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  • Referencias para la Guía de actividades para la reunión Vida y Ministerio Cristianos

Këchöqa manam videu kantsu

Imanöparaq manam kë videu kichakämushqatsu.

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  • Cristiänunö Kawakunapaq y Yachatsikunapaq reunionchö yachakunapaq këkunata leyishun 2018
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  • 3-9 DE DICIEMBRE
  • 10-16 DE DICIEMBRE
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  • 31 DE DICIEMBRE A 6 DE ENERO
Cristiänunö Kawakunapaq y Yachatsikunapaq reunionchö yachakunapaq këkunata leyishun 2018
mwbr18 Diciembri pägk. 1-13

Referencias para la Guía de actividades para la reunión Vida y Ministerio Cristianos

3-9 DE DICIEMBRE

TESOROS DE LA BIBLIA | HECHOS 9-11

“De feroz perseguidor a testigo entusiasta”

(Hechos 9:1, 2) Pero Saulo, respirando todavía amenaza y asesinato contra los discípulos del Señor, fue al sumo sacerdote 2 y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que pudiera traer atados a Jerusalén a cualesquiera que hallara que pertenecieran al Camino, tanto a varones como a mujeres.

bt pág. 60 párrs. 1, 2

“La congregación [...] entró en un período de paz”

LOS viajeros se aproximan a Damasco con siniestras intenciones: quieren sacar de sus casas a los discípulos de Jesús, humillarlos y llevárselos atados a Jerusalén para que los castigue el Sanedrín.

2 A la cabeza de la comitiva va Saulo, quien ya tiene las manos manchadas de sangre. Hace poco observó complacido cómo sus correligionarios, cegados por el fanatismo, lapidaban a Esteban, fiel discípulo de Cristo (Hech. 7:57–8:1). Y, más tarde, lanzó un feroz ataque contra los cristianos de Jerusalén. No contento con eso, ahora está decidido a erradicar de todo lugar a ese grupo al que tanto detesta, conocido como el Camino (Hech. 9:1, 2).

(Hechos 9:15, 16) Pero el Señor le dijo: “Ponte en camino, porque este hombre me es un vaso escogido para llevar mi nombre a las naciones así como a reyes y a los hijos de Israel. 16 Porque le mostraré claramente cuántas cosas tendrá que sufrir por mi nombre”.

w16.06 pág. 7 párr. 4

Apreciemos que Jehová sea nuestro Alfarero

4 Jehová no se fija en las apariencias cuando nos observa. Más bien, examina el corazón, lo que somos por dentro (lea 1 Samuel 16:7b). Esto quedó muy claro cuando formó la congregación cristiana. Él atrajo a sí mismo y a su Hijo a muchas personas que, para cualquier ser humano, podrían parecer indeseables (Juan 6:44). Una de esas personas fue un fariseo llamado Saulo, que era “blasfemo y perseguidor y hombre insolente” (1 Tim. 1:13). Para Jehová, “el examinador de los corazones”, Saulo no era barro inútil (Prov. 17:3). Al contrario, veía que era alguien que podía ser moldeado y convertido en un recipiente valioso, “un vaso escogido”, que daría testimonio “a las naciones así como a reyes y a los hijos de Israel” (Hech. 9:15). Dios también vio el potencial que tenían como vasos “para uso honroso” algunos que habían sido borrachos, ladrones o habían llevado una vida inmoral (Rom. 9:21; 1 Cor. 6:9-11). Pero al conseguir conocimiento exacto de la Palabra de Dios y fortalecer su fe, permitieron que Jehová los moldeara.

(Hechos 9:20-22) e inmediatamente en las sinagogas se puso a predicar a Jesús, que Este es el Hijo de Dios. 21 Pero todos los que le oían quedaban pasmados y decían: “¿No es este el hombre que en Jerusalén asolaba a los que invocan este nombre, y que había venido acá con ese mismo propósito, para conducirlos atados a los sacerdotes principales?”. 22 Pero Saulo siguió adquiriendo tanto más poder, y confundía a los judíos que moraban en Damasco al probar lógicamente que este es el Cristo.

bt pág. 64 párr. 15

“La congregación [...] entró en un período de paz”

15 Cuando el anterior perseguidor comenzó a predicar en las sinagogas acerca de Jesús, ¡qué sorprendidos, atónitos e incluso enojados se debieron de sentir los judíos! De hecho, se preguntaban: “¿No es este el hombre que en Jerusalén asolaba a los que invocan este nombre[?]” (Hech. 9:21). Para explicarles por qué había modificado su postura, tuvo que “probar lógicamente que [Jesús] es el Cristo” (Hech. 9:22). Pero la lógica no es una llave maestra que sirva para todas las puertas. Por eso, no logró abrir las mentes cerradas por la tradición ni los corazones atrancados por el orgullo. Con todo, Saulo no se dio por vencido.

Busquemos perlas escondidas

(Hechos 9:4) y él cayó a tierra y oyó una voz que le decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me estás persiguiendo?”.

bt págs. 60, 61 párrs. 5, 6

“La congregación [...] entró en un período de paz”

5 Cuando Jesús detuvo a Saulo en el camino de Damasco, no le preguntó: “¿Por qué estás persiguiendo a mis discípulos?”, sino: “¿Por qué me estás persiguiendo?” (Hech. 9:4). Como vemos, Cristo siente como suyos los problemas de sus seguidores (Mat. 25:34-40, 45).

6 Por eso, si uno está sufriendo dificultades por ser leal a Cristo, puede estar seguro de que tanto él como su Padre están al corriente de la situación (Mat. 10:22, 28-31). Claro, es posible que no eliminen la prueba de inmediato. Recordemos que el Hijo de Dios vio a Saulo colaborar en la matanza de Esteban y sacar a rastras de sus hogares a los cristianos de Jerusalén (Hech. 8:3). Y, sin embargo, en esos momentos no intervino, aunque sí les infundió el poder de Dios que les permitiría mantenerse fieles.

