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El papel de la mujer en las EscriturasLa Atalaya 1991 | 1 de julio
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El papel de la mujer en las Escrituras
“Esta será llamada Mujer, porque del hombre fue tomada esta.” (GÉNESIS 2:23.)
1, 2. a) Según algunos, ¿qué punto de vista sobre las mujeres se presenta en la Biblia? b) Para obrar con imparcialidad, ¿qué comparación debe hacerse, y qué dice una obra de consulta?
¿QUÉ punto de vista sobre las mujeres se presenta en las Santas Escrituras? Las opiniones sobre esto varían. Un libro reciente acerca de este asunto dice: “Un prejuicio corriente es que la Biblia ha menospreciado a las mujeres”. Hay quienes alegan que la Biblia —tanto en su parte hebrea como en la griega— es severa con las mujeres. ¿Es verdad eso?
2 Para obrar con imparcialidad, primero sería apropiado examinar cómo se trataba en tiempos bíblicos a las mujeres entre los pueblos que no adoraban a Jehová. En algunas civilizaciones antiguas que practicaban el culto a la diosa madre se honraba a las mujeres como símbolos de la fertilidad. Parece que se las tenía en alta estima en Babilonia y Egipto. Pero en otros lugares no les iba tan bien. En la antigua Asiria un hombre podía repudiar a su esposa cuando quisiera, y hasta matarla si ella le era infiel. Fuera de su hogar, ella tenía que llevar puesto un velo. En Grecia y Roma, solo las mujeres ricas, muchas de las cuales eran cortesanas (o rameras de alta categoría), podían educarse y disfrutaban de cierto grado de libertad. Por eso, agrada el leer lo siguiente en el Diccionario teológico del Nuevo Testamentoa: “A diferencia de su situación en el ámbito de las restantes religiones orientales, se le reconoce [a la mujer en las Escrituras Hebreas] su condición de persona [...] y de compañera del hombre”. Esto se declara bien en el último libro de las Escrituras Hebreas, donde el profeta de Jehová llama a la esposa de un hombre su “socia”, y añade: “Con la esposa de tu juventud que nadie trate traidoramente”. (Malaquías 2:14, 15.)
Creada como complemento del hombre
3. y nota. a) Después de crear a Adán, ¿qué asignaciones de trabajo le dio Jehová? b) Aunque aún no tenía esposa, ¿qué era cierto de Adán antes de que Eva fuera creada, y qué fue cierto también del “último Adán”, Jesús?
3 Según la Biblia, Jehová creó a Adán “del polvo del suelo” y lo colocó en el jardín de Edén para que lo cultivara. Dios llevó las bestias salvajes del campo y las criaturas voladoras a Adán para que él las estudiara y les diera nombre. Durante el tiempo que le tomó a Adán hacer aquello, estuvo solo. Para las asignaciones que había recibido de Jehová hasta aquel momento él era perfecto, completo, no carecía de nadab. No tenía “ayudante como complemento de él”. (Génesis 2:7, 15, 19, 20.)
4, 5. a) Cuando ya no fue bueno que Adán continuara solo, ¿qué hizo Jehová? b) ¿Qué asignación de largo plazo dio Jehová a Adán y Eva, y qué requeriría esto de ambos?
4 Sin embargo, pasado algún tiempo Jehová declaró que ‘no era bueno que el hombre continuara solo’, y procedió a dar a Adán una compañera que participara con él en los trabajos que habría que hacer. Anestesió a Adán, le extrajo una de las costillas, y construyó de ella una mujer, ‘hueso de los huesos de Adán y carne de su carne’. Ahora Adán tendría “una ayudante”, un “complemento”. “Además, los bendijo Dios y les dijo Dios: ‘Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla, y tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra’.” (Génesis 1:25, 28; 2:18, 21-23.)
5 Note que esa asignación se “les” dio a ambos, al hombre y la mujer. Su colaboración no se limitaría a llenar la Tierra. También abarcaría el sojuzgarla y ejercer dominio apropiadamente sobre todas las criaturas inferiores. Esto requeriría aptitud intelectual y cualidades espirituales, y tanto el hombre como la mujer tenían la capacidad necesaria para desarrollarlas en armonía con la voluntad de Dios.
El papel lógico de la mujer
6. a) ¿Qué indica la Biblia sobre la fortaleza física relativa del hombre y de la mujer? b) ¿Cómo es bueno que las mujeres razonen para aceptar el arreglo de cosas de Jehová?
6 Por supuesto, el sojuzgar la Tierra también requeriría fortaleza física. Por su sabiduría infinita, Jehová creó a Adán primero, luego a Eva. Ella fue creada “del varón”, “por causa del varón”, y al parecer con menos fortaleza física que el hombre. (1 Timoteo 2:13; 1 Corintios 11:8, 9; compárese con 1 Pedro 3:7.) Esta es una realidad de la vida que parece que a muchas feministas, y a otras mujeres también, se les hace difícil aceptar. De seguro serían más felices si trataran de comprender por qué dispuso Jehová las cosas así, de modo que aceptaran el papel que Dios les ha asignado. A las personas que se quejan de los arreglos divinos se las pudiera comparar con un ruiseñor que, asentado en su nido, se resiente de no ser tan fuerte como una gaviota, en vez de volar a una rama alta y cantar con gratitud por los dones singulares que Dios le ha dado.
