De nuestros lectores
Enfermedades causadas por la contaminación ambiental
Disfruté de la consideración del problema de las enfermedades producidas por el ambiente ecológico (8 de septiembre de 1983). Me alegré de ver un punto de vista equilibrado del problema y que se haya dado el énfasis apropiado a lo que la gente puede hacer, además de simplemente limpiar el ambiente externo. El ambiente interno —es decir, el cuerpo humano— es un factor importante, y se puede fortalecer y hacer más resistente a los efectos de los venenos y alérgenos si está en un estado de equilibrio en lo que a nutrición se refiere.
S. M. B., médico, Connecticut, E.U.A.
El poderoso oso pardo
El artículo que publicaron sobre “El poderoso oso pardo” (22 de noviembre de 1983) fue muy perturbador. Reconozco que los medios de información exageran grandemente cualquier confrontación que ocurra entre un hombre y un oso, pero, por favor, no descaminen a los que visitan el estado donde vivo. Esos animales son peligrosos, defienden hasta la muerte su alimento y su familia, y atacan si uno se acerca a ellos hasta el grado en que se sientan amenazados. Y no son meramente vegetarianos. Sírvanse venir y disfrutar de la maravillosa fauna silvestre de Alaska, pero no vayan a creer que los osos son inofensivos. Son muy peligrosos.
S. S., Alaska, E.U.A.
Sin duda, no tuvimos la intención de dar la impresión de que los osos pardos son inofensivos, sino que creímos haber mostrado que eran tanto peligrosos como impredecibles. Al mismo tiempo, queríamos demostrar que la cantidad de muertes provocadas por osos pardos es pequeña en comparación con otras causas de muerte en la misma zona, y que a menudo son el resultado de que los humanos no entienden lo peligrosos que son los osos pardos y no ejercen la debida precaución. Con mucho gusto recalcamos la necesidad de tener precaución.—La dirección.
El ballet
Muchas gracias por el artículo ‘Mi carrera de ballet... lo bello y lo bestial de ella’ (22 de junio de 1983). He estado bailando por 25 años y puedo decir con toda veracidad que el dolor nunca cesa. Tengo la espalda hecha un desastre; los dedos de los pies, bueno, no tengo que decirles; y las rodillas, ya no aguantan más. Llevaba una vida pervertida en sentido moral. Pero ¿dónde estaba su artículo años atrás, cuando pude haberme apartado del ballet y aún podía usar mi cuerpo? Sin embargo, más vale tarde que nunca.
T. S., Pensilvania, E.U.A.
Una de mis mejores amistades me mostró el artículo que ustedes publicaron sobre ‘Mi carrera de ballet... lo bello y lo bestial de ella’. Siempre he sabido de la verdad acerca del exceso de práctica, los dedos rotos y sangrientos, y el trance hipnótico sólo para vivir, comer y bailar, bailar, bailar. ¿Y para qué? Aún no tengo 40 años de edad y ya tengo el cuerpo estropeado. No puedo hacer nada con relación a mi cuerpo; es demasiado tarde. Pero no es demasiado tarde para nuestras queridas hijitas. Quizás ellas puedan ver el daño físico, moral y emocional que con toda certeza se producirán. Gracias por decir todas las cosas que siempre he querido decir. Ahora voy a examinar más a fondo su religión.
W. S., Pensilvania, E.U.A.