¿Estará usted allí?
1 Un Testigo con muchos años de servicio a Jehová a sus espaldas dijo en cierta ocasión: “Si uno se pierde el primer día de la asamblea... ¡ya se ha perdido demasiado!”. ¿Por qué lo veía así? Porque el primer día supone el comienzo de un copioso banquete espiritual que la organización de Jehová nos ha preparado (Isa. 25:6). Nuestra presencia desde el mismo principio es una indicación de que sentimos lo mismo que el salmista: “Me regocijé cuando estuvieron diciéndome: ‘Vamos a la casa de Jehová’” (Sal. 122:1).
2 El año pasado, sin embargo, la asistencia del viernes a algunas de las asambleas de distrito “La palabra profética de Dios” fue considerablemente menor que las del sábado y el domingo. Eso significa que un gran porcentaje de los hermanos se quedó sin escuchar secciones del programa que contenían información esencial respecto a la palabra profética, aparte de perderse la compañía de otros siervos de Jehová.
3 No permita que el empleo sea un estorbo. Tal vez la razón por la que algunos no asistieron el viernes fue el temor a perder su trabajo. No obstante, muchos Testigos han comprobado que, si solicitan con bastante anticipación el tiempo libre que necesitan, sus patronos están dispuestos a concedérselo. La firmeza y determinación de cierta precursora por asistir a todas las reuniones y asambleas impresionó tanto a su jefe que este fue un día entero a la misma asamblea que ella.
4 No presuponga que la empresa no le concederá tiempo libre, ni llegue a la conclusión de que perderse un día de la asamblea no tiene importancia. Prepárese para mostrar a su patrono con las Escrituras por qué la asistencia a la asamblea es tan importante en su adoración a Dios, y hágalo con sincera convicción y tacto (Heb. 10:24, 25). Luego tenga plena confianza en las promesas de Jehová y recuerde que él le suministrará cuanto necesite en sentido material si usted da prioridad en su vida a las necesidades espirituales (Mat. 6:33; Heb. 13:5, 6).
5 El factor clave es el aprecio por “las cosas más importantes” (Fili. 1:10, 11; Sal. 27:4). Tal aprecio nos impulsa a programar nuestros asuntos para beneficiarnos a plenitud de esta provisión fundamental de Jehová. Empiece ya a hacer planes concretos y tome la determinación de que usted estará allí los tres días.