dios saca de entre todos los hombres 144,000 redimidos o librados que prueban su integridad hacia él, y a dichos hombres fieles los hace parte de Sión, su organización capital. (Apo. 14:1-4) Los fieles apóstoles son los primeros de éstos. Desde el tiempo del Pentecostés hasta la segunda venida de Cristo en gloria y poder otros son sacados del mundo. Cada uno a quien así se sacaba tenía que ser obediente y aprender la paciencia por medio de sufrir por causa del nombre de Dios. En esto ellos siguen a su Rey, “porque hasta Cristo sufrió por ustedes, dejándoles un modelo para que siguieran cuidadosamente sus pisadas.” (1 Ped. 2:21, NM) Como Cristo Jesús es la Piedra Principal y de Fundamento de la organización capital de los “nuevos cielos”, así todos los miembros de ella, como “piedras vivas”, son edificados en esa casa espiritual para que puedan efectuar un aceptable servicio celestial a Dios y a Cristo. (1 Ped. 2:3-8, NM) Estos que son coherederos con Cristo son librados de este mundo a la existencia en la parte del justo nuevo mundo que constan los “nuevos cielos”. El sepulcro no tiene dominio sobre ellos, ni puede alguna acción terrestre, política, militar o de otra índole, afectar su liberación al mundo justo. Eso lo garantiza Dios mismo.
4. ¿Bajo qué juicio vienen los hombres dedicados sobre la tierra, y qué promesa se les hace?
4 En números anteriores de La Atalaya se ha publicado durante meses recientes la evidencia de que en 1914 (d. de J. C.) Cristo fué instalado sobre su trono en los “nuevos cielos” como Libertador. (Sal. 110:1, 2) Su primer acto fué librar los cielos de toda injusticia, lo cual él logró echando fuera al Diablo. (Apo. 12:7-9, NM) Luego “el santuario del templo de Dios que está en el cielo fué abierto”. Esto indicó una gran liberación del sepulcro para aquellos que hasta la muerte habían probado ser fieles a su llamada como miembros del cuerpo de Cristo. Los apóstoles fueron los primeros en formar parte del templo de Dios bajo Cristo Jesús. (1 Cor. 3:16; 2 Cor. 6:16) Luego sigue un juicio que comienza en la casa de Dios. Esta es una prueba escrutadora para determinar quién es digno de liberación. Hombres sobre la tierra, dedicados a Dios, vienen bajo este juicio para liberación y a ellos se les da el mandato de persistir en obras justas, para garantizarse la liberación. “Pruébense fieles aun bajo peligro de muerte, y les daré la corona de la vida.”—Apo. 2:10, NM; 2 Tim. 2:11.
5. ¿Quiénes todavía esperan liberación a los “nuevos cielos”, y por qué no la humanidad en general?
5 Los “nuevos cielos” ahora están establecidos con Cristo en pleno dominio. Con él están aquellos fieles primitivos predicadores de justicia que trabajaron con él sobre la tierra, ahora librados a la vida eterna en los cielos. Aun esperando su liberación a estos “nuevos cielos” están todavía aquellos sobre la tierra cuyas esperanzas y aspiraciones están puestas en la vocación celestial y que tienen el testimonio del espíritu de que son hijos de Dios. (Rom. 8:16, 17, NM) La humanidad en general no tendrá parte en la liberación a los “nuevos cielos” del justo nuevo mundo de Jehová, pues esto sólo pertenece a los que reciben la adopción como hijos de Dios.—Rom. 8:14; Juan 1:12; Gál. 4:4, 5, NM.
LIBERACIÓN DE LA HUMANIDAD
6. ¿Qué liberación espera a los demás de la familia humana?
6 ¿Qué, entonces, le espera a la gran mayoría de la humanidad que ahora reside sobre la tierra en cuanto a recibir una liberación de los ayes que ahora afligen a las naciones? ¿Han de quedar relegados indefinidamente a la miseria y el temor, mientras sólo unos cuantos hombres alcanzan liberación a los “nuevos cielos”? ¡De ninguna manera! Dios no hace nada incompleta ni imperfectamente, y la liberación que él se ha propuesto comprende a toda su creación. (Isa. 45:22; Apo. 12:12, NM) Todas las demás criaturas que son fieles continuamente sobre la tierra ahora han de ser libradas a su justo nuevo mundo, también, aunque ellas no irán al cielo. Pero la manera en que Dios libra es notablemente diferente a cualquier cosa que el mundo intenta hoy.
