Noviembre
Domingo 1 de noviembre
No estaré resentido para siempre (Jer. 3:12).
Los ancianos deben esforzarse por imitar la compasión de Jehová al tratar a la persona que deja de formar parte de la congregación. Por ejemplo, cuando los israelitas de la antigüedad eran desobedientes, Jehová no se quedaba de brazos cruzados esperando a que volvieran. Más bien, daba el primer paso y trataba de ayudarlos incluso antes de que mostraran cualquier signo de arrepentimiento. Jehová utilizó el caso del profeta Oseas para mostrar lo compasivo que es. Le dijo a Oseas que, aunque su esposa todavía estaba pecando, le ofreciera reconciliarse con él (Os. 3:1; Mal. 3:7). Al igual que Jehová, los ancianos desean de corazón que la persona se arrepienta y vuelva a la organización, y no le hacen difícil dar ese paso. En la parábola del hijo perdido, el padre vio a su hijo, “corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó con ternura” (Luc. 15:20). Notemos que no esperó a que le pidiera perdón. De hecho, tomó la iniciativa, como cualquier padre amoroso haría. w24.08 35:7, 8
Lunes 2 de noviembre
Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que se la pida constantemente a Dios, porque él da generosamente a todos y sin críticas (Sant. 1:5; nota).
Como indica el texto del día, Jehová no se guarda su sabiduría para él solo, sino que la comparte generosamente con otros. Y, además, lo hace “sin reproches” o “sin críticas”, es decir, nunca nos hace sentir mal por admitir que necesitamos su guía. Al contrario, nos anima a pedírsela (Prov. 2:1-6). ¿Y nosotros? ¿Podemos imitar a Jehová y compartir lo que sabemos? (Sal. 32:8). ¡Claro que sí! Tenemos muchísimas oportunidades de hacerlo. Por ejemplo, enseñamos a los nuevos a predicar. Por su parte, los ancianos ayudan con paciencia a los siervos ministeriales y a otros hermanos bautizados a atender sus tareas en la congregación. Y muchos hermanos y hermanas con experiencia en la construcción y en el mantenimiento ayudan a capacitar a otros para que hagan trabajos en los Salones del Reino y otras instalaciones. w24.09 39:11, 12
Martes 3 de noviembre
Llegamos a amarlos mucho (1 Tes. 2:8).
Uno de los requisitos para el anciano es “ser irreprochable”. En otras palabras, nadie en la congregación debe poder cuestionar su buena conducta (1 Tim. 3:2). Además, “debe tener una buena reputación entre la gente de afuera”. Los no creyentes pueden criticar sus creencias cristianas, pero no deben tener ninguna razón válida para poner en duda que sea honrado y bueno (Dan. 6:4, 5). Pregúntese: “¿Tengo buena reputación dentro y fuera de la congregación?”. “Amar lo que es bueno” significa fijarse en las cosas buenas de los demás y felicitarlos por sus cualidades (Tito 1:8). También incluye sentirse feliz haciendo cosas buenas por los demás, incluso yendo más allá de lo que es estrictamente necesario. ¿Por qué es tan importante que los ancianos sean así? Porque deben invertir mucho de su valioso tiempo en pastorear a la congregación y atender sus responsabilidades (1 Ped. 5:1-3). Aun así, la alegría de servir a los demás les compensa cualquier sacrificio (Hech. 20:35). w24.11 47:3-5
Miércoles 4 de noviembre
Hay más felicidad en dar que en recibir (Hech. 20:35).
Los siervos ministeriales realizan una labor muy importante en las congregaciones. Es evidente que el apóstol Pablo apreciaba a estos hombres leales. Así, cuando escribió a los cristianos de Filipos, saludó específicamente a los siervos ministeriales junto con los ancianos (Filip. 1:1). Muchos varones bautizados disfrutan realizando su labor de siervos ministeriales. Pueden ser jóvenes o mayores. Por ejemplo, Devan tenía 18 años cuando fue nombrado. En cambio, Luis tenía poco más de 50. Este hermano resume cómo se sienten muchos al decir: “Para mí es un gran honor trabajar como siervo ministerial, sobre todo cuando pienso en cuánto cariño me ha mostrado la congregación”. Si usted es un varón bautizado y todavía no es siervo ministerial, ¿podría ponérselo como meta? w24.11 46:1-3
Jueves 5 de noviembre
Oh, Jehová, te ruego que te acuerdes de que he hecho lo que está bien a tus ojos (2 Rey. 20:3).