7. ¿Por qué estaba Adán en buena posición para ejercer jefatura sobre Eva y cualesquiera hijos que nacieran? Pero ¿era aquello algo que perjudicara a Eva?
7 Antes de que Eva fuera creada, sin duda Adán adquirió mucha experiencia en la vida. Durante aquel tiempo Jehová le dio ciertas instrucciones. Adán había de transmitirlas a su esposa, y así obraría como vocero de Dios. Es lógico que debió haber llevado la delantera en todo asunto relacionado con la adoración y las actividades piadosas que se suponía que efectuaran en cumplimiento de su asignación. Cuando tuvieran hijos, él sería el cabeza de la familia. Pero el resultado de esto no sería perjudicial para su esposa. Más bien, esto sería ventajoso para ella, porque tendría a alguien que la apoyara cuando ejerciera sobre sus hijos la autoridad que Dios le había otorgado a ella misma.
8. ¿Qué orden de cosas divino se describe en la Biblia?
8 Según el orden de cosas divino, Adán era responsable a Jehová, Eva estaba bajo la jefatura de Adán, cualesquiera hijos estarían bajo la dirección de sus padres, y los animales estaban en sujeción a la humanidad. El hombre y la mujer tenían sus respectivos papeles, y cada uno podía tener una vida feliz y productiva. Así, ‘todas las cosas podrían efectuarse decentemente y según orden’. (1 Corintios 11:3; 14:33, 40, nota.)
El pecado deformó el papel de la mujer
9, 10. ¿Cuáles fueron las consecuencias de que el hombre y la mujer cayeran en el pecado, y qué ha ocasionado eso a muchas mujeres?
9 Naturalmente, la invasión del Paraíso original por el pecado y la imperfección damnificó aquel arreglo ordenado de las cosas. (Romanos 7:14-20.) Causó penalidad al hombre rebelde y a su desobediente esposa. (Génesis 3:16-19.) Desde entonces, a través de las edades muchos hombres egoístas han abusado de su jefatura legítima y han causado mucho sufrimiento a las mujeres.
10 Jehová, previendo esta consecuencia particular del pecado, dijo a Eva: “Tu deseo vehemente será por tu esposo, y él te dominará”. (Génesis 3:16.) Esa dominación abusiva no ha sido el modo apropiado de ejercer la jefatura. Ha reflejado la condición pecaminosa del hombre y también la imperfección de la mujer, pues a veces las mujeres han sufrido por haber intentado usurpar la autoridad de sus esposos.
11. ¿Qué es cierto de muchas mujeres, y qué escribió una autora acerca de las mujeres de tiempos patriarcales?
11 Pero en correlación con su adherencia a los principios bíblicos, muchas mujeres han hallado satisfacción y felicidad. Así fue hasta en tiempos patriarcales. Hablando sobre ese período en el libro La Bible au Féminin (La Biblia en género femenino), la autora Laure Aynard escribe: “Lo que particularmente sobresale en todos esos relatos es el papel importante que desempeñaron las mujeres, su prestigio a los ojos de los patriarcas, su iniciativa intrépida, y el ambiente de libertad en que vivieron”.
Las mujeres bajo la Ley de Moisés
12, 13. a) ¿Cómo se puede describir la condición de las mujeres bajo la Ley de Moisés? b) ¿Cómo les iba en sentido espiritual a las mujeres bajo la Ley?
12 Según las leyes que Jehová dio mediante Moisés, la esposa había de ser “estimada”. (Deuteronomio 13:6.) La dignidad de la esposa debía respetarse en los asuntos sexuales, y no se había de abusar sexualmente de ninguna mujer. (Levítico 18:8-19.) Hombres y mujeres eran iguales ante la Ley cuando se les declaraba culpables de adulterio, incesto o bestialidad. (Levítico 18:6, 23; 20:10-12.) El quinto mandamiento requería que se manifestara igual honra al padre y a la madre. (Éxodo 20:12.)
13 Sobre todo, la Ley daba a las mujeres plena oportunidad de desarrollar su espiritualidad. Se beneficiaban de la lectura de la Ley. (Josué 8:35; Nehemías 8:2, 3.) Se requería que observaran las fiestas religiosas. (Deuteronomio 12:12, 18; 16:11, 14.) Participaban en guardar el sábado semanal y podían hacer el voto del nazareo. (Éxodo 20:8; Números 6:2.) Estaban en relación personal con Jehová y le oraban individualmente. (1 Samuel 1:10.)