7. La liberación de una “grande muchedumbre” a un mundo justo sobre la tierra significa que ¿qué cambio tiene que venir?
7 “De Jehová es la tierra y cuanto ella contiene.” (Sal. 24:1) En consecuencia él no entrega el dominio de la tierra indefinidamente a las fuerzas malignas, sino que la tierra tiene que ser puesta de nuevo en armonía con sus grandes propósitos y ocupar su lugar como parte de su mundo justo. “¡Mírenme! creando . . . una nueva tierra,” dice Jehová. (Isa. 65:17, Ro) Eso no significa una nueva esfera mundial, porque esta esfera presente no será destruída y por lo tanto no tendrá que ser reemplazada. (Ecl. 1:4) Pero si Dios va a librar a humanos inclinados a la justicia a las condiciones mejores de un mundo justo aquí en la tierra, entonces los asuntos de la tierra tienen que cambiar por completo a condiciones mejores. (Sal. 115:16; Isa. 45:18) Lo que Jehová crea es una nueva sociedad entre los humanos, bajo nuevos arreglos sociales, con un gobierno justo que tiene sus cimientos en los “nuevos cielos”. (Heb. 11:10, NM) Es a esta parte del nuevo mundo de justicia, a saber, la “nueva tierra”, que la mayoría de la humanidad que se pruebe fielmente obediente conseguirá la liberación.
8. ¿Cómo armoniza esto con el propósito declarado de Dios para el cielo y la tierra? ¿Qué muestra que el conocimiento es un requisito fundamental?
8 Esto está en armonía con la declaración de Jehová de que él hizo al hombre para la tierra y la tierra para el hombre. Está en armonía con la llana verdad bíblica de que sólo 144,000 personas lograrán la liberación a los “nuevos cielos”, y no obstante que también una “grande muchedumbre” de humanos recibirá liberación “de la grande tribulación” y será conducida a “fuentes de agua de vida”. La “nueva tierra” todavía no ha sido establecida, pero viene y ahora está muy cerca. Apoyando la conclusión de que el conocimiento de Dios es absolutamente esencial para la liberación a esa “nueva tierra” está la declaración profética del escritor inspirado: “¡Porque la tierra estará llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar!” (Hab. 2:14) Ciertamente que no está llena de esa manera ahora, pero todos los que reciban la liberación bendita a la “nueva tierra” harán que sí lo llegue a estar. Es su conocimiento, unido con sus buenas obras, lo que garantiza su liberación a ese mundo.
9. Además de librar a uno de las dificultades del presente mundo, ¿qué liberación de mayor importancia garantiza Jehová?
9 No sólo de las angustias y tribulaciones y calamidades que este mundo trae sobre sí mismo en su desunión libra Jehová a sus siervos obedientes. Él también garantiza librarlos de la ‘ruina que él trae sobre los que están arruinando la tierra’ en el Armagedón. Aunque las naciones ahora estén airadas unas contra otras y contra su pueblo, el tiempo se acerca para que la propia gran ira de Jehová venga sobre la tierra, “y el tiempo señalado para que los muertos [sean] juzgados, y para dar su galardón a tus esclavos los profetas y a los santos y a los que temen tu nombre, los pequeños y los grandes, y para traer a la ruina a los que están arruinando la tierra.” (Apo. 11:18, NM) El ser librados durante el tiempo de la ejecución de juicio de Dios en contra de este mundo es de más importancia que el simplemente escapar de la dificultad ahora.
LA MANERA QUE NO DA RESULTADOS Y LA QUE SÍ
10. ¿Qué perspectiva de buen éxito tienen los esfuerzos presentes por liberación propia que están en oposición al camino de Jehová?
10 No es la prerrogativa de ninguna persona o nación encargarse de tratar de cambiar el presente mundo y hacerlo mejor. Ya sea que esta tentativa se haga por medios pacíficos o por violencia, por conspiración política o por alianzas militares para impedir la agresión, etc., no importa. Dios mismo es quien va a ejecutar la liberación para la gente. Él es quien crea la “nueva tierra” y provee la salida del presente dilema mundial. Cualesquier conspiraciones o programas que intenten hacer este trabajo en vez de él, de antemano están destinadas a fracasar. La bomba atómica no representa ningún problema aterrador para él, ni el caos económico perturba su propósito de rehacer la sociedad humana. Nada inexorable se halla en su camino. Su propósito marcha inexorablemente hacia su logro y los humanos sólo pueden adaptarse a él o profesar pasarlo por alto. Ellos no pueden agregarle nada, alterarlo, acelerarlo o retardarlo —sólo amoldarse a él o negarlo.—Isa. 43:9; 2 Cor. 13:8, NM.