Cuando el rey Ezequías de Judá tenía 39 años, se enfermó gravemente. Por medio del profeta Isaías, Jehová le comunicó que iba a morir de su enfermedad (2 Rey. 20:1). Parecía que no había ninguna esperanza para Ezequías. La noticia lo dejó hecho un mar de lágrimas, y se puso a rogarle a Jehová que lo ayudara. Cuando Dios escuchó la oración de Ezequías y lo vio llorar, se conmovió muchísimo y por medio de Isaías le dijo: “He escuchado tu oración. He visto tus lágrimas. Voy a curarte”. Le mostró misericordia prometiendo alargarle la vida y rescatar a Jerusalén de las manos de los asirios (2 Rey. 20:4-6). ¿Qué puedes hacer si tienes un problema de salud que parece no tener solución? Desahógate con Jehová, incluso con los ojos llenos de lágrimas. La Biblia nos garantiza que “el Padre de tiernas misericordias y el Dios de todo consuelo” nos consolará en todas nuestras pruebas (2 Cor. 1:3, 4). w24.12 51:15-17
Viernes 6 de noviembre
Tengo esperanza en Dios, esperanza que también tienen estos hombres, de que va a haber una resurrección tanto de justos como de injustos (Hech. 24:15).
¡Qué maravilloso será recibir a los resucitados! Y qué emocionante será seguir aprendiendo sobre Jehová y sobre todas las cosas que ha creado (Sal. 104:24; Is. 11:9). Pero lo mejor de todo será poder adorar a Jehová sin tener que sentirnos culpables por haber hecho algo mal. ¿Verdad que usted no cambiaría estas futuras bendiciones por “disfrutar de los placeres temporales del pecado”? (Heb. 11:25). Vale la pena cualquier sacrificio que tengamos que hacer ahora. Recuerde que llegará un momento en el que el Paraíso dejará de ser una promesa para el futuro y se convertirá en una realidad. Y todo esto es posible solo porque Jehová nos amó tanto que entregó a su Hijo para que muriera por nosotros. w25.01 5:12
Sábado 7 de noviembre
¿Acaso es demasiado corta la mano de Jehová? (Núm. 11:23, nota).
El libro de Hebreos habla de muchas personas que tuvieron fe en Jehová. Una de ellas es Moisés, que nos dejó un ejemplo de fe extraordinaria (Heb. 3:2-5; 11:23-25). Y no se equivocó al confiar en Dios, ya que Jehová les dio a los israelitas alimento y agua para que pudieran sobrevivir en el desierto (Éx. 15:22-25; Sal. 78:23-25). Más o menos un año después de liberar a Israel de Egipto, Jehová dijo que iba a alimentarlos con carne. Aunque Moisés era un hombre de gran fe, puso en duda esas palabras, pues le costaba imaginar cómo Jehová podría conseguir suficiente carne en medio del desierto para millones de personas. Por eso, Dios le preguntó: “¿Acaso es demasiado corta la mano de Jehová?” (Núm. 11:21-23; nota). En otras palabras, Jehová le estaba preguntando: “¿Acaso crees que no puedo hacer lo que digo que voy a hacer?”. w25.03 13:1, 2
Domingo 8 de noviembre
Dios tampoco se contuvo de castigar a un mundo antiguo (2 Ped. 2:5).