(Hechos 10:6) A este lo está hospedando cierto Simón, curtidor, que tiene su casa junto al mar”.

nwtsty nota de estudio para Hch 10:6

Simón, curtidor: Los curtidores trataban las pieles de los animales con una solución de cal para quitarles el pelo y los restos de carne y grasa. Después, para fabricar artículos de cuero, trataban las pieles con un potente líquido hecho de plantas. Este proceso producía malos olores y requería mucha agua, lo que quizás explique por qué Simón vivía junto al mar, probablemente a las afueras de Jope. Según la Ley mosaica, quienes trabajaban con cadáveres de animales eran ceremonialmente inmundos (Le 5:2; 11:39). Por eso, muchos judíos los menospreciaban y no se habrían alojado en la casa de un curtidor. De hecho, el Talmud consideraba que este oficio era peor que trabajar recogiendo excremento. Sin embargo, el prejuicio no le impidió a Pedro quedarse en la casa de Simón. Demostró tener una mente abierta, y eso lo preparó para su siguiente asignación: ir a la casa de un gentil. Algunos expertos opinan que la palabra griega para “curtidor” (byrseús) era un sobrenombre de Simón.

Lectura de la Biblia

(Hechos 9:10-22) Había en Damasco cierto discípulo de nombre Ananías, y el Señor le dijo en una visión: “¡Ananías!”. Él dijo: “Aquí estoy, Señor”. 11 El Señor le dijo: “Levántate, ve a la calle llamada Recta, y busca en casa de Judas a un hombre cuyo nombre es Saulo, de Tarso. Porque, ¡mira!, está orando, 12 y en una visión ha visto que un varón por nombre Ananías entra y pone las manos sobre él para que recobre la vista”. 13 Pero Ananías contestó: “Señor, he oído de muchos acerca de este varón, cuántas cosas perjudiciales hizo a tus santos en Jerusalén. 14 Y aquí tiene autoridad de parte de los sacerdotes principales para poner en cadenas a todos los que invocan tu nombre”. 15 Pero el Señor le dijo: “Ponte en camino, porque este hombre me es un vaso escogido para llevar mi nombre a las naciones así como a reyes y a los hijos de Israel. 16 Porque le mostraré claramente cuántas cosas tendrá que sufrir por mi nombre”. 17 De modo que Ananías se fue, y entró en la casa, y puso las manos sobre él y dijo: “Saulo, hermano, el Señor, el Jesús que se te apareció en el camino por el cual venías, me ha enviado, para que recobres la vista y seas lleno de espíritu santo”. 18 E inmediatamente cayó de los ojos de él lo que se parecía a escamas, y recobró la vista; y se levantó y fue bautizado, 19 y tomó alimento y cobró fuerza. Estuvo por algunos días con los discípulos que había en Damasco, 20 e inmediatamente en las sinagogas se puso a predicar a Jesús, que Este es el Hijo de Dios. 21 Pero todos los que le oían quedaban pasmados y decían: “¿No es este el hombre que en Jerusalén asolaba a los que invocan este nombre, y que había venido acá con ese mismo propósito, para conducirlos atados a los sacerdotes principales?”. 22 Pero Saulo siguió adquiriendo tanto más poder, y confundía a los judíos que moraban en Damasco al probar lógicamente que este es el Cristo.

10-16 DE DICIEMBRE

TESOROS DE LA BIBLIA | HECHOS 12-14

“Bernabé y Pablo hacen discípulos en lugares lejanos”

(Hechos 13:2, 3) Mientras ellos estaban ministrando públicamente a Jehová y ayunando, el espíritu santo dijo: “De todas las personas apártenme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado”. 3 Entonces ayunaron y oraron y les impusieron las manos y los dejaron ir.

bt pág. 86 párr. 4

“Llenos de gozo y de espíritu santo”

4 ¿Por qué indicó el espíritu santo que Bernabé y Saulo eran los elegidos? (Hech. 13:2.) La Biblia no lo explica. De lo que sí estamos seguros es de que el espíritu intervino en su elección. Y nada da a entender que los profetas y maestros de Antioquía de Siria cuestionaran el nombramiento. Por el contrario, lo respaldaron incondicionalmente. ¡Qué conmovidos debieron de sentirse los dos predicadores al ver que sus hermanos, sin envidia de ningún tipo, “ayunaron y oraron y les impusieron las manos y los dejaron ir”! (Hech. 13:3.) Nosotros también debemos apoyar a quienes han sido designados para cumplir determinadas funciones en la congregación, entre ellos los superintendentes cristianos. Lejos de sentir celos, les demostramos nuestro amor teniendo con ellos una “consideración más que extraordinaria [...] por causa de su trabajo” (1 Tes. 5:13).

(Hechos 13:12) Entonces el procónsul, al ver lo que había acontecido, se hizo creyente, pues quedó atónito por la enseñanza de Jehová.

(Hechos 13:48) Al oír esto los de las naciones, empezaron a regocijarse y a glorificar la palabra de Jehová, y todos los que estaban correctamente dispuestos para vida eterna se hicieron creyentes.

(Hechos 14:1) Ahora bien, en Iconio entraron juntos en la sinagoga de los judíos y hablaron de tal manera que una gran multitud tanto de judíos como de griegos se hicieron creyentes.

bt pág. 95 párr. 5

“Hablando con denuedo por la autoridad de Jehová”

5 La primera parada fue Iconio, enclave helenista y uno de los principales municipios de la provincia de Galacia. Esta ciudad albergaba una influyente población hebrea y gran número de gentiles que se habían hecho prosélitos. De acuerdo con su costumbre, los dos evangelizadores fueron a predicar a la sinagoga (Hech. 13:5, 14). “Hablaron de tal manera que una gran multitud tanto de judíos como de griegos se hicieron creyentes.” (Hech. 14:1.)

(Hechos 14:21, 22) Y después de declarar las buenas nuevas a aquella ciudad y de hacer una buena cantidad de discípulos, volvieron a Listra y a Iconio y a Antioquía, 22 fortaleciendo las almas de los discípulos, animándolos a permanecer en la fe, y [diciendo]: “Tenemos que entrar en el reino de Dios a través de muchas tribulaciones”.

w14 15/9 pág. 13 párrs. 4, 5

Sirva lealmente a Dios a pesar de “muchas tribulaciones”

4 Después de visitar Derbe, Pablo y Bernabé “volvieron a Listra y a Iconio y a Antioquía, fortaleciendo las almas de los discípulos, animándolos a permanecer en la fe, y diciendo: ‘Tenemos que entrar en el reino de Dios a través de muchas tribulaciones’” (Hech. 14:21, 22). A primera vista, esa declaración pudiera parecer extraña. Al fin y al cabo, la perspectiva de sufrir “muchas tribulaciones” no es muy animadora. ¿Cómo es posible, entonces, que Pablo y Bernabé fortalecieran a los discípulos con un mensaje que les anunciaba más dificultades?