11. ¿Qué puntos de importancia han de tenerse presente tocante a la conducta ahora?
11 Que las condiciones abrumadoras del mundo no lo hagan desanimarse hasta la desesperación. Aunque la iniquidad y la maldad se hallan desenfrenadas en la tierra, que esto no lo haga concluir que es provechoso seguir el mismo proceder. “Mano a mano, los inicuos no quedarán sin castigo; pero el linaje de los justos será librado del mal.” (Pro. 11:21) No concluya que usted servirá a sus mejores intereses si anda en los caminos de hombres malignos del mundo. Ese no es el camino a la liberación. Recuerde que ahora estamos en el día de Jehová y su Rey, y “en sus días florecerán los justos”. (Sal. 72:7; 1 Ped. 3:12) No confíe en su propio corazón, sino que esfuércese por andar sabiamente, porque “el que confía en su propio corazón es un insensato; pero el que procede sabiamente será librado del mal”.—Pro. 28:26.
12. ¿Qué proceder ahora es imprudente en vista de ejemplos pasados?
12 No piense, tampoco, que usted no debe hacer nada salvo esperar que venga la liberación de Dios. Noé no esperó la liberación ociosamente; pero el mundo al que predicó se contentó con esperar y no hacer nada. Juzgue usted en términos de liberación qué proceder fué más sabio. Toda persona notable de la historia bíblica en cuyo favor Jehová se mostró fuerte como Libertador, primero mostró su propia fe en el poder libertador del Todopoderoso. Por otra parte, considere a aquellos como Faraón de Egipto, que despreció a Jehová y menospreció su habilidad para rescatar a los hombres que le aman y sirven. Faraón fué tenaz en resistir a Dios; ni siquiera el arrasamiento de la flor y nata de la masculinidad de Egipto lo hizo cambiar de parecer. Pero cuando se le quitó la vida ante la liberación milagrosa de los israelitas en el mar Rojo sus desprecios murieron con él. Piense en Goliat, quien rugió su desafío en desprecio al poder salvador de Jehová hasta que la piedra de liberación dirigida por Dios y arrojada por David acalló su croante voz. (1 Sam. 17:45-52) El poder que Jehová tiene de librar se mostró a favor de Samsón, cuando la humilde quijada de un asno humilló las espadas, las lanzas y la armadura de los poderosos filisteos.—Jueces 15.
13. Como en todo período de juicio divino, ¿qué es cierto ahora tocante a liberación? ¿Por qué predicar, entonces?
13 La liberación requiere fe, y la fe requiere obras que den significado a ella. El hecho de que para algunos hombres habrá una liberación de este mundo malo a su fin significa también que otros no entrarán al justo nuevo mundo. En todo período de juicio divino ha sido lo mismo: unos fueron librados, otros no. La parábola de las “ovejas y cabras” indica que una situación similar existiría ahora en la consumación de este sistema de cosas. Las “ovejas” van a la vida eterna, y las “cabras”, no libradas, a la destrucción eterna. (Mat. 25:31-46, NM) Entonces, clara razón hay para que se prediquen las buenas nuevas en toda la tierra habitada como testimonio, a saber, para que los hombres sepan quién es el verdadero Libertador y conozcan su arreglo del reino para la liberación. “Le agradó a Dios por la insensatez de lo que es predicado salvar a los que creen.” (1 Cor. 1:21, NM) El pasar por alto ese mensaje es despreciar la habilidad de Dios como Libertador, tan seguramente como el Faraón de Egipto la despreció. ¡No se encuentre en la clase de Faraón!
14. ¿Qué posición firme necesitan tener ahora los que buscan liberación?