¿Deberíamos pensar que el relato del Diluvio tiene un significado profético? No, porque la Biblia no lo dice. Es cierto que Jesús comparó los días de Noé con el tiempo de su presencia. Ahora bien, no dio a entender que todos los elementos del relato del Diluvio —como el hecho de que Jehová cerrara la puerta del arca— tendrían un cumplimiento mayor en el futuro (Mat. 24:37-39). ¿Qué hizo Noé cuando escuchó el mensaje de advertencia de Jehová? Demostró que tenía fe construyendo el arca (Heb. 11:7; 1 Ped. 3:20). De la misma manera, las personas que escuchan las buenas noticias del Reino de Dios deben mostrar su fe con acciones (Hech. 3:17-20). Pedro llamó a Noé “predicador de justicia”. Hoy en día, nosotros tratamos de predicar por todo el mundo, y ponemos todo nuestro empeño en esa obra. Pero, por mucho que nos esforcemos, será imposible que lleguemos a todas las personas antes de que venga el fin. w24.05 19:3-5
Lunes 9 de noviembre
Honra a los que temen a Jehová (Sal. 15:4).
Deberíamos buscar maneras de mostrarles bondad y respeto a los amigos de Dios (Rom. 12:10). ¿Cuál es una manera de hacerlo? Salmo 15:4 dice que el huésped en la tienda de Jehová “no deja de cumplir lo que promete aunque salga perdiendo”. Si rompiéramos nuestras promesas, podríamos lastimar a otros (Mat. 5:37). Por ejemplo, Jehová espera que sus huéspedes cumplan su voto matrimonial. También desea que los padres se esfuercen por cumplir las promesas que les hacen a sus hijos. Como amamos a Dios y al prójimo, haremos todo lo posible por cumplir nuestra palabra. Otra manera de honrar a los amigos de Dios es siendo hospitalarios y generosos (Rom. 12:13). Cuando incluimos a los hermanos en nuestros momentos de ocio, se fortalecen nuestros lazos de amistad con ellos y con Jehová. Es más, al ser hospitalarios, estamos imitando a Jehová. w24.06 24:15, 16
Martes 10 de noviembre
¿Qué es el hombre mortal para que lo tengas presente? (Sal. 8:4).
Jehová les revela la verdad a los humildes (Mat. 11:25). Cuando aprendimos la verdad, fuimos humildes y aceptamos la ayuda de otros (Hech. 8:30, 31). Aun así, debemos tener cuidado de no volvernos orgullosos. El orgullo podría llevarnos a pensar que nuestras opiniones valen tanto como los principios bíblicos y las instrucciones de la organización de Jehová. ¿Qué nos ayudará a seguir siendo humildes? Recordemos lo pequeños que somos en comparación con Jehová (Sal. 8:3, 4). También podemos orar para tener una actitud humilde y dejarnos enseñar. Jehová nos ayudará a poner en primer lugar sus pensamientos —que nos enseña mediante su Palabra y su organización— y no los nuestros. Al leer la Biblia, busque pruebas que le demuestren que a Jehová le encanta la humildad y odia el orgullo, la arrogancia y la soberbia. Y, si recibe una responsabilidad que lo pone “bajo los focos”, tenga mucho cuidado para no perder la humildad. w24.07 28:8, 9
Miércoles 11 de noviembre
El pequeño llegará a ser mil, y el insignificante, una nación poderosa. Yo, Jehová, lo aceleraré a su tiempo (Is. 60:22).
En 1919, Jesús empezó a utilizar a un pequeño grupo de hombres ungidos para organizar la predicación y darles alimento espiritual a sus discípulos (Luc. 12:42). Y es evidente que Jehová está bendiciendo el trabajo que hace ese grupo (Is. 65:13, 14). Si no estuviéramos organizados, no podríamos cumplir la misión que Jesús nos encargó (Mat. 28:19, 20). Por ejemplo, si el territorio de la congregación no estuviera organizado, cada cual podría predicar donde quisiera. Y entonces quizás iríamos una y otra vez a los mismos lugares, mientras que en otros no predicaríamos nunca. ¿Se le ocurren otras ventajas de estar bien organizados? Hoy día, Jesús organiza al pueblo de Dios de una manera muy parecida a como organizó a sus discípulos cuando estuvo en la Tierra. w24.04 15:2-4
Jueves 12 de noviembre
Si cambias y haces lo que está bien, ¿no crees que volverás a tener mi aprobación? Pero, si no cambias y no haces lo que está bien, el pecado te seguirá acechando a la puerta porque desea dominarte (Gén. 4:7).