14. ¿Qué dice un escriturario católico respecto a las hebreas, y qué se puede decir sobre el papel de la mujer bajo la Ley?
14 En un comentario sobre las hebreas, el escriturario católico Roland de Vaux escribe: “Desde luego, sobre la mujer pesaban los trabajos más duros de la casa, la mujer guardaba los rebaños y trabajaba en el campo, hacía el pan, hilaba, etc. Pero esta actividad exterior no era humillante, sino que le granjeaba consideración. [...] Los raros relatos que nos permiten entrar en la intimidad de una familia israelita nos presentan a la mujer amada y escuchada por su marido, y tratada por él como igual; [...] y no cabe duda de que ésta era la condición ordinaria. Era conforme con las enseñanzas del Génesis: Dios había creado a la mujer como una ayuda adecuada al hombre y a la que el hombre se uniría, Gén 2,18.24 Gé 2:18, 24. El último capítulo de los Proverbios celebra a la buena ama de casa, a la que sus hijos proclaman bienaventurada, y cuyo elogio hace el marido, Prov 31,10-31”Pr 31:10-31 (Instituciones del Antiguo Testamento). No cabe duda de que, cuando en Israel se seguía la Ley, a las mujeres no se las trataba mal.
Mujeres sobresalientes
15. a) ¿Cómo ilustra la conducta de Sara una relación apropiada entre el hombre y su esposa? b) ¿Por qué es notable el caso de Rahab?
15 Las Escrituras Hebreas contienen muchos ejemplos de mujeres que fueron sobresalientes como siervas de Jehová Dios. El de Sara ilustra excelentemente cómo puede una mujer piadosa ser sumisa a su esposo y, al mismo tiempo, una ayuda para él al tomar decisiones. (Génesis 21:9-13; 1 Pedro 3:5, 6.) El caso de Rahab es notable. Prueba que es falsa la acusación de que Jehová manifiesta prejuicio racial y es severo con las mujeres. Rahab era una ramera no israelita. Jehová no solo la aceptó como adoradora, sino que, debido a su gran fe —apoyada por obras que incluían el cambio de su modo de vivir— la declaró justa. Además, la recompensó con el privilegio extraordinario de ser antepasada del Mesías. (Mateo 1:1, 5; Hebreos 11:31; Santiago 2:25.)
16. ¿Qué ilustra el ejemplo de Abigail, y por qué estuvo justificado su proceder?
16 Un hecho que ilustra que Jehová no requiere que la esposa sea ciegamente sumisa a su esposo se ve en el caso de Abigail. Su esposo era un hombre acaudalado y tenía grandes rebaños de ovejas y cabras. Pero era “áspero y malo en sus prácticas”. Abigail rehusó seguir el mal proceder de su esposo. Por manifestar discreción, sensatez, humildad y perspicacia, previno una situación que pudo haber sido desastrosa para su familia, y fue muy bendecida por Jehová. (1 Samuel 25:2-42.)
17. a) ¿Qué privilegio sobresaliente tuvieron algunas mujeres en Israel? b) ¿Qué lección contiene el ejemplo de Míriam para las cristianas que quizás reciban ciertos privilegios de servicio?
17 Algunas mujeres hasta fueron profetisas. Débora, que vivió durante el tiempo de los Jueces, fue una de estas. (Jueces, capítulos 4 y 5.) Huldá fue profetisa en Judá poco antes de la destrucción de Jerusalén. (2 Reyes 22:14-20.) El caso de Míriam merece consideración. Aunque se dice que ella era profetisa, enviada por Jehová, parece que en cierta ocasión este privilegio se le subió a la cabeza. No reconoció la autoridad que Jehová había otorgado a su hermano menor Moisés para que dirigiera a Israel, y fue castigada por ello, aunque parece que se arrepintió y fue restablecida. (Éxodo 15:20, 21; Números 12:1-15; Miqueas 6:4.)
Las mujeres en el judaísmo
18, 19. ¿Cómo se puede describir la condición de las mujeres en el judaísmo, y a qué se debió eso?
18 Como hemos visto, la Ley de Moisés protegía los derechos de la mujer y, cuando se observaba, permitía que las mujeres llevaran una vida satisfaciente. Pero al transcurrir el tiempo, especialmente tras la destrucción de Jerusalén en 607 a.E.C., se desarrolló la religión del judaísmo, basada más en tradiciones orales que en la Ley escrita de Jehová. Desde el siglo IV a.E.C. en adelante el judaísmo absorbió mucha filosofía griega. En general, los filósofos griegos prestaban poca atención a los derechos de la mujer, y como resultado hubo una baja correspondiente en la posición de las mujeres en el judaísmo. Desde el siglo III a.E.C. se comenzó a separar a las mujeres de los hombres en las sinagogas judías, y se las disuadía de leer la Tora (Ley de Moisés). La Encyclopaedia Judaica reconoce: “Esto llevó a que pocas mujeres fueran personas instruidas”. La educación se daba principalmente a los muchachos.