14 No se deje avergonzar tampoco por los que se pongan a ridiculizar la idea de una gran liberación cercana de este mundo malo; o por los que se mofan de la perspectiva de que Jehová librará a los muertos que se hallan en las tumbas. No deje que se escapen de su mente, sino tenga bien grabadas en ella, las palabras de Pedro, él mismo un sobresaliente defensor de la liberación de la ira venidera al mundo justo. Aun Pedro vió la necesidad de despertar uno sus facultades de pensamiento claro para siempre tener en primer lugar en la mente, en contra de una gran marea de incredulidad, las verdades profundas concernientes a la liberación de Dios. Dijo él: “Porque ustedes conocen esto primeramente, que en los últimos días vendrán burladores con sus burlas, procediendo de acuerdo con sus propios deseos y diciendo: ‘¿Dónde está esa prometida presencia de él? Pues, desde el día que nuestros antepasados se durmieron en la muerte, todas las cosas continúan igual como ha sido desde el principio de la creación.’” (2 Ped. 3:1-4, NM) Esa es la actitud del mundo. Si no lo fuera, entonces no habría esfuerzos tan frenéticos por liberación propia como los que se ven hoy entre todas las naciones. Pero con todos los esfuerzos no hay una pizca de garantía de seguridad y liberación, ni hay seguridad verdadera alguna en algún proyecto humano promulgado hasta ahora. Todo es un experimento grandioso en que se pasan completamente por alto los fracasos del pasado.—Sal. 20:7; 146:3.
15. ¿Qué proceder dicta el juicio sano?
15 ¿Quiere usted hacer experimentos con su vida? ¿Está usted satisfecho con arriesgarlo todo por la probabilidad de que los proyectos humanos puedan hacerlo sobrevivir a cualesquier dificultades que le sobrevengan al mundo ahora o en el futuro cercano? ¿O está usted interesado en una liberación que es segura, que está garantizada más allá de toda duda? ¿No sería mejor y no sería usar juicio sano el confiar en la liberación de Jehová a un nuevo y justo mundo? La evidencia de su habilidad para librar es arrolladora. La prueba de que él está procediendo a crear un nuevo sistema de cosas en este mundo al cual librará a los que aman la justicia abunda en las Escrituras. Cuando se hace un examen detenido ninguna duda puede haber de que en breve se efectuará para los hombres que ahora viven la mayor liberación de la historia humana, y ésa ante la ira de Jehová manifestada en la mayor destrucción que jamás haya venido sobre la raza humana. Si es liberación lo que usted busca, ¿por qué no dirigirse a Aquel que sabe librar?
16, 17. ¿Cómo mostró David juicio sano en el asunto de liberación?
16 El rey David conoció a ese gran Libertador, Jehová, y aunque él mismo era un poderoso hombre de guerra, no dejó de confiar en Jehová para salvación. ¿Podrá dársele mayor tributo a Jehová como Libertador que el que le dió David? ¡Escuche!
17 “¡Entrañablemente te amo, oh Jehová, fortaleza mía! ¡Jehová es mi roca, y mi fortaleza, y mi libertador! . . . ligaduras del sepulcro me rodearon, se me pusieron delante lazos de muerte. En mi angustia seguí clamando a Jehová, sí, seguí pidiendo auxilio a mi Dios: él oía desde su templo mi voz, . . . Entonces sacudióse la tierra y temblaba; los cimientos de los montes se iban conmoviendo y se sacudieron, porque él se indignó. Subió humo en su ira, y fuego procedente de su boca devoraba: . . . Tronó también en los cielos Jehová, . . . Envía desde lo alto, tómame, sácame de grandes aguas; me libra de mi enemigo poderoso, . . . me sigue librando, por cuanto se complace en mí. Jehová me premiará conforme a mi justicia.”—Sal. 18:1-20.
18. ¿Qué demostrará de una vez y para siempre la liberación que Jehová efectuará en el Armagedón?
18 De la misma manera Jehová al fin de este mundo librará a aquellos en quienes él se complace, debido a su devoción a él. Él los premiará de acuerdo con la justicia que han demostrado por su confianza en él y su fiel obediencia en el servicio con su poderosa organización. No es una liberación sólo por causa de la liberación, sino una liberación por causa del honor y la gloria de su nombre. Demostrará de una vez y para siempre a toda la creación que Jehová es Dios supremo y que todo lo que existe debe lealtad y devoción a él como el gran Libertador y Soberano del universo. Sólo los que manifiestan esa plena medida de devoción vivirán en su justo nuevo mundo, pues nadie más será salvado de la ira de Dios que viene sobre este presente mundo de la dominación del Diablo.