5 Para entenderlo, examinemos con cuidado las palabras de Pablo. Él no se limitó a decir: “Tenemos que aguantar muchas tribulaciones”. Más bien, dijo: “Tenemos que entrar en el reino de Dios a través de muchas tribulaciones”. Así pues, Pablo fortaleció a los discípulos centrándose en el resultado de su fidelidad. La recompensa que iban a recibir no era una simple ilusión. De hecho, Jesús había declarado: “El que haya aguantado hasta el fin es el que será salvo” (Mat. 10:22).

Busquemos perlas escondidas

(Hechos 12:21-23) Pero en un día determinado Herodes se vistió de ropaje real y se sentó sobre el tribunal y empezó a pronunciarles un discurso público. 22 A su vez, el pueblo congregado empezó a gritar: “¡Voz de un dios, y no de un hombre!”. 23 Al instante el ángel de Jehová lo hirió, porque no dio la gloria a Dios; y llegó a estar comido de gusanos, y expiró.

w08 15/5 pág. 32 párr. 7

Puntos sobresalientes del libro de Hechos

12:21-23; 14:14-18. Herodes aceptó enseguida la gloria que solo debía darse a Dios. ¡Qué diferente del rechazo inmediato y enfático que manifestaron Pablo y Bernabé ante la excesiva muestra de alabanza y honra! No debemos desear gloria por ningún logro que alcancemos en nuestro servicio a Jehová.

(Hechos 13:9) Saulo, que también es Pablo, llenándose de espíritu santo, lo miró fijamente

nwtsty notas de estudio para Hch 13:9

Saulo, que también es Pablo: A partir de este momento, a Saulo se le llama Pablo. El apóstol era hebreo y ciudadano romano de nacimiento (Hch 22:27, 28; Flp 3:5). Por lo tanto, es probable que desde pequeño tuviera los dos nombres: el hebreo, Saulo, y el romano, Pablo. No era extraño que los judíos de aquella época tuvieran dos nombres, sobre todo los que no vivían en Israel (Hch 12:12; 13:1). Por ejemplo, algunos parientes de Pablo también tenían nombres griegos o romanos, además de sus nombres hebreos (Ro 16:7, 21). Pablo fue “apóstol a las naciones”, escogido para llevar las buenas noticias a los que no eran judíos (Ro 11:13). Al parecer, optó por usar su nombre romano porque quizás pensó que causaría menos rechazo (Hch 9:15; Gál 2:7, 8). Algunos expertos opinan que usó su nombre romano en honor a Sergio Paulo, pero eso parece poco probable, pues siguió usándolo cuando ya no estaba en Chipre. Otros creen que Pablo no quiso usar su nombre hebreo porque, al pronunciarlo en griego, sonaba como una palabra griega que se usaba para referirse a una persona (o a un animal) que camina con aires de grandeza (vea la nota de estudio para Hch 7:58).

Pablo: En las Escrituras Griegas Cristianas, el nombre Paulos (del latín Paulus), que significa “pequeño” o “chico”, se usa 157 veces para referirse al apóstol Pablo y una para referirse al procónsul de Chipre llamado Sergio Paulo (Hch 13:7).

nwtsty nota de estudio para Hch 7:58

Saulo: O “Saúl”, que significa “Solicitado [a Dios]” o “Pedido [a Dios]”. Saulo, también conocido como Pablo (su nombre romano), era “de la tribu de Benjamín, hebreo nacido de hebreos” (Flp 3:5). Como era ciudadano romano de nacimiento (Hch 22:28), es lógico que sus padres judíos le pusieran un nombre romano, en este caso, Paulus o Pablo, que significa “pequeño” o “chico”. Es probable que desde pequeño tuviera los dos nombres. Puede que sus padres le llamaran Saulo por diferentes razones. Saulo era un nombre muy común entre los benjaminitas porque el primer rey de Israel era de esa tribu y se llamaba Saúl (1Sa 9:2; 10:1; Hch 13:21). También es posible que sus padres eligieran ese nombre por su significado. O puede ser que su padre se llamara Saulo y que por eso, siguiendo la costumbre de entonces, decidieran ponerle el mismo nombre (compare con Lu 1:59). En cualquier caso, mientras estuvo con otros judíos, y especialmente mientras estudiaba para ser fariseo y vivía como tal, seguramente usó su nombre hebreo, Saulo (Hch 22:3). Y parece que después de haberse hecho cristiano se le siguió conociendo por ese nombre durante algo más de diez años (Hch 11:25, 30; 12:25; 13:1, 2, 9).