Caín fue el primer hijo de Adán y Eva. Y heredó de ellos la tendencia a pecar. Además, la Biblia dice que “sus propias acciones eran malvadas” (1 Juan 3:12). Quizás por eso, cuando ofreció un sacrificio, Jehová “no aprobó a Caín ni su ofrenda”. Pero, en vez de cambiar su actitud, “Caín se enfureció y se sintió muy decepcionado”. ¿Qué hizo Jehová? Habló con él (Gén. 4:3-7). Jehová razonó con él con cariño. Le aseguró que podía recuperar su aprobación y le advirtió del peligro de su mala conducta. Tristemente, Caín no escuchó a Jehová ni dejó que lo ayudara a arrepentirse. ¿Qué hizo Jehová al recibir esa respuesta negativa? ¿Decidió que nunca volvería a ayudar a nadie más a arrepentirse? ¡Por supuesto que no! w24.08 32:8
Viernes 13 de noviembre
Para que ustedes vivan, tienen que escoger la vida (Deut. 30:19).
La nación de Israel tenía por delante un maravilloso futuro. Con la bendición de Jehová, podrían vivir por mucho tiempo en la tierra que él les había prometido. ¡Y cómo era esa tierra! ¡Hermosa y fructífera! Moisés se la describió así a la nación: “Una tierra con ciudades grandes y buenas que tú no construiste, casas llenas de toda clase de cosas buenas por las que no trabajaste, cisternas que no excavaste y viñas y olivares que no plantaste” (Deut. 6:10, 11). Pero Moisés también les hizo una advertencia a los israelitas. Si querían seguir viviendo en esa hermosa tierra, tenían que obedecer los mandamientos de Jehová. Moisés los animó a “escoger la vida” escuchando a Jehová y “aferrándose a él” (Deut. 30:20). Sin embargo, los israelitas no obedecieron a Jehová. Así que, con el tiempo, Dios permitió que los asirios y luego los babilonios los conquistaran y se los llevaran al exilio (2 Rey. 17:6-8, 13, 14; 2 Crón. 36:15-17, 20). w24.11 45:5, 6
Sábado 14 de noviembre
Nadie puede venir a mí a menos que el Padre, que me envió, lo traiga (Juan 6:44).
Muchos que afirman ser cristianos piensan que para salvarse basta con que “crean” en Jesús y lo vean como su Salvador personal (Juan 6:29, Nueva Versión Internacional). Pero lo cierto es que algunos de la multitud a la que Jesús alimentó creían en él al principio y luego lo abandonaron. ¿Por qué pasó esto? La mayoría de esas personas estaban dispuestas a seguirlo siempre y cuando les diera lo que querían. Lo que les interesaba eran las curaciones milagrosas, la comida gratis y las enseñanzas que concordaran con lo que querían oír. Pero Jesús les mostró que para ser sus verdaderos discípulos hacía falta algo más. Él no había venido a la Tierra sencillamente para satisfacer las necesidades físicas de la gente. Ellos tenían que “acudir” a Jesús, es decir, aceptar y obedecer todo lo que él enseñaba (Juan 5:40). w24.12 49:12, 13
Domingo 15 de noviembre
Esposos, sigan amando a sus esposas, tal como el Cristo también amó a la congregación (Efes. 5:25).
¿Qué puede ayudar a un cristiano a abandonar cualquier conducta que rebaje a su esposa o le haga daño? Esforzarse por imitar a Jesús. La manera tan buena en la que trató a sus discípulos es un ejemplo perfecto para los esposos. Veamos qué pueden aprender los esposos de la forma como Jesús trataba a sus apóstoles y de la forma como les hablaba. Jesús trató con cariño a sus apóstoles y respetó su dignidad. Jamás fue duro ni dominante con ellos. Nunca sintió que tuviera que demostrar su autoridad recurriendo a muestras de poder. Al contrario, les servía con humildad (Juan 13:12-17). Les dijo a sus discípulos: “Aprendan de mí, porque soy apacible y humilde de corazón. Conmigo encontrarán alivio” (Mat. 11:28-30). Una persona apacible no es débil, sino todo lo contrario: tiene la fuerza interior para controlarse y no dejarse llevar por las emociones. w25.01 2:10, 11
Lunes 16 de noviembre
Deja todo lo que hagas en manos de Jehová (Prov. 16:3).
