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Más y más precursores de buenas nuevasLa Atalaya 1950 | 15 de agosto
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aquellos para quienes se cultiva la tierra. Los precursores son cultivados por Dios para su obra de anunciar su Reino y su amonestación respecto al Armagedón.
31. ¿Por qué es éste el tiempo especial para ingresar en las filas de los precursores?
31 Éste es el tiempo acepto para que usted ingrese en las filas de los precursores. Nunca antes han hecho tanta falta, ni jamás ha sido tan corto el tiempo ni tan abundante la mies que ha de cosecharse. Si usted ha sido llamado de las tinieblas a la luz maravillosa, refléjela a otros antes de que sea demasiado tarde. Cuanto más tiempo pase en reflejar la luz, tanto más refulgente se hará su reflector y tanto más brillante será su luz, y tantos más serán atraídos a la verdad. Ya ha pasado gran parte del día de Jehová y la noche del Armagedón está muy cerca. No esté dormitando y en una condición de indiferencia hacia los que están en la esclavitud. Oiga la llamada para más y más precursores de las buenas nuevas. Sienta la necesidad urgente, y luego ¡responda!
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Visita presidencial a VenezuelaLa Atalaya 1950 | 15 de agosto
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Visita presidencial a Venezuela
HABIENDO terminado su visita teocrática en Colombia, N. H. Knorr, presidente de la Sociedad Wátchtower y su secretario, R. E. Morgan, partieron jueves, 12 de enero, por la mañana con rumbo a Maracaibo, Venezuela. Diez publicadores fueron al aeropuerto para despedirse de ellos, y ahora, al llegar a Maracaibo, se les brindó un gran recibimiento. Como cincuenta personas los esperaban en el aeropuerto. Pequeñuelos portaban ramilletes de flores y un fotógrafo de la prensa estaba presente para tomar una foto, la cual apareció en el periódico el día siguiente, dando la noticia de la llegada del conferenciante que pronunciaría un discurso en el Templo Masónico sobre “Libertad a los cautivos”. Los dos viajeros, en compañía de los misioneros radicados en Maracaibo, se dirigieron al hogar, mientras que los publicadores se fueron a distribuir los sueltos anunciando el discurso público. Era demasiado reducido el Salón del Reino para la pequeña asamblea que se había arreglado para las compañías cerca de Maracaibo, pero se colocaron sillas en el patio detrás de la casa y 75 personas escucharon los discursos que se pronunciaron esa noche entre las 19 y 21 horas.
Maracaibo es una ciudad próspera; la producción del petróleo le da mucho movimiento. La mañana del viernes fué necesario ir al centro de la ciudad con motivo del reglamento de inmigración e informarse relativo al viaje a la ciudad que seguía, y ya que estaban allí los hermanos fueron al mercado, que fué de mucho interés. En la sección de comestibles la carne se cuelga de una barra arriba del mostrador y cuando uno desea comprar tiene que empujar a un lado una pierna u otra parte de la res o del puerco para poder hablar con el vendedor tras el mostrador. El local estaba apretado de gente, pero había cordialidad y amabilidad. Los misioneros tienen varios estudios bíblicos con los trabajadores del mercado. Parecía que todo el mundo sabía de la conferencia pública que se iba a pronunciar esa noche; por lo tanto los hermanos esperaban una buena asistencia. Se suponía que ya la estación de las lluvias había terminado, pero el tiempo es muy variable y había llovido todos los días desde que entró la temporada árida. Se esperaba que no lloviera esa tarde o esa noche, porque cuando llueve en Maracaibo la gente no sale. Desafortunadamente una hora antes de la conferencia hubo un aguacero, lo cual afectó el celo de algunos. A pesar de todo, se llenó el salón, y 132 ocuparon los asientos y algunos tuvieron que permanecer de pie en el corredor.
Se entusiasmaron tanto los hermanos con motivo de la visita del hermano Knorr que creyeron conveniente difundir el discurso por radio e hicieron los arreglos conducentes con la estación radiodifusora “Ondas del Lago”. Tuvo que conseguirse permiso especial para celebrar una reunión pública, como también para emplear el inglés por radio. El gobierno concedió tal permiso. Justamente quince minutos antes de la hora de la conferencia, que iba a pronunciarse en inglés y en español, llegaron los técnicos del radio para instalar las conexiones entre el Salón Masónico y la estación radiodifusora. Minutos después de las veinte horas el programa empezó. Aproximadamente quince minutos después de empezar el hermano Knorr el discurso, que pronunció a oyentes muy atentos, se apagaron todas las luces en el edificio. Estuvo el auditorio en tinieblas y la suspensión de la corriente eléctrica paró la radiotransmisión. El hermano Knorr suplicó que permanecieran quietos los oyentes y siguió con su alocución. Nadie salió aparte de los que se apresuraron para ver lo que podían hacer para restablecer la iluminación. Un murmullo momentáneo se oyó en el salón, luego todos se calmaron y escucharon el discurso. Se supo después que un fusible se había quemado en la línea troncal. El encargado pronto lo repuso de modo que la luz faltó sólo unos tres minutos. Segundos después que se restableció la corriente, el hermano Morgan oyó el discurso en inglés y español por medio del radiorreceptor pequeño que empleaba para probar el aparato transmisor.
La radiotransmisión dió buen resultado, tanto en inglés como en español, durando una hora y treinta minutos. El día siguiente supieron los hermanos que iban trabajando de casa en casa, que la conferencia pública había logrado buena aceptación. Estuvo muy animada cierta mujer con motivo de lo que había oído y con toda facilidad se colocó un libro con ella y se hicieron los arreglos para un estudio. Había oído las noticias por radio anunciando la conferencia pero sus vecinos le aconsejaron que no asistiera a la reunión en el Salón Masónico. Los sacerdotes les habían dicho a sus vecinos que los testigos de Jehová eran “diablos blancos de los Estados Unidos”. Pero, vencida por la curiosidad, escuchó la radiodifusión. Lo que oyó le llenó de entusiasmo y quería saber más. Otros publicadores relataron que algunos escucharon la parte en inglés de la alocución, mientras que otros entendieron únicamente la parte en español. Por dondequiera se oían comentarios favorables de la radiotransmisión. Los publicadores locales estuvieron muy contentos al saber que la transmisión de la conferencia por radio había tenido muy buen éxito, y esperan lograr buenos resultados debido a esta conferencia.
La compañía pequeña de testigos de Jehová en Maracaibo
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