Lectura de la Biblia

(Hechos 12:1-17) Por aquel mismo tiempo, Herodes el rey extendió las manos para maltratar a algunos de la congregación. 2 Con la espada eliminó a Santiago hermano de Juan. 3 Como vio que esto fue del agrado de los judíos, prosiguió a arrestar también a Pedro. (Sucedió que eran aquellos los días de las tortas no fermentadas.) 4 Y apoderándose de él, lo puso en la prisión, y lo entregó a cuatro relevos de cuatro soldados cada uno para que lo guardaran, puesto que tenía la intención de presentarlo al pueblo después de la pascua. 5 Por consiguiente, Pedro estaba guardado en la prisión; pero con intensidad la congregación se ocupaba en orar a Dios por él. 6 Entonces, cuando Herodes estaba a punto de presentarlo, aquella noche Pedro dormía sujetado con dos cadenas entre dos soldados, y guardas que estaban delante de la puerta guardaban la prisión. 7 Pero, ¡mira!, el ángel de Jehová estuvo de pie allí, y una luz resplandeció en la celda de la prisión. Dando un golpe a Pedro en el costado, lo despertó, y dijo: “¡Levántate pronto!”. Y las cadenas se le cayeron de las manos. 8 El ángel le dijo: “Cíñete y átate las sandalias”. Así lo hizo. Por último le dijo: “Ponte tu prenda de vestir exterior y ven siguiéndome”. 9 Y él salió e iba siguiéndolo, pero no sabía que era realidad lo que estaba aconteciendo mediante el ángel. De hecho, suponía que estaba viendo una visión. 10 Pasando por la primera guardia de centinelas, y por la segunda, llegaron a la puerta de hierro que conduce a la ciudad, y esta se les abrió por sí misma. Y después de salir, siguieron adelante por una calle, y en seguida el ángel se apartó de él. 11 Y Pedro, volviendo en sí, dijo: “Ahora sé realmente que Jehová envió su ángel y me libró de la mano de Herodes y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba”. 12 Y después de considerarlo, fue a la casa de María la madre de Juan el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos y orando. 13 Cuando tocó a la puerta de la entrada, una sirvienta de nombre Rode vino a atender a la llamada, 14 y, al reconocer la voz de Pedro, de gozo no abrió la puerta, sino que corrió adentro e informó que Pedro estaba de pie delante de la entrada. 15 Ellos le dijeron: “Estás loca”. Pero ella siguió afirmando vigorosamente que era así. Ellos empezaron a decir: “Es su ángel”. 16 Pero Pedro permaneció allí tocando. Cuando abrieron, lo vieron, y quedaron pasmados. 17 Pero él les hizo señas con la mano para que callaran, y les dijo en detalle cómo Jehová lo había sacado de la prisión, y dijo: “Informen estas cosas a Santiago y a los hermanos”. Con eso, salió y caminó a otro lugar.

17-23 DE DICIEMBRE

TESOROS DE LA BIBLIA | HECHOS 15, 16

“Una decisión unánime basada en la Palabra de Dios”

(Hechos 15:1, 2) Y ciertos hombres bajaron de Judea y se pusieron a enseñar a los hermanos: “A menos que se circunciden conforme a la costumbre de Moisés, no pueden ser salvos”. 2 Pero cuando hubo ocurrido no poca disensión y disputa de Pablo y Bernabé con ellos, hicieron los arreglos para que Pablo y Bernabé y algunos otros de ellos subieran a donde los apóstoles y ancianos en Jerusalén respecto a esta disputa.

bt pág. 102 párr. 8

“Disensión y disputa”

8 Lucas añade que “cuando hubo ocurrido no poca disensión y disputa de Pablo y Bernabé” con los “hombres [que] bajaron de Judea”, los superintendentes de la congregación dispusieron que “Pablo y Bernabé y algunos otros de ellos subieran a donde los apóstoles y ancianos en Jerusalén respecto a esta disputa” (Hech. 15:2). El clima de “disensión y disputa” se debía a que ambos sectores defendían sus posturas con apasionamiento y convicción. En aras de la paz y la unidad, los superintendentes tomaron una sabia decisión: una delegación llevaría este conflicto ante el Cuerpo Gobernante, el consejo rector formado por “los apóstoles y ancianos en Jerusalén”. ¿Qué lecciones aprendemos de los superintendentes antioquenos?

(Hechos 15:13-20) Después que cesaron de hablar, Santiago contestó, y dijo: “Varones, hermanos, óiganme. 14 Symeón ha contado cabalmente cómo Dios por primera vez dirigió su atención a las naciones para sacar de entre ellas un pueblo para su nombre. 15 Y con esto convienen las palabras de los Profetas, así como está escrito: 16 ‘Después de estas cosas volveré y reedificaré la cabaña de David que está caída; y reedificaré sus ruinas y la erigiré de nuevo, 17 para que los que queden de los hombres busquen solícitamente a Jehová, junto con gente de todas las naciones, personas que son llamadas por mi nombre, dice Jehová, que está haciendo estas cosas, 18 conocidas desde la antigüedad’. 19 Por lo tanto, es mi decisión el no perturbar a los de las naciones que están volviéndose a Dios, 20 sino escribirles que se abstengan de las cosas contaminadas por los ídolos, y de la fornicación, y de lo estrangulado, y de la sangre.

w12 15/1 pág. 5 párrs. 6, 7

Los verdaderos cristianos respetan la Palabra de Dios

6 El pasaje clave para resolver el problema fue Amós 9:11, 12, que aparece citado en Hechos 15:16, 17 con estas palabras: “Volveré y reedificaré la cabaña de David que está caída; y reedificaré sus ruinas y la erigiré de nuevo, para que los que queden de los hombres busquen solícitamente a Jehová, junto con gente de todas las naciones, personas que son llamadas por mi nombre, dice Jehová”.

7 Es cierto que este pasaje no señala directamente que los creyentes gentiles no estuvieran obligados a circuncidarse. Pero eso es lo que entenderían los cristianos de origen judío al leerlo. ¿Por qué? Porque cuando un gentil se circuncidaba, dejaba de ser considerado “gente de [...] las naciones” y pasaba a verse como hermano judío (Éxo. 12:48, 49). Este hecho se refleja en Ester 8:17, que según la Septuaginta dice: “Muchos de entre los pueblos de la tierra fueron circuncidados y se hicieron judíos” (Biblia Textual, nota; cursivas nuestras). Por consiguiente, ¿qué se predijo en el texto de Amós? Allí se indicó que surgiría un nuevo pueblo, llamado por el nombre de Dios. Los primeros que formarían este pueblo serían quienes quedaran de la casa de Israel —hombres y mujeres que habían sido judíos, así como prosélitos circuncisos—. Pero junto con ellos habría “gente de todas las naciones”, o sea, gentiles incircuncisos. La idea estaba clara: los gentiles no tenían que circuncidarse para hacerse cristianos.

(Hechos 15:28, 29) Porque al espíritu santo y a nosotros mismos nos ha parecido bien no añadirles ninguna otra carga, salvo estas cosas necesarias: 29 que sigan absteniéndose de cosas sacrificadas a ídolos, y de sangre, y de cosas estranguladas, y de fornicación. Si se guardan cuidadosamente de estas cosas, prosperarán. ¡Buena salud a ustedes!”.