19 En el libro Jerusalén en tiempos de Jesús J. Jeremias escribe: “En conjunto, la situación de la mujer en la legislación religiosa está muy bien reflejada en una fórmula que se repite sin cesar: ‘Mujeres, esclavos (paganos) y niños (menores)’. [...] Añadamos a todo esto que no faltan juicios desdeñosos acerca de la mujer. [...] Tenemos, pues, la impresión de que también el judaísmo del tiempo de Jesús tenía en poca consideración a la mujer”.
Mujeres fieles que esperaban al Mesías
20, 21. a) A pesar de la actitud desdeñosa de los líderes religiosos judíos hacia las mujeres, ¿quiénes se hallaron entre los que estaban alerta al acercarse el tiempo en que aparecería el Mesías? b) ¿Qué indica que Elisabet y María eran mujeres de profunda devoción piadosa?
20 Esa actitud de desdén hacia las mujeres se hallaba entre las maneras como los rabinos judíos ‘invalidaban la palabra de Dios mediante su tradición’. (Marcos 7:13.) Pese a tal desdén, a medida que se acercaba el tiempo de la venida del Mesías algunas mujeres piadosas estaban alerta, a la espera. Una de ellas fue Elisabet, esposa del sacerdote levita Zacarías. Ella y su esposo eran “justos delante de Dios porque andaban exentos de culpa de acuerdo con todos los mandamientos y requisitos legales de Jehová”. (Lucas 1:5, 6.) Elisabet fue favorecida por Jehová en el sentido de que, aunque era estéril y de edad avanzada, llegó a ser la madre de Juan el Bautizante. (Lucas 1:7, 13.)
21 Impelida por el espíritu santo, Elisabet manifestó profundo amor a otra mujer piadosa de sus días, una parienta suya llamada María. A fines del año 3 a.E.C., cuando el ángel Gabriel informó a María que concebiría milagrosamente un hijo (Jesús), la llamó “altamente favorecida”, y añadió: “Jehová está contigo”. Poco después María visitó a Elisabet, quien bendijo tanto a María como a su hijo no nacido, y llamó a Jesús su “Señor” aun antes de que naciera. Entonces María prorrumpió en una expresión de alabanza a Jehová que da testimonio elocuente de su profunda devoción piadosa. (Lucas 1:28, 31, 36-55.)
22. Después de nacer Jesús, ¿qué mujer temerosa de Dios mostró que había estado entre los que esperaban al Mesías?
22 Cuando Jesús nació y María lo llevó al templo en Jerusalén para presentarlo a Jehová, otra mujer temerosa de Dios —la anciana profetisa Ana— expresó su gozo. Dio gracias a Jehová y habló de Jesús a todos los que esperaban ansiosamente al Mesías prometido. (Lucas 2:36-38.)
23. ¿Qué dice el apóstol Pedro sobre mujeres fieles de tiempos precristianos, y qué preguntas examinaremos en el artículo que sigue?
23 Así, mientras se acercaba el tiempo del ministerio terrestre de Jesús, todavía había “mujeres santas que esperaban en Dios”. (1 Pedro 3:5.) Algunas de aquellas mujeres se hicieron discípulas de Cristo. ¿Cómo las trató Jesús? ¿Y hay actualmente mujeres que acepten con gusto su papel como se describe en la Biblia? Estas preguntas se examinarán en el artículo que sigue.
[Notas a pie de página]
a Vol. III, página 128.
b “El último Adán” —Jesucristo— fue también un hombre perfecto, completo, aunque no tuvo esposa humana. (1 Corintios 15:45.)
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El papel de la mujer en las EscriturasLa Atalaya 1991 | 1 de julio
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[Recuadro en la página 10]
“LA MUJER QUE TEME A JEHOVÁ”
“10 Una esposa capaz, ¿quién la puede hallar? Su valor es mucho más que el de los corales. 11 En ella el corazón de su dueño ha cifrado confianza, y no falta ninguna ganancia. 12 Ella le ha recompensado con bien, y no mal, todos los días de su vida. 13 Ha buscado lana y lino, y trabaja en todo cuanto es el deleite de sus manos. 14 Ha resultado ser como naves de mercader. Desde lejos trae su alimento. 15 Se levanta también mientras todavía es de noche, y da alimento a su casa y la porción prescrita a sus mujeres jóvenes. 16 Ha considerado un campo y ha procedido a obtenerlo; del fruto de sus manos ha plantado una viña. 17 Ha ceñido de fuerza sus caderas, y vigoriza sus brazos. 18 Ha percibido intuitivamente que su comercio es bueno; su lámpara no se apaga de noche. 19 Ha alargado sus manos a la rueca, y sus propias manos asen el huso. 20 Ha extendido la palma de su mano al afligido, y ha alargado sus manos al pobre. 21 No teme por su casa a causa de la nieve, porque toda su casa está vestida de prendas de vestir dobles. 22 Se ha hecho colchas. Su ropa es de lino y lana teñida de púrpura rojiza. 23 Su dueño es alguien conocido en las puertas, cuando se sienta con los ancianos del país. 24 Ella ha hecho hasta prendas de vestir interiores y ha procedido a venderlas, y ha dado cintos a los comerciantes. 25 Fuerza y esplendor son su ropa, y se ríe de un día futuro. 26 Ha abierto la boca con sabiduría, y la ley de bondad amorosa está en su lengua. 27 Vigila cómo marchan los asuntos de su casa, y el pan de la pereza no come. 28 Sus hijos se han levantado y han procedido a pronunciarla feliz; su dueño se levanta, y la alaba. 29 Hay muchas hijas que han demostrado capacidad, pero tú... tú has ascendido por encima de todas ellas. 30 El encanto puede ser falso, y la belleza puede ser vana; pero la mujer que teme a Jehová es la que se procura alabanza. 31 Denle del fruto de sus manos, y alábenla sus obras aun en las puertas.”—Proverbios 31:10-31.