A medida que se acerca el fin de este sistema, es muy probable que la situación económica empeore. Podríamos perder nuestro trabajo, nuestros bienes materiales o nuestro hogar debido a la inestabilidad política, las guerras, los desastres naturales o nuevas pandemias. ¿Qué puede ayudarnos a tomar decisiones que demuestren que confiamos en la mano de Jehová? Algo muy importante y que nos ayudará mucho es contarle a Jehová lo que nos preocupa. Pidámosle sabiduría para tomar buenas decisiones y paz interior para no estar “excesivamente preocupados” (Luc. 12:29-31). Roguémosle que nos ayude a estar contentos con lo necesario (1 Tim. 6:7, 8). Busquemos en nuestras publicaciones ideas prácticas para afrontar los problemas económicos. A muchos les han resultado muy útiles los videos y los artículos de jw.org que hablan de este tema. w25.03 13:10, 11
Martes 17 de noviembre
Dios me ha mostrado que no debo llamar contaminado o impuro a nadie (Hech. 10:28).
Dios había decidido que era el momento de aceptar en su pueblo a las personas de las naciones. Y le dijo al apóstol Pedro que fuera a predicarle a Cornelio, quien llegaría a ser uno de los primeros cristianos de origen no judío. Claro, los judíos solían evitar cualquier contacto con las personas de las naciones, así que era de esperarse que a Pedro le costara aceptar esta misión. Pero, en cuanto comprendió cuál era la voluntad de Jehová, cambió su manera de ver las cosas. Cuando Cornelio le dijo a Pedro que lo visitara, fue “sin poner objeciones” (Hech. 10:28, 29). Les predicó a Cornelio y a los de su casa, y ellos se bautizaron (Hech. 10:21-23, 34, 35, 44-48). Años después, Pedro les dio este consejo a los cristianos: “Tengan todos la misma forma de pensar” (1 Ped. 3:8, nota). Para que todos los testigos de Jehová tengamos la misma forma de pensar, tenemos que imitar la manera de pensar de Jehová, la cual se encuentra en su Palabra. w25.03 10:7, 8
Miércoles 18 de noviembre
No se dejen desviar por enseñanzas diversas y extrañas (Heb. 13:9).
La manera de pensar y actuar de este mundo es cada vez más y más diferente de como piensa Jehová (Prov. 17:15). Por eso debemos fortalecer nuestra capacidad de identificar y rechazar las ideas que usan algunos para intentar desanimarnos o desviarnos de la verdad. El apóstol Pablo les dijo a los cristianos hebreos que avanzaran hacia la madurez, y nosotros debemos hacer lo mismo. ¿Cómo? Profundizando nuestro conocimiento de la verdad y esforzándonos por pensar como Jehová. Este proceso continúa incluso después de dedicarnos y bautizarnos. Así que todos debemos leer y estudiar la Palabra de Dios con regularidad, ya sea que llevemos poco o mucho tiempo en la verdad (Sal. 1:2). Un buen programa de estudio personal fortalecerá una cualidad de la que Pablo habló mucho en su Carta a los Hebreos: la fe (Heb. 11:1, 6). w24.09 37:7, 8
Jueves 19 de noviembre
Acérquense a Dios y él se acercará a ustedes (Sant. 4:8).