(Hechos 16:4, 5) Ahora bien, a medida que iban viajando por las ciudades entregaban a los de allí, para que los observaran, los decretos sobre los cuales habían tomado decisión los apóstoles y ancianos que estaban en Jerusalén. 5 Por lo tanto, en realidad, las congregaciones continuaron haciéndose firmes en la fe y aumentando en número de día en día.

bt pág. 123 párr. 18

“Fortaleciendo a las congregaciones”

18 Pablo y Timoteo colaboraron juntos muchos años. En su ministerio itinerante realizaron varias misiones a favor del consejo central de la congregación. Por ejemplo, “iban viajando por las ciudades” y “entrega[ndo] a los de allí, para que los observaran, los decretos sobre los cuales habían tomado decisión los apóstoles y ancianos que estaban en Jerusalén” (Hech. 16:4). Es obvio que las congregaciones siguieron las instrucciones procedentes de Jerusalén y por eso “continuaron haciéndose firmes en la fe y aumentando en número de día en día” (Hech. 16:5).

Busquemos perlas escondidas

(Hechos 16:6-9) Además, atravesaron Frigia y el país de Galacia, porque el espíritu santo les había prohibido hablar la palabra en el [distrito de] Asia. 7 Además de eso, al bajar a Misia, se esforzaron por entrar en Bitinia, pero el espíritu de Jesús no se lo permitió. 8 De modo que pasaron por alto a Misia y bajaron a Troas. 9 Y durante la noche le apareció a Pablo una visión: cierto varón macedonio estaba de pie y le suplicaba y decía: “Pasa a Macedonia y ayúdanos”.

w12 15/1 pág. 10 párr. 8

Imitemos la actitud vigilante de los apóstoles de Jesús

8 ¿Qué nos enseña este relato? Vemos que el espíritu de Dios entró en acción después de que Pablo salió en dirección a Asia. Luego, Jesús solo intervino después de que Pablo se encaminó a Bitinia. Por último, Cristo le indicó al apóstol que fuera a Macedonia después de que llegó a Troas. En la actualidad, la Cabeza de la congregación cristiana pudiera tratarnos a nosotros del mismo modo (Col. 1:18). Por ejemplo, tal vez queramos ser precursores o trasladarnos a algún lugar donde haya más necesidad de publicadores. Pero es posible que Jesús, valiéndose del espíritu santo, nos proporcione la guía necesaria solo después de que demos pasos concretos para lograr nuestra meta. ¿Por qué? Pongamos una comparación. El conductor solo puede dirigir a la derecha o a la izquierda un automóvil que ya esté en movimiento. De igual modo, Jesús puede dirigirnos únicamente si ya estamos en marcha, es decir, esforzándonos por ampliar nuestro ministerio.

(Hechos 16:37) Pero Pablo les dijo: “Nos fustigaron públicamente sin ser condenados, a nosotros que somos hombres romanos, y nos echaron en la prisión; ¿y ahora nos echan fuera secretamente? ¡No, por cierto!, antes, que vengan ellos mismos y nos saquen”.

nwtsty nota de estudio Hch 16:37

somos hombres romanos: Es decir, ciudadanos romanos. Pablo y, al parecer, Silas eran ciudadanos romanos. La ley romana estipulaba que todo ciudadano tenía derecho siempre a un juicio formal y que nunca debía ser castigado públicamente sin sentencia previa. Un ciudadano romano disfrutaba de ciertos derechos y privilegios en cualquier lugar del Imperio. No estaba sujeto a las leyes de las provincias donde vivía, sino a las de Roma. Si era acusado de un delito, podía aceptar ser juzgado según las leyes locales, pero siempre conservaba su derecho a ser oído por un tribunal romano. Y, si se le condenaba a muerte, podía apelar al emperador. El apóstol Pablo predicó a lo largo y ancho del Imperio romano. Hay registro de que utilizó sus derechos como ciudadano romano al menos tres veces. Hasta donde sabemos, usó sus derechos de ciudadano en tres ocasiones: 1) En Filipos informó a los magistrados de que habían violado sus derechos al golpearlo. 2) En Jerusalén dijo que era ciudadano romano para evitar que lo azotaran. 3) Al ser llevado a juicio, apeló a César, es decir, pidió que el emperador romano escuchara su caso en persona (Hch 22:25; 25:11).

it-1 pág. 1029 párr. 6

Golpes

A Pablo lo azotaron con varas en la ciudad de Filipos, un incidente que luego utilizó contra sus perseguidores, aprovechando la oportunidad para defender y establecer legalmente las buenas nuevas que predicaba. Pablo había sido azotado en público y echado en prisión, pero cuando los magistrados supieron que era ciudadano romano, tuvieron mucho temor, y no solo por haberlo azotado, sino por haberlo hecho sin ni siquiera haberlo juzgado y condenado. Además, tanto él como Silas habían sido expuestos en público como malhechores. En consecuencia, cuando los magistrados ordenaron que ambos fuesen puestos en libertad, Pablo dijo: “Nos fustigaron públicamente sin ser condenados, a nosotros que somos hombres romanos, y nos echaron en la prisión; ¿y ahora nos echan fuera secretamente? ¡No, por cierto!, antes, que vengan ellos mismos y nos saquen”. Los magistrados tuvieron que disculparse personalmente por su error, pues el relato dice: “De modo que los alguaciles informaron estos dichos a los magistrados civiles. Estos tuvieron temor al oír que los hombres eran romanos. Por consiguiente, vinieron y les suplicaron y, después de sacarlos, les solicitaron que partieran de la ciudad”. (Hch 16:22-40.) Así se pudo conseguir que la predicación de las buenas nuevas quedara vindicada y no se considerase una violación de la ley, pues al poner los propios magistrados en libertad a Pablo y Silas, la inocencia de ambos hombres llegó a ser de conocimiento público. Pablo obró de esta manera porque deseaba “establecer legalmente las buenas nuevas”. (Flp 1:7.)