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‘Mujeres que trabajan con ahínco en el Señor’La Atalaya 1991 | 1 de julio
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‘Mujeres que trabajan con ahínco en el Señor’
“Saluden a Trifena y a Trifosa, mujeres que están trabajando con ahínco en el Señor.” (ROMANOS 16:12.)
1. ¿En qué sentido resultó ser una bendición para las mujeres el ministerio terrestre de Jesús?
EL MINISTERIO terrestre de Jesús fue de veras una bendición para las mujeres judías. La obra que él empezó traería consuelo, esperanza y nueva dignidad a mujeres de toda raza. Él no prestaba atención a las tradiciones del judaísmo que ‘invalidaban la palabra de Dios’. (Mateo 15:6.) Muchas de aquellas tradiciones despreciaban los derechos fundamentales que Dios había concedido a las mujeres.
La actitud de Jesús hacia las mujeres
2. ¿Por qué se puede decir que el enfoque que Jesús tenía de las mujeres era revolucionario en aquellos tiempos?
2 ¡Qué contraste marcado había entre la actitud de Jesús hacia las mujeres y la de los líderes religiosos judíos! Para citar la Encyclopaedia Judaica, ellos consideraban a las mujeres “codiciosas, indiscretas, perezosas y celosas”. Desaprobaban el conversar con una mujer, y “era un deshonor para un alumno de los escribas hablar con una mujer en la calle” (Jerusalén en tiempos de Jesús, por Joachim Jeremias; compárese con Juan 4:27). Se pudiera decir mucho más sobre el desdén con que consideraban los líderes del judaísmo a las mujeres. Pero basta lo supracitado para mostrar que el enfoque que Jesús tenía de las mujeres era verdaderamente revolucionario para aquellos tiempos.
3. ¿Qué sucesos durante el ministerio de Jesús muestran que él estaba dispuesto a enseñar verdades espirituales profundas a las mujeres?
3 Jesús suministra el ejemplo perfecto de cómo puede haber una relación cordial, pero casta, entre hombres y mujeres. No solo conversó con ellas, sino que también les enseñó verdades espirituales profundas. De hecho, la primera persona a quien él reveló francamente que era el Mesías fue una mujer, y samaritana además. (Juan 4:7, 25, 26.) También un suceso que tiene que ver con Marta y María muestra claramente que, a diferencia de los líderes religiosos judíos, Jesús no creía que una mujer no tuviera derecho a dejar temporalmente a un lado los utensilios de cocina para aumentar su conocimiento espiritual. En aquella ocasión María “escogió la buena porción”, pues puso los asuntos espirituales en primer lugar. (Lucas 10:38-42.) Pero unos meses más tarde, después que el hermano de ellas había muerto, fue Marta, no María, la que manifestó mayores ansias de encontrarse con el Amo. ¡Cuánto nos emociona aun hoy el leer aquella conversación espiritual tan profunda entre Jesús y Marta sobre la esperanza de la resurrección! (Juan 11:20-27.) ¡Qué privilegio tuvo Marta!
Mujeres que ministraron a Jesús
4, 5. Además de los apóstoles, ¿quiénes siguieron a Jesús durante su ministerio en Galilea, y cómo le ministraron?
4 Jesús también aceptó que mujeres le ministraran mientras viajaba por el país. Marcos, en su Evangelio, menciona a “mujeres [...], las cuales acostumbraban acompañarlo [a Jesús] y ministrarle cuando estaba en Galilea”. (Marcos 15:40, 41.) ¿Quiénes eran aquellas mujeres, y cómo servían a Jesús? Aunque no sabemos cómo se llamaban todas, Lucas suministra unos cuantos nombres y explica cómo ministraban a Jesús.