Si Jehová es real para nosotros, nos resultará más fácil serle fieles. Así fue en el caso de José, que se negó completamente a cometer un acto inmoral. Dios era real para él y no quería desagradarle (Gén. 39:9). Para que Jehová sea así de real para nosotros, tenemos que apartar tiempo para orarle y estudiar su Palabra. De esa manera, nuestra amistad con él irá creciendo. Si al igual que José tenemos una amistad estrecha con Jehová, por nada del mundo querremos hacer algo que le desagrade. Quienes se olvidan de que Jehová es el Dios vivo pueden acabar alejándose de él fácilmente. Pensemos en lo que les pasó a los israelitas cuando estaban en el desierto. Sabían que Jehová existía, pero empezaron a dudar de que él les daría lo que necesitaban (Éx. 17:2, 7). Al final, se rebelaron contra Dios. Sin duda, no queremos seguir su mal ejemplo (Heb. 3:12). w24.06 25:14, 15
Viernes 20 de noviembre
Los ojos de Jehová están puestos en los justos y sus oídos escuchan sus gritos de auxilio (Sal. 34:15).
Estamos muy adentrados en los últimos días, así que es lógico esperar que vivamos cada vez más situaciones que nos hagan llorar. Jehová ve las lágrimas que derramamos y siente nuestro dolor. Él recuerda todas y cada una de tus lágrimas. Por eso, cuando pases por situaciones dolorosas, abre tu corazón a Jehová. No te aísles de los hermanos de la congregación, que tanto te quieren. Y sigue buscando el consuelo que Jehová nos da en la Biblia. Puedes tener la seguridad de que, si aguantas fielmente, él te va a recompensar. Pronto veremos el día en que Jehová seque todas nuestras lágrimas de dolor (Apoc. 21:4). ¡En el nuevo mundo solo habrá lágrimas de alegría! w24.12 51:3, 19
Sábado 21 de noviembre
“Ustedes son mis testigos”, afirma Jehová (Is. 43:12).
Jehová nos ha hecho sus Testigos (Is. 43:10, 11). Y promete ayudarnos a ser valientes. Repasemos cuatro formas en las que nos ayuda a lograrlo. Primero, Jesús está con nosotros cuando predicamos las buenas noticias (Mat. 28:18-20). Segundo, Jehová ha encargado a los ángeles que nos ayuden (Apoc. 14:6). Tercero, Jehová nos da su espíritu santo, un ayudante que nos hace recordar lo que hemos aprendido (Juan 14:25, 26). Y, cuarto, Jehová nos da hermanos y hermanas para que nos acompañen. Con el apoyo de Jehová y de nuestra afectuosa hermandad, tenemos todo lo necesario para triunfar en la lucha contra el miedo. Ahora bien, si usted se desanima cuando hay poca gente en las casas, pregúntese: “¿Dónde se encuentran en este momento? ¿Están trabajando o de compras?” (Hech. 16:13). Entonces, plantéese la posibilidad de predicar por las calles. w24.04 16:10, 11
Domingo 22 de noviembre
Si un hombre no sabe dirigir a su propia familia, ¿cómo cuidará de la congregación de Dios? (1 Tim. 3:5).
Uno de los requisitos para que un hermano casado sea nombrado anciano es que su familia tenga una buena reputación. Por eso se le pide que “dirija bien a su familia”. Debe ser conocido como un cabeza de familia amoroso y responsable, y debe tomar la iniciativa en todas las facetas de la adoración cristiana. Si el hermano es padre de hijos menores de edad, debe tener “a sus hijos en sujeción a él con toda seriedad” (1 Tim. 3:4). Tiene que enseñarles y educarlos con cariño. Claro, como a todos los niños, les gustará reír y jugar. Pero, si se les enseña bien, serán obedientes y respetuosos y tendrán un buen comportamiento. Además, el padre debe ayudarles a sus hijos a ser buenos amigos de Jehová, a vivir de acuerdo con los principios bíblicos y a progresar con el objetivo de bautizarse. w24.11 47:10, 11
Lunes 23 de noviembre
Nadie tiene amor más grande que quien da su vida por sus amigos (Juan 15:13).
