Los proclamadores del Reino informan
Se convencieron en Katmandú
UNA pintora empezó a buscar la verdad en Bretaña, Francia, en 1980. Había hablado con los pentecostales y estudiado religiones del Oriente sin quedar satisfecha. Entonces tuvo conversaciones bíblicas con un testigo de Jehová, pero no por mucho tiempo. Conoció a un pintor y se fue a trabajar y vivir con él.
Poco después aquella pareja no casada decidió visitar Nepal. Les impresionó mucho la belleza y tranquilidad de aquel país, pero les desilusionó el sistema de castas, que, visto por ojos occidentales, parecía injusto.
Cuando regresaron a Francia, la pintora le sugirió a su compañero estudiar la Biblia juntos, y, para sorpresa suya, él accedió. Se comunicaron con el Testigo con quien ella había hablado dos años antes. Al principio usaron solo la Biblia, pero con el tiempo concordaron en usar el libro La verdad que lleva a vida eterna y después el libro Usted puede vivir para siempre en el paraíso en la Tierra. Antes de pasar un año dejaron de usar drogas.
Después de visitar Nepal de nuevo por dos meses, la pareja regresó a Francia, donde continuaron estudiando. Dejaron de fumar y de ir a bares y clubes nocturnos y empezaron a asistir a las reuniones de los testigos de Jehová. Sin embargo, cuando terminaron de estudiar el libro Vivir para siempre optaron por no seguir sus estudios.
De nuevo fueron a Nepal, donde vivieron en una casita al pie de los montes Himalaya. Cierto día un hombre de edad avanzada bien vestido llamó a la puerta. La mujer estaba sola en la casa y pensó que sería algún comerciante en pinturas que los visitaba para ver sus obras. Para su sorpresa, era un Testigo que la visitaba por petición de la persona con quien habían estudiado en Francia. Pronto su compañero regresó, y la pareja conversó con el Testigo por dos horas.
Pocos días después aquella pareja asistió a una reunión de los testigos de Jehová en Katmandú y les impresionó la limpieza que manifestaban los presentes. Observaron el mismo amor fraternal y la misma felicidad que habían visto en las reuniones en Francia. También notaron la unidad de los nepaleses presentes, aunque venían de diferentes castas. Esta vez quedaron convencidos de que esta tenía que ser la organización de Jehová.
Un mes después regresaron a Francia e inmediatamente empezaron a estudiar la Biblia de nuevo e ir a las reuniones. Se casaron, empezaron a participar en la testificación, y finalmente se bautizaron. El esposo es ahora siervo ministerial, y su esposa sirve con regularidad como precursora auxiliar. En verdad los que son de corazón recto reciben la ayuda del espíritu de Jehová para adelantar y para llegar a ser Sus adoradores. (Revelación 7:15-17.)
[Fotografía en la página 9]
Escena de un mercado en Katmandú, Nepal
[Recuadro/Mapa en la página 9]
NEPAL
Población: 17.712.221
Máximo de publicadores (1990): 63
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Promedio de publicadores precursores: 10
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(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
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