5 Lucas escribe: “Poco después iba viajando de ciudad en ciudad y de aldea en aldea, predicando y declarando las buenas nuevas del reino de Dios. Y con él iban los doce, y ciertas mujeres que habían sido curadas de espíritus inicuos y de enfermedades, María la llamada Magdalena, de quien habían salido siete demonios, y Juana la esposa de Cuza, el intendente de Herodes, y Susana y muchas otras mujeres, que les ministraban de sus bienes”. (Lucas 8:1-3.) Jesús permitió de buena gana que aquellas mujeres lo siguieran y usaran sus bienes para ministrar tanto a él como a sus apóstoles con relación a sus necesidades materiales.
6. a) ¿Quiénes acompañaron a Jesús en su último viaje a Jerusalén? b) ¿Quiénes estuvieron cerca de Jesús al tiempo de su muerte, y qué recompensa recibieron algunas de ellas? c) Desde el punto de vista de las tradiciones del judaísmo, ¿por qué es notable el relato de Juan 20:11-18?
6 Cuando Jesús fue ejecutado, “estaban allí, mirando desde lejos, muchas mujeres que habían acompañado a Jesús desde Galilea para ministrarle; entre las cuales estaba María Magdalena, también María la madre de Santiago y de Josés”. (Mateo 27:55, 56.) De modo que hubo muchas mujeres fieles cerca de Jesús cuando él murió. También merece mencionarse que los primeros testigos de su resurrección fueron mujeres. (Mateo 28:1-10.) Esto en sí mismo era un revés para la tradición judía, pues en el judaísmo no se veía a las mujeres como dignas de ser testigos legales. Con esto presente, ¡lea Juan 20:11-18 y trate de imaginarse la profunda emoción que debe haber sentido María Magdalena cuando el Amo resucitado se le apareció, la llamó por nombre y la utilizó como testigo para informar a sus discípulos que en realidad estaba vivo!
Cristianas fieles después del Pentecostés
7, 8. a) ¿Cómo sabemos que había mujeres presentes al derramarse el espíritu en el Pentecostés? b) ¿Cómo participaron las cristianas en la expansión temprana del cristianismo?
7 Después que Jesús ascendió al cielo, hubo mujeres piadosas presentes con los apóstoles fieles en el aposento de arriba en Jerusalén. (Hechos 1:12-14.) Es patente que entre las personas sobre quienes se derramó espíritu santo en el Pentecostés había mujeres. ¿Por qué? Porque cuando Pedro explicó lo que había acontecido citó de Joel 2:28-30, que menciona específicamente a “hijas” y “siervas” o “esclavas”. (Hechos 2:1, 4, 14-18.) Así que cristianas engendradas por espíritu y ungidas fueron parte de la congregación cristiana desde que se fundó.
8 Las mujeres desempeñaron un papel importante, aunque no dominante, en la diseminación del cristianismo. María, la madre de Marcos y tía de Bernabé, puso su casa, que al parecer era grande, a la disposición de la congregación de Jerusalén. (Hechos 12:12.) Y estuvo dispuesta a hacerlo aunque poco antes se había desatado una ola de persecución contra los cristianos. (Hechos 12:1-5.) Las cuatro hijas del evangelizador Felipe tuvieron el privilegio de ser profetisas cristianas. (Hechos 21:9; 1 Corintios 12:4, 10.)
La actitud de Pablo hacia las mujeres
9. ¿Qué aconsejó Pablo respecto a las cristianas en su primera carta a los corintios, y qué principio divino exhortaba él a las mujeres a respetar?
9 A veces se acusa al apóstol Pablo de misoginia, es decir, aversión u odio a las mujeres, o repulsión por la sociabilidad con ellas. Es cierto que fue Pablo quien insistió en que las mujeres se mantuvieran en su debido lugar en la congregación cristiana. Normalmente no habían de enseñar en las reuniones de la congregación. (1 Corintios 14:33-35.) Si una cristiana hablaba en una reunión porque no había un varón cristiano presente o porque profetizaba impelida por el espíritu santo, se requería que ella se cubriera la cabeza. La cubierta que usaba era “una señal de autoridad”, una prueba visible de que la mujer reconocía el arreglo divino de la jefatura. (1 Corintios 11:3-6, 10.)
10. ¿De qué han acusado algunos al apóstol Pablo, pero qué demuestra que esa acusación es falsa?
10 Parece que a Pablo se le hizo necesario recordar a los cristianos primitivos aquellos principios teocráticos para que ‘todas las cosas se efectuaran decentemente’ en las reuniones de la congregación. (1 Corintios 14:40.) Pero ¿quiere decir eso que Pablo estaba en contra de las mujeres, como alegan algunos? De ningún modo. ¿No fue Pablo quien en el último capítulo de su carta a los romanos envió saludos afectuosos a nueve cristianas? ¿No mostró su aprecio profundo a Febe, Prisca (Priscila), Trifena y Trifosa, y dijo que estas últimas dos eran “mujeres que están trabajando con ahínco en el Señor”? (Romanos 16:1-4, 6, 12, 13, 15.) Y fue Pablo quien bajo inspiración escribió: “Todos ustedes los que fueron bautizados en Cristo se han vestido de Cristo. No hay ni judío ni griego, no hay ni esclavo ni libre, no hay ni varón ni hembra; porque todos ustedes son una persona en unión con Cristo Jesús”. (Gálatas 3:27, 28.) Está claro que Pablo amaba y apreciaba a sus hermanas cristianas, entre ellas Lidia, quien mostró hospitalidad ejemplar durante un período difícil. (Hechos 16:12-15, 40; Filipenses 4:2, 3.)