Lectura de la Biblia

(Hechos 16:25-40) Mas como a la mitad de la noche, Pablo y Silas estaban orando y alabando a Dios con canción; sí, los presos los oían. 26 De repente ocurrió un gran terremoto, de modo que se sacudieron los fundamentos de la cárcel. Además, se abrieron al instante todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron. 27 El carcelero, despertando del sueño y viendo abiertas las puertas de la prisión, desenvainó su espada y estaba a punto de quitarse la vida, imaginándose que los presos se habían escapado. 28 Pero Pablo clamó con voz fuerte, y dijo: “¡No te hagas ningún daño, porque todos estamos aquí!”. 29 De modo que él pidió luz y entró de un salto y, sobrecogido de temblor, cayó ante Pablo y Silas. 30 Y los sacó fuera y dijo: “Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme?”. 31 Ellos dijeron: “Cree en el Señor Jesús y serás salvo, tú y tu casa”. 32 Y le hablaron la palabra de Jehová junto con todos los que estaban en su casa. 33 Y él los tomó consigo en aquella hora de la noche y les lavó las heridas; y todos, él y los suyos, fueron bautizados sin demora. 34 Y los introdujo en su casa y les puso la mesa, y se regocijó mucho con toda su casa ahora que había creído a Dios. 35 Cuando se hizo de día, los magistrados civiles despacharon a los alguaciles a decir: “Pon en libertad a aquellos hombres”. 36 De modo que el carcelero informó sus palabras a Pablo: “Los magistrados civiles han despachado hombres para que ustedes [dos] sean puestos en libertad. Ahora, pues, salgan y sigan su camino en paz”. 37 Pero Pablo les dijo: “Nos fustigaron públicamente sin ser condenados, a nosotros que somos hombres romanos, y nos echaron en la prisión; ¿y ahora nos echan fuera secretamente? ¡No, por cierto!, antes, que vengan ellos mismos y nos saquen”. 38 De modo que los alguaciles informaron estos dichos a los magistrados civiles. Estos tuvieron temor al oír que los hombres eran romanos. 39 Por consiguiente, vinieron y les suplicaron y, después de sacarlos, les solicitaron que partieran de la ciudad. 40 Pero ellos salieron de la prisión y fueron a casa de Lidia, y, cuando vieron a los hermanos, los animaron, y partieron.

24-30 DE DICIEMBRE

TESOROS DE LA BIBLIA | HECHOS 17, 18

“Prediquemos y enseñemos como el apóstol Pablo”

(Hechos 17:2, 3) Así que, según tenía por costumbre Pablo, pasó adentro a donde ellos, y por tres sábados razonó con ellos a partir de las Escrituras, 3 explicando y probando por referencias que era necesario que el Cristo sufriera y se levantara de entre los muertos, y [decía]: “Este es el Cristo, este Jesús que yo les estoy publicando”.

nwtsty notas de estudio para Hch 17:2, 3

razonó: Pablo no se limitó a dar las buenas noticias del Reino, sino que las explicó y, además, presentó pruebas tomadas de las Escrituras, es decir, las Escrituras Hebreas inspiradas. Él no solo leyó las Escrituras, también se basó en ellas para razonar y adaptó la explicación a su auditorio. El verbo griego dialégomai se ha definido como “hablar con otra persona sobre algo, conversar o discutir un tema”, y denota interactuar con alguien. Esta palabra griega también se usa en Hechos 17:17; 18:4, 19; 19:8, 9; 20:7, 9.

probando por referencias: La palabra griega significa literalmente “poner al lado”. Esto podría dar a entender que Pablo comparó minuciosamente las profecías mesiánicas de las Escrituras Hebreas con los sucesos de la vida de Jesús para mostrar cómo este las cumplió.

(Hechos 17:17) Por consiguiente, se puso a razonar en la sinagoga con los judíos y con las otras personas que adoraban [a Dios], y todos los días en la plaza de mercado con los que por casualidad se hallaban allí.

nwtsty nota de estudio para Hch 17:17

la plaza de mercado: Situada al noroeste de la Acrópolis, la plaza de mercado de Atenas (en griego agorá) medía unos 200 metros de ancho por 250 metros de largo. No solo era un centro de intercambio comercial, era el corazón económico, político y cultural de la ciudad. A los atenienses les gustaba reunirse allí y entablar discusiones intelectuales.

(Hechos 17:22, 23) Pablo entonces se puso de pie en medio del Areópago y dijo: “Varones de Atenas, contemplo que en todas las cosas ustedes parecen estar más entregados que otros al temor a las deidades. 23 Por ejemplo, al ir pasando y observando cuidadosamente sus objetos de veneración, también hallé un altar sobre el cual se había inscrito: ‘A un Dios Desconocido’. Por lo tanto, aquello a lo que ustedes sin conocerlo dan devoción piadosa, esto les estoy publicando.

nwtsty nota de estudio para Hch 17:22, 23

A un Dios Desconocido: Las palabras griegas Agnóstoi Theói estaban escritas en un altar en Atenas. Los atenienses expresaron su temor por los dioses construyendo muchos templos y altares, hasta el punto de hacer altares a deidades abstractas como la Gloria, la Modestia, la Fuerza, la Persuasión y la Piedad. Quizás por miedo a omitir a algún dios y hacerlo enojar, dedicaron un altar “a un Dios Desconocido”. De esta manera, estaban reconociendo la existencia de un Dios al que no conocían. Con habilidad, Pablo usó ese altar para empezar a hablarles de ese Dios que desconocían, el Dios verdadero.

Busquemos perlas escondidas

(Hechos 18:18) Sin embargo, Pablo, después de quedarse bastantes días más, se despidió de los hermanos y procedió a embarcarse para Siria, y con él Priscila y Áquila, puesto que en Cencreas él se había hecho cortar al rape el pelo de la cabeza, porque tenía un voto.

w08 15/5 pág. 32 párr. 5

Puntos sobresalientes del libro de Hechos

18:18. ¿Qué voto hizo Pablo? Algunos eruditos sugieren que Pablo hizo un voto de nazareato (Núm. 6:1-21). No obstante, la Biblia no dice qué clase de voto era ni revela si Pablo lo hizo antes o después de su conversión, o si lo estaba empezando o terminando. Sea como fuere, no era un pecado hacer dicho voto.