Cuanto más prediquemos, más veremos el apoyo de Jehová y más se fortalecerá nuestra confianza en él (1 Cor. 3:9). Recuerde que Jehová no compara lo que usted hace con lo que hacen los demás. Él se fija en su corazón y está muy contento porque sabe que usted está profundamente agradecido por el valioso regalo del rescate (1 Sam. 16:7; Mar. 12:41-44). Es solo gracias al rescate que podemos recibir el perdón de nuestros pecados, ser amigos de Jehová y tener la esperanza de vivir eternamente. Demostremos siempre que estamos agradecidos por el amor de Jehová, que lo impulsó a darnos todas esas bendiciones (1 Juan 4:19). Y demostremos también que estamos muy agradecidos porque Jesús nos amó tanto que dio su vida por nosotros. w25.01 5:16-18
Martes 24 de noviembre
Me pasaba todo el día angustiado (Sal. 73:14).
Piense en cómo se sintió el escritor del Salmo 73. Él veía que quienes no servían a Jehová parecían disfrutar de salud, paz y riquezas (Sal. 73:3-5, 12). Como aparentemente les iba tan bien, el salmista sentía que no valía la pena todo lo que hacía por Jehová. “Pasaba todo el día angustiado” dándoles vueltas a esos pensamientos negativos (Sal. 73:13, 14). ¿Qué lo ayudó? El salmista fue al santuario de Jehová (Sal. 73:16-18). En aquel lugar en el que se respiraba paz, pudo pensar con claridad. Entendió que, aunque algunos llevaban una vida cómoda, les esperaba un futuro muy oscuro. Vio que poner a Jehová en primer lugar era la mejor decisión, y eso le dio paz mental y fuerzas para seguir sirviéndole (Sal. 73:23-28). w24.10 43:11, 12
Miércoles 25 de noviembre
Que la gente sepa que tu nombre es Jehová, que solo tú eres el Altísimo sobre toda la tierra (Sal. 83:18).
Jehová nos ha elegido para que seamos sus testigos (Is. 43:10-12). Hace unos años, el Cuerpo Gobernante dijo en una carta: “No existe mayor honor que el de ser llamados testigos de Jehová”. Pongamos un ejemplo. Supongamos que estamos en un juicio porque alguien nos ha acusado de hacer algo malo, y necesitamos que alguien testifique en nuestro favor. Seguro que elegiríamos a una persona que conozcamos bien, que sea de confianza y que tenga una buena reputación para que su testimonio tenga peso. Pues bien, Jehová nos ha elegido para que demos testimonio de que es el único Dios verdadero porque nos conoce bien y confía en nosotros. Para nosotros es un honor y un orgullo tan grande ser sus Testigos que aprovechamos toda oportunidad para dar a conocer su nombre y para desmentir las acusaciones falsas que se han dicho sobre él. Así cumplimos con nuestro papel: ser testigos de Jehová (Rom. 10:13-15). w24.05 20:13
Jueves 26 de noviembre
Curó a todas las personas que estaban sufriendo (Mat. 8:16).
Servir a los demás le producía una gran alegría a Jesús. En una ocasión en la que le predicó a una multitud, él no se limitó a la enseñanza, sino que también atendió sus necesidades físicas. Multiplicó milagrosamente la comida y luego hizo que sus discípulos la distribuyeran (Mar. 6:41). De este modo les enseñó lo que significa servir a los demás. Además, les mostró que ayudar de forma práctica también es importante. ¡Imagínese lo felices que se sintieron los apóstoles! Habían podido colaborar con Jesús en la distribución milagrosa de comida hasta que “todos comieron y quedaron satisfechos” (Mar. 6:42). Claro, esta no fue la única ocasión en la que Jesús antepuso el bienestar de los demás al suyo propio. Dedicó toda su vida en la Tierra a servir al prójimo (Mat. 4:23). A Jesús le producía una enorme satisfacción enseñar a los demás y atender humildemente sus necesidades. w24.11 46:10, 11
Viernes 27 de noviembre
En los últimos días vendrán tiempos críticos y difíciles de soportar (2 Tim. 3:1).
