Decoro apropiado del cristiano
1 Somos “un espectáculo teatral al mundo, y a los ángeles, y a los hombres,” declaró el apóstol Pablo. (1 Cor. 4:9) Como testigos de Jehová consideramos que es un privilegio representar a nuestro Padre, Jehová, de un modo limpio y modesto. Sabemos que tanto nuestra conducta y habla como nuestro acicalamiento y modo de vestir pueden influir en el punto de vista que otras personas tienen de la adoración verdadera de Jehová.
2 Se espera que los cristianos mantengan decoro apropiado. La conducta, el acicalamiento y el modo de vestir nuestros deben reflejar en todo momento la decencia y dignidad que corresponde a siervos dedicados de Dios. Ciertamente no sería correcto que los cristianos fueran indecentes o desconsiderados con otras personas.—Miq. 6:8; 1 Cor. 10:31-33.
3 Cuando otras personas nos miran, ¿qué ven ellas? ¿Indica nuestra vestimenta una falta de modestia? ¿Pudieran considerarse sugestivos o provocativas nuestro acicalamiento y nuestra vestimenta? ¿Distraería la atención u ofendería a otros nuestra apariencia, conducta o modo de ser? Según informes que se han recibido, esto ha pasado en realidad. Muchos de ustedes, hermanos, han expresado aprecio especial por los comentarios que se hicieron en las Asambleas de Distrito “Lealtad al Reino” el verano pasado con relación a la conducta, la vestimenta y el acicalamiento cristiano apropiados.
4 En uno de los discursos se declaró de manera bien enérgica: “Es difícil entender por qué algún siervo de Jehová Dios querría imitar las modas que caracterizan a los elementos inmorales y rebeldes del mundo del Diablo. ¿Por qué tratar de ser como el mundo y así lucir como alguien diferente entre el pueblo de Jehová? ¿No deberíamos más bien parecernos al pueblo de Jehová, y así resaltar como alguien diferente entre personas mundanas? ¿A quién estamos tratando de agradar? ¿El favor de quién estamos buscando? ¿Por qué no fijarse en el ejemplo tocante a vestimenta bien arreglada y acicalamiento que dan los hermanos maduros que tienen las responsabilidades de más peso? ¿Por qué no seguir el consejo e imitar el buen ejemplo de ellos?”
5 Un grupo de Testigos jóvenes que aplican este consejo se sorprendieron mucho cuando, después de cenar en un restaurante grande, supieron que una pareja de edad avanzada había observado el modo de ser y la conducta cristiana de ellos en el restaurante y voluntariamente había pagado la cuenta de los jóvenes, que llegaba aproximadamente a cien dólares. La pareja, quienes no eran Testigos, había quedado profundamente impresionada por la excelente conducta y apariencia cristianas de este grupo de Testigos jóvenes.
6 De modo que, ¡es vital que prestemos atención a nuestro modo de vestir y a la impresión que damos a otros! En vez de atraer indebida atención mediante estilos de vestir, conducta o acicalamiento indecorosos, ¿no deberíamos más bien reflejar la imagen de nuestro Gran Hacedor, Jehová Dios?
EN NUESTRAS REUNIONES
7 Nuestra vestimenta y nuestro decoro en las reuniones debe reflejar la dignidad que se asocia con la adoración de Jehová en Su casa. Pablo declaró en 1 Timoteo 2:9, 10 que las mujeres deben vestirse “con modestia y buen juicio.” Los hombres también deberían seguir ese mismo principio. El pasar por alto tal consejo mostraría falta de respeto por nuestras reuniones cristianas, incluso el estudio de libro de congregación, las reuniones de ancianos y otras.
8 Algunos quizás tengan problemas para llegar a tiempo a las reuniones de congregación. Por supuesto, es comprensible que a veces surjan circunstancias inevitables. Pero el amor a la verdad y a nuestros hermanos nos moverá a llegar temprano, siempre que sea posible, para beneficiarnos del sano compañerismo cristiano. A menudo es simplemente un asunto de planear bien las cosas.
ESCUCHAR Y APRENDER
9 Individualmente tenemos la responsabilidad de escuchar y aprender. (Luc. 8:18) Queremos obtener el máximo provecho de las reuniones, pues la información que se presenta proviene del ‘esclavo fiel’ y es para alimentarnos y beneficiarnos espiritualmente. (Mat. 24:45-47) Los padres tienen para con sus hijos la responsabilidad de ver que éstos también escuchen y aprendan. El lugar donde éstos se sienten durante las reuniones pudiera tener que ver con el grado al que ellos escuchan y si aprenden o no. ¿Se sientan ellos con alguien que les ayuda a concentrarse en las reuniones? Las reuniones no son ocasiones para comer o jugar.
10 Es bueno que los ancianos y siervos ministeriales den un buen ejemplo por medio de estar sentados escuchando, más bien que atendiendo algún deber durante la reunión. Apliquemos, todos, los principios cristianos en nuestro ministerio del campo, conducta, apariencia y modo de ser, y hagamos todas las cosas por amor a Dios, a Cristo Jesús y a nuestros hermanos. Esto está en armonía con las palabras de Pablo, quien dijo que escribió ciertas cosas ‘para que sepan cómo deben comportarse en la casa de Dios, que es la congregación del Dios vivo, columna y apoyo de la verdad.’—1 Tim. 3:14, 15.