(Hechos 18:21) sino que se despidió y agregó: “Volveré otra vez a ustedes, si Jehová quiere”. Y se hizo a la mar desde Éfeso

nwtsty nota de estudio para Hch 18:21

si Jehová quiere: Esta es una expresión que destaca la necesidad de tomar en cuenta la voluntad de Dios al hacer o planificar algo. El apóstol Pablo siempre tuvo presente este principio (1Co 4:19; 16:7; Heb 6:3). El discípulo Santiago también animó a sus lectores a decir: “Si Jehová quiere, viviremos y también haremos esto o aquello” (Snt 4:15). Expresiones como estas no deberían ser palabras vacías. Cuando alguien dice: “Si Jehová quiere”, debe esforzarse por actuar en armonía con la voluntad de Jehová. No siempre es necesario decir estas palabras en voz alta; es suficiente con pensarlas (vea Hch 21:14; 1Co 4:19; Snt 4:15 y Rbi8, Apéndice 1D).

Lectura de la Biblia

(Hechos 17:1-15) Entonces viajaron a través de Anfípolis y Apolonia y llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de los judíos. 2 Así que, según tenía por costumbre Pablo, pasó adentro a donde ellos, y por tres sábados razonó con ellos a partir de las Escrituras, 3 explicando y probando por referencias que era necesario que el Cristo sufriera y se levantara de entre los muertos, y [decía]: “Este es el Cristo, este Jesús que yo les estoy publicando”. 4 Como resultado, algunos de ellos se hicieron creyentes y se asociaron con Pablo y con Silas, y una gran multitud de los griegos que adoraban [a Dios], y no pocas de las mujeres prominentes, lo hicieron. 5 Pero los judíos, poniéndose celosos, tomaron como compañeros a ciertos varones inicuos de los haraganes de la plaza de mercado, y formaron una chusma y procedieron a alborotar la ciudad. Y asaltando la casa de Jasón, procuraban hacer que los sacaran a la gentuza. 6 Como no los hallaron, arrastraron a Jasón y a ciertos hermanos ante los gobernantes de la ciudad, clamando: “Estos hombres que han trastornado la tierra habitada están presentes aquí también, 7 y Jasón los ha recibido con hospitalidad. Y todos estos actúan en oposición a los decretos de César, diciendo que hay otro rey, Jesús”. 8 Verdaderamente agitaron a la muchedumbre y a los gobernantes de la ciudad, cuando estos oyeron estas cosas; 9 y después de primero tomar suficiente fianza de Jasón y de los demás, los dejaron ir. 10 Inmediatamente, de noche, los hermanos enviaron a Pablo, así como a Silas, hacia Berea, y estos, al llegar, entraron en la sinagoga de los judíos. 11 Ahora bien, estos eran de disposición más noble que los de Tesalónica, porque recibieron la palabra con suma prontitud de ánimo, y examinaban con cuidado las Escrituras diariamente en cuanto a si estas cosas eran así. 12 Por lo tanto, muchos de ellos se hicieron creyentes, y también no pocas de las mujeres griegas estimables, y no pocos de los varones. 13 Pero cuando los judíos de Tesalónica se enteraron de que también en Berea Pablo publicaba la palabra de Dios, fueron también allá para incitar y agitar a las masas. 14 Entonces los hermanos inmediatamente enviaron a Pablo para que se fuera hasta el mar; pero tanto Silas como Timoteo permanecieron atrás, allá. 15 Sin embargo, los que conducían a Pablo lo llevaron hasta Atenas y, después de recibir mandato de que Silas y Timoteo vinieran a él cuanto antes, partieron.

31 DE DICIEMBRE A 6 DE ENERO

TESOROS DE LA BIBLIA | HECHOS 19, 20

“Presten atención a sí mismos y a todo el rebaño”

(Hechos 20:28) Presten atención a sí mismos y a todo el rebaño, entre el cual el espíritu santo los ha nombrado superintendentes, para pastorear la congregación de Dios, que él compró con la sangre del [Hijo] suyo.

w11 15/6 pág. 20 párr. 5

“Pastoreen el rebaño de Dios bajo su custodia”

5 El apóstol puntualizó que los ancianos tenían bajo su custodia “el rebaño de Dios”. Debían comprender que las ovejas eran de Jehová y de Jesucristo, y que responderían ante ellos por la forma en que las atendieran. Pongamos un ejemplo: digamos que un amigo se ausenta por un tiempo y nos pide que nos encarguemos de sus hijos. ¿Verdad que nos esmeraríamos en cuidarlos y alimentarlos? Y si alguno se enfermara, seguramente nos encargaríamos de que recibiera atención médica de inmediato. De igual modo, los superintendentes saben que tienen a su cargo “la congregación de Dios, que él compró con la sangre del Hijo suyo” (Hech. 20:28). No olvidan que cada una de las ovejas fue comprada con la sangre preciosa de Jesucristo. Como saben que se les va a pedir cuentas, se aseguran de alimentar, proteger y cuidar el rebaño.

(Hechos 20:31) “Por lo tanto, manténganse despiertos, y recuerden que por tres años, noche y día, no cesé de amonestar a cada uno con lágrimas.

w13 15/1 pág. 31 párr. 15

Los ancianos cristianos, colaboradores para nuestro gozo

15 Pastorear la congregación exige mucho trabajo. A veces, los ancianos pasan noches sin dormir, orando debido a su preocupación por el rebaño de Dios o ayudando espiritualmente a sus hermanos (2 Cor. 11:27, 28). Pero cumplen su responsabilidad a conciencia y con mucho gusto. Así imitan a Pablo, quien escribió a los cristianos de Corinto: “Muy gustosamente [...] quedaré completamente gastado por sus almas” (2 Cor. 12:15). Amaba tanto a los hermanos que se desvivió por fortalecerlos (lea 2 Corintios 2:4; Filip. 2:17; 1 Tes. 2:8). ¡Con razón ellos lo querían tanto! (Hech. 20:31-38.)

(Hechos 20:35) En todas las cosas les he exhibido que por medio de laborar así tienen que prestar ayuda a los que son débiles, y tienen que tener presentes las palabras del Señor Jesús, cuando él mismo dijo: ‘Hay más felicidad en dar que en recibir’”.

bt pág. 172 párr. 20

“Estoy limpio de la sangre de todo hombre”

20 ¡Qué diferente era Pablo de los aprovechados que saquearían al rebaño! Él había trabajado con sus propias manos para mantenerse y no imponer una carga pesada sobre las congregaciones. Nunca se lucró sirviendo a los hermanos. De hecho, animó a los ancianos efesios a que mostraran el mismo espíritu de sacrificio: “Tienen que prestar ayuda a los que son débiles, y tienen que tener presentes las palabras del Señor Jesús, cuando [...] dijo: ‘Hay más felicidad en dar que en recibir’” (Hech. 20:35).