En estos “últimos días”, las cosas irán de mal en peor. Así que cada vez tendremos más oportunidades de ayudarnos unos a otros. Una manera de ser un refugio es dando apoyo emocional y espiritual. Por ejemplo, podemos recibir bien a los hermanos en el Salón del Reino. Cuando los hermanos y hermanas vienen a las reuniones, deseamos que se sientan seguros y queridos. Los ancianos pueden convertirse en un refugio para los hermanos que están pasando por dificultades. Por ejemplo, cuando ocurren desastres o emergencias médicas, enseguida organizan ayuda práctica. También ofrecen apoyo espiritual. Si los hermanos saben que un anciano es amable, empático y está dispuesto a escuchar, será más probable que acudan a él para pedirle ayuda. Esas cualidades hacen que los hermanos se sientan más queridos y les resulte más fácil poner en práctica cualquier consejo que el anciano les dé con la Biblia (1 Tes. 2:7, 8, 11). w24.06 26:12, 13
Sábado 28 de noviembre
No le perdonó la vida ni a su propio Hijo (Rom. 8:32).
Es cierto que Jehová no usó su infinito poder para impedir que su Hijo sufriera, pero eso no significa que él sea insensible. Jehová nos creó con la capacidad de sentir emociones, y como fuimos hechos a su imagen es evidente que él también es capaz de sentir. De hecho, la Biblia dice que hubo personas que “hirieron sus sentimientos” y lo “entristecieron” (Sal. 78:40, 41). ¿Cómo se sintió Jehová al ver que torturaban cruelmente a su Hijo hasta matarlo? No podemos ni hacernos una idea de su inmensa tristeza y dolor. El rescate nos enseña que nadie nos quiere tanto como Jehová, ni siquiera nuestro mejor amigo ni nuestro familiar más cercano (Rom. 8:32, 38, 39). De hecho, Jehová nos quiere más de lo que nos queremos nosotros mismos. Piense en lo siguiente: ¿tiene ganas de vivir para siempre? Pues Jehová tiene todavía más ganas de que usted viva para siempre. ¿Desea que sus pecados sean perdonados? Pues Jehová lo desea incluso más. Lo único que él nos pide es que aceptemos su valioso regalo obedeciéndolo y teniendo fe en él. Sin duda, el rescate es una prueba clarísima del profundo amor que Dios nos tiene (Ecl. 3:11). w25.01 4:8, 9
Domingo 29 de noviembre
Sigan asegurándose de lo que le agrada al Señor (Efes. 5:10).
Hay decisiones que tomamos basándonos en lo que vemos, oímos y sentimos. Pero la información que nos llega por los sentidos no siempre es correcta ni confiable. Además, si andamos solo por vista, puede que acabemos pasando por alto la voluntad o los consejos de Jehová (Ecl. 11:9; Mat. 24:37-39). En cambio, si andamos por fe, será más probable que nuestras decisiones sean del tipo que “le agrada al Señor”. Seguir los consejos de Dios nos dará paz interior y nos hará verdaderamente felices (Sal. 16:8, 9; Is. 48:17, 18). Y, si seguimos andando por fe, podremos vivir para siempre (2 Cor. 4:18). ¿Cómo sabemos si estamos andando por fe o por vista? Basta con que nos hagamos estas preguntas: “¿En qué me baso para tomar decisiones? ¿Solo en lo que veo, o en mi confianza en Jehová y sus normas?”. w25.03 12:3, 4
Lunes 30 de noviembre
Sean pacíficos unos con otros (1 Tes. 5:13).
Todos podemos poner nuestro granito de arena y hacer que el paraíso espiritual sea un ambiente en el que más personas quieran entrar. ¿Cómo? Imitando a Jehová. Él no arrastra a las personas en contra de su voluntad, sino que las atrae con bondad hacia él (Jer. 31:3; Juan 6:44). Quienes aprenden sobre Jehová y tienen un buen corazón no pueden evitar sentirse atraídos por su hermosa personalidad. ¿Qué cosas concretas podemos hacer para que nuestra personalidad también atraiga a las personas al paraíso espiritual? Una manera es tratando a los hermanos con amor y bondad. Queremos que la gente que vaya a nuestras reuniones diga lo mismo que los no creyentes que probablemente fueron a las reuniones de la antigua Corinto: “Dios de veras está entre ustedes” (1 Cor. 14:24, 25; Zac. 8:23). Por eso es tan importante que sigamos el consejo del texto de hoy. w24.04 17:16, 17