Mujeres que trabajan con ahínco hoy
11, 12. a) ¿Cómo se cumple hoy literalmente Salmo 68:11? b) ¿En qué circunstancias están muchas de nuestras hermanas, y por qué necesitan nuestro cariño y nuestras oraciones?
11 Hoy en la congregación cristiana hay muchas cristianas que ‘trabajan con ahínco en el Señor’. De hecho, las estadísticas indican que “las mujeres que anuncian las buenas nuevas son un ejército grande”, pues constituyen la mayor parte del ejército de Testigos que Jehová utiliza en este tiempo del fin. (Salmo 68:11.) Estas cristianas trabajadoras se han ganado una reputación excelente mientras se esfuerzan por cumplir con su papel de esposas, madres, amas de casa, sostén de la familia y ministras cristianas.
12 Algunas de estas excelentes hermanas tienen esposos incrédulos. Tienen que encararse con esta situación las 24 horas del día. Algunas han estado esforzándose por años para ser buenas esposas a la vez que satisfacen los requisitos de las siervas leales de Jehová. Aunque no se les ha hecho fácil, han aguantado, siempre con la esperanza de que sus esposos “sean ganados sin una palabra” mediante la excelente conducta cristiana de ellas. ¡Y qué gozo experimenta toda la familia cuando el esposo responde apropiadamente! (1 Pedro 3:1, 2.) Mientras tanto, estas hermanas fieles ciertamente necesitan el cariño fraternal y las oraciones de los demás miembros de la congregación. Tal como el “espíritu quieto y apacible” que ellas tratan de desplegar es “de gran valor a los ojos de Dios”, así su integridad inquebrantable es preciosa a nuestros ojos. (1 Pedro 3:3-6.)
13. ¿Por qué se puede decir que nuestras precursoras son “mujeres que están trabajando con ahínco en el Señor”, y cómo se las debe considerar en sus respectivas congregaciones?
13 De las hermanas que sirven de precursoras muy ciertamente se puede decir que “están trabajando con ahínco en el Señor”. Muchas tienen que atender un hogar, un esposo e hijos, además de su obra de predicar. Algunas tienen un empleo de media jornada para conseguir lo que necesitan en sentido material. Todo esto exige buena organización, resolución, perseverancia y mucho trabajo duro. Estas cristianas deben poder sentir el amor y el apoyo de aquellos a quienes las circunstancias no les permiten dedicar horas de precursor a la testificación.
14. a) ¿Qué ejemplo excelente de perseverancia se menciona? b) ¿Qué otras cristianas merecen encomio, y por qué? Mencione ejemplos locales.
14 Algunas cristianas han mostrado extraordinaria tenacidad en su servicio de precursoras. En Canadá, Grace Lounsbury empezó a servir como precursora en 1914. Tuvo que darse de baja de la lista de precursores en 1918 por enfermedad, pero para 1924 había vuelto al servicio de tiempo completo. Al escribirse este artículo, ¡todavía está en la lista de precursores, a pesar de sus 104 años de edad! Muchas misioneras que fueron adiestradas en las primeras clases de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower en los años cuarenta todavía sirven fielmente como misioneras o como parte de la familia del Betel de Brooklyn o de una de las sucursales de la Sociedad Watch Tower. Todas estas cristianas, y en realidad todas las hermanas que se aplican en el servicio de Betel, muestran un espíritu abnegado y son ejemplos excelentes. ¿Les decimos que las apreciamos?
Las esposas de los superintendentes viajantes
15, 16. ¿Qué grupo de cristianas merece especialmente nuestro encomio afectuoso, y por qué?
15 Las esposas de los superintendentes viajantes componen otro grupo de cristianas que merecen encomio afectuoso y estímulo. Estas queridas hermanas están dispuestas a seguir a sus esposos mientras ellos van de congregación en congregación, o de circuito en circuito, para edificar a sus hermanos en sentido espiritual. La mayoría de ellas han renunciado a las comodidades de un hogar; duermen en una cama diferente cada semana, y no siempre una cama cómoda. Pero aceptan con gusto lo que sus hermanos puedan ofrecerles. Son un ejemplo excelente para sus hermanas espirituales.