Busquemos perlas escondidas

(Hechos 19:9) Pero cuando algunos persistieron en endurecerse y en no creer, y hablaban perjudicialmente acerca del Camino delante de la multitud, se retiró de ellos y separó de ellos a los discípulos, y pronunciaba discursos diariamente en [la sala de conferencias de] la escuela de Tirano.

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“Creciendo y prevaleciendo” pese a la oposición

11 Es muy posible que el apóstol pronunciara conferencias en ese auditorio todos los días, entre las once de la mañana y las cuatro de la tarde (Hech. 19:9, nota). Esas eran las horas más tranquilas de la jornada, pues como apretaba el calor, muchos pausaban para comer y dormir una siesta. ¿Se atuvo Pablo a ese riguroso horario durante sus dos años de estancia? En tal caso, debió de dedicar más de tres mil horas a la enseñanza. Aquí vemos otra razón por la que siguió creciendo y prevaleciendo la palabra de Jehová: el maestro fue laborioso y adaptable, ajustando su agenda a las necesidades de la comunidad local. ¿Cuáles fueron los resultados? “Todos los que habitaban en el distrito de Asia oyeron la palabra del Señor, tanto judíos como griegos.” (Hech. 19:10.) ¡Qué testimonio tan exhaustivo!

(Hechos 19:19) De hecho, buen número de los que habían practicado artes mágicas juntaron sus libros y los quemaron delante de todos. Y calcularon en conjunto los precios de ellos y hallaron que valían cincuenta mil piezas de plata.

bt pág. 162 párr. 15

“Creciendo y prevaleciendo” pese a la oposición

15 El ocultismo impregnaba hasta la médula la cultura efesia. Eran muy comunes los hechizos y amuletos, así como los encantamientos, a menudo consignados por escrito. Pero la humillación de los hijos de Esceva difundió el temor de Dios por toda la ciudad y ayudó a muchos habitantes a abrazar la verdad y abandonar la brujería. De hecho, no fueron pocos los que decidieron traer sus libros de artes mágicas y quemarlos en público, aunque costaban el equivalente a decenas de miles de dólares. “Así, de una manera poderosa, la palabra de Jehová siguió creciendo y prevaleciendo.” (Hech. 19:17-20.) ¡Qué triunfo de la verdad sobre la mentira y el demonismo! Aquellos fieles nos dejaron un magnífico modelo. Nosotros también vivimos en un mundo saturado de espiritismo y otras ciencias ocultas. Si descubrimos que algunas de nuestras pertenencias están ligadas a esas repugnantes prácticas, hagamos lo mismo que los efesios: librémonos inmediatamente de ellas. Cueste lo que cueste, huyamos de esas cosas como de la peste.

Lectura de la Biblia

(Hechos 19:1-20) En el transcurso de los sucesos, mientras Apolos estaba en Corinto, Pablo pasó por las partes del interior y bajó a Éfeso, y halló a algunos discípulos; 2 y les dijo: “¿Recibieron espíritu santo cuando se hicieron creyentes?”. Ellos le dijeron: “¡Si nunca hemos oído si hay o no espíritu santo!”. 3 Y él dijo: “Entonces, ¿en qué fueron bautizados?”. Dijeron: “En el bautismo de Juan”. 4 Pablo dijo: “Juan bautizó con el bautismo [en símbolo] de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyeran en el que había de venir después de él, es decir, en Jesús”. 5 Al oír esto, se bautizaron en el nombre del Señor Jesús. 6 Y cuando Pablo les impuso las manos, vino sobre ellos el espíritu santo, y empezaron a hablar en lenguas y a profetizar. 7 En conjunto, eran unos doce varones. 8 Entrando en la sinagoga, él habló con denuedo por tres meses, pronunciando discursos y usando persuasión respecto al reino de Dios. 9 Pero cuando algunos persistieron en endurecerse y en no creer, y hablaban perjudicialmente acerca del Camino delante de la multitud, se retiró de ellos y separó de ellos a los discípulos, y pronunciaba discursos diariamente en [la sala de conferencias de] la escuela de Tirano. 10 Esto se efectuó por dos años, de modo que todos los que habitaban en el [distrito de] Asia oyeron la palabra del Señor, tanto judíos como griegos. 11 Y Dios siguió ejecutando obras extraordinarias de poder mediante las manos de Pablo, 12 de manera que hasta llevaban paños y delantales de su cuerpo a los dolientes, y las dolencias los dejaban, y los espíritus inicuos salían. 13 Pero ciertos individuos de los judíos ambulantes que practicaban la expulsión de demonios también intentaron nombrar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus inicuos, diciendo: “Les ordeno solemnemente por Jesús a quien Pablo predica”. 14 Ahora bien, había siete hijos de cierto Esceva, sacerdote principal judío, que hacían esto. 15 Pero, en respuesta, el espíritu inicuo les dijo: “Conozco a Jesús, y sé quién es Pablo; pero ustedes, ¿quiénes son?”. 16 Con eso, el hombre en quien estaba el espíritu inicuo se echó sobre ellos de un salto, logró el dominio de uno tras otro, y prevaleció contra ellos, de modo que huyeron de aquella casa desnudos y heridos. 17 Esto llegó a ser conocido de todos, tanto de los judíos como de los griegos que moraban en Éfeso; y cayó temor sobre todos ellos, y el nombre del Señor Jesús siguió siendo engrandecido. 18 Y muchos de los que se habían hecho creyentes venían y confesaban e informaban acerca de sus prácticas abiertamente. 19 De hecho, buen número de los que habían practicado artes mágicas juntaron sus libros y los quemaron delante de todos. Y calcularon en conjunto los precios de ellos y hallaron que valían cincuenta mil piezas de plata. 20 Así, de una manera poderosa, la palabra de Jehová siguió creciendo y prevaleciendo.

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