Abarquemos el territorio cabalmente
1 En los territorios de viviendas encontramos de vez en cuando algún negocio pequeño, como una tienda de comestibles, un restaurante o un comercio donde se venden artículos al por menor. Si hay que predicar en estos establecimientos cuando abarcamos dicho territorio, debemos hacerlo tal como cuando visitamos los hogares.
2 Podemos utilizar una presentación sencilla y breve, como esta: “Tengo algo que quisiera mostrarle”. Si el propietario parece estar ocupado, quizás podamos ofrecer un tratado y decir: “Volveré en otra ocasión en que esté menos ocupado. Me gustaría saber su opinión sobre el tratado”.
3 No hay por qué sentir temor de participar en esta obra. Un publicador dijo: “Esperaba una respuesta negativa de la gente. Sin embargo, para mi sorpresa, la reacción al mensaje del Reino fue todo lo contrario. Las personas eran muy corteses y amigables, y casi siempre aceptaban las revistas”.
4 Una mujer que trabajaba en una compañía inmobiliaria invitó a los Testigos a entrar en su oficina. Aceptó las revistas y manifestó interés en estudiar la Biblia. Se le mostró el libro Conocimiento y se empezó un estudio inmediatamente en su oficina.
5 La asignación de abarcar cabalmente nuestro territorio incluye visitar a las personas que trabajan en los negocios de los vecindarios. (Hech. 10:42.) Llamemos a estas puertas tal como lo hacemos en los hogares privados. No solo abarcaremos mejor el territorio, sino que pudiéramos recibir experiencias agradables como recompensa.