16 Estas cristianas también prestan apoyo inestimable a sus esposos, de modo muy parecido a como lo hicieron las mujeres piadosas que seguían a Jesús para “acompañarlo y ministrarle”. (Marcos 15:41.) No pueden pasar mucho tiempo a solas con sus respectivos esposos, quienes siempre ‘tienen mucho que hacer en la obra del Señor’. (1 Corintios 15:58.) Algunas —como en Francia lo hace Rosa Szumiga, quien emprendió el servicio de tiempo completo en 1948— han estado haciendo las maletas para sus esposos y viajando con ellos por 30 o 40 años. Están dispuestas a sacrificarse por Jehová y por sus hermanos y hermanas. Merecen nuestro aprecio, nuestro amor y nuestras oraciones.
Las esposas de los ancianos
17, 18. a) ¿Qué cualidades se requieren de las esposas de los hermanos nombrados para puestos de servicio? b) ¿Qué sacrificios están dispuestas a hacer por Jehová y por los hermanos las esposas de los ancianos, y cómo pueden otras esposas ayudar a sus respectivos esposos?
17 Al enumerar los requisitos que han de satisfacer los hermanos que pudieran ser nombrados ancianos o siervos ministeriales, el apóstol Pablo mencionó también a las mujeres cuando escribió: “Las mujeres, igualmente, deben ser serias, no calumniadoras, moderadas en los hábitos, fieles en todas las cosas”. (1 Timoteo 3:11.) Es cierto que este consejo general aplica a todas las cristianas. Pero en vista del contexto, es obvio que las esposas de los hermanos nombrados para puestos de servicio deben seguirlo de manera ejemplar.
18 Felizmente, esto se cumple en el caso de miles de esposas de superintendentes cristianos. Son moderadas en sus hábitos y su vestir, serias en cuanto al vivir cristiano, prudentes tocante a lo que dicen, y se esfuerzan sinceramente por ser fieles en todas las cosas. También están dispuestas a sacrificarse cuando aceptan que sus esposos pasen tiempo en asuntos de la congregación, tiempo que de otro modo pudieran pasar con ellas. Estas cristianas fieles merecen nuestro cariño y estímulo. Quizás más hermanos pudieran esforzarse por alcanzar privilegios en nuestras muchas congregaciones si sus esposas consintieran humildemente en sacrificarse de ese modo para provecho de todos.
“Mujeres de edad” fieles
19. ¿Por qué se aprecia en gran manera en sus congregaciones a muchas “mujeres de edad” fieles, y cómo debemos sentirnos para con ellas?
19 Nuestro repaso de las mujeres mencionadas en la Biblia nos ha permitido ver que la edad no impide que mujeres de fe sirvan a Jehová. Este hecho lo ilustraron los casos de Sara, Elisabet y Ana. Hoy hay muchas cristianas de edad avanzada que son excelentes ejemplos de fe y aguante. Además, pueden apoyar discretamente a los ancianos mediante ayudar a hermanas de menos edad. Por su amplia experiencia pueden dar consejo sabio a las mujeres de menos edad, como las Escrituras las autorizan a hacerlo. (Tito 2:3-5.) Puede que a veces una hermana de edad madura necesite personalmente consejo. Si así es, el anciano que la aconseje debe ‘instarla como a una madre’. Los ancianos deben ‘honrar a las viudas’ y, si es necesario, organizar los asuntos para que ellas reciban ayuda material. (1 Timoteo 5:1-3, 5, 9, 10.) Ciertamente nuestras queridas hermanas de edad madura deben sentir que las necesitamos y las apreciamos.
Gobernantes con Cristo
20. ¿Qué privilegio supremo se ha dado a muchas cristianas, y por qué pueden estar contentas las otras ovejas por ello?
20 Las Escrituras muestran claramente que “con Dios no hay parcialidad” respecto a raza o sexo. (Romanos 2:10, 11; Gálatas 3:28.) Y esto también aplica a la manera como Jehová escoge a los que han de estar asociados con su Hijo en el gobierno del Reino. (Juan 6:44.) ¡Cuán agradecida puede estar la gran muchedumbre de otras ovejas de que mujeres fieles —como lo fueron María la madre de Jesús, María Magdalena, Priscila, Trifena, Trifosa y muchas otras de la congregación cristiana primitiva— ahora participen en la gobernación del Reino y enriquezcan ese gobierno mediante su comprensión profunda de los sentimientos de las mujeres y de lo que ellas experimentan! ¡Qué amorosa previsión y sabiduría por parte de Jehová! (Romanos 11:33-36.)
21. ¿Qué opinión y sentir tenemos hoy respecto a las ‘mujeres que trabajan con ahínco en el Señor’?
21 Hoy nosotros podemos compartir la opinión y el sentir del apóstol Pablo cuando habló con amor y aprecio de “estas mujeres que se han esforzado lado a lado conmigo en las buenas nuevas”. (Filipenses 4:3.) Todos los testigos de Jehová, hombres y mujeres, consideran que es un gozo y un privilegio trabajar lado a lado con el ‘ejército grande de mujeres que anuncian las buenas nuevas’, sí, ‘mujeres que trabajan con ahínco en el Señor’. (Salmo 68:11; Romanos 16